ATARAXIO
Madmaxista
- Desde
- 6 Mar 2017
- Mensajes
- 91.678
- Reputación
- 210.977
Ni pertenece a Félix Lope de Vega o al también poeta y militar Hernando de Acuña, así como no procede del capitán de los tercios Diego Acuña Carvajal, pues este ni siquiera existió
VOX: El partido de Santiago Abascal celebra sus resultados con el épico brindis de los Tercios de Flandes | Elecciones generales 10N
El brindis a los Tercios de Flandes, viralizado en una breve y teatral arenga por Javier Ortega Smith, secretario general de VOX, no tiene su origen en el siglo XVI o XVII como muchos creen. Ni pertenece a Félix Lope de Vega o al también poeta y militar Hernando de Acuña, así como no procede del capitán de los tercios Diego Acuña Carvajal, pues este ni siquiera existió. El fragmento, en concreto, forma parte de una obra de teatro de Eduardo Marquina, autor de finales del siglo XIX, titulada «En Flandes se ha puesto el sol».
Nacido en Barcelona, Eduardo Marquina disfrutó en vida de una gran popularidad, que ha envejecido tan mal como para que hoy apenas sea recordado. Poeta retórico y romántico, su obra es recordado por los dramas históricos que le otorgaron el favor del público. «Las hijas del Cid» (1908) fue su primer gran éxito teatral, aunque su drama más recordado es «En Flandes se ha puesto el sol», en cuatro actos (Flandes y España, La represión, La guerra y La paz), que se estrenó en Montevideo en 1909, y en diciembre del mismo año, en Madrid, en el teatro de La Princesa.
La trama versa sobre el amor imposible entre Don Diego Acuña de Carvajal, capitán de los tercios, y una flamenca llamada Magdalena. El oficial de esta infantería que dominó Europa a base de picas, arcabuces y rodelas, se ve obligado en la obra a elegir entre el amor de su vida y la bandera que juró proteger. El juramento no es otro que el conocido hoy como «Brindis a los Tercios de Flandes», que Diego pronunció un día y que en la obra saca a colación un camarada suyo, Francisco Valdés. Y dice así:
«¡Por España; y el que quiera/defenderla, honrado muera;/y el que, traidor, la abandone/no tenga quien le perdone,/ni en tierra santa cobijo,/ni una cruz en sus despojos,/ni las manos de un buen hijo/para cerrarle los ojos!».
En cualquier caso, la intención del autor de la obra no tiene intenciones patrióticas. Entre su lealtad a esta infantería o a su amor flamenco, Eduardo Marquina deja claro que el afecto por las personas siempre prevalece y que el futuro no son los enredos de sus padres, sino Albertino, el hijo fruto de las dos sangres y las dos lealtades. Por eso tras dejar los tercios, el que fue capitán dice:
«Desde aquí ve mi deseo/lo que otro ninguno ve;/porque el infinito veo/con los ojos de la fe».
«¡Por España!»: la verdad sobre el brindis de los Tercios de Flandes que utiliza VOX en sus arengas
Vox celebra los resultados del 10N con el brindis de los Tercios de Flandes: "Español, a toda vena, amé, reñí, di mi sangre"
VOX: El partido de Santiago Abascal celebra sus resultados con el épico brindis de los Tercios de Flandes | Elecciones generales 10N
El brindis a los Tercios de Flandes, viralizado en una breve y teatral arenga por Javier Ortega Smith, secretario general de VOX, no tiene su origen en el siglo XVI o XVII como muchos creen. Ni pertenece a Félix Lope de Vega o al también poeta y militar Hernando de Acuña, así como no procede del capitán de los tercios Diego Acuña Carvajal, pues este ni siquiera existió. El fragmento, en concreto, forma parte de una obra de teatro de Eduardo Marquina, autor de finales del siglo XIX, titulada «En Flandes se ha puesto el sol».
Nacido en Barcelona, Eduardo Marquina disfrutó en vida de una gran popularidad, que ha envejecido tan mal como para que hoy apenas sea recordado. Poeta retórico y romántico, su obra es recordado por los dramas históricos que le otorgaron el favor del público. «Las hijas del Cid» (1908) fue su primer gran éxito teatral, aunque su drama más recordado es «En Flandes se ha puesto el sol», en cuatro actos (Flandes y España, La represión, La guerra y La paz), que se estrenó en Montevideo en 1909, y en diciembre del mismo año, en Madrid, en el teatro de La Princesa.
La trama versa sobre el amor imposible entre Don Diego Acuña de Carvajal, capitán de los tercios, y una flamenca llamada Magdalena. El oficial de esta infantería que dominó Europa a base de picas, arcabuces y rodelas, se ve obligado en la obra a elegir entre el amor de su vida y la bandera que juró proteger. El juramento no es otro que el conocido hoy como «Brindis a los Tercios de Flandes», que Diego pronunció un día y que en la obra saca a colación un camarada suyo, Francisco Valdés. Y dice así:
«¡Por España; y el que quiera/defenderla, honrado muera;/y el que, traidor, la abandone/no tenga quien le perdone,/ni en tierra santa cobijo,/ni una cruz en sus despojos,/ni las manos de un buen hijo/para cerrarle los ojos!».
En cualquier caso, la intención del autor de la obra no tiene intenciones patrióticas. Entre su lealtad a esta infantería o a su amor flamenco, Eduardo Marquina deja claro que el afecto por las personas siempre prevalece y que el futuro no son los enredos de sus padres, sino Albertino, el hijo fruto de las dos sangres y las dos lealtades. Por eso tras dejar los tercios, el que fue capitán dice:
«Desde aquí ve mi deseo/lo que otro ninguno ve;/porque el infinito veo/con los ojos de la fe».
«¡Por España!»: la verdad sobre el brindis de los Tercios de Flandes que utiliza VOX en sus arengas
Vox celebra los resultados del 10N con el brindis de los Tercios de Flandes: "Español, a toda vena, amé, reñí, di mi sangre"