Chaplin, el rey, y un niño de 10 años, historiador y redactor jefe de la revista. Diálogo de la película: Un rey en Nueva York.
Chaplin: Encantado Rupert.
Niño: Lo mismo digo.
Chaplin: Siéntate.
Chaplin: Dime, ¿qué estás leyendo?
Niño: A Carlos Marx.
Chaplin: No serás comunista, ¿verdad?
Niño: ¿Hay que ser comunista para leer a Carlos Marx?
Tercero: ¡Rupert!
Chaplin: Una respuesta razonable.
Chaplin: Si no eres comunista, ¿qué eres entonces?
Niño: Nada.
Chaplin: ¿Nada?
Niño: Cualquier forma de gobierno me fastidia.
Chaplin: Pero alguien debe de gobernar.
Niño: No me gusta la palabra gobernar.
Chaplin: Bueno, si no te gusta la palabra gobernar, digamos mandar.
Niño: El mando en el gobierno significa poder político y el poder político es la
forma más directa de oprimir al pueblo.
Chaplin: ¿Qué dice usted que escribe en la revista?
Tercero: El comentario sobre la actualidad.
Chaplin: Ah.
Tercero: Perdone su majestad.
Chaplin: Pero, mi querido amiguito. La política es necesaria.
Niño: La política es un montón de reglas impuestas al pueblo.
Chaplin: En este país las reglas no se imponen, son el deseo de los ciudadanos libres.
Niño: Viaje un poco y verá la libertad que tiene.
Chaplin: No me has dejado terminar. Yo...
Niño: Todos van metidos en una camisa de fuerza, y no pueden mover un pie sin pasaporte.
Chaplin: Permíteme que termine...
Niño: En un mundo supuestamente libre, se violan los derechos de cada ciudadano.
Chaplin: Pero no me dejas que...
Niño: Se han convertido en esclavos de los déspotas políticos.
Chaplin: Sí, pero déjame...
Niño: Y si uno no piensa como éstos le retiran el pasaporte.
Chaplin: Me permites que...
Niño: Salir del país es más difícil que fugarse de la guandoca.
Chaplin: Sí, pero...
Niño: Y entrar en el país es tanto como pasar por el ojo de una aguja.
Chaplin: Pero si...
Niño: ¿Soy libre para viajar?
Chaplin: Claro que sí, a donde tú quieras.
Niño: Sólo si poseo un pasaporte.
Chaplin: Quieres dejárme que..
Niño: Sólo si poseo un pasaporte.
Chaplin: Sí, pero...
Niño: ¿Lo necesitan los animales?
Chaplin: No... ¿Has terminado ya?
Niño: Es una incongruencia que en la era de la velocidad atómica soportemos el lastre de los pasaportes.
Chaplin: Quieres dejarme de una vez que te explique...
Niño: Y la libertad de expresión, ¿existe?
Chaplin: ¡No! Porque te has quedado con ella.
Niño: ¿Y la libre empresa?
Chaplin: ¡Hablábamos de pasaportes!
Niño: Hoy todo está en manos de los monopolios.
Chaplin: De acuerdo, ahora deja...
Niño: ¿Puede entrar alguien en el negocio de los automóviles y competir con el autotruth?
Chaplin: Si me dejas decirte...
Niño: ¡Ni soñarlo! ¿Y entrar en el ramo de alimentación y competir contra con los grandes supermercados?
Chaplin: ¿Quieres callarte?
Niño: ¡Ni soñarlo! El monopolio es la amenaza de la libre empresa. Y si vuelvo la vista sesenta años atrás...
Chaplin: ¿Dónde estabas tú hace 60 años?
Otro niño: Era sólo un chispazo en los ojos de su bisabuela.
Chaplin: Bueno qué, ¿ya has terminado? Pues déjame decirte una cosa. Déjame decirte que estás muy equivocado. En primer lugar... En primer lugar... Ahora se me ha olvidado lo que quería decir...
Niño: ¿Y la bomba atómica?
Chaplin: Aahh.
Niño: Es un crimen que cuando el mundo clama por la energía atómica, usted quiera fabricar bombas atómicas.
Chaplin: ¿Yo? Si yo soy contrario a la bomba atómica.
Niño: Usted quiere aniquilar la civilización. Borrar todo rastro de vida en este planeta, aún cree que vive en el siglo XIX.
Chaplin: Tienes que saber que yo he perdido mi trono por negarme a fabricar la bomba atómica.
Niño: Usted y los de su clase creen que la bomba puede resolver sus problemas.
Chaplin: Escúchame mocoso.
Niño: El hombre tiene hoy exceso de poder. El Imperio Romano se derrumbó por el asesinato de César, ¿y por qué? Por causa del exceso de poder. El poderismo se esfumó con la Revolución Francesa. ¿Por qué?
Chaplin: Yo...
Niño: Por causa del exceso de poder. Y hoy el mundo entero estallará en mil pedazos. ¿Por qué?
Chaplin: Por causa del exceso de poder.
Niño: El monopolio del poder es una amenaza para la libertad. Degrada y hace víctima al individuo. ¿Y dónde está el individuo?
Chaplin: No lo sé, te lo juro.
Niño: Se halla sumido en el terror porque se le enseña a reprobar en vez de enseñarle a amar. Si queremos que la civilización sobreviva, hay que combatir el poder hasta lograr restablecer la paz y la dignidad humana.
Chaplin: Encantado Rupert.
Niño: Lo mismo digo.
Chaplin: Siéntate.
Chaplin: Dime, ¿qué estás leyendo?
Niño: A Carlos Marx.
Chaplin: No serás comunista, ¿verdad?
Niño: ¿Hay que ser comunista para leer a Carlos Marx?
Tercero: ¡Rupert!
Chaplin: Una respuesta razonable.
Chaplin: Si no eres comunista, ¿qué eres entonces?
Niño: Nada.
Chaplin: ¿Nada?
Niño: Cualquier forma de gobierno me fastidia.
Chaplin: Pero alguien debe de gobernar.
Niño: No me gusta la palabra gobernar.
Chaplin: Bueno, si no te gusta la palabra gobernar, digamos mandar.
Niño: El mando en el gobierno significa poder político y el poder político es la
forma más directa de oprimir al pueblo.
Chaplin: ¿Qué dice usted que escribe en la revista?
Tercero: El comentario sobre la actualidad.
Chaplin: Ah.
Tercero: Perdone su majestad.
Chaplin: Pero, mi querido amiguito. La política es necesaria.
Niño: La política es un montón de reglas impuestas al pueblo.
Chaplin: En este país las reglas no se imponen, son el deseo de los ciudadanos libres.
Niño: Viaje un poco y verá la libertad que tiene.
Chaplin: No me has dejado terminar. Yo...
Niño: Todos van metidos en una camisa de fuerza, y no pueden mover un pie sin pasaporte.
Chaplin: Permíteme que termine...
Niño: En un mundo supuestamente libre, se violan los derechos de cada ciudadano.
Chaplin: Pero no me dejas que...
Niño: Se han convertido en esclavos de los déspotas políticos.
Chaplin: Sí, pero déjame...
Niño: Y si uno no piensa como éstos le retiran el pasaporte.
Chaplin: Me permites que...
Niño: Salir del país es más difícil que fugarse de la guandoca.
Chaplin: Sí, pero...
Niño: Y entrar en el país es tanto como pasar por el ojo de una aguja.
Chaplin: Pero si...
Niño: ¿Soy libre para viajar?
Chaplin: Claro que sí, a donde tú quieras.
Niño: Sólo si poseo un pasaporte.
Chaplin: Quieres dejárme que..
Niño: Sólo si poseo un pasaporte.
Chaplin: Sí, pero...
Niño: ¿Lo necesitan los animales?
Chaplin: No... ¿Has terminado ya?
Niño: Es una incongruencia que en la era de la velocidad atómica soportemos el lastre de los pasaportes.
Chaplin: Quieres dejarme de una vez que te explique...
Niño: Y la libertad de expresión, ¿existe?
Chaplin: ¡No! Porque te has quedado con ella.
Niño: ¿Y la libre empresa?
Chaplin: ¡Hablábamos de pasaportes!
Niño: Hoy todo está en manos de los monopolios.
Chaplin: De acuerdo, ahora deja...
Niño: ¿Puede entrar alguien en el negocio de los automóviles y competir con el autotruth?
Chaplin: Si me dejas decirte...
Niño: ¡Ni soñarlo! ¿Y entrar en el ramo de alimentación y competir contra con los grandes supermercados?
Chaplin: ¿Quieres callarte?
Niño: ¡Ni soñarlo! El monopolio es la amenaza de la libre empresa. Y si vuelvo la vista sesenta años atrás...
Chaplin: ¿Dónde estabas tú hace 60 años?
Otro niño: Era sólo un chispazo en los ojos de su bisabuela.
Chaplin: Bueno qué, ¿ya has terminado? Pues déjame decirte una cosa. Déjame decirte que estás muy equivocado. En primer lugar... En primer lugar... Ahora se me ha olvidado lo que quería decir...
Niño: ¿Y la bomba atómica?
Chaplin: Aahh.
Niño: Es un crimen que cuando el mundo clama por la energía atómica, usted quiera fabricar bombas atómicas.
Chaplin: ¿Yo? Si yo soy contrario a la bomba atómica.
Niño: Usted quiere aniquilar la civilización. Borrar todo rastro de vida en este planeta, aún cree que vive en el siglo XIX.
Chaplin: Tienes que saber que yo he perdido mi trono por negarme a fabricar la bomba atómica.
Niño: Usted y los de su clase creen que la bomba puede resolver sus problemas.
Chaplin: Escúchame mocoso.
Niño: El hombre tiene hoy exceso de poder. El Imperio Romano se derrumbó por el asesinato de César, ¿y por qué? Por causa del exceso de poder. El poderismo se esfumó con la Revolución Francesa. ¿Por qué?
Chaplin: Yo...
Niño: Por causa del exceso de poder. Y hoy el mundo entero estallará en mil pedazos. ¿Por qué?
Chaplin: Por causa del exceso de poder.
Niño: El monopolio del poder es una amenaza para la libertad. Degrada y hace víctima al individuo. ¿Y dónde está el individuo?
Chaplin: No lo sé, te lo juro.
Niño: Se halla sumido en el terror porque se le enseña a reprobar en vez de enseñarle a amar. Si queremos que la civilización sobreviva, hay que combatir el poder hasta lograr restablecer la paz y la dignidad humana.