'Fragments', con las mejores imágenes de 2012 de los fotoperiodistas valencianos, remarca la separación entre la sociedad y sus representantes institucionales
Políticos que ríen y ciudadanos que lloran. Así fue el 2012 que capturaron diecisiete periodistas gráficos en la Comunitat Valenciana, un reflejo de realidad resumido en la exposición "Fragments" que este año remarca la separación entre la sociedad y sus representantes institucionales.
La décima edición de esta muestra, que por tercer año acoge el Centro Cultural La Nau de la Universitat de València, reivindica la importancia de una profesión golpeada por la crisis que, como muchas otras, atraviesa su peor momento, e insiste en un mensaje: "Sin periodismo no hay democracia".
Entre las decenas de instantáneas que la conforman, cuelgan algunas imágenes en neցro. Representan limitaciones del derecho a la información, "son los sitios, los hechos a los que no se ha podido llegar", por intereses políticos y económicos o por unas plantillas de trabajadores severamente diezmadas, ha denunciado el presidente de la Unió de Periodistes Valencians, Ximo Clemente.
La parte principal de la exposición, que recoge los momentos más destacados del año pasado, está compuesta por siete columnas de dos fotografías que revelan realidades enfrentadas.
En la primera, Francisco Camps ríe con gesto triunfal desde el banquillo de los acusados tras ser absuelto de un delito de cohecho. En la imagen inferior, una joven llora aterrada por los incidentes ocurridos en las protestas contra los recortes en educación.
En la tercera columna, el líder de los socialistas valencianos, Ximo Puig, y la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, bromean durante una reunión de trabajo, y en la fotografía que le acompaña un policía inmoviliza a un manifestante clavándole sus rodillas sobre la espalda.
En el último lugar de esta serie, Julio Iglesias canta en el Palau de Les Arts mientras un juzgado intenta localizarle para investigar el supuesto cobro de seis millones de euros a la Generalitat. Abajo, una progenitora y una hija lloran abrazadas a la espera de su desahucio.
"La imagen refleja una situación y sirve por sí sola para constatar el descontento de unos ciudadanos que no creen en sus políticos", explica Clemente.
Lo "triste" es que ni siquiera ha habido una selección malintencionada: "Es lo que la mayoría de los fotógrafos nos ha enviado para exponer", apunta Kai Forsterling, uno de los coordinadores de la muestra.
El resto del espacio expositivo lo completan las manifestaciones, los despropósitos urbanísticos, los desastres naturales de incendios y barcos encallados, las escenas costumbristas, los personajes culturales más destacados y las despedidas de héroes deportivos que abandonaron la escena pública en un 2012 sin apenas concesiones para la alegría.
Falta, no obstante, la fotografía que motivó la dimisión de un conseller: el instante en el que el entonces titular de Hacienda y Administración Pública, José Manuel Vela, le entrega -en plena sesión parlamentaria- un supuesto informe judicial del "caso cooperación" al diputado del PP Rafael Blasco, imputado en la causa.
Es uno de los lienzos neցros que resaltan entre millones de píxeles en tonalidad, expuesto así para protestar por el despido del fotógrafo que captó ese momento.
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