Eric Finch
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Plan b, deponer a Sánchez
Plan b, deponer a Sánchez
Publicado el Lunes, 4 mayo 2020 por Santiago González
Me van a permitir una primera afirmación, que muy lejos del ‘animus iniuriandi’, solo pretende retratar al personaje: el tipo que ejerce de presidente es un mentiroso, un orate y un necio, tal como demostró en su comparecencia sabatina. Un mentiroso es alguien que miente, y especialmente si lo hace por costumbre, según la RAE. Carlos Herrera lo dejaba establecido el viernes: “la única certeza que ofrece Sánchez es que va a mentir”. Y mentir, ya se sabe, es decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa, según la primera acepción del verbo que ofrece el DRAE. Es también un orate, en la segunda acepción que el diccionario canónico de nuestra lengua ofrece de la voz ‘psicopatía’: “Anomalía psíquica por obra de la cual, a pesar de la integridad de las funciones perceptivas y mentales, se halla patológicamente alterada la conducta social del individuo que la padece”. Finalmente, es también un ‘necio’ en el sentido etimológico de la palabra cuyo origen precisaba Joan Corominas en su Diccionario: del latín ‘nescius’, el que no sabe.
Tres veces, tres, dijo el sábado que comparecer cada 15 días para pedir la prórroga del estado de alarma era una decisión política y discrecional del Gobierno. Sostiene que pudo haber fijado un horizonte distinto, pero que eligió pedir la ampliación cada 15 días por su afán de rendir cuentas. Tendría que haber consultado la L.O. 4/81 de 1 de junio de los estados de alarma, excepción y sitio, que establece en su artículo 6.2 lo siguiente: “En el decreto se determinará el ámbito territorial, la duración y los efectos del estado de alarma, que no podrá exceder de quince días”.
Otras tres veces, tres, dijo que no hay plan B, asunto que no podía pillar a nadie por sorpresa, habida cuenta de que nunca ha tenido un plan A. Después de que la OCDE lo pusiera en su sitio al rebajar a España del puesto 8º al 17º por el número de test realizados, recurrió de nuevo a la Universidad Johns Hopkins, de Baltimore, para decir que somos el 5º país del mundo en número de test realizados y para ello volvió a sumar los test PCR y los test de anticuerpos, maña que solo practica su Gobierno: 1.351.130 PCR más 581.325 test rápidos, suman 1.992.455.
Volvió a recrearse en plan Narciso, asomándose a la fuente. No van a dejar a nadie atrás y todo ello “con el mayor despliegue de comunicación y tras*parencia hecho en democracia”. Calculaba La Razón que se van a quedar atrás unos 10 millones, si sumamos a los parados realmente existentes los siete millones de parados parciales subsidiados.
Volvió a mentir al responder a una pregunta de Servimedia sobre cómo puede conseguir que hayan coincidido la oposición y sus socios en quejarse de la falta de comunicación con ellos. Y respondió que todos los lunes “se pone en contacto con todos los líderes, hasta el último parlamentario del último grupo del Congreso”. La portavoz del PP y la líder de C’s lo acusaron de mentir en tiempo real en las redes. Ya al final, France Press, preguntó por qué la provincia como unidad geográfica para la desescalada, en vez de las áreas sanitarias, por ejemplo. Él dijo que la provincia: si yo le pregunto a cualquier español si sabe cuál es la frontera de su área sanitaria, cuales son sus límites, seguramente no lo sabe. Lo dice un gobernante que cree que las provincias de Almería y Cádiz son fronterizas y que confunde Palencia con Zamora. No es un caso único. Fernández Bermejo, que fue ministro de Justicia con Zapatero tuvo que dimitir por cazar en Andalucía cuando su licencia solo le permitía hacerlo en Castilla-La Mancha.
Hay un plan b, Casado debería tenerlo claro el miércoles: librarse de Pedro Sánchez. La gran coalición sería muy deseable en este tiempo y para estos problemas, pero con Sánchez es imposible. Él es la peor amenaza para su partido y para España.
Plan b, deponer a Sánchez
Publicado el Lunes, 4 mayo 2020 por Santiago González
Me van a permitir una primera afirmación, que muy lejos del ‘animus iniuriandi’, solo pretende retratar al personaje: el tipo que ejerce de presidente es un mentiroso, un orate y un necio, tal como demostró en su comparecencia sabatina. Un mentiroso es alguien que miente, y especialmente si lo hace por costumbre, según la RAE. Carlos Herrera lo dejaba establecido el viernes: “la única certeza que ofrece Sánchez es que va a mentir”. Y mentir, ya se sabe, es decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa, según la primera acepción del verbo que ofrece el DRAE. Es también un orate, en la segunda acepción que el diccionario canónico de nuestra lengua ofrece de la voz ‘psicopatía’: “Anomalía psíquica por obra de la cual, a pesar de la integridad de las funciones perceptivas y mentales, se halla patológicamente alterada la conducta social del individuo que la padece”. Finalmente, es también un ‘necio’ en el sentido etimológico de la palabra cuyo origen precisaba Joan Corominas en su Diccionario: del latín ‘nescius’, el que no sabe.
Tres veces, tres, dijo el sábado que comparecer cada 15 días para pedir la prórroga del estado de alarma era una decisión política y discrecional del Gobierno. Sostiene que pudo haber fijado un horizonte distinto, pero que eligió pedir la ampliación cada 15 días por su afán de rendir cuentas. Tendría que haber consultado la L.O. 4/81 de 1 de junio de los estados de alarma, excepción y sitio, que establece en su artículo 6.2 lo siguiente: “En el decreto se determinará el ámbito territorial, la duración y los efectos del estado de alarma, que no podrá exceder de quince días”.
Otras tres veces, tres, dijo que no hay plan B, asunto que no podía pillar a nadie por sorpresa, habida cuenta de que nunca ha tenido un plan A. Después de que la OCDE lo pusiera en su sitio al rebajar a España del puesto 8º al 17º por el número de test realizados, recurrió de nuevo a la Universidad Johns Hopkins, de Baltimore, para decir que somos el 5º país del mundo en número de test realizados y para ello volvió a sumar los test PCR y los test de anticuerpos, maña que solo practica su Gobierno: 1.351.130 PCR más 581.325 test rápidos, suman 1.992.455.
Volvió a recrearse en plan Narciso, asomándose a la fuente. No van a dejar a nadie atrás y todo ello “con el mayor despliegue de comunicación y tras*parencia hecho en democracia”. Calculaba La Razón que se van a quedar atrás unos 10 millones, si sumamos a los parados realmente existentes los siete millones de parados parciales subsidiados.
Volvió a mentir al responder a una pregunta de Servimedia sobre cómo puede conseguir que hayan coincidido la oposición y sus socios en quejarse de la falta de comunicación con ellos. Y respondió que todos los lunes “se pone en contacto con todos los líderes, hasta el último parlamentario del último grupo del Congreso”. La portavoz del PP y la líder de C’s lo acusaron de mentir en tiempo real en las redes. Ya al final, France Press, preguntó por qué la provincia como unidad geográfica para la desescalada, en vez de las áreas sanitarias, por ejemplo. Él dijo que la provincia: si yo le pregunto a cualquier español si sabe cuál es la frontera de su área sanitaria, cuales son sus límites, seguramente no lo sabe. Lo dice un gobernante que cree que las provincias de Almería y Cádiz son fronterizas y que confunde Palencia con Zamora. No es un caso único. Fernández Bermejo, que fue ministro de Justicia con Zapatero tuvo que dimitir por cazar en Andalucía cuando su licencia solo le permitía hacerlo en Castilla-La Mancha.
Hay un plan b, Casado debería tenerlo claro el miércoles: librarse de Pedro Sánchez. La gran coalición sería muy deseable en este tiempo y para estos problemas, pero con Sánchez es imposible. Él es la peor amenaza para su partido y para España.