Segismunda
Reina de los Trolls
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PIZPI GAVI tiene una carita tan perfecta que los forofos del fútbol están bukkakeando fotos suyas y compartiéndolas por internet. Intentan sentir lo que sería hacerle un facial empoderante a este chiquillo.
Mientras los españoles tienen autocontrol y se conforman con lecher una foto de su jugador favorito, los jovenlandeses son impulsivos e incapaces de refrenar sus instintos (ver ejemplo). Esto es un problema, pues PIZPI GAVI es un caramelito. Sus nalgas tonificadas son tan llamativas que hasta los realizadores deportivos las buscan y enfocan. En los partidos donde sale PIZPI GAVI es difícil seguir el balón, pues todo son planos de ese culito ultra-forzable.
La belleza de PIZPI GAVI sigue los cánones renacentistas. Además de poseer unos rasgos cincelados por el mismo Dios, su piel es de porcelana y sus labios son rosaditos. Habría que ser muy lgtb para no querer lamérselos en plan colegueo. Pero viviendo en Barcelona, donde la práctica del taharrush o violación colectiva se está disparando, contar con una belleza de efebo así de apabullante no es bueno.
PIZPI GAVI se pasa el día BULGEANDO. Le pesa tanto la pirula que le molesta para jugar, por eso se la agarra todo el rato. El resto de jugadores también intentan agarrársela, como Vinicius Jr, que le palpó el ESCUPE-lecheS, aunque lo que le pedía el cuerpo era llevárselo a la boca. Sorber las lefotas juveniles y nutritivas de PIZPI GAVI no es incompatible con la heterosexualidad.
También merece comentario el cuellazo y la nuez protuberante de PIZPI GAVI. Pese a estos caracteres tan masculinos, su atractivo de efebo, la ausencia de vello corporal y su estatura reducida ponen a PIZPI GAVI en la diana de los taharrusheadores de Barcelona, que cada vez son más. El propio PIZPI GAVI parece preocupado por su integridad perianal en esta foto. Incluso con esta carita de miedo, que nos indica que PIZPI GAVI no quiere vivir la Experiencia Torrijos, está 100% taharrusheable:
La evolución física de PIZPI GAVI sorprende a propios y extraños. Sus pectorales y su six pack dibujan surcos tan claros, que en otros tiempos Pep Guardiola los hubiese rejuntado con su simiente cual albañil lechando el gresite de un baño.
Los apetitosos muslos de PIZPI GAVI han pasado de ser delgaditos a musculados y muy preñadores. Junto a su baja estatura y el contrapeso que ejerce su fresco platanón, estas piernas no solo le permiten empotrar con furia porcina, sino recibir enculadas salvajes sin caerse al suelo. Algo que durante un taharrusheo es muy valorado por el pueblo de la religión del amor. PIZPI GAVI podría aguantar las empotradas cumeiras de dos docenas de pakistaníes sin perder el equilibrio al estilo Pamplona.
El modo de empleo de PIZPI GAVI es muy sencillo, al tratarse de un jugador manejable. Con una mano puede voltearse y colocarse en una postura gostosa, mientras con la otra se le estimula la próstata. Que el taharruseo sea una práctica sin consentimiento no significa que los fiel a la religión del amores no vayan a preocuparse por el placer de PIZPI GAVI. Aquí podemos ver a un jugador pakistaní intentando violentar el esfínter del chortino.
En conclusión, es necesario poner sobre la mesa tres cuestiones clave: 1) la práctica del taharrush ha llegado a España, 2) cada vez más hombres como el cántabro Pedro Torrijos la padecen en sus carnes y 3) PIZPI GAVI no estará a salvo hasta que se le asigne una escolta.
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Mientras los españoles tienen autocontrol y se conforman con lecher una foto de su jugador favorito, los jovenlandeses son impulsivos e incapaces de refrenar sus instintos (ver ejemplo). Esto es un problema, pues PIZPI GAVI es un caramelito. Sus nalgas tonificadas son tan llamativas que hasta los realizadores deportivos las buscan y enfocan. En los partidos donde sale PIZPI GAVI es difícil seguir el balón, pues todo son planos de ese culito ultra-forzable.
La belleza de PIZPI GAVI sigue los cánones renacentistas. Además de poseer unos rasgos cincelados por el mismo Dios, su piel es de porcelana y sus labios son rosaditos. Habría que ser muy lgtb para no querer lamérselos en plan colegueo. Pero viviendo en Barcelona, donde la práctica del taharrush o violación colectiva se está disparando, contar con una belleza de efebo así de apabullante no es bueno.
PIZPI GAVI se pasa el día BULGEANDO. Le pesa tanto la pirula que le molesta para jugar, por eso se la agarra todo el rato. El resto de jugadores también intentan agarrársela, como Vinicius Jr, que le palpó el ESCUPE-lecheS, aunque lo que le pedía el cuerpo era llevárselo a la boca. Sorber las lefotas juveniles y nutritivas de PIZPI GAVI no es incompatible con la heterosexualidad.
También merece comentario el cuellazo y la nuez protuberante de PIZPI GAVI. Pese a estos caracteres tan masculinos, su atractivo de efebo, la ausencia de vello corporal y su estatura reducida ponen a PIZPI GAVI en la diana de los taharrusheadores de Barcelona, que cada vez son más. El propio PIZPI GAVI parece preocupado por su integridad perianal en esta foto. Incluso con esta carita de miedo, que nos indica que PIZPI GAVI no quiere vivir la Experiencia Torrijos, está 100% taharrusheable:
La evolución física de PIZPI GAVI sorprende a propios y extraños. Sus pectorales y su six pack dibujan surcos tan claros, que en otros tiempos Pep Guardiola los hubiese rejuntado con su simiente cual albañil lechando el gresite de un baño.
Los apetitosos muslos de PIZPI GAVI han pasado de ser delgaditos a musculados y muy preñadores. Junto a su baja estatura y el contrapeso que ejerce su fresco platanón, estas piernas no solo le permiten empotrar con furia porcina, sino recibir enculadas salvajes sin caerse al suelo. Algo que durante un taharrusheo es muy valorado por el pueblo de la religión del amor. PIZPI GAVI podría aguantar las empotradas cumeiras de dos docenas de pakistaníes sin perder el equilibrio al estilo Pamplona.
El modo de empleo de PIZPI GAVI es muy sencillo, al tratarse de un jugador manejable. Con una mano puede voltearse y colocarse en una postura gostosa, mientras con la otra se le estimula la próstata. Que el taharruseo sea una práctica sin consentimiento no significa que los fiel a la religión del amores no vayan a preocuparse por el placer de PIZPI GAVI. Aquí podemos ver a un jugador pakistaní intentando violentar el esfínter del chortino.
En conclusión, es necesario poner sobre la mesa tres cuestiones clave: 1) la práctica del taharrush ha llegado a España, 2) cada vez más hombres como el cántabro Pedro Torrijos la padecen en sus carnes y 3) PIZPI GAVI no estará a salvo hasta que se le asigne una escolta.
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