Vlad_Empalador
Será en Octubre
«Le pegó con el sacho, la pudo dejar seca»
E. V. PITAVIGO / LA VOZ
REDONDELA
Entrada de la Audiencia de Pontevedra MARCOS GAGO
El fiscal pide 10 años de guandoca para un redondelano por un asesinato frustado
23 abr 2022. Actualizado a las 05:00 h.
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La Fiscalía confirmó su petición de 10 años de guandoca por un intento de asesinato para un vecino de Ventosela, en Redondela, acusado de golpear con una azada o un sacho a una labriega de 56 años que regaba su finca el 3 diciembre del 2017. La última sesión se celebró ayer en la Audiencia en Vigo y tanto el fiscal como el abogado de la víctima intentaron convencer al tribunal de que Manuel N.C. tenía intención de apiolar a su vecina, con la que mantenía enemistad por supuestos agravios.
El fiscal expuso sus conclusiones en una vista celebrada en la quinta sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo. La acusación particular añadió que el acusado tenía una «manía persecutoria» hacia la víctima y su marido porque los culpaba de incendiar un galpón suyo unos años atrás, lo que ellos niegan.
Al fiscal no le cabe duda de que el implicado visitó la finca de la víctima para matarla: «La golpeó por detrás con una piedra y un sacho, la pudo dejar seca, ella tuvo mucha suerte pero podía haberse quedado allí. Se la encontraron chorreando sangre y se meó encima».
La Policía Local halló más tarde al hombre con salpicaduras de sangre en la ropa y la cara, y arañazos o, más bien, erosiones. La Fiscalía recalcó que eran erosiones porque si el hombre tuviese arañazos, la defensa podría alegar que la víctima tuvo la oportunidad de prestar resistencia y herir a su agresor, lo que haría dudar al tribunal si están ante un intento de asesinato planeado y sorpresivo o, más bien, es una tentativa de homicidio durante una reyerta entre vecinos.
La Fiscalía cree haber resuelto el entuerto con la declaración de la Policía Local de Redondela. Primeramente, los agentes decían que el agresor había atacado de frente a su víctima, con la que se cruzó, lo que inclinaba la balanza hacia un homicidio. Pero el fiscal recordó que luego en el juicio los agentes testificaron que ellos se limitaron a contar lo que relató la víctima y que esta les había dicho que la agredió por la espalda y cuando estaba agachada regando la finca. Ese ataque a traición refuerza la tesis de la fiscalía de que el agresor iba a matarla y la sentenció: «Chama a quen queiras, de aquí ti non vas saír».
El fiscal concluye que el agresor tenía «ánimo de apiolar», usó un instrumento potencialmente letal como una azada y la golpeó en la cabeza por detrás con alevosía cuando ella estaba agachada sin dejarle posibilidad de defensa. A ello se suma que el implicado niega los hechos sin dar explicaciones pese a que un testigo lo vio marcharse con la azada.
La acusación particular añade que «él tenía intención de quitarle la vida, con un ánimo fistro, ruin y perverso; es un delito de asesinato con alevosía en grado de tentativa».
La defensa pide la absolución. Se basa en que el acusado lo niega todo y que, cuando llegó la policía a la escena, él no estaba allí.
E. V. PITAVIGO / LA VOZ
REDONDELA
Entrada de la Audiencia de Pontevedra MARCOS GAGO
El fiscal pide 10 años de guandoca para un redondelano por un asesinato frustado
23 abr 2022. Actualizado a las 05:00 h.
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La Fiscalía confirmó su petición de 10 años de guandoca por un intento de asesinato para un vecino de Ventosela, en Redondela, acusado de golpear con una azada o un sacho a una labriega de 56 años que regaba su finca el 3 diciembre del 2017. La última sesión se celebró ayer en la Audiencia en Vigo y tanto el fiscal como el abogado de la víctima intentaron convencer al tribunal de que Manuel N.C. tenía intención de apiolar a su vecina, con la que mantenía enemistad por supuestos agravios.
El fiscal expuso sus conclusiones en una vista celebrada en la quinta sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo. La acusación particular añadió que el acusado tenía una «manía persecutoria» hacia la víctima y su marido porque los culpaba de incendiar un galpón suyo unos años atrás, lo que ellos niegan.
Al fiscal no le cabe duda de que el implicado visitó la finca de la víctima para matarla: «La golpeó por detrás con una piedra y un sacho, la pudo dejar seca, ella tuvo mucha suerte pero podía haberse quedado allí. Se la encontraron chorreando sangre y se meó encima».
La Policía Local halló más tarde al hombre con salpicaduras de sangre en la ropa y la cara, y arañazos o, más bien, erosiones. La Fiscalía recalcó que eran erosiones porque si el hombre tuviese arañazos, la defensa podría alegar que la víctima tuvo la oportunidad de prestar resistencia y herir a su agresor, lo que haría dudar al tribunal si están ante un intento de asesinato planeado y sorpresivo o, más bien, es una tentativa de homicidio durante una reyerta entre vecinos.
La Fiscalía cree haber resuelto el entuerto con la declaración de la Policía Local de Redondela. Primeramente, los agentes decían que el agresor había atacado de frente a su víctima, con la que se cruzó, lo que inclinaba la balanza hacia un homicidio. Pero el fiscal recordó que luego en el juicio los agentes testificaron que ellos se limitaron a contar lo que relató la víctima y que esta les había dicho que la agredió por la espalda y cuando estaba agachada regando la finca. Ese ataque a traición refuerza la tesis de la fiscalía de que el agresor iba a matarla y la sentenció: «Chama a quen queiras, de aquí ti non vas saír».
El fiscal concluye que el agresor tenía «ánimo de apiolar», usó un instrumento potencialmente letal como una azada y la golpeó en la cabeza por detrás con alevosía cuando ella estaba agachada sin dejarle posibilidad de defensa. A ello se suma que el implicado niega los hechos sin dar explicaciones pese a que un testigo lo vio marcharse con la azada.
La acusación particular añade que «él tenía intención de quitarle la vida, con un ánimo fistro, ruin y perverso; es un delito de asesinato con alevosía en grado de tentativa».
La defensa pide la absolución. Se basa en que el acusado lo niega todo y que, cuando llegó la policía a la escena, él no estaba allí.
