Carrus Magníficus
Madmaxista
Empiezan a configurarse cosas:
Y oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id, y derramad las copas de la ira de Dios sobre la tierra. Y fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra; y vino una pestilente y maligna úlcera sobre los hombres que tenían la marca de la bestia y que adoraban su imagen.
Y cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción está cerca [...] porque habrá gran angustia sobre la tierra, e ira sobre este pueblo. Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles sean cumplidos. Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de naciones en confusión; bramando el mar y las olas; desfalleciendo los hombres a causa del temor y expectación de las cosas que vendrán sobre la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas [...] Y cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestras cabezas, porque vuestra redención está cerca.
Y oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id, y derramad las copas de la ira de Dios sobre la tierra. Y fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra; y vino una pestilente y maligna úlcera sobre los hombres que tenían la marca de la bestia y que adoraban su imagen.
(Apocalipsis 16:1-2)
Y cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción está cerca [...] porque habrá gran angustia sobre la tierra, e ira sobre este pueblo. Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles sean cumplidos. Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de naciones en confusión; bramando el mar y las olas; desfalleciendo los hombres a causa del temor y expectación de las cosas que vendrán sobre la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas [...] Y cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestras cabezas, porque vuestra redención está cerca.
(Lucas 21:20-28)