PERLAS DERROÍDAS #1: subida de peso se casa con CHAD, la vida le sonríe, va por el pueblo altanera y vacilona... hasta que PAZUZU preña su núcleo familiar.

Segismunda · 26 Feb 2024

SHANNON creció en la ciudad norcarolina de Asheville, que descansa en un tranquilo valle de los montes Apalaches. Su infancia fue muy dura en los noventa y tuvo que soportar los insultos de las Kimberlies y las Debies de su colegio. Por estar rellenita era apodada "human meatball", "fatty cunt" y otras crueldades que hicieron crecer en ella un afán de superación mezclado con deseos de venganza. Un día, mientras untaba crema de cacahuete en sus twinkies, se juró a sí misma que pescaría un marido tan sorbible (SIPPABLE) que esas lechonas (THAT WHORES) arderían de envidia.

¡Y vaya si pescó a un marido sippable! Nada menos que SHAUN, EL MALOTE DEL INSTI. Sus excompañeras de clase se daban a los demonios cada vez que los veían de la mano por el downtown. Ellas, que se dejaban la piel en spinning, que jamás superaban las 1200 calorías diarias y se purgaban con laxantes una vez a la semana, en lo que denominaban «THE CHOLERIC SHITTING DAY». En secundaria, Shauny era solo un porrero adolescente, pero ya ponía las almejas de las mujers a la marinera. Tras el instituto, este malote pisacabezas desarrolló un fisicazo de CHAD y entonces, la idea de que un macho de tanta calidad estuviese con Shannon las volvía locas de rabia. La gordita había cumplido su promesa, pero sus excompañeras escudriñaban su vida, deseando que su felicidad se truncara. La pareja había roto el equilibrio de castas de la high school y lo pagaría caro.

Las plegarias de estos shishiS VENENOSOS no tardaron en ser escuchadas y PAZUZU poseyó el corazón de MELISSA, la suegra de Shannon, para que desatase el caos en el núcleo familiar. Melissa ya contaba 44 primaveras, pero no estaba dispuesta a ser la clásica abuela. Con su pelo frito y su gloss rosa chicle, aún rompía corazones. Acostumbrada a ser el centro de atención, comenzó a entrometerse en los asuntos domésticos de la pareja. Cuando su nuera parió a su primer nieto, comentaba cada foto en Facebook, atribuyéndose todo el mérito por la belleza de la criatura. Leer frases como «se parece a mí y a mi precioso hijo, que es sexy como el malo» hacía pasar vergüenza Shannon, pero no le quedó más remedio que acostumbrarse a los diveos de esta vieja gloria. A fin de cuentas, ya era una ganadora. Paseaba por el pueblo altanera y vacilona, mirando por encima del hombro a sus excompañeras de instituto. Pero su alma estaba a punto de ser cagada.

LA POLICÍA INTERVIENE Y PAZUZU CAGA EL NÚCLEO FAMILIAR

Las CONTINUAS PELEAS de la familia Pfeiffer alarman a los vecinos que, en esta ocasión, llaman a las autoridades. Los gritos hacen prever el peor desenlace así que los agentes llegan raudos y derriban la puerta. No hay tiempo que perder, están en juego vidas humanas. Una vez en el interior del domicilio, siguen el sonido de la trifulca, que los lleva a la habitación del matrimonio. MacNichols, el más experimentado de los agentes, patea la puerta y entra al dormitorio apuntando con su revolver. Brown, que tiene tan solo un año de experiencia, le sigue detrás. Lo que están presenciando cambiará sus vidas para siempre.

Sobre la cama matrimonial, Shaun yace desnudo con su generoso miembro erecto. Su progenitora, Melissa, lo cabalga como una amazona enloquecida, en lo que parece un intento desesperado por desnacerlo, volver a metérselo en el útero de donde nunca debió salir. Quisiera gestarlo otra vez, aunque ya tenga 25 años, y alejarlo de mujeres que no le merecen. En Carolina del Norte, el incesto es un delito penado con hasta 3 años de prisión pero la amada es tan apelera y frenética, que el roce ha desatado un intenso olor a bacalao a bras y no deja pensar a los agentes.

Tras el shock inicial, el más veterano agarra a Melissa de los brazos y la arranca de su hijo con cierta dificultad, como se saca un rábano de la tierra azotada por una contumaz sequía. El más joven avanza torpemente sobre la cama, con intención de agarrar las muñecas de Shaun, pero este, que ya estaba al borde del orgasmo cuando entraron, no puede contener su inercia cumeira.

Pavorosos espasmos recorren todo su cuerpo, sus ojos se ponen en blanco y jadea como un toro herido. Es entonces cuando una eyaculación soberbia comienza a brotar, cayendo en el brazo del agente Brown, que intenta reprimir sus arcadas pero acaba vomitando sin control sobre la cama. El espectáculo es dantesco: Melissa gatea desnuda por la habitación, emitiendo alaridos de pánico, MacNichols la persigue con sus propias ropa interior, recuperadas del suelo, para intentar vestirla, mientras Shaun y el agente Brown son un triste amasijo de vómitos y leche que pelea por salvar a una vez la vida y la honra.

¿QUÉ PASÓ CON LOS PROTAGONISTAS DE ESTA HISTORIA?

MELISSA KITCHENS y su hijo fueron arrestados con 30.000 y 70.000 dólares de fianza, respectivamente. La fianza del varón era más elevada, porque ya acumulaba diversos delitos, como buen alfota peligrosito. Finalmente quedaron libres de cargos. Melissa se encuentra en una espiral delictiva; entra y sale de la guandoca like Peter by his house.

SHANNON PFEIFFER, devota cristiana, perdonó a su marido, pues según contó en sus redes sociales, «errar es humano», y el que no se haya sentado en la pirula de papá o le haya comido la molleja a mamá, que tire la primera piedra. Siete años después, anunció su divorcio de Shaun, pero meses más tarde se echó atrás en su decisión y siguen felices y trayendo bebitos al mundo. Si bien fue duro soportar el cachondeo de sus excompañeras de clase, Shannon se dijo a sí misma: tener una platano de alfota en las entrañas bien merece pasar una poca de vergüenza.

El agente MACNICHOLS se prejubiló al año siguiente del suceso y ahora vive en una granja de Missouri junto a su esposa. Irónicamente regentan una plantación de rábanos.

El agente BROWN dejó el cuerpo y actualmente tiene una empresa que fabrica velas con leche humano. Para este joven, naturalizar lo que le pasó es el único modo de superar su lefota-fobia. Aunque es heterosexual y tiene novia, ordeña personalmente a los donantes. «Después de muchos vómitos he conseguido ser fuerte en Cristo y las lefotas no me dan miedo, las lefotas ya no controlan mi vida, solo yo la controlo».

Por desgracia para SHAUN, CHARUZU no perdona la vergüenza que hizo pasar a su esposa, y ha decidido derroírlo a pelito. El antaño mañaco no solo acumula arrestos por amenazas, asaltos y por ser un mujer-molester, sino que ha eclosionado como una poppita en el microondas. Entre la foto izquierda y la derecha, este mañaco ha pasado de los 25 años a los 32, de la sorbilidad absoluta a la insorbilidad más descorazonadora.

Aunque parezca extraño que CHARUZU castigue a este hombre con una derroición física, lo cual castiga indirectamente a su mujer, es posible que ambos la hayan enfurecido. En este vídeo del año 2014 puede verse a la pareja. SHANNON era una mujer normal. La virulencia con la que los partos y las malas decisiones estéticas la han derroído nos señala la presencia de CHARUZU. Quizás Shannon tenga una faceta oscura que desconocemos.