El Govern reclama al presidente "día y hora" para la negociación y acusa a la Policía de no actuar con "proporcionalidad"
Torra y Aragonès en la comparecencia ANTONIO MORENO
El presidente del Gobierno en funciones no ha querido ponerse al teléfono y el Ejecutivo se ha limitado a hacer pública, a través de un comunicado, su posición. Lo primero, subrayan, es que el "señor Torra debe condenar rotundamente la violencia", algo que pese a varios intentos y algunas declaraciones menos conniventes con los disturbios, el Gobierno cree que "no ha hecho hasta el momento". Además, reclaman debe "reconocer" el trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de los Mossos d'Esquadra y "solidarizarse" con los policías heridos.
Sobre la petición de diálogo aseguran que el Ejecutivo "siempre ha estado a favor de dialogar dentro de la ley". De hecho, se abrió un proceso formal en el Palacio de Pedralbes, en diciembre pasado, con una reunión entre Sánchez y Torra, que se cerró abruptamente por dos cuestiones. ERC y JxCat exigían la celebración de un referéndum y sin eso no garantizaban al Gobierno el apoyo de los presupuestos.
Esa ruptura desembocó en la convocatoria de las pasadas elecciones del 28 de abril. Moncloa indica, y así se ha defendido durante estos meses, que puede retomarse el diálogo, pero dentro del cumplimiento de la ley. "Primero ley y luego diálogo".
Moncloa evitar llamar 'president' a Torra
El Ejecutivo señala que para que el diálogo sea efectivo "el señor Torra -Moncloa no le cita como president de la Generalitat- debería reconocer a la otra parte de catalanes, que no son independentistas, y que le están reclamando reconstruir la convivencia dañada por el independentismo". Algo, recuerdan, que le ha solicitado reiteradamente el líder del PSC, Miquel Iceta. Esa convivencia, sostiene el Gobierno, "últimamente aún está más dañada con el independentismo violento".
De hecho, Torra aparece, según las investigaciones policiales, muy vinculado a miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) más violentos. El president, según las fuentes consultadas, se ha convertido en un enorme lastre para poder encontrar una salida al problema catalán.
Tanto por su inoperancia al frente de la Generalitat como por su extremismo y su subordinación a Carles Puigdemont y su operación de "cuanto peor mejor". Insostenible incluso para ERC, sus socios en el Govern, el Gobierno está tratando de que los republicanos le dejen caer y le obliguen a convocar unas nuevas elecciones autonómicas.
El Gobierno de España, afirma Moncloa en su comunicado, "reitera que el problema de Cataluña no es la independencia, que no se producirá, porque no es legal, ni la quiere la mayoría de catalanes, sino la convivencia". Su propuesta de referéndum, le dice a Torra, "no la quiere ni la mayoría de catalanes ni, al parecer, la mayoría de su propio Govern".
El Govern se desmarca de escenas violentas
En la mañana de este sábado, el Gobierno catalán ha subido el tono y ha exigido a Sánchez que fije "un día y una hora para una mesa de negociaciones", a la vez que ha criticado a la Policía Nacional por algunas de sus actuaciones durante las cinco jornadas de protesta en las calles tras la sentencia del Tribunal Supremo que condenó, el pasado lunes, a penas de 9 a 13 años de prisión a nueve dirigentes independentistas.
Torra ha presidido un gabinete de seguimiento de los disturbios en Barcelona y otros municipios de Cataluña junto miembros del Govern y los alcaldes de Tarragona, Gerona y Lérida. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se ha ausentado de la convocatoria.
El president, que ha comparecido en el Palau de la Generalitat ante los medios acompañado por el vicepresidente Pere Aragonès y los tres alcaldes, considera que el presidente del Gobierno en funciones tiene la "responsabilidad y obligación" de fijar ese encuentro con los dirigentes políticos catalanes y que "es más urgente que nunca".
Aragonès, en un tono más grave, ha instado al Gobierno "a que haga que su policía actúe con la proporcionalidad y oportunidad que marcan los criterios de cualquier policía democrática". "Hace mucho tiempo que pedimos una reunión a Pedro Sánchez y él solamente envía al ministro del Interior", ha criticado.
El dirigente de Esquerra Republicana de Catalunya ha afirmado: "Estamos en una situación gravísima. En primer lugar, por la suma de 100 años de prisión de una sentencia que recorta derechos básicos y libertades".
, ha dicho el president, que también ha añadido:
Pedro Sánchez se niega a coger el teléfono a Quim Torra y le pide que condene "rotundamente" la violencia
PD: ¡Ay Pedralbes, Pedralbes...! Donde Sánchez quería vender la nación por un plato de lentejas que se comería él.
¡Ay Iceta...! Otro que tal baila! Bueno, también dirige la Fiarmónica Socialista en la que Sánchez solo es el concertino que da el tono y pone la cara.
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El presidente del Gobierno en funciones no ha querido ponerse al teléfono y el Ejecutivo se ha limitado a hacer pública, a través de un comunicado, su posición. Lo primero, subrayan, es que el "señor Torra debe condenar rotundamente la violencia", algo que pese a varios intentos y algunas declaraciones menos conniventes con los disturbios, el Gobierno cree que "no ha hecho hasta el momento". Además, reclaman debe "reconocer" el trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de los Mossos d'Esquadra y "solidarizarse" con los policías heridos.
Sobre la petición de diálogo aseguran que el Ejecutivo "siempre ha estado a favor de dialogar dentro de la ley". De hecho, se abrió un proceso formal en el Palacio de Pedralbes, en diciembre pasado, con una reunión entre Sánchez y Torra, que se cerró abruptamente por dos cuestiones. ERC y JxCat exigían la celebración de un referéndum y sin eso no garantizaban al Gobierno el apoyo de los presupuestos.
Esa ruptura desembocó en la convocatoria de las pasadas elecciones del 28 de abril. Moncloa indica, y así se ha defendido durante estos meses, que puede retomarse el diálogo, pero dentro del cumplimiento de la ley. "Primero ley y luego diálogo".
Moncloa evitar llamar 'president' a Torra
El Ejecutivo señala que para que el diálogo sea efectivo "el señor Torra -Moncloa no le cita como president de la Generalitat- debería reconocer a la otra parte de catalanes, que no son independentistas, y que le están reclamando reconstruir la convivencia dañada por el independentismo". Algo, recuerdan, que le ha solicitado reiteradamente el líder del PSC, Miquel Iceta. Esa convivencia, sostiene el Gobierno, "últimamente aún está más dañada con el independentismo violento".
De hecho, Torra aparece, según las investigaciones policiales, muy vinculado a miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) más violentos. El president, según las fuentes consultadas, se ha convertido en un enorme lastre para poder encontrar una salida al problema catalán.
Tanto por su inoperancia al frente de la Generalitat como por su extremismo y su subordinación a Carles Puigdemont y su operación de "cuanto peor mejor". Insostenible incluso para ERC, sus socios en el Govern, el Gobierno está tratando de que los republicanos le dejen caer y le obliguen a convocar unas nuevas elecciones autonómicas.
El Gobierno de España, afirma Moncloa en su comunicado, "reitera que el problema de Cataluña no es la independencia, que no se producirá, porque no es legal, ni la quiere la mayoría de catalanes, sino la convivencia". Su propuesta de referéndum, le dice a Torra, "no la quiere ni la mayoría de catalanes ni, al parecer, la mayoría de su propio Govern".
El Govern se desmarca de escenas violentas
En la mañana de este sábado, el Gobierno catalán ha subido el tono y ha exigido a Sánchez que fije "un día y una hora para una mesa de negociaciones", a la vez que ha criticado a la Policía Nacional por algunas de sus actuaciones durante las cinco jornadas de protesta en las calles tras la sentencia del Tribunal Supremo que condenó, el pasado lunes, a penas de 9 a 13 años de prisión a nueve dirigentes independentistas.
Torra ha presidido un gabinete de seguimiento de los disturbios en Barcelona y otros municipios de Cataluña junto miembros del Govern y los alcaldes de Tarragona, Gerona y Lérida. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se ha ausentado de la convocatoria.
El president, que ha comparecido en el Palau de la Generalitat ante los medios acompañado por el vicepresidente Pere Aragonès y los tres alcaldes, considera que el presidente del Gobierno en funciones tiene la "responsabilidad y obligación" de fijar ese encuentro con los dirigentes políticos catalanes y que "es más urgente que nunca".
Aragonès, en un tono más grave, ha instado al Gobierno "a que haga que su policía actúe con la proporcionalidad y oportunidad que marcan los criterios de cualquier policía democrática". "Hace mucho tiempo que pedimos una reunión a Pedro Sánchez y él solamente envía al ministro del Interior", ha criticado.
El dirigente de Esquerra Republicana de Catalunya ha afirmado: "Estamos en una situación gravísima. En primer lugar, por la suma de 100 años de prisión de una sentencia que recorta derechos básicos y libertades".
, ha dicho el president, que también ha añadido:
Pedro Sánchez se niega a coger el teléfono a Quim Torra y le pide que condene "rotundamente" la violencia
PD: ¡Ay Pedralbes, Pedralbes...! Donde Sánchez quería vender la nación por un plato de lentejas que se comería él.
¡Ay Iceta...! Otro que tal baila! Bueno, también dirige la Fiarmónica Socialista en la que Sánchez solo es el concertino que da el tono y pone la cara.
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