jvega
Madmaxista
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Hombres repartiendo octavillas en las Ramblas en contra de la prespitación.
El 20% de los varones españoles afirma haber pagado por sexoAsociaciones de cortesanas critican que los hombres crean que "necesitamos que nos defiendan"
LUCAS DE LA CALBarcelona
08/04/2016 02:44"Los hombres de verdad no compran mujeres". El primer cliente al que le entregan un papel con esta frase mira unos segundos hacia el suelo, levanta la cabeza y dice que sólo se va a tomar una copa. El segundo cliente al que le entregan un papel con la misma frase lo rompe en la cara de Pere Soler y su grupo de seis hombres. Los proxenetas montados en coches caros les miran con recelo. Las jóvenes de Europa del Este les insultan. Ellos permanecen impasibles en la puerta de uno de los burdeles de La Junquera, entregando propaganda contra la prespitación a todos los camioneros que hacen una pequeña parada en este municipio fronterizo entre Cataluña y Francia. Aquí hay el doble de mujeres vendiendo su cuerpo que hace 10 años. Muchos llaman al lugar el "paraíso de la prespitación". Otros, como Pere, coordinador de la Asociación Zeromacho en España, lo consideran el epicentro de la corrupción jovenlandesal y de la desigualdad de género. "Tenemos que combatir el machismo empezando por su representación más extrema, la prespitación. Explotar sexualmente a las mujeres es incompatible con la democracia". Palabra de un hombre que dice sentir estupor al leer que el 20% de los varones españoles reconoce haber pagado por sesso. Por ello, Pere decidió hace unos meses unirse al colectivo Zeromacho, un movimiento que nació hace cinco años en Francia de la mano de Gérard Biard, actual director del semanario satírico Charlie Hebdo. En sus columnas defiende que se debe multar a los clientes para poner fin a la explotación sensual de la mujer. Sus reivindicaciones ya están en 56 países, con miles de seguidores a pie de calle exigiendo que se prohíba la prespitación. Ahora se acaban de dar a conocer en Barcelona."Nos centramos en el problema, que son los clientes. Hay que construir una sociedad igualitaria y no pararemos mientras haya un solo hombre que pueda comprar los servicios sensuales de una mujer", asegura Pere. Tiene 52 años y trabaja como director de relaciones externas del Parque Audiovisual de Cataluña. A su lado está Bernat Escudero, 38 años, empleado de una empresa hidráulica. Ellos, junto al resto de los 10 hombres que han puesto en marcha este proyecto en España, pasean estos días por el barrio barcelonés del Raval, "intimidando" con discursos sobre igualdad de género a aquellos que se acercan a las cortesanas apostadas en los portales. "También vamos por los institutos, llevamos a ex cortesanas, que explican a los chavales lo que se esconde detrás de ese mundo. Les enseñamos a respetar a las mujeres y a ellos mismos", cuentan. -"¿Por qué sólo sois hombres?"-"La respuesta es sencilla, si nosotros no somos capaces de convencer a otro hombre para que no se vaya de pilinguis, una mujer no lo va a hacer"."No necesitamos ser salvadas"Como todas las historias, ésta también tiene dos caras. Por eso hablamos con Concha Borrell, presidenta de Aprosex, la primera asociación de cortesanas que lleva tres años en acción en Barcelona, dando apoyo jovenlandesal y luchando por los derechos de las chicas que ejercen la prespitación por la normalización del trabajo sensual.Encontramos a Concha en una manifestación a favor de la regularización de la prespitación, a pocos metros de donde el colectivo Zeromacho entrega panfletos con sus reivindicaciones. "Nosotras no necesitamos ser salvadas. Estaría bien que este grupo de hombres nos hubiera preguntado por nuestra situación. Se creen que no somos lo suficientemente fuertes para ayudarnos entre nosotras", explica esta catalana de 43 años, terapeuta sensual y cortesana desde hace nueve años. "Lo que están haciendo estos tipos es victimizarnos y quitarnos la voz. No dudo de que sus intenciones sean buenas, pero desde nuestro colectivo llevamos años luchando por nuestros derechos, como ciudadanas y trabajadoras libres, y esto entorpece nuestra lucha".Concha lleva dos años en Barcelona dando cursos sobre prespitación, con grupos de seis y siete mujeres, con el objetivo de instruir a las chicas que empiezan a hacer la calle, con nociones básicas para la profesionalización del oficio más antiguo del mundo. "Trabajar en el mundo del sesso no es fácil. Hay que tener una formación".Desde Zeromacho no comparten la misma idea. "No está bien que se incite, con esos cursos, a que las chicas se metan a esclavas, que es en lo que te convierte la prespitación. Todas lo hacen a cambio de dinero, ninguna vende su cuerpo porque les guste, sino porque las circunstancias sociales las han llevado allí. Que quede claro que no es un trabajo, es explotación de la mujer". El colectivo de hombres cada día que pasa tiene más adeptos en España. Ya han firmado su manifiesto más de 200 personas, con la idea de organizar patrullas urbanas en sus ciudades para dar a conocer la realidad que ellos perciben de estas mujeres. "Muchos pensarán que somos unos frikis o ultracatólicos, pero nada de eso. Sólo queremos construir un país igualitario, sin machismo ni violencia contra las mujeres. Vamos contra los clientes, porque sin ellos no existiría la prespitación, y como consecuencia, desaparecería la trata de personas".
Patrullas contra la prespitación | Sociedad | EL MUNDO
Como no en Cataluña seguro que en Barcelona la ciudad progre de la Colacau cuanto les pagaran a estos mamandurrios
Pasen y vomiten:vomito::vomito::vomito:
El 20% de los varones españoles afirma haber pagado por sexoAsociaciones de cortesanas critican que los hombres crean que "necesitamos que nos defiendan"
LUCAS DE LA CALBarcelona
08/04/2016 02:44"Los hombres de verdad no compran mujeres". El primer cliente al que le entregan un papel con esta frase mira unos segundos hacia el suelo, levanta la cabeza y dice que sólo se va a tomar una copa. El segundo cliente al que le entregan un papel con la misma frase lo rompe en la cara de Pere Soler y su grupo de seis hombres. Los proxenetas montados en coches caros les miran con recelo. Las jóvenes de Europa del Este les insultan. Ellos permanecen impasibles en la puerta de uno de los burdeles de La Junquera, entregando propaganda contra la prespitación a todos los camioneros que hacen una pequeña parada en este municipio fronterizo entre Cataluña y Francia. Aquí hay el doble de mujeres vendiendo su cuerpo que hace 10 años. Muchos llaman al lugar el "paraíso de la prespitación". Otros, como Pere, coordinador de la Asociación Zeromacho en España, lo consideran el epicentro de la corrupción jovenlandesal y de la desigualdad de género. "Tenemos que combatir el machismo empezando por su representación más extrema, la prespitación. Explotar sexualmente a las mujeres es incompatible con la democracia". Palabra de un hombre que dice sentir estupor al leer que el 20% de los varones españoles reconoce haber pagado por sesso. Por ello, Pere decidió hace unos meses unirse al colectivo Zeromacho, un movimiento que nació hace cinco años en Francia de la mano de Gérard Biard, actual director del semanario satírico Charlie Hebdo. En sus columnas defiende que se debe multar a los clientes para poner fin a la explotación sensual de la mujer. Sus reivindicaciones ya están en 56 países, con miles de seguidores a pie de calle exigiendo que se prohíba la prespitación. Ahora se acaban de dar a conocer en Barcelona."Nos centramos en el problema, que son los clientes. Hay que construir una sociedad igualitaria y no pararemos mientras haya un solo hombre que pueda comprar los servicios sensuales de una mujer", asegura Pere. Tiene 52 años y trabaja como director de relaciones externas del Parque Audiovisual de Cataluña. A su lado está Bernat Escudero, 38 años, empleado de una empresa hidráulica. Ellos, junto al resto de los 10 hombres que han puesto en marcha este proyecto en España, pasean estos días por el barrio barcelonés del Raval, "intimidando" con discursos sobre igualdad de género a aquellos que se acercan a las cortesanas apostadas en los portales. "También vamos por los institutos, llevamos a ex cortesanas, que explican a los chavales lo que se esconde detrás de ese mundo. Les enseñamos a respetar a las mujeres y a ellos mismos", cuentan. -"¿Por qué sólo sois hombres?"-"La respuesta es sencilla, si nosotros no somos capaces de convencer a otro hombre para que no se vaya de pilinguis, una mujer no lo va a hacer"."No necesitamos ser salvadas"Como todas las historias, ésta también tiene dos caras. Por eso hablamos con Concha Borrell, presidenta de Aprosex, la primera asociación de cortesanas que lleva tres años en acción en Barcelona, dando apoyo jovenlandesal y luchando por los derechos de las chicas que ejercen la prespitación por la normalización del trabajo sensual.Encontramos a Concha en una manifestación a favor de la regularización de la prespitación, a pocos metros de donde el colectivo Zeromacho entrega panfletos con sus reivindicaciones. "Nosotras no necesitamos ser salvadas. Estaría bien que este grupo de hombres nos hubiera preguntado por nuestra situación. Se creen que no somos lo suficientemente fuertes para ayudarnos entre nosotras", explica esta catalana de 43 años, terapeuta sensual y cortesana desde hace nueve años. "Lo que están haciendo estos tipos es victimizarnos y quitarnos la voz. No dudo de que sus intenciones sean buenas, pero desde nuestro colectivo llevamos años luchando por nuestros derechos, como ciudadanas y trabajadoras libres, y esto entorpece nuestra lucha".Concha lleva dos años en Barcelona dando cursos sobre prespitación, con grupos de seis y siete mujeres, con el objetivo de instruir a las chicas que empiezan a hacer la calle, con nociones básicas para la profesionalización del oficio más antiguo del mundo. "Trabajar en el mundo del sesso no es fácil. Hay que tener una formación".Desde Zeromacho no comparten la misma idea. "No está bien que se incite, con esos cursos, a que las chicas se metan a esclavas, que es en lo que te convierte la prespitación. Todas lo hacen a cambio de dinero, ninguna vende su cuerpo porque les guste, sino porque las circunstancias sociales las han llevado allí. Que quede claro que no es un trabajo, es explotación de la mujer". El colectivo de hombres cada día que pasa tiene más adeptos en España. Ya han firmado su manifiesto más de 200 personas, con la idea de organizar patrullas urbanas en sus ciudades para dar a conocer la realidad que ellos perciben de estas mujeres. "Muchos pensarán que somos unos frikis o ultracatólicos, pero nada de eso. Sólo queremos construir un país igualitario, sin machismo ni violencia contra las mujeres. Vamos contra los clientes, porque sin ellos no existiría la prespitación, y como consecuencia, desaparecería la trata de personas".
Patrullas contra la prespitación | Sociedad | EL MUNDO
Como no en Cataluña seguro que en Barcelona la ciudad progre de la Colacau cuanto les pagaran a estos mamandurrios
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