paco jones
Madmaxista
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"The state of the Union is strong". Bush dijo ayer de madrugada lo que todos los años debe decir el presidente por las mismas fechas, en un rito como el de felicitar las Pascuas: que la Unión está fuerte. Pero el estado del pato cojo, es decir, el propio presidente, es desastroso. Si alguien cumple todos los requisitos que se le exigen a un pato cojo, éste es George W. Bush. Un pato cojo es un gobernante con las manos atadas, sin márgenes de maniobra. Y en el caso norteamericano se considera que todo presidente reelegido se convierte en un palmípedo lisiado en cuanto pierde su mayoría en el Congreso en las elecciones de mitad de mandato. No puede presentarse de nuevo, por cuanto está prohibido el tercer mandato. No le queda tiempo para inventarse una iniciativa política que le haga salir del pozo. Y debe cuidar que su situación no perjudique a su propio partido de cara a las siguientes elecciones presidenciales y legislativas.
"The state of the Union is strong". Bush dijo ayer de madrugada lo que todos los años debe decir el presidente por las mismas fechas, en un rito como el de felicitar las Pascuas: que la Unión está fuerte. Pero el estado del pato cojo, es decir, el propio presidente, es desastroso. Si alguien cumple todos los requisitos que se le exigen a un pato cojo, éste es George W. Bush. Un pato cojo es un gobernante con las manos atadas, sin márgenes de maniobra. Y en el caso norteamericano se considera que todo presidente reelegido se convierte en un palmípedo lisiado en cuanto pierde su mayoría en el Congreso en las elecciones de mitad de mandato. No puede presentarse de nuevo, por cuanto está prohibido el tercer mandato. No le queda tiempo para inventarse una iniciativa política que le haga salir del pozo. Y debe cuidar que su situación no perjudique a su propio partido de cara a las siguientes elecciones presidenciales y legislativas.
El estado del pato cojo · ELPAÍS.com
"The state of the Union is strong". Bush dijo ayer de madrugada lo que todos los años debe decir el presidente por las mismas fechas, en un rito como el de felicitar las Pascuas: que la Unión está fuerte. Pero el estado del pato cojo, es decir, el propio presidente, es desastroso. Si alguien cumple todos los requisitos que se le exigen a un pato cojo, éste es George W. Bush. Un pato cojo es un gobernante con las manos atadas, sin márgenes de maniobra. Y en el caso norteamericano se considera que todo presidente reelegido se convierte en un palmípedo lisiado en cuanto pierde su mayoría en el Congreso en las elecciones de mitad de mandato. No puede presentarse de nuevo, por cuanto está prohibido el tercer mandato. No le queda tiempo para inventarse una iniciativa política que le haga salir del pozo. Y debe cuidar que su situación no perjudique a su propio partido de cara a las siguientes elecciones presidenciales y legislativas.
El estado del pato cojo · ELPAÍS.com