MAESE PELMA
por el ojo ciego una buena platano
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Cuando al exponer mi teoría sobre los riesgos de una sexualidad desnaturalizada avisaba de cómo nos llevaría de cabeza al descontrol y a la relativización más absoluta. Avisé hace años, y volví a replantear mis postulados en sucesivas ocasiones a lo largo de este tiempo, de cómo la interpretación del sesso como algo alejado de su función natural, procreativa, iba de cabeza y sin frenos directamente hacia los menores.
Todo está en Mayo de 68, en las autoras feministas como Beauvoir, Firestone, Millet, etc. Todo lo que está pasando actualmente viene de ahí. Las sexólogas, freud, la pseudociencia de la psicología... Todo lo que estamos viviendo ahora no es más que la puesta en práctica de teorías loquísimas del siglo pasado que nacen del aburrimiento de vivir, del rencor, del repruebo y de la patología mental.
Vuelvo a tirar de: ¿por qué no nos unimos al enemigo?, ¿por qué no utilizamos el prono como elemento educativo? Ha habido bastantes intentos fracasados porque siempre hay alguna asociación de padres que se indigna porque se les dice a sus hijos: “Vamos a ver prono y vamos a hablar de él”. Yo creo que es la única manera de educar en la sexualidad. Nuestros hijos son nativos digitales. Yo eso no lo puedo parar. Yo puedo capar todos los ordenadores de mi casa, puedo prohibirle, de alguna manera, y significativamente, que pueda tener acceso a la pronografía desde mi casa. ¿Eso va a impedir que mi hijo acceda al prono? En absoluto. Lo único que va a hacer es hacerlo fuera de casa, igual que yo hacía cosas fuera, como fumar con 16 años. Pero con 35 sí. Cuando quieres hacer algo, lo vas a hacer.
Estoy a favor del prono como industria cinematográfica para adultos: sí, siempre. Pero claro, para empezar tengo una implicación con esa cinematografía. ¿Cómo? Pagando por ver prono. Yo veo el prono de Erika Lust o Annecke Necro o un montón de personas que hacen otro prono que no somete a la mujer ni es vulgarizada. En ese prono la mujer pondera, la mujer desea, seduce y consigue llegar. También me pongo cachonda con el prono mainstream más absoluto, porque además soy consumidora de prono lésbico: claro que me excita ver a una mujer guapísima desnuda. Al ser bisexual, me excitan esas mujeres. Pero me gustan mucho más cuando las veo en unas secuencias en las que ellas seducen, ellas se dejan besar, ellas eligen… porque me creo una de ellas.
A mí no me va a venir un fontanero a decirme: “Hola, bonita, vengo a arreglarte los bajos”. ¡O sí! Porque a lo mejor un día llega un chico con el que yo esté y me hace la gracia porque sabe que yo veo prono. Perfecto. Pero yo siempre he sabido que el prono es ficción. Lo que no podemos dejar es que los niños crean que el prono es realidad: te sientas con ellos y empiezas a ver prono.
Erika Lust tiene una suscripción mensual en la que si tú eres padre recibes en tu casa el prono educativo que puedes mostrarle a tus hijos. Si eso no es una revolución, que me digan a qué llaman revolución sensual. El Partido Socialista alemán se ha propuesto para las próximas elecciones, si ganasen, que la reforma educativa iría de clases de sexualidad con prono de por medio. ¡Saben que todos sus alumnos tienen acceso al prono! ¿Por qué no les enseñamos a ver prono?
www.elespanol.com
Todo está en Mayo de 68, en las autoras feministas como Beauvoir, Firestone, Millet, etc. Todo lo que está pasando actualmente viene de ahí. Las sexólogas, freud, la pseudociencia de la psicología... Todo lo que estamos viviendo ahora no es más que la puesta en práctica de teorías loquísimas del siglo pasado que nacen del aburrimiento de vivir, del rencor, del repruebo y de la patología mental.
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"Hay que sentarse con los niños a ver prono y hablar de él".
Vuelvo a tirar de: ¿por qué no nos unimos al enemigo?, ¿por qué no utilizamos el prono como elemento educativo? Ha habido bastantes intentos fracasados porque siempre hay alguna asociación de padres que se indigna porque se les dice a sus hijos: “Vamos a ver prono y vamos a hablar de él”. Yo creo que es la única manera de educar en la sexualidad. Nuestros hijos son nativos digitales. Yo eso no lo puedo parar. Yo puedo capar todos los ordenadores de mi casa, puedo prohibirle, de alguna manera, y significativamente, que pueda tener acceso a la pronografía desde mi casa. ¿Eso va a impedir que mi hijo acceda al prono? En absoluto. Lo único que va a hacer es hacerlo fuera de casa, igual que yo hacía cosas fuera, como fumar con 16 años. Pero con 35 sí. Cuando quieres hacer algo, lo vas a hacer.
Estoy a favor del prono como industria cinematográfica para adultos: sí, siempre. Pero claro, para empezar tengo una implicación con esa cinematografía. ¿Cómo? Pagando por ver prono. Yo veo el prono de Erika Lust o Annecke Necro o un montón de personas que hacen otro prono que no somete a la mujer ni es vulgarizada. En ese prono la mujer pondera, la mujer desea, seduce y consigue llegar. También me pongo cachonda con el prono mainstream más absoluto, porque además soy consumidora de prono lésbico: claro que me excita ver a una mujer guapísima desnuda. Al ser bisexual, me excitan esas mujeres. Pero me gustan mucho más cuando las veo en unas secuencias en las que ellas seducen, ellas se dejan besar, ellas eligen… porque me creo una de ellas.
A mí no me va a venir un fontanero a decirme: “Hola, bonita, vengo a arreglarte los bajos”. ¡O sí! Porque a lo mejor un día llega un chico con el que yo esté y me hace la gracia porque sabe que yo veo prono. Perfecto. Pero yo siempre he sabido que el prono es ficción. Lo que no podemos dejar es que los niños crean que el prono es realidad: te sientas con ellos y empiezas a ver prono.
Erika Lust tiene una suscripción mensual en la que si tú eres padre recibes en tu casa el prono educativo que puedes mostrarle a tus hijos. Si eso no es una revolución, que me digan a qué llaman revolución sensual. El Partido Socialista alemán se ha propuesto para las próximas elecciones, si ganasen, que la reforma educativa iría de clases de sexualidad con prono de por medio. ¡Saben que todos sus alumnos tienen acceso al prono! ¿Por qué no les enseñamos a ver prono?
Celia Blanco: “Pocas madres hablamos de que nuestros hijos nos meten mano y nos desean sexualmente”
"Muchos hombres chantajean para no ponerse condón" / "Puedo ser feminista en una orgía o en una sesión de bondage" / "Hay que sentarse con los niños a ver prono y hablar de él".
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