Taliván Hortográfico
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La recesión no sólo derriba bancos y empresas, también devora mitos. La fin de Lehman Brothers dejó sin referente a miles de yuppies con traje a medida e iniciales bordadas en la pechera. La estafa piramidal de Bernard Madoff demostró que hasta Emilio Botín –el banquero de banqueros. Ahora, la caída en picado de los ingresos de Sesame Workshop amenaza con mandar al paro a la Rana Gustavo, a Super Coco, y a la pareja de solterones más famosa del planeta, Epi y Blas.
La productora de la serie, una organización estadounidense sin ánimo de lucro, ha sobrevivido durante cuatro décadas gracias a las donaciones de las empresas de Wall Street. Las mismas que hoy piden limosnas millonarias a las puertas de la Casa Blanca. Sesame Workshop ya ha anunciado que mandará a la calle a 67 empleados, la quinta parte de su platilla. "Tras una cuidadosa revisión, hemos llegado a la conclusión de que tendremos que funcionar con menos recursos a fin de lograr nuestras prioridades estratégicas", apuntan los gestores de la compañía.
Si la recesión se enquista, las viviendas de Barrio Sésamo se quedarán tan vacías como los pisos sin vender del Pocero en Seseña. Y nuestros hijos quedarán condenados a ver una y otra vez los viejos capítulos de la serie, los que se grabaron en la era anterior a la Gran Recesión.
elmundo.es: Mitos caídos