El Pionero
Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
La Policía Nacional y la Policía Municipal emprendieron la semana pasada la mayor redada en establecimientos chinos de Madrid de los últimos 10 años. Fruto de la operación policial se inmovilizaron 500.000 productos tras registrar 44 bazares, tiendas de estética, salones de masajes, karaokes, chatarrerías y peluquerías. Los agentes también se incautaron de droja, armas blancas y pistolas. Además, se identificaron a 237 personas y se detuvieron a 22 individuos. Nueve ciudadanos chinos fueron imputados y no detenidos. Entre los artículos requisados hay, por ejemplo, alimentos en mal estado, productos no homologados y miles de golosinas chinas sin ningún tipo de control sanitario para su venta y sin etiquetado.
La cifra de arrestos se ampliará probablemente esta semana debido a que del material intervenido se podrían derivar responsabilidades penales entre los empresarios una vez que se ultimen los informes por parte de Consumo, Medio Ambiente, Policía Municipal y la Inspección de Trabajo que acompañó a los agentes en la operación. Muchos empleados y empresarios chinos han sido citados para declarar tras descubrirse irregularidades en sus comercios, tener trabajadores sin contratos o vender productos procedentes del contrabando.
La operación denominada Intruso tenía como finalidad la inspección de locales de ciudadanos chinos con motivo de proteger los derechos de los consumidores en la Navidad. Los impulsores principales de la operación fueron los agentes del GOE V de la Brigada Provincial de Extranjería de Madrid junto a los agentes de UICJ (Unidad de Intervención y Coordinación de la Policía Judicial) de la Policía Municipal de Madrid. Los agentes trabajaron varios días hasta 18 horas seguidas, ya que una vez acabaron los registros las jornadas se alargaron para redactar los prolijos atestados.
Tras la inspección de 14 tiendas de estética se requisaron 25.000 productos relacionados con el tinte del pelo, laca y esmaltes de uñas y pegamento de pestañas que acarrean un grave riesgo para la salud. En un centro de la calle de Amparo Usera se retiraron "varios aparatos de productos de estética y lámparas por riesgo de quemaduras y shock eléctrico", según la Policía.
En un restaurante chino de la calle de Nicolás Sánchez, número 61, hubo otro paradójico hallazgo. En el almacén había cajas de lidocaína y ácido hialurónico, un producto empleado para la estética facial.
Los salones de masajes fueron otro de los objetivos de la operación. Se inspeccionaron en busca de víctimas de tratas de seres humanos. En uno de estos locales un ciudadano chino agredió a dos policías cuando trataron de identificarle.
Una de las intervenciones más sorprendentes fue en una chatarrería china del Camino de Perales de Usera que resultó ser un centro de instalación de gas industrial sin ningún tipo de medidas de seguridad. El gigantesco establecimiento almacenaba miles de productos irregulares, entre ellos 135 botellas de gas prohibidas en España y otras traídas, supuestamente, de contrabando. En el local trabajaban empleados de forma irregular y carecía de licencia para ejercer la actividad. Tampoco disponía de los permisos de la Comunidad de Madrid, no había cartelería en el exterior que informase de la actividad del negocio y no contaba con el permiso de gestor de residuos. El propietario del local ha sido citado hoy lunes para prestar declaración ante la Policía y aportar documentos del negocio.
En una paquetería de la calle de Amparo Usera había 15 cajas de pepinos de mar (holoturias), un suculento animal de la familia de los erizos y las estrellas de mar que puede alcanzar el precio de 500 euros el kilo. Los alimentos carecían de etiquetado y de documentos que aportasen su trazabilidad. También en el mismo local había 250 cajas de puros cubanos procedentes del contrabando, medicamentos prohibidos de la marca enalapril.
En otro de los locales se descubrieron 8.000 mascaras sanitarias que no se podían comercializar. Y en un taller textil de la calle de Julia Mediavilla de Vallecas los agentes encontraron varias irregularidades que provocaron que el local fuera precintado por los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid. En la calle de Ferroviarios 62 se inmovilizaron cerca de 3.000 juguetes por deficiencias en el etiquetado. También se han revisado otros salones de juego y tiendas no regentados por ciudadanos chinos en busca de posibles irregularidades.
La macrorredada culminó el pasado jueves por la noche con la inspección al karaoke chino El Caballo Dorado situado en la calle Dolores Barranco de Usera al sospechar que se cometían irregularidades en este local de ocio. En total se desplazaron al local de ocio un centenar de agentes de la UPR, Policía Nacional, UAS de la Policía Municipal y agentes de la Brigada de Extranjería y de la UICJ de Policía Municipal.
El recinto tenía pequeñas salas privadas donde se reunían decenas de personas. En una de las estancias un hombre llevaba una pistola lista para disparar. Otro hombre, con antecedentes policiales, fue descubierto con una navaja. Alegó ante los agentes que la utilizaba para cortarse las uñas.
En otra de las habitaciones se hallaron sustancias estupefacientes, en concreto 14 gramos de ketamina, un potente anestésico de uso veterinario que provoca alucinaciones y pérdida de conciencia y que "cocinada" y mezclada con otras sustancias se esnifa como la cocaína. Su derivado, el "Kin", se obtiene cociendo la ketamina a fuego lento hasta que se convierte en un polvo similar a granos de sal. Finalmente, se detuvieron a ocho personas, todas ellas por estancia ilegal en España en aplicación de la Ley de Extranjería.
Operación policial en el Chinatown de Madrid: medio millón de productos inmovilizados, registradas 44 tiendas y karaokes, 237 identificados y 22 detenidos
La Policía Nacional y la Policía Municipal emprendieron la semana pasada la mayor redada en establecimientos chinos de Madrid de los últimos 10 años. Fruto de la operación...
