Hic Svnt Leones
Madmaxista
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¿No sabían que su vida aiba a ser un infierno? Que vayan a reclamar al maestro armero, digo Espadas...
Fuente: Marqués de Contadero, una gran losa de cemento
Una obra que debería ser emblemática y que ha generado importantes críticas por su ejecución material y por la total ausencia de sombra, bancos o agua. El nuevo Paseo Marqués de Contadero, que se ha remodelado para construir el Centro Integral de Atención al Visitante, se ha convertido en la nueva plaza dura de la ciudad. Mientras el Ayuntamiento se afana por suavizar espacios junto a la estación de Santa Justa o Plaza de Armas, no se entiende cómo, "en el salón de nuestra casa", como definió el alcalde a este espacio en una visita, se ha hecho esto. Pasear por los tres niveles del paseo es una suerte de tortura. La Asociación para la Defensa del Patrimonio de Andalucía (Adepa) ya ha definido el nivel intermedio como "una gran pista de aterrizaje". Este periódico ha visitado el lugar para hacer mediciones de temperatura del aire y los materiales y las radicaciones ultravioletas con el profesor Enrique Figueroa, catedrático de Ecología de la Universidad de Sevilla; y Rafael Llácer, geógrafo, arquitecto técnico, profesor de la Escuela de Arquitectura y gran conocedor del paisaje urbano de la ciudad.
La visita a Marqués de Contadero se realizó el miércoles 24 entre las 12:30 y 14:00. Según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología, ese día se registró en Sevilla una temperatura máxima de 35,9 grados y el índice ultravioleta máximo fue de 8, considerado muy alto. Estos valores resultaron muy superiores en Marqués de Contadero. "A estas alturas del relato no puedes hacer cosas como esta. Este diseño parece hecho para Dinamarca. Los escenarios de cambio climático en Sevilla para los próximos 50 años son terribles. ¿Dónde están los árboles, los bancos, el agua?, lamenta Figueroa. El profesor Llácer se echa las manos a la cabeza cuando analiza con detalle el nuevo paseo: "Quiero pensar que esto no está terminado. No es un entorno saludable. Invita a salir corriendo".
Ninguna de las personas, en su mayoría turistas que visitan la Torre del Oro, se atreve a adentrarse en el nuevo paseo. Tan sólo hay un grupo que recorre una de las rampas -que presenta importantes desniveles- en patinetes eléctricos. El nivel intermedio, con una solería grisácea, es "absolutamente terrible". No cuenta con ningún elemento de sombra ni con bancos que inviten a sentarse y disfrutar del paisaje de la calle Betis. A las 13:30, la temperatura de la solería es de 48 grados y la radiación total, o nivel de iluminación, alcanza los 120.000 lux. El dato más preocupante es el del ultravioleta. "Hay tres tipos: A, B y C. Técnicamente los más peligrosos serían los tipos B y C, pero evolutivamente hemos aprendido a protegernos mejor. En la práctica es el A el que más nos afecta, porque hemos incidido negativamente en la capa de protección natural de la atmósfera", explica Figueroa. El UVA arroja un nivel de 20 (la Aemet fijaba el máximo en 8) y el UVB+C se sitúa en 0,157. "Estos niveles son muy críticos. Personas con fenotipos 1 y 2 no pueden estar aquí. Supone un grave riesgo para la salud".
En el nivel superior, junto al Paseo de Colón, las mediciones son similares. La solería es un terrazo blanco que presenta un albedo (porcentaje de radiación que una superficie refleja respecto a la radiación que incide sobre la misma) del 30%. "Es para mirar con gafas de sol", apunta Figueroa. La temperatura del suelo es de 39 grados. El UVA es de 12 v/m2 y el UVB+C de 0,118 V/m2. La temperatura del aire a la altura de la cabeza supera los 34 grados. Llácer no entiende cómo no se ha dotado de sombra al conjunto: "Se puede sembrar en estas terrazas poniendo arriates e impermeabilizándolos. Hay plazas sobreelevadas que están ajardinadas".
El profesor Figueroa realiza las mismas mediciones bajo la copa de uno de los olivos que hay en el Paseo de Colón. Los índices ultravioletas bajan de manera considerable: 0,3 UVA y 0,006 UVB+C. La radiación disminuye hasta los 5000 lux y la temperatura del pavimento desciende once grados. También aumenta la humedad. "Y eso que el olivo no es el árbol que da más sombra. La ecuación es clara: bancos, árboles y agua. No nos podemos cansar de repetirlo".
El nuevo Paseo Marqués de Contadero se percibe como una gran brecha entre la pérgola del Paseo de Colón, por donde pasean los turistas, y las tipuanas que jalonan, aunque de manera intermitente, el muelle junto al río (nivel 3). "La tipuana tiene una floración larga que va desde mayo a mediados del verano. El tonalidad amarillo de sus flores es precioso. En Sevilla crece muy bien". Las barandillas de aluminio de las rampas que conectan los niveles del paseo están a una temperatura de 42 grados. "Está muy mal terminado todo. Estos vuelos están en hormigón. Yo supongo que habrá habido muchas presiones para recepcionar la obra", subraya Llácer.
Abajo, las rampas ofrecen cierta sombra, aunque tampoco hay árboles: "Puede haber más confort climático, pero no es un lugar anímicamente agradable para el ciudadano". Hay algunas palmeras y una ausencia total de bancos. "La accesibilidad es también poder sentarse y descansar. En Sevilla no hay zonas para estar, el ejemplo más claro es la Avenida, es para tras*itar únicamente", lamenta Llácer. El Ayuntamiento ha anunciado un proyecto de un millón de euros para dotar al Paseo Marqués de Contadero de todo el equipamiento que ahora le falta. Los expertos también tienen dudas: "Ahora a ver qué bancos ponen, que suelen ser incomodísimos y además no se buscan materiales que conserven menos el calor".
El nivel más bajo del paseo cuenta con varios tipos de pavimento. El adoquín antiguo, conservado del muelle; el nuevo, que viene perfectamente cortado; y el del carril bici. El cortado está a una temperatura de 41 grados. El viejo, a 37; y el carril bici, a 45,6 grados. En un lugar en el que muchas personas hacen deporte, el índice UVA es de 17 y el UVB+C de 0,157, unas cifras muy altas. "Tampoco hay ninguna fuente", recalca Figueroa. Bajo una de las tipuanas los valores disminuyen de manera importante: 1,1 de UVA y 0,012 de UVB+C. "Los árboles son muy domesticables y si se podaran bien podrían dar sombra a todo el carril bici. En Sevilla se hacen podas salvajes, por eso se pudren los plátanos. Los de San Lorenzo están bien talados porque estaban podridos después de años de maltrato".
La próxima actuación para suavizar el duro resultado de la remodelación de Marqués de Contadero preocupa tanto a Figueroa como a Llácer. "Espero que no retiren la magnífica pérgola que hay y que es un elemento de sombra muy bueno", comenta el último. Llácer también lanza una reflexión sobre el murete de ladrillo que separa la zona del Paseo de Colón: "Cuando Antonio Barrionuevo hace el Muelle de Nueva York sube este muro y los bancos. Habría que recuperar las cotas. Se extiende desde el Puente de Los Remedios hasta casi el de Triana y da continuidad".
Marqués de Contadero se ha convertido en la nueva plaza dura junto al río, donde es imposible estar. Al menos, hasta que el Ayuntamiento ponga remedio.
Fuente: Marqués de Contadero, una gran losa de cemento
Una obra que debería ser emblemática y que ha generado importantes críticas por su ejecución material y por la total ausencia de sombra, bancos o agua. El nuevo Paseo Marqués de Contadero, que se ha remodelado para construir el Centro Integral de Atención al Visitante, se ha convertido en la nueva plaza dura de la ciudad. Mientras el Ayuntamiento se afana por suavizar espacios junto a la estación de Santa Justa o Plaza de Armas, no se entiende cómo, "en el salón de nuestra casa", como definió el alcalde a este espacio en una visita, se ha hecho esto. Pasear por los tres niveles del paseo es una suerte de tortura. La Asociación para la Defensa del Patrimonio de Andalucía (Adepa) ya ha definido el nivel intermedio como "una gran pista de aterrizaje". Este periódico ha visitado el lugar para hacer mediciones de temperatura del aire y los materiales y las radicaciones ultravioletas con el profesor Enrique Figueroa, catedrático de Ecología de la Universidad de Sevilla; y Rafael Llácer, geógrafo, arquitecto técnico, profesor de la Escuela de Arquitectura y gran conocedor del paisaje urbano de la ciudad.
La visita a Marqués de Contadero se realizó el miércoles 24 entre las 12:30 y 14:00. Según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología, ese día se registró en Sevilla una temperatura máxima de 35,9 grados y el índice ultravioleta máximo fue de 8, considerado muy alto. Estos valores resultaron muy superiores en Marqués de Contadero. "A estas alturas del relato no puedes hacer cosas como esta. Este diseño parece hecho para Dinamarca. Los escenarios de cambio climático en Sevilla para los próximos 50 años son terribles. ¿Dónde están los árboles, los bancos, el agua?, lamenta Figueroa. El profesor Llácer se echa las manos a la cabeza cuando analiza con detalle el nuevo paseo: "Quiero pensar que esto no está terminado. No es un entorno saludable. Invita a salir corriendo".
Ninguna de las personas, en su mayoría turistas que visitan la Torre del Oro, se atreve a adentrarse en el nuevo paseo. Tan sólo hay un grupo que recorre una de las rampas -que presenta importantes desniveles- en patinetes eléctricos. El nivel intermedio, con una solería grisácea, es "absolutamente terrible". No cuenta con ningún elemento de sombra ni con bancos que inviten a sentarse y disfrutar del paisaje de la calle Betis. A las 13:30, la temperatura de la solería es de 48 grados y la radiación total, o nivel de iluminación, alcanza los 120.000 lux. El dato más preocupante es el del ultravioleta. "Hay tres tipos: A, B y C. Técnicamente los más peligrosos serían los tipos B y C, pero evolutivamente hemos aprendido a protegernos mejor. En la práctica es el A el que más nos afecta, porque hemos incidido negativamente en la capa de protección natural de la atmósfera", explica Figueroa. El UVA arroja un nivel de 20 (la Aemet fijaba el máximo en 8) y el UVB+C se sitúa en 0,157. "Estos niveles son muy críticos. Personas con fenotipos 1 y 2 no pueden estar aquí. Supone un grave riesgo para la salud".
En el nivel superior, junto al Paseo de Colón, las mediciones son similares. La solería es un terrazo blanco que presenta un albedo (porcentaje de radiación que una superficie refleja respecto a la radiación que incide sobre la misma) del 30%. "Es para mirar con gafas de sol", apunta Figueroa. La temperatura del suelo es de 39 grados. El UVA es de 12 v/m2 y el UVB+C de 0,118 V/m2. La temperatura del aire a la altura de la cabeza supera los 34 grados. Llácer no entiende cómo no se ha dotado de sombra al conjunto: "Se puede sembrar en estas terrazas poniendo arriates e impermeabilizándolos. Hay plazas sobreelevadas que están ajardinadas".
El profesor Figueroa realiza las mismas mediciones bajo la copa de uno de los olivos que hay en el Paseo de Colón. Los índices ultravioletas bajan de manera considerable: 0,3 UVA y 0,006 UVB+C. La radiación disminuye hasta los 5000 lux y la temperatura del pavimento desciende once grados. También aumenta la humedad. "Y eso que el olivo no es el árbol que da más sombra. La ecuación es clara: bancos, árboles y agua. No nos podemos cansar de repetirlo".
El nuevo Paseo Marqués de Contadero se percibe como una gran brecha entre la pérgola del Paseo de Colón, por donde pasean los turistas, y las tipuanas que jalonan, aunque de manera intermitente, el muelle junto al río (nivel 3). "La tipuana tiene una floración larga que va desde mayo a mediados del verano. El tonalidad amarillo de sus flores es precioso. En Sevilla crece muy bien". Las barandillas de aluminio de las rampas que conectan los niveles del paseo están a una temperatura de 42 grados. "Está muy mal terminado todo. Estos vuelos están en hormigón. Yo supongo que habrá habido muchas presiones para recepcionar la obra", subraya Llácer.
Abajo, las rampas ofrecen cierta sombra, aunque tampoco hay árboles: "Puede haber más confort climático, pero no es un lugar anímicamente agradable para el ciudadano". Hay algunas palmeras y una ausencia total de bancos. "La accesibilidad es también poder sentarse y descansar. En Sevilla no hay zonas para estar, el ejemplo más claro es la Avenida, es para tras*itar únicamente", lamenta Llácer. El Ayuntamiento ha anunciado un proyecto de un millón de euros para dotar al Paseo Marqués de Contadero de todo el equipamiento que ahora le falta. Los expertos también tienen dudas: "Ahora a ver qué bancos ponen, que suelen ser incomodísimos y además no se buscan materiales que conserven menos el calor".
El nivel más bajo del paseo cuenta con varios tipos de pavimento. El adoquín antiguo, conservado del muelle; el nuevo, que viene perfectamente cortado; y el del carril bici. El cortado está a una temperatura de 41 grados. El viejo, a 37; y el carril bici, a 45,6 grados. En un lugar en el que muchas personas hacen deporte, el índice UVA es de 17 y el UVB+C de 0,157, unas cifras muy altas. "Tampoco hay ninguna fuente", recalca Figueroa. Bajo una de las tipuanas los valores disminuyen de manera importante: 1,1 de UVA y 0,012 de UVB+C. "Los árboles son muy domesticables y si se podaran bien podrían dar sombra a todo el carril bici. En Sevilla se hacen podas salvajes, por eso se pudren los plátanos. Los de San Lorenzo están bien talados porque estaban podridos después de años de maltrato".
La próxima actuación para suavizar el duro resultado de la remodelación de Marqués de Contadero preocupa tanto a Figueroa como a Llácer. "Espero que no retiren la magnífica pérgola que hay y que es un elemento de sombra muy bueno", comenta el último. Llácer también lanza una reflexión sobre el murete de ladrillo que separa la zona del Paseo de Colón: "Cuando Antonio Barrionuevo hace el Muelle de Nueva York sube este muro y los bancos. Habría que recuperar las cotas. Se extiende desde el Puente de Los Remedios hasta casi el de Triana y da continuidad".
Marqués de Contadero se ha convertido en la nueva plaza dura junto al río, donde es imposible estar. Al menos, hasta que el Ayuntamiento ponga remedio.