MonteKarmelo
Madmaxista
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Es un decir.El plan anticrisis de Bono pone a los diputados los pelos de punta
La sencilla ecuación de no gastar más de lo que hay en la hucha tiene al presidente del Congreso en un sinvivir. Pero ciertos tijeretazos pueden ocasionarle muchos dolores de cabeza.
Las vacas flacas campan a sus anchas e incluso han rebasado la Carrera de San Jerónimo. Para el presidente del Congreso, José Bono, ha llegado la hora de ajustar los cinturones de sus señorías y de hacerlo con energía.
En efecto, y según han detallado a Garganta Profunda diversas fuentes parlamentarias, Bono ha empezado a asomarse a los oscuros nubarrones y a revisar las cuentas de la Cámara Baja. Cuando nada pinta bien, lo suyo es adecuar el gasto a los tiempos que tocan vivir. Ésa es una política correcta. Porque lo demás, el gastar en una época de penuria, el tirar la casa por la ventana en período de incertidumbre, es como poco una irresponsabilidad. Ante la evidencia de una legislatura obligada a vérselas con una brutal crisis, José Bono baraja medidas imprescindibles y cuestiona abiertamente los denominados Grupos de Amistad del Congreso.
Los Grupos de Amistad son oficialmente foros parlamentarios dirigidos a impulsar las relaciones internacionales entre España y los demás países con los que tiene vínculos de especial relevancia. Los hay para todos los gustos: hay Grupos de Amistad, o grupos de diputados que viajan al país con el que desean tener esa relación amistosa, con China, Corea, Rusia, Venezuela, Argentina, México, Brasil, jovenlandia, Túnez, Reino Unido, Grecia, Francia, Bélgica… y así hasta una treintena de países.
Lo cierto es que el engranaje viajero de sus señorías está tan logrado como los hermanamientos entre municipios, separados por no menos de 5.000 kilómetros, que llevan a los ediles de un pueblo a pegarse el viaje de su vida a costa de sus vecinos. El Congreso corre con todos los gastos y les facilita dietas de 150 euros diarios. ¿Cuál es la utilidad de los Grupos de Amistad? Los servicios de la Cámara Baja, por orden de José Bono, están trabajando en un amplio informe, aunque es evidente que han servido a los diputados para darse una vuelta por el ancho mundo a cuenta del erario público.
De llegar a esa obvia conclusión, ¿se atreverá el presidente del Congreso a cerrar el grifo aún a costa de una rebelión a bordo de todos los grupos parlamentarios? Ese es el quid de la cuestión. A Bono se le puede soliviantar la marinería patria hasta alcanzar aires de motín con la suspensión de las "excursiones". El previsible ajuste final de Pepe Bono les inquieta y rebela.
Definitivamente, el otoño se va a presentar más caliente que el verano.
El Semanal Digital
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