Manoliko
Será en Octubre
- Desde
- 8 Sep 2010
- Mensajes
- 27.723
- Reputación
- 64.852
Por la tarde el ambiente era mejor, pero después de las campanadas...
Todos los sitios de ocio multiplicaron los precios. Los sitios donde la entrada era gratis costaba 10 euros, los sitios que antes cobraban consumición mínima impusieron entrada de 22 euros. Hasta ahí normal, es nochevieja, diréis. Pero estaban vacíos, todos los locales vacíos, tan solo parejas de cincuentones de clase media y turistas, que son los únicos que queman ya el dinero.
Los menores de 30 años estaban todos haciendo botellón en la calle. Y me pregunto donde se meterian las mujeres en la treintena, porque no vi de eso por ningún lado.
Las calles llenas de sarama y meados. Y, aunque por la tarde la gran mayoría de la gente era española, a partir de las 12 salieron a la calle auténticas hordas de jovenlandeses, neցros y latinitos. Entre los latinitos al menos habían tanto hombres como mujeres, pero los jovenlandeses eran todo hombres. Manadas de 50 neցros (os juro que no exagero) que iban por los botellones buscando adolescentes blanquitas borrachas. Debería de haberlo grabado en video porque seguro que no me creeréis. Llegaron todos juntos y empezaron a dispersarse en pequeños grupos y dirigirse justo hacia las muchachas que parecían más afectadas por los efectos etilicos. Si un blanco hiciese eso llamarían a la policía, pero como son neցros y en Netflix son guías les siguen el rollo. Luego a las cuatro de la mañana vi como un neցro se llevaba a solas a una chica muy borracha. Por supuesto, ni intervine no espero ver la noticia de la violación en la prensa.
De regreso a casa, el taxista contándonos que le acababan de intentar robar un grupo de menas. Unos jovenlandeses en patinete se pararon en mitad de la calle pare obligarle a parar el coche. Le provocaron para que saliese del coche y contaba que les vio toda la intención de distraerle mientras otro se metía en el taxi y robaba.
Resumen, ambiente mucho más deprimente que un sábado cualquiera, estafas con los precios y degeneración. Contemplar tu país invadido y a los invasores en busca de botín es algo jodidamente triste, pero a nadie más parece importarle.
Y no os he contado lo peor de la noche. Dos viejas de 60 años nos estuvieron acosando. Primero rozándose con nosotros (y eso que no había casi nadie en el local) luego molestando, hablándonos pese a que era evidente que pasábamos de ellas. Llega a ser al contrario y hubiese sido denunciable. Tuvimos que irnos.
Todos los sitios de ocio multiplicaron los precios. Los sitios donde la entrada era gratis costaba 10 euros, los sitios que antes cobraban consumición mínima impusieron entrada de 22 euros. Hasta ahí normal, es nochevieja, diréis. Pero estaban vacíos, todos los locales vacíos, tan solo parejas de cincuentones de clase media y turistas, que son los únicos que queman ya el dinero.
Los menores de 30 años estaban todos haciendo botellón en la calle. Y me pregunto donde se meterian las mujeres en la treintena, porque no vi de eso por ningún lado.
Las calles llenas de sarama y meados. Y, aunque por la tarde la gran mayoría de la gente era española, a partir de las 12 salieron a la calle auténticas hordas de jovenlandeses, neցros y latinitos. Entre los latinitos al menos habían tanto hombres como mujeres, pero los jovenlandeses eran todo hombres. Manadas de 50 neցros (os juro que no exagero) que iban por los botellones buscando adolescentes blanquitas borrachas. Debería de haberlo grabado en video porque seguro que no me creeréis. Llegaron todos juntos y empezaron a dispersarse en pequeños grupos y dirigirse justo hacia las muchachas que parecían más afectadas por los efectos etilicos. Si un blanco hiciese eso llamarían a la policía, pero como son neցros y en Netflix son guías les siguen el rollo. Luego a las cuatro de la mañana vi como un neցro se llevaba a solas a una chica muy borracha. Por supuesto, ni intervine no espero ver la noticia de la violación en la prensa.
De regreso a casa, el taxista contándonos que le acababan de intentar robar un grupo de menas. Unos jovenlandeses en patinete se pararon en mitad de la calle pare obligarle a parar el coche. Le provocaron para que saliese del coche y contaba que les vio toda la intención de distraerle mientras otro se metía en el taxi y robaba.
Resumen, ambiente mucho más deprimente que un sábado cualquiera, estafas con los precios y degeneración. Contemplar tu país invadido y a los invasores en busca de botín es algo jodidamente triste, pero a nadie más parece importarle.
Y no os he contado lo peor de la noche. Dos viejas de 60 años nos estuvieron acosando. Primero rozándose con nosotros (y eso que no había casi nadie en el local) luego molestando, hablándonos pese a que era evidente que pasábamos de ellas. Llega a ser al contrario y hubiese sido denunciable. Tuvimos que irnos.
