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Los jóvenes en Aragón son hoy más delincuentes que hace diez años, según el INE
El número de jóvenes de 18 a 20 años condenados en Aragón se ha disparado un 30% en los últimos diez años. Mientras que este rango de edad agrupaba en el año 2010 a 491 personas, la cifra creció hasta 643 en 2021; un incremento que supone una diferencia de 152 jóvenes. El aumento porcentual de condenados en esta franja va en consonancia con el total acumulado por edades e incluso es algo superior al 24% derivado de los 6.898 penados en 2021 y 5.554 en 2010.
Los datos, extraídos del Instituto Nacional de Estadística y del Ministerio de Justicia, constatan el carácter violento de la sociedad de hoy en día. Este es el análisis que defiende Santiago Boira, presidente del colegio profesional de Psicología de Aragón. Según Boira, «vivimos en una sociedad violenta y muy epidérmica» lo que genera «soluciones violentas». Un factor que afecta a la sociedad por igual y por ende a los jóvenes, que en algunos casos actúan como miembros de bandas juveniles aunque esto «no es un fenómeno nuevo». Además, la esa época en el 2020 de la que yo le hablo ha provocado «un mayor grado de irascibilidad» que fomenta esas soluciones violentas.
Para los profesionales del campo de la psicología, no es «ninguna sorpresa» ya que los datos constatan que «las conductas de violencia cada vez se están produciendo a más temprana edad». De cara al futuro, las consecuencias son «negativas» en el caso de que «no se establezcan cauces para moderar la violencia» como, por ejemplo, en el plano educativo o a nivel de empleo para «poder acceder a trayectorias profesionales adecuadas».
Los jóvenes culpados de 18 a 20 años ocupan el séptimo escalafón de los nueve rangos de edad desgranados en la tabla, en la cual los adultos de 41 a 50 años copan con 1.543 condenados. A nivel general, el 80,9% de ellos son hombres (5.881) y, el 19,1, mujeres (1.317). Respecto a esto último, Boira añade que la cultura de violencia es fundamentalmente «masculina con estructuras sociales patriarcales».
De todas las condenas impuestas a varones en Aragón durante el año 2021, un 28,9% se saldaron con multa; 18,7%, con prisión, y 15,9% con inhabilitación especial para empleo. El resto de penas impuestas se sitúan por debajo de la barrera del 105: trabajos en beneficio de la comunidad (8,9%), orden de alejamiento (7,4%), prohibición de comunicación con la víctima (6,8%), privación del derecho de conducir vehículos (6,85%), privación del derecho de tenencia de armas (4,6%) y resto de castigos (2%).
En el caso de las mujeres, las multas también copan la primera posición de las penas impuestas aunque en un porcentaje considerablemente superior con un 44,3%. Por su parte, la inhabilitación especial para empleo (15,6%) y la prisión (17,8%) se mueve en valores similares a los varoniles.
Uno de los delitos por los que se dictan estas sentencias son las situaciones de violencia contra la mujer debido a «determinados aspectos estructurales», la educación afectivo sensual con el acceso a la pronografía y ciertos comportamiento de estudiantes de Educación Secundaria como los celos y las pruebas de amor a través del «control en las redes sociales». Detrás de estos factores, se encuentra también un objetivo de «ocupar el espacio público» en espacios de ocio y diversión.
Los jóvenes en Aragón son hoy más delincuentes que hace diez años, según el INE
El número de jóvenes de 18 a 20 años condenados en Aragón se ha disparado un 30% en los últimos diez años. Mientras que este rango de edad agrupaba en el año 2010 a 491 personas, la cifra creció hasta 643 en 2021; un incremento que supone una diferencia de 152 jóvenes. El aumento porcentual de condenados en esta franja va en consonancia con el total acumulado por edades e incluso es algo superior al 24% derivado de los 6.898 penados en 2021 y 5.554 en 2010.
Los datos, extraídos del Instituto Nacional de Estadística y del Ministerio de Justicia, constatan el carácter violento de la sociedad de hoy en día. Este es el análisis que defiende Santiago Boira, presidente del colegio profesional de Psicología de Aragón. Según Boira, «vivimos en una sociedad violenta y muy epidérmica» lo que genera «soluciones violentas». Un factor que afecta a la sociedad por igual y por ende a los jóvenes, que en algunos casos actúan como miembros de bandas juveniles aunque esto «no es un fenómeno nuevo». Además, la esa época en el 2020 de la que yo le hablo ha provocado «un mayor grado de irascibilidad» que fomenta esas soluciones violentas.
Para los profesionales del campo de la psicología, no es «ninguna sorpresa» ya que los datos constatan que «las conductas de violencia cada vez se están produciendo a más temprana edad». De cara al futuro, las consecuencias son «negativas» en el caso de que «no se establezcan cauces para moderar la violencia» como, por ejemplo, en el plano educativo o a nivel de empleo para «poder acceder a trayectorias profesionales adecuadas».
Los jóvenes culpados de 18 a 20 años ocupan el séptimo escalafón de los nueve rangos de edad desgranados en la tabla, en la cual los adultos de 41 a 50 años copan con 1.543 condenados. A nivel general, el 80,9% de ellos son hombres (5.881) y, el 19,1, mujeres (1.317). Respecto a esto último, Boira añade que la cultura de violencia es fundamentalmente «masculina con estructuras sociales patriarcales».
De todas las condenas impuestas a varones en Aragón durante el año 2021, un 28,9% se saldaron con multa; 18,7%, con prisión, y 15,9% con inhabilitación especial para empleo. El resto de penas impuestas se sitúan por debajo de la barrera del 105: trabajos en beneficio de la comunidad (8,9%), orden de alejamiento (7,4%), prohibición de comunicación con la víctima (6,8%), privación del derecho de conducir vehículos (6,85%), privación del derecho de tenencia de armas (4,6%) y resto de castigos (2%).
En el caso de las mujeres, las multas también copan la primera posición de las penas impuestas aunque en un porcentaje considerablemente superior con un 44,3%. Por su parte, la inhabilitación especial para empleo (15,6%) y la prisión (17,8%) se mueve en valores similares a los varoniles.
Uno de los delitos por los que se dictan estas sentencias son las situaciones de violencia contra la mujer debido a «determinados aspectos estructurales», la educación afectivo sensual con el acceso a la pronografía y ciertos comportamiento de estudiantes de Educación Secundaria como los celos y las pruebas de amor a través del «control en las redes sociales». Detrás de estos factores, se encuentra también un objetivo de «ocupar el espacio público» en espacios de ocio y diversión.
