david53
Madmaxista
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- La nueva normativa pretende reducir el impacto medioambiental en el Himalaya y entrará en vigor esta primavera.
- Exigirá, entras otras medidas, realizar un inventario del material y bajar varios kilos de sarama.
Imagen de un alpinista en el campo 4 del Everest.Tenzi Sherpa
Las autoridades municipales de la región del Khumbu en Nepal han deliberado nuevas regulaciones para combatir el impacto negativo en el medioambiente de las actividades de montaña en el Everest y las montañas de la región. Estas normas nuevas van a ser vigentes ya a partir de esta primavera, según lo ha publicado el Himalayan Times. La temporada empezará en dos meses.
Llevan años intentando aplicar nuevas reglas, pero la sarama que se amontona en estas montañas ha llegado a ser insostenible en todos los sentidos, hasta tal punto que el Everest desprende hedor a consecuencia de las heces humanas visibles en toda la montaña.
De acuerdo a las nuevas regulaciones, las personas a partir de ahora deberán bajar sus excrementos al descender. Para ello les darán unas bolsitas en las que tendrán que meter sus heces y bajarlas. La gente que quiera escalar el Everest, el Nuptse y el Lhotse, deberá volver al campamento base con al menos ocho kilos de sarama por persona una vez concluya su expedición. Si escalan el Ama Dablam, la cantidad de sarama que tendrá que bajar será de tres kilos.
Además, los equipos de expedición deberán tener un inventario de objetos y artículos que quieran llevar por encima de los campamentos base y presentar dicho inventario a las autoridades locales para luego cotejarlos y demostrar que han bajado todo de la montaña una vez finalizada su expedición. Las agencias de expediciones tendrán la responsabilidad de recuperar y retirar de la montaña los cuerpos de sus miembros fallecidos, incluidos los de los guías de montaña en caso de fin durante la expedición.
El problema de las deposiciones
De acuerdo a Dorje Sherpa, los escaladores deberán defecar en las tiendas de campaña habilitadas como aseo. Rakesh Gurung, director del Departamento de Turismo, ha señalado que estarán en estrecha colaboración con el Comité de Control de Contaminación de Sagarmatha y el Ejército de Nepal para mitigar los daños en el ecosistema. Asimismo, dentro de la campaña de limpieza tienen el objetivo de bajar cinco de los cadáveres que se encuentran en lo alto del Everest y del Nuptse.
En la nueva normativa también se regulan los materiales de expedición portados en helicópteros, que desde esta primavera podrán volar sólo hasta Syanboche, a media hora de camino encima de Namche Bazaar. A partir de ese punto, el material de la expedición deberá ser tras*portado en yaks y con la ayuda de porteadores hasta el campamento base. No se permitirá volar por encima de los campamentos base, excepto en caso de operaciones de rescate.
Estas restricciones afectarán a cualquier actividad de turismo en la región. Se vigilará la ejecución idónea de la asistencia médica, de los sistemas de comunicación efectiva y de los mecanismos de respuesta a emergencia establecidos para las expediciones de escalada. Por tanto, todas estas regulaciones buscan promover el turismo de aventura sostenible.
19 toneladas de excrementos humanos
Al margen de todas estas normas nuevas, debemos anotar ciertos datos sobre la realidad de lo que ocurre en todas las montañas comerciales de Nepal, empezando por el Everest, para ver con claridad.
Las regulaciones y la intención son buenas, y ya han habido normas anteriores que surtieron el efecto deseado. En el Everest ya estaba en vigor la obligatoriedad de bajar varios kilos de sarama por persona, pero la realidad que se vivió en la última temporada, en la primavera de 2023, fue desoladora. El campamento 4, a casi 8.000 metros de altura, fue un vertedero de sarama, con imágenes espeluznantes de los residuos que quedaron en la montaña. En 2023, al concluir las expediciones, los equipos de limpieza recogieron en el Everest más de 54 toneladas de sarama, de los cuales casi 19 fueron excrementos humanos.
Perfil del alpinista del Everest y cuánto cuesta
La gran mayoría de la gente que va al Everest son clientes de altura del turismo extremo. Los precios suben cada año, una expedición cuesta entre los 60.000 y 225.000 dólares a cada persona, dependiendo de los servicios que contrate, y un cliente sube acompañado de al menos uno o dos sherpas. Todos ellos, incluyendo los nepalíes, dejan mucha sarama en la montaña durante las expediciones.
El uso de los helicópteros el año pasado ya fue un circo auténtico. Toda la región del Khumbu estaba repleto de ellos en el aire. Además, sigue siendo un problema el hecho de que siempre quedan botellas de oxígeno usadas y tiradas en la montaña. Hay alrededor de 200 cadáveres en el Everest, sin retirarse. No se llegó a limpiar del todo los campamentos de altura.
El número de alpinistas crece año a año
El interés de las agencias es atraer cada vez a más turistas y menos alpinistas. En 2019, Nepal emitió 381 permisos de escalada para extranjeros, en 2023 este número incrementó, tras haber emitido 463 permisos. Con el personal de trabajo de las agencias, que por lo menos es la misma cantidad de gente que debemos añadir a los números anteriores, en torno de 800 - 1000 personas se movieron en la montaña.
Desde su primera ascensión en 1953, hasta finales del sigo XX, 1.315 personas ascendieron el Everest. En este siglo, desde 2001 hasta 2023, 10.682 personas subieron a su cima. Menos del 2% de toda esta gente ascendió el pico más alto del mundo sin el uso de oxígeno suplementario.
Quizás la única solución sea no ir en absoluto, ejecutar durante unos años la limpieza total de la montaña, dejarla respirar, y en adelante vigilar con manos de hierro que las expediciones no dejen huella en la naturaleza. Pero el interés es el turismo y los ingresos que eso genera.
El mismo problema de contaminación hecha por las expediciones ocurre también en el Karakorum, principalmente en el K2, la segunda montaña más alta del mundo.
Everest tiene una historia muy interesante desde el punto de vista del alpinismo verdadero. Repleta de grandes hazañas y ascensiones interesantes, lejos del concepto del turismo. Este año además es el 100 aniversario de la expedición de Irvine y Mallory, de la que nos acordaremos debidamente cuando llegue la fecha del aniversario.