El Pionero
Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
Los festivales tiran de la industria de la música en vivo con una oferta que sigue creciendo tras los buenos datos obtenidos el año pasado.
Hagan la mochila y enjuaguen sus gargantas porque este fin de semana ha comenzado la temporada de festivales veraniegos. El legendario Viñarock, que ha celebrado su 20 aniversario y durante un tiempo fue el festival más multitudinario del país, y el SOS 4.8 han sido los encargados de abrir una veda de citas musicales al aire libre que parece no tener fin.
La música en directo remonta desde el año pasado los malos datos cosechados en los últimos tiempos. Según el IV Anuario de la Música en Vivo de la Asociación de Promotores Musicales, la música en vivo facturó en 2014 un total de 173,5 millones de euros, lo que supone un 9,76% más que en 2013. Es el primer dato positivo desde hace cuatro años y tras un 2013 especialmente neցro. Los festivales fueron los que cosecharon las mejores cifras, algo que da una buena pista de que la burbuja festivalera que parecía deshincharse hace un par de años, cuando la supervivencia del FIB estaba en el aire y otras citas como el Dcode redujeron sus fechas a un día, vuelve a coger fuelle. El Arenal Sound y Rototom Sunsplash sumaron 250.000 espectadores el año pasado, 200.000 el Viñarock, 190.000 el Primavera Sound o 120.000 el FIB y el BBK Live.
'Creo que ahora se está viviendo otro momento de crecimiento. Están volviendo a crecer mucho la oferta de festivales de tamaño mediano que había desparecido en los últimos años'
En este 2015 los festivales siguen consolidando buenos datos a juzgar por la cantidad de 'agotados' que cuelgan al lado de la venta de abonos y abonos VIP en sus páginas web. Los hay para todos los gustos (indie, heavy, rock...), masificados o más íntimos y, sobre todo, para todos los bolsillos. Y todos los fines de semana porque practicamente desde aquí hasta el fin del verano hay como mínimo un festival por fin de semana, cuando no coinciden hasta cinco o seis. Un panorama que refleja lo que puede ser una segunda etapa dorada para los festivales.
"Sí creo que ahora se está viviendo otro momento de crecimiento. Están volviendo a crecer mucho la oferta de festivales de tamaño mediano que había desparecido en los últimos años", analiza Ricard Robles, uno de los directores del Sónar, cuyas ventas este año ya van camino de alcanzar cifras como las de las dos últimas ediciones, en las que alcanzaron los 111.000 espectadores
Robles habla de reordenación de la amplia oferta de festivales musicales de España. "Hemos vivido una época en la que aparecieron muchos festivales con una oferta muy similar, con carteles que se parecían pero la calidad y los servicios variaba, y esto se ha reordenado. Hoy hemos llegado a un estado con tres tipos de festivales: los de gran formato, que nos hemos repartido el espectro artístico; los pequeños y especializados, que se han consolidado bastante y estoy muy a favor porque ofrecen una experiencia más íntima; y una franja de festivales intermedios y perfil ambigüo que desaparecieron en los últimos años y ahora vuelven a surgir de nuevo. No sé si se consolidarán, pero vuelven otra vez", cuenta.
La gran pregunta, prosigue, es si hay público para tanta oferta. "Ya se vio hace un tiempo que con la crisis, los festivales que dependían del público español o las aportaciones institucionales lo pasaron mal. Eso hizo que esa franja intermedia se quedara vacía y ahora, no sé por qué se, vuelve a llenar este espacio. Este verano veremos si es soportable y hay demanda suficiente".
Una fiesta patronal, un festival
Ricard y el periodista musical David Saavedra coinciden al hablar de la proliferación de festivales de los últimos años -muchos de los cuales han tenido que cancelarse como el Summercase en 2009 o este año el Día de la Música en Madrid- en el hecho que casi cada ciudad o pueblo hacía un festival de los conciertos de sus fiestas patronales. Algo que, indefectiblemente, hinchó una burbuja que necesitaba volver a la realidad.
"Había fiestas patronales convertidas en festivales de música porque parecía que así llegaban mejor a los jóvenes, pero hoy ya sabemos todos qué es un festival. España es un mercado maduro, ha costado un tiempo razonable pero los festivales se han consolidado como oferta cultural de música en vivo. Si necesitamos tantos o no, es algo que decide el público", señala Robles. Este fenómeno local, matiza Saavedra, "ha caído por la propia dinámica dle mercado". "Los festivales que se cancelaron el año pasado lo han podido hacer por múltiples factores como pagar unos cachés demasiado altos, poner las fechas en una mala época o con otros festivales que le hacen la pinza, mala gestión... Son muchos factores".
¿Y el IVA? "Ha influido sin duda, pero es un gasto que, en muchos casos, se ha solventado subiendo el precio de las entradas, bajando los cachés o cerrando otro tipo de tratos con los artistas. Es cierto que el IVA está perjudicando al sector pero muchas veces se utiliza como una excusa fácil, como en el caso del Día de la Música. Han anunciado que este año lo cancelan por el IVA pero poco después anuncian otros tres festivales nuevos en Madrid en las mismas fechas. No concuerda".
Para Saavedra este repunte de los festivales que se vive actualmente se debe a que "los grandes se han consolidado", pero, puntualiza "no hay que olvidar que otros más pequeños han tenido que cancelar". En conjunto, opina, "pasan por un buen momento, pese a las expectativas de que podía venirse todo abajo". "El público que es fiel a los festivales sigue teniéndolos como una prioridad. A lo mejor han sufrido más los conciertos en salas en sus ciudades porque mucha gente se reserva el dinero de ocio para estos festivales, que acasbado por convertise en su forma de consumo musical".
En este sentido, Gerardo Cartón, exdirector de PIAS Record Spain y autor del Manual del perfecto festivalero (Lunwerg), destaca el hecho que "la gente en este país ha decidido gastarse su dinero de ocio en cosas que no se pueda adquirir gratuitamente en internet y la música grabada es “gratis” desde hace mucho tiempo. Si a eso le sumas la revolución del streaming, ten claro que nadie jamás va a pagar por música en este país y, por ende, en el resto del mundo. Pero no pasa nada. Lo importante es que se sigan desarrollando artistas y hoy en día los festivales son las plataformas ideales para este desarrollo".
"Creo que el panorama de festivales va a repuntar", explica Javi Vázquez, responsable de Comunicación del Vida Festival, sucesor del Faraday que llevaban organizando durante una década. Es uno de esos festivales más pequeños, con encanto y localizado en un paraje inigualable. Este año celebra su segunda edición en Vilanova i la Geltrú y ya notan que la repercusión y la venta de entradas está yendo mejor que el año pasado.
Lo importante para la supervivencia de la gran cantidad de festivales de música, asegura, es "encajar y saber con quién competir. Nosotros hemos apostado por un entorno increíble y un público que no quiere o le da pereza ver conciertos a 60 metros del escenario, rodeados de miles de personas y se decantan ahora por propuestas más íntimas". ¡Larga vida a la pulsera!
La burbuja de los festivales vuelve a hincharse. Noticias de Cultura
Hagan la mochila y enjuaguen sus gargantas porque este fin de semana ha comenzado la temporada de festivales veraniegos. El legendario Viñarock, que ha celebrado su 20 aniversario y durante un tiempo fue el festival más multitudinario del país, y el SOS 4.8 han sido los encargados de abrir una veda de citas musicales al aire libre que parece no tener fin.
La música en directo remonta desde el año pasado los malos datos cosechados en los últimos tiempos. Según el IV Anuario de la Música en Vivo de la Asociación de Promotores Musicales, la música en vivo facturó en 2014 un total de 173,5 millones de euros, lo que supone un 9,76% más que en 2013. Es el primer dato positivo desde hace cuatro años y tras un 2013 especialmente neցro. Los festivales fueron los que cosecharon las mejores cifras, algo que da una buena pista de que la burbuja festivalera que parecía deshincharse hace un par de años, cuando la supervivencia del FIB estaba en el aire y otras citas como el Dcode redujeron sus fechas a un día, vuelve a coger fuelle. El Arenal Sound y Rototom Sunsplash sumaron 250.000 espectadores el año pasado, 200.000 el Viñarock, 190.000 el Primavera Sound o 120.000 el FIB y el BBK Live.
'Creo que ahora se está viviendo otro momento de crecimiento. Están volviendo a crecer mucho la oferta de festivales de tamaño mediano que había desparecido en los últimos años'
En este 2015 los festivales siguen consolidando buenos datos a juzgar por la cantidad de 'agotados' que cuelgan al lado de la venta de abonos y abonos VIP en sus páginas web. Los hay para todos los gustos (indie, heavy, rock...), masificados o más íntimos y, sobre todo, para todos los bolsillos. Y todos los fines de semana porque practicamente desde aquí hasta el fin del verano hay como mínimo un festival por fin de semana, cuando no coinciden hasta cinco o seis. Un panorama que refleja lo que puede ser una segunda etapa dorada para los festivales.
"Sí creo que ahora se está viviendo otro momento de crecimiento. Están volviendo a crecer mucho la oferta de festivales de tamaño mediano que había desparecido en los últimos años", analiza Ricard Robles, uno de los directores del Sónar, cuyas ventas este año ya van camino de alcanzar cifras como las de las dos últimas ediciones, en las que alcanzaron los 111.000 espectadores
Robles habla de reordenación de la amplia oferta de festivales musicales de España. "Hemos vivido una época en la que aparecieron muchos festivales con una oferta muy similar, con carteles que se parecían pero la calidad y los servicios variaba, y esto se ha reordenado. Hoy hemos llegado a un estado con tres tipos de festivales: los de gran formato, que nos hemos repartido el espectro artístico; los pequeños y especializados, que se han consolidado bastante y estoy muy a favor porque ofrecen una experiencia más íntima; y una franja de festivales intermedios y perfil ambigüo que desaparecieron en los últimos años y ahora vuelven a surgir de nuevo. No sé si se consolidarán, pero vuelven otra vez", cuenta.
La gran pregunta, prosigue, es si hay público para tanta oferta. "Ya se vio hace un tiempo que con la crisis, los festivales que dependían del público español o las aportaciones institucionales lo pasaron mal. Eso hizo que esa franja intermedia se quedara vacía y ahora, no sé por qué se, vuelve a llenar este espacio. Este verano veremos si es soportable y hay demanda suficiente".
Una fiesta patronal, un festival
Ricard y el periodista musical David Saavedra coinciden al hablar de la proliferación de festivales de los últimos años -muchos de los cuales han tenido que cancelarse como el Summercase en 2009 o este año el Día de la Música en Madrid- en el hecho que casi cada ciudad o pueblo hacía un festival de los conciertos de sus fiestas patronales. Algo que, indefectiblemente, hinchó una burbuja que necesitaba volver a la realidad.
"Había fiestas patronales convertidas en festivales de música porque parecía que así llegaban mejor a los jóvenes, pero hoy ya sabemos todos qué es un festival. España es un mercado maduro, ha costado un tiempo razonable pero los festivales se han consolidado como oferta cultural de música en vivo. Si necesitamos tantos o no, es algo que decide el público", señala Robles. Este fenómeno local, matiza Saavedra, "ha caído por la propia dinámica dle mercado". "Los festivales que se cancelaron el año pasado lo han podido hacer por múltiples factores como pagar unos cachés demasiado altos, poner las fechas en una mala época o con otros festivales que le hacen la pinza, mala gestión... Son muchos factores".
¿Y el IVA? "Ha influido sin duda, pero es un gasto que, en muchos casos, se ha solventado subiendo el precio de las entradas, bajando los cachés o cerrando otro tipo de tratos con los artistas. Es cierto que el IVA está perjudicando al sector pero muchas veces se utiliza como una excusa fácil, como en el caso del Día de la Música. Han anunciado que este año lo cancelan por el IVA pero poco después anuncian otros tres festivales nuevos en Madrid en las mismas fechas. No concuerda".
Para Saavedra este repunte de los festivales que se vive actualmente se debe a que "los grandes se han consolidado", pero, puntualiza "no hay que olvidar que otros más pequeños han tenido que cancelar". En conjunto, opina, "pasan por un buen momento, pese a las expectativas de que podía venirse todo abajo". "El público que es fiel a los festivales sigue teniéndolos como una prioridad. A lo mejor han sufrido más los conciertos en salas en sus ciudades porque mucha gente se reserva el dinero de ocio para estos festivales, que acasbado por convertise en su forma de consumo musical".
En este sentido, Gerardo Cartón, exdirector de PIAS Record Spain y autor del Manual del perfecto festivalero (Lunwerg), destaca el hecho que "la gente en este país ha decidido gastarse su dinero de ocio en cosas que no se pueda adquirir gratuitamente en internet y la música grabada es “gratis” desde hace mucho tiempo. Si a eso le sumas la revolución del streaming, ten claro que nadie jamás va a pagar por música en este país y, por ende, en el resto del mundo. Pero no pasa nada. Lo importante es que se sigan desarrollando artistas y hoy en día los festivales son las plataformas ideales para este desarrollo".
"Creo que el panorama de festivales va a repuntar", explica Javi Vázquez, responsable de Comunicación del Vida Festival, sucesor del Faraday que llevaban organizando durante una década. Es uno de esos festivales más pequeños, con encanto y localizado en un paraje inigualable. Este año celebra su segunda edición en Vilanova i la Geltrú y ya notan que la repercusión y la venta de entradas está yendo mejor que el año pasado.
Lo importante para la supervivencia de la gran cantidad de festivales de música, asegura, es "encajar y saber con quién competir. Nosotros hemos apostado por un entorno increíble y un público que no quiere o le da pereza ver conciertos a 60 metros del escenario, rodeados de miles de personas y se decantan ahora por propuestas más íntimas". ¡Larga vida a la pulsera!
La burbuja de los festivales vuelve a hincharse. Noticias de Cultura