Icibatreuh
Madmaxista
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Jodida esta la cosa.
La guerra de Ucrania empieza a poner en aprietos a las empresas navarras
Las compañías tratan de adaptarse a un entorno de altos costes y escasez
Cancelación de pedidos y las complicaciones para encontrar suministros se han convertido en la realidad cotidiana de muchas empresas navarras
EDUARDO BUXENS
Publicado el 12/03/2022 a las 06:00
El zarpazo ruso a Ucrania, que ha puesto patas arriba las esperanzas mundiales de recuperación económica, ya está causando crecientes contratiempos en las empresas navarras que, en los casos más graves, repercuten en el empleo. Los dos casos más sonados en los últimos días son General Mills, cuya planta en San Adrián está amenazada por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) debido a las dificultades para adquirir aceite de girasol y cereales, y KAMS, la fábrica de amortiguadores del grupo Kayaba en Los Arcos que no renovará a sus 21 eventuales por una “importante caída de la producción”. Los problemas se acumulan para el tejido productivo de la Comunidad foral debido a que, a las complicaciones para adquirir determinadas materias primas y la paralización de algunos proyectos, se suman la espiral inflacionista de los precios de la energía que ha alimentado la agresión militar rusa.
Son muchas las pymes que afrontan una complicadísima situación cuando terminan sus contratos de suministro de gas y electricidad. Desde la Asociación Pequeña y Mediana Empresa del Metal de Navarra (APMEN) señalaban que, en estos casos, la factura puede llegar a triplicarse y poner en serios aprietos la viabilidad si la situación se prolongara. Los precios de los metales son otro de los quebraderos de cabeza con los que, según APMEN, tienen que lidiar sus asociados. Si ya antes de la guerra de Ucrania los precios de estos materiales estaban inflados, este “problemón” no ha hecho sino agudizarse. En algunos casos, tal como informa APMEN, incluso se han llegado a perder algunos pedidos que tenían como destino a Rusia y Ucrania.
Las empresas muy electrointensivas observan con preocupación el encarecimiento de la energía, como sucede con la planta cementera de Portland en Olazagutía. Allí han optado por utilizar los molinos de cemento, donde se mezcla el clínquer con otros elementos, solamente durante las horas del día con menores precios de la electricidad. Este es un ejemplo de las muchas soluciones provisionales que se han tomado por todo tipo de empresas repartidas por Navarra. En el caso de Sunsundegui, dedicada al carrozado de autobuses en Alsasua, están trabajando contrarreloj para encontrar alternativas al suministro de madera, un material que emplean para los interiores de los vehículos. Habitualmente la importan de una empresa finlandesa, pero, según explican desde esta compañía, el proveedor la adquiría en Rusia. Aunque todavía cuentan con existencias para seguir con la producción durante un tiempo, el corte del suministro podría representar un problema a medio plazo.
PROYECTOS REALIZADOS
Sunsundegui también se ve afectada por los elevados precios de la electricidad y, sobre todo, el gas, que se emplea tanto para la calefacción de sus instalaciones como para el proceso de pintado de las carrocerías. Otras compañías se han visto afectadas por la paralización de algún contrato, como ha sucedido con Zucami, dedicada a la producción de jaulas para aves y cuyas instalaciones se ubican en Beriáin. Esta empresa había logrado atravesar las turbulencias provocadas por la caída del negocio en Latinoamérica debido a la el bichito, pero ahora se ha visto obligada a paralizar un importante proyecto en Rusia que ya estaba apalabrado. Se trataba de una gran instalación de jaulas para codornices que, por el momento, tendrá que esperar en el cajón a que la situación vuelva a la normalidad. No obstante, desde esta empresa recuerdan que sus ventas se reparten en “80 países” y que Rusia no es uno de sus principales mercados.
La paralización de algunas empresas fabricantes de camiones de Alemania, debido al corte en el suministro de sus proveedores ucranianos, ha provocado que la planta de producción de tras*misiones de la multinacional Dana en Landaben tenga que reactivar el ERTE, negociado inicialmente para afrontar la escasez de chips, para los próximos 18 y 25 de marzo. Uno de sus principales clientes es MAN, que ha frenado en seco sus factorías en Múnich (Alemania) y Krakau (Polonia), a lo que se suma la cancelación de las ventas al productor Kamaz, cuyos camiones emplea el ejército ruso para la oleada turística de Ucrania.
En el caso del grupo Apex (Aperitivos y Extrusionados), con sede en Ribaforada, están trabajando intensamente para sustituir el aceite de girasol, una materia prima esencial para la fabricación de sus productos que escasea debido a que Ucrania es uno de los principales productores. Ello unido a la subida de los costes energéticos y del petróleo está teniendo “un impacto rápido y directo” en todos sus procesos e “inevitablemente se trasladarán al punto de venta”. Estas complicaciones no han impedido que, junto a otras quince empresas integradas en la Asociación de Emprendedores de la Ribera A+, hayan enviado 43.000 kilos de comida desde Tudela con destino a Ucrania.
EL 22% DEL MAÍZ
La dependencia del cereal que proviene de aquel país de Europa del Este es patente, tal como señalan desde grupo AN, ya que permite cubrir el 22% de las necesidades en España. En concreto, van a dejar de llegar en torno a dos millones de toneladas de maíz ucraniano que habrá que buscar “en otros países como Argentina o Estados Unidos”, según apunta el director general de grupo AN, Alfredo Arbeloa. A su juicio, la actual situación debería obligar a una revisión “del Pacto Verde, de la Estrategia de la Granja a la Mesa y de la PAC que permita producir más cereal y paliar este déficit”.
Arbeloa añade que, en los dos principales centros de trabajo que grupo AN tiene en Navarra, el coste del gas y la electricidad han aumentado en torno al 400%, lo que se ha traducido en “una caída media del 8% del margen de rentabilidad”. “Este incremento habrá que trasladarlo al mercado e inevitablemente acabará repercutiendo en el precio final de los productos”, advierte.
El máximo responsable de VW prevé peores consecuencias que con la el bichito
La guerra de Ucrania empieza a poner en aprietos a las empresas navarras
Las compañías tratan de adaptarse a un entorno de altos costes y escasez
www.diariodenavarra.es
La guerra de Ucrania empieza a poner en aprietos a las empresas navarras
Las compañías tratan de adaptarse a un entorno de altos costes y escasez
Cancelación de pedidos y las complicaciones para encontrar suministros se han convertido en la realidad cotidiana de muchas empresas navarras
EDUARDO BUXENS
Publicado el 12/03/2022 a las 06:00
El zarpazo ruso a Ucrania, que ha puesto patas arriba las esperanzas mundiales de recuperación económica, ya está causando crecientes contratiempos en las empresas navarras que, en los casos más graves, repercuten en el empleo. Los dos casos más sonados en los últimos días son General Mills, cuya planta en San Adrián está amenazada por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) debido a las dificultades para adquirir aceite de girasol y cereales, y KAMS, la fábrica de amortiguadores del grupo Kayaba en Los Arcos que no renovará a sus 21 eventuales por una “importante caída de la producción”. Los problemas se acumulan para el tejido productivo de la Comunidad foral debido a que, a las complicaciones para adquirir determinadas materias primas y la paralización de algunos proyectos, se suman la espiral inflacionista de los precios de la energía que ha alimentado la agresión militar rusa.
Son muchas las pymes que afrontan una complicadísima situación cuando terminan sus contratos de suministro de gas y electricidad. Desde la Asociación Pequeña y Mediana Empresa del Metal de Navarra (APMEN) señalaban que, en estos casos, la factura puede llegar a triplicarse y poner en serios aprietos la viabilidad si la situación se prolongara. Los precios de los metales son otro de los quebraderos de cabeza con los que, según APMEN, tienen que lidiar sus asociados. Si ya antes de la guerra de Ucrania los precios de estos materiales estaban inflados, este “problemón” no ha hecho sino agudizarse. En algunos casos, tal como informa APMEN, incluso se han llegado a perder algunos pedidos que tenían como destino a Rusia y Ucrania.
Las empresas muy electrointensivas observan con preocupación el encarecimiento de la energía, como sucede con la planta cementera de Portland en Olazagutía. Allí han optado por utilizar los molinos de cemento, donde se mezcla el clínquer con otros elementos, solamente durante las horas del día con menores precios de la electricidad. Este es un ejemplo de las muchas soluciones provisionales que se han tomado por todo tipo de empresas repartidas por Navarra. En el caso de Sunsundegui, dedicada al carrozado de autobuses en Alsasua, están trabajando contrarreloj para encontrar alternativas al suministro de madera, un material que emplean para los interiores de los vehículos. Habitualmente la importan de una empresa finlandesa, pero, según explican desde esta compañía, el proveedor la adquiría en Rusia. Aunque todavía cuentan con existencias para seguir con la producción durante un tiempo, el corte del suministro podría representar un problema a medio plazo.
PROYECTOS REALIZADOS
Sunsundegui también se ve afectada por los elevados precios de la electricidad y, sobre todo, el gas, que se emplea tanto para la calefacción de sus instalaciones como para el proceso de pintado de las carrocerías. Otras compañías se han visto afectadas por la paralización de algún contrato, como ha sucedido con Zucami, dedicada a la producción de jaulas para aves y cuyas instalaciones se ubican en Beriáin. Esta empresa había logrado atravesar las turbulencias provocadas por la caída del negocio en Latinoamérica debido a la el bichito, pero ahora se ha visto obligada a paralizar un importante proyecto en Rusia que ya estaba apalabrado. Se trataba de una gran instalación de jaulas para codornices que, por el momento, tendrá que esperar en el cajón a que la situación vuelva a la normalidad. No obstante, desde esta empresa recuerdan que sus ventas se reparten en “80 países” y que Rusia no es uno de sus principales mercados.
La paralización de algunas empresas fabricantes de camiones de Alemania, debido al corte en el suministro de sus proveedores ucranianos, ha provocado que la planta de producción de tras*misiones de la multinacional Dana en Landaben tenga que reactivar el ERTE, negociado inicialmente para afrontar la escasez de chips, para los próximos 18 y 25 de marzo. Uno de sus principales clientes es MAN, que ha frenado en seco sus factorías en Múnich (Alemania) y Krakau (Polonia), a lo que se suma la cancelación de las ventas al productor Kamaz, cuyos camiones emplea el ejército ruso para la oleada turística de Ucrania.
En el caso del grupo Apex (Aperitivos y Extrusionados), con sede en Ribaforada, están trabajando intensamente para sustituir el aceite de girasol, una materia prima esencial para la fabricación de sus productos que escasea debido a que Ucrania es uno de los principales productores. Ello unido a la subida de los costes energéticos y del petróleo está teniendo “un impacto rápido y directo” en todos sus procesos e “inevitablemente se trasladarán al punto de venta”. Estas complicaciones no han impedido que, junto a otras quince empresas integradas en la Asociación de Emprendedores de la Ribera A+, hayan enviado 43.000 kilos de comida desde Tudela con destino a Ucrania.
EL 22% DEL MAÍZ
La dependencia del cereal que proviene de aquel país de Europa del Este es patente, tal como señalan desde grupo AN, ya que permite cubrir el 22% de las necesidades en España. En concreto, van a dejar de llegar en torno a dos millones de toneladas de maíz ucraniano que habrá que buscar “en otros países como Argentina o Estados Unidos”, según apunta el director general de grupo AN, Alfredo Arbeloa. A su juicio, la actual situación debería obligar a una revisión “del Pacto Verde, de la Estrategia de la Granja a la Mesa y de la PAC que permita producir más cereal y paliar este déficit”.
Arbeloa añade que, en los dos principales centros de trabajo que grupo AN tiene en Navarra, el coste del gas y la electricidad han aumentado en torno al 400%, lo que se ha traducido en “una caída media del 8% del margen de rentabilidad”. “Este incremento habrá que trasladarlo al mercado e inevitablemente acabará repercutiendo en el precio final de los productos”, advierte.
El máximo responsable de VW prevé peores consecuencias que con la el bichito