Otzi_Reloaded
Madmaxista
He de decir que he hecho trabajo de campo para poder escribir este artículo conviviendo entre los Lemmings unos días y adquiriendo sus delirantes costumbres.
Ha sido jodidamente duro. Creí enloquecer varias veces, pero mantuve la estabilidad mental nadando mar adentro hasta que perdía casi la vista de la playa, aún a riesgo de morir ahogado . En ocasiones consideré beber agua del mar contaminada para acabar con mi agonía rápidamente.
Sentado en mi toalla observé con curiosidad el espectáculo grotesco que me rodeaba mientras soñaba con un tsunami purificador que nunca llegó.
Afortunadamente mis larvas parece que no gustaron de las costumbres lemmings y no volverán en mucho tiempo a reclamar playa...
Allá va:
Llega agosto y con él, los entrañables lemmings españoles inician su migración masiva desde sus bloques colmena del interior a sus bloques colmena de la playa, donde acuden eufóricos a consumir bajo el sol abrasador y la humedad axfisiante los valiosos recursos acaparados durante el invierno.
Nadie sabe porque los lemmings españoles adoptan tan absurda, gregaria y autodestructiva conducta, dejando los espacios mas valiosos y exclusivos a lemmings de otras nacionalidades, pero se sospecha que es una mutación genética que ya tienen otras poblaciones como las ratas cagaplayas de la india o los lemming jovenlandeses en el zoco.
Es un espectáculo de la naturaleza verles tomar posiciones todas las mañanas con toda la cosa que guardan en sus pequeñas madrigeras: sillas, neveras, sombrillas colchonetas y pelear por el espacio mas próximo al agua. No se trata de bañarse, si no de establecer un territorio lemming familiar delimitado por el mayor número de enseres y lo mas próximo al agua posible. Grupos de Lemmings se asocian para ocupar aún mas territorio. Algunos han aprendido a delimitarlo con cuerdas y estacas, (pronto construirán trincheras de arena...)
Las lemming hembras de mayor edad son las mas agresivas en esta conducta y a menudo se inician acaloradas discusiones por la pole. Esta conducta agresiva sucede hasta dos veces al dia. Es curioso como llegan a despertarse mucho antes que en invierno solo para ganar esta estresante competición diaria.
Algunos lemmings jóvenes deleitan con su música trap y tatuajes al resto de los lemmings, en una especie de ritual de apareamiento para intentar atraer las pocas hembras en edad reproductiva que quedan, a menudo obesas y también politatuadas, (se distinguen por el pelo mas largo que los machos y el tonalidad rosa del bikini). Las hembras ya añosas exponen sus pechos caidos como reclamo sensual, ante la indiferencia de los machos mas alfas y las miradas furtivas de los los omegas derroidos.
Otros muchos deambulan patizambos de un lado para otro chocando con otros lemmings por la inclinada orilla (posiblemente desorientados por el calor). Muchos otros dormitan horas y horas en incómodas sillas en un estado de sudorosa semiinconsciencia solo interrumpida por esporádicos y torpes chapuzones en las ponzoñosas, llenas de medusas y turbias aguas del mar.
Los lemmings crias son los que parecen disfrutar más rebozándose en la arena fangosa y gritando constantemente.
Hacen extrañas estructuras de arena con restos de sarama como palos de helado, colillas y plásticos tirados por otros Lemmings. El estruendo es tan ensordecedor que llega a silenciar el sonido del oleaje. No parece importarle a los lemmings, ya que hablan sin parar y no suelen escuchar demasiado. Tienen sordera profunda la mayoría.
Una d elas cosas que mas llama la atención, es que los lemmings españoles, especialmente hembras gustan de ponerse al sol hasta quemarse la espalda y confían en los chamanes de la farmacia para proteger a sus mas pequeños del sol abrasador con 0,1mm de crema blanca.
Este año, a pesar de calor, hemos visto a muchos lemming espalda-plateada lucir cubre-bocas, como símbolo de sumisión cultural Lemming:
Podemos ver a los Lemmings estos dias en casi cualquier playa de levante, pero son atraídos por su instinto gregario, donde hay mas lemmings, parece que acuden mas y más y más hasta agotar todos los rincones.
A los Lemmings, como a los suidae (familia que engloba los cerdos) no parece importarles remojarse en turbias aguas con compresas y microorganismos patógenos siempre que ondee un trapo con bandera azul, este azul le dice a los lemming que la playa es apta para desovar y migrar. La realidad de los lemming no es sensorial o racional, es comunicada.
Puesto el sol, dejan sus puestos de la playa deshidratados y agotados, para preparase para coger sitio en los comederos.
No hay sitio para todos en los comederos, esto enloquece a los Lemmings que se reunen en los sitios con mas bullicio, atraidos por el ruido. Aquí tienen otra conducta interesante ya que no pueden evitar gastar lo acumulado en invierno con el duro trabajo de Lemming en grasientas comidas y coloridas bebidas, mientras hacen fotos para intentar convencer a los pocos Lemmings no playeros de que son muy felices.
Este año, los pastores de Lemmings han decidido que los comederos cierran antes, haciendo aún mas dura la competición diaria por gastar recursos de los Lemmings. Pobres Lemmings!
Una vez alimentados se recogen en sus madrigeras para pasar la noche intentando coinciliar el sueño entre sudores, luchando por descansar unas pocas horas hasta su nuevo duro día en la playa.
Los lemmings mas jóvenes son mas nocturnos y hacen turnos para que suene su monoacorde música gutural también de madrugada. Los Lemming adoran vivir en colmenas y disfrutar del ruido:
Aquí viven muchos Lemmings de playa, o españoles durante el invierno, nótese la diferencia con la colmena de verano, y con que alegría los Lemmings exponen sus banderas-toallas en los balcones, símbolo de las muchas luchas ganadas en la tórrida arena.
No podemos sino maravillarnos con la sabiduría de la naturaleza, que concentra casi todos los Lemmings en los mismos sitios, para que no perturben a los demás seres vivos y a otros tipos de Lemmings.
Ha sido jodidamente duro. Creí enloquecer varias veces, pero mantuve la estabilidad mental nadando mar adentro hasta que perdía casi la vista de la playa, aún a riesgo de morir ahogado . En ocasiones consideré beber agua del mar contaminada para acabar con mi agonía rápidamente.
Sentado en mi toalla observé con curiosidad el espectáculo grotesco que me rodeaba mientras soñaba con un tsunami purificador que nunca llegó.
Afortunadamente mis larvas parece que no gustaron de las costumbres lemmings y no volverán en mucho tiempo a reclamar playa...
Allá va:
Llega agosto y con él, los entrañables lemmings españoles inician su migración masiva desde sus bloques colmena del interior a sus bloques colmena de la playa, donde acuden eufóricos a consumir bajo el sol abrasador y la humedad axfisiante los valiosos recursos acaparados durante el invierno.
Nadie sabe porque los lemmings españoles adoptan tan absurda, gregaria y autodestructiva conducta, dejando los espacios mas valiosos y exclusivos a lemmings de otras nacionalidades, pero se sospecha que es una mutación genética que ya tienen otras poblaciones como las ratas cagaplayas de la india o los lemming jovenlandeses en el zoco.
Es un espectáculo de la naturaleza verles tomar posiciones todas las mañanas con toda la cosa que guardan en sus pequeñas madrigeras: sillas, neveras, sombrillas colchonetas y pelear por el espacio mas próximo al agua. No se trata de bañarse, si no de establecer un territorio lemming familiar delimitado por el mayor número de enseres y lo mas próximo al agua posible. Grupos de Lemmings se asocian para ocupar aún mas territorio. Algunos han aprendido a delimitarlo con cuerdas y estacas, (pronto construirán trincheras de arena...)
Las lemming hembras de mayor edad son las mas agresivas en esta conducta y a menudo se inician acaloradas discusiones por la pole. Esta conducta agresiva sucede hasta dos veces al dia. Es curioso como llegan a despertarse mucho antes que en invierno solo para ganar esta estresante competición diaria.
Algunos lemmings jóvenes deleitan con su música trap y tatuajes al resto de los lemmings, en una especie de ritual de apareamiento para intentar atraer las pocas hembras en edad reproductiva que quedan, a menudo obesas y también politatuadas, (se distinguen por el pelo mas largo que los machos y el tonalidad rosa del bikini). Las hembras ya añosas exponen sus pechos caidos como reclamo sensual, ante la indiferencia de los machos mas alfas y las miradas furtivas de los los omegas derroidos.
Otros muchos deambulan patizambos de un lado para otro chocando con otros lemmings por la inclinada orilla (posiblemente desorientados por el calor). Muchos otros dormitan horas y horas en incómodas sillas en un estado de sudorosa semiinconsciencia solo interrumpida por esporádicos y torpes chapuzones en las ponzoñosas, llenas de medusas y turbias aguas del mar.
Los lemmings crias son los que parecen disfrutar más rebozándose en la arena fangosa y gritando constantemente.
Hacen extrañas estructuras de arena con restos de sarama como palos de helado, colillas y plásticos tirados por otros Lemmings. El estruendo es tan ensordecedor que llega a silenciar el sonido del oleaje. No parece importarle a los lemmings, ya que hablan sin parar y no suelen escuchar demasiado. Tienen sordera profunda la mayoría.
Una d elas cosas que mas llama la atención, es que los lemmings españoles, especialmente hembras gustan de ponerse al sol hasta quemarse la espalda y confían en los chamanes de la farmacia para proteger a sus mas pequeños del sol abrasador con 0,1mm de crema blanca.
Este año, a pesar de calor, hemos visto a muchos lemming espalda-plateada lucir cubre-bocas, como símbolo de sumisión cultural Lemming:
Podemos ver a los Lemmings estos dias en casi cualquier playa de levante, pero son atraídos por su instinto gregario, donde hay mas lemmings, parece que acuden mas y más y más hasta agotar todos los rincones.
A los Lemmings, como a los suidae (familia que engloba los cerdos) no parece importarles remojarse en turbias aguas con compresas y microorganismos patógenos siempre que ondee un trapo con bandera azul, este azul le dice a los lemming que la playa es apta para desovar y migrar. La realidad de los lemming no es sensorial o racional, es comunicada.
Puesto el sol, dejan sus puestos de la playa deshidratados y agotados, para preparase para coger sitio en los comederos.
No hay sitio para todos en los comederos, esto enloquece a los Lemmings que se reunen en los sitios con mas bullicio, atraidos por el ruido. Aquí tienen otra conducta interesante ya que no pueden evitar gastar lo acumulado en invierno con el duro trabajo de Lemming en grasientas comidas y coloridas bebidas, mientras hacen fotos para intentar convencer a los pocos Lemmings no playeros de que son muy felices.
Este año, los pastores de Lemmings han decidido que los comederos cierran antes, haciendo aún mas dura la competición diaria por gastar recursos de los Lemmings. Pobres Lemmings!
Una vez alimentados se recogen en sus madrigeras para pasar la noche intentando coinciliar el sueño entre sudores, luchando por descansar unas pocas horas hasta su nuevo duro día en la playa.
Los lemmings mas jóvenes son mas nocturnos y hacen turnos para que suene su monoacorde música gutural también de madrugada. Los Lemming adoran vivir en colmenas y disfrutar del ruido:
Aquí viven muchos Lemmings de playa, o españoles durante el invierno, nótese la diferencia con la colmena de verano, y con que alegría los Lemmings exponen sus banderas-toallas en los balcones, símbolo de las muchas luchas ganadas en la tórrida arena.
No podemos sino maravillarnos con la sabiduría de la naturaleza, que concentra casi todos los Lemmings en los mismos sitios, para que no perturben a los demás seres vivos y a otros tipos de Lemmings.
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