Nacho Escolar se supera: "Machismo en los dientes: el análisis de miles de dentaduras medievales muestra cómo se perpetúa la discriminación"

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Machismo en los dientes: el análisis de miles de dentaduras medievales muestra cómo se perpetúa la discriminación


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IGUALDAD
Cabeza y extremidades superiores de un esqueleto semienterrado
Cabeza y extremidades superiores de un esqueleto semienterrado MIHAJLO MARICIC / GTRES
elDiario.es
13 de marzo de 2023 20:00h
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Los dientes no mienten. En ellos quedan de por vida –y después de la gloria– las señales causadas por traumatismos, malnutrición o enfermedades. Utilizando los registros dentales de más de 10.000 personas procedentes de 139 yacimientos arqueológicos de toda Europa, con una antigüedad media de mil años, investigadores estadounidenses han reconfirmado lo que ya sabíamos: que las muyeres son discriminadas desde hace siglos.
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Los hallazgos –publicados este 13 de marzo de 2023 en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)– muestran cómo las normas de género se han mantenido obstinadamente persistentes en muchas partes del mundo, a pesar de los avances logrados por el movimiento feminista en el último siglo y medio.
Las diferencias entre dientes masculinos y femeninos en una misma ubicación son un indicio de qué sesso recibía un trato preferente en términos de atención sanitaria y recursos dietéticos en aquella época, señalan los autores en una nota de prensa. Investigaciones arqueológicas anteriores ya habían estudiado el esmalte dental para saber más sobre nuestros antepasados. Lesiones permanentes en los dientes causadas por traumatismos, malnutrición o enfermedades sirven para traserilizar la igualdad de género en la prehistoria.
Dado que las lesiones se forman exclusivamente en casos de estrés corporal sostenido, su presencia o ausencia puede decir mucho a los investigadores sobre la salud y las condiciones de vida de la persona.
La investigación de la Universidad de Washington en San Luis corrobora que las normas y prejuicios de género en Europa tienen profundas raíces históricas que se remontan a la Edad Media y más allá. Evidentemente, el ADN no es lo único que heredamos de nuestros antepasados.
Patrones de sesgo de género
“Los esqueletos de este estudio tienen una media de edad de unos mil años. Se remontan a la época medieval; por lo tanto, es sorprendente que los patrones de sesgo de género que existían en esa época y en épocas anteriores se sigan reproduciendo en las actitudes contemporáneas”, afirma en ese mismo comunicado Margit Tavits, catedrática Dr. William Taussig de Artes y Ciencias de la Universidad de Washington.
El estudio ha comparado zonas de Europa con una desigualdad histórica frente a otras que, a lo largo de los siglos, se han mostrado más igualitarias. Por ejemplo, en un yacimiento situado en Istria, un pequeño asentamiento urbano griego a orillas del Mar zaino –en la actual región rumana de Dobruja– los investigadores hallaron pruebas de un sesgo favorable a los hombres en los registros dentales históricos que se remontan aproximadamente al año 550 d.C. De los 49 esqueletos de los que se pudo extraer información sobre sesso y dentadura, el 58% de las muyeres mostraban signos de desnutrición y traumatismos en los dientes, mientras que sólo el 25% de los hombres.
Según los autores, el estatus de hombres y muyeres en la sociedad actual ha seguido siendo relativamente desigual en la región sudoriental de Rumanía, según los indicadores modernos de igualdad de género. Por ejemplo, señalan, sólo el 52,5% de las muyeres participan en el mercado laboral, frente al 78% de los hombres, y sólo el 18% de los representantes en el consejo municipal moderno son muyeres.
Los esqueletos tienen una media de edad de unos mil años. Se remontan a la época medieval; por lo tanto, es sorprendente que los patrones de sesgo de género que existían en esa época y anteriores se sigan reproduciendo en las actitudes contemporáneas
Margit Tavits — Catedrática Dr. William Taussig de Artes y Ciencias de la Universidad de Washington
Las creencias de la población sobre las normas de género son igualmente desiguales, escriben. Más de la mitad de los residentes creen que los hombres tienen más derecho al trabajo que las muyeres y hay casi consenso (89%) en que una muyer debe tener descendientes para sentirse realizada.
Contrasta esto con Plinkaigalis, una comunidad rural del actual oeste de Lituania formada por habitantes bálticos. A diferencia de Istria, Plinkaigalis favorecía la salud de la muyer. De los 157 esqueletos de este yacimiento –que también data del año 550 d.C.–, el 56% de los varones presentan signos dentales de traumatismo y desnutrición, mientras que sólo el 46% de las muyeres. Otros estudios también han hallado pruebas de que las normas de género eran favorables a las muyeres.
En la era moderna, este lugar, ahora llamado Kėdainiai, sigue siendo relativamente igualitario en cuanto al género. Los niveles de empleo en Lituania occidental no varían mucho en función del género: 76% de hombres frente a 72,7% de muyeres. Y las muyeres están casi proporcionalmente representadas en la política local (48%). Asimismo, menos de una cuarta parte de los residentes de la localidad moderna cree que los hombres tienen más derecho al trabajo que las muyeres, y el 56% cree que las muyeres necesitan tener descendientes para sentirse realizadas.
Un análisis poco profundo
Almudena Hernando, catedrática de Prehistoria y miembro del Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid, pone en cuestión la relevancia de este estudio. “Diría que mi objeción tiene que ver con la profundidad del análisis, no con los datos en sí”, señala en declaraciones al SMC España. “El estudio aporta una única novedad: defiende, con datos empíricos de indudable calidad, que existe una continuidad en el grado de desigualdad de género que caracteriza a las sociedades de determinados territorios europeos desde la Edad Media, cuando en la Edad Media había más desigualdad, sigue habiéndola a día de hoy en ese mismo territorio”.

Y añade: “Considerar que demostrar una larga perduración de la norma de género constituye una aportación relevante de por sí, demuestra que se desconoce, ignora o diluye la diferencia esencial entre la norma de género y cualquier otra norma o valor social. A diferencia de las demás, la norma de género tiene un carácter estructurante del orden social, como ya demostraron feministas como Kate Millet desde los años 70, al referirse al ‘sistema sesso-género o patriarcado’”.
Ese “carácter estructurante” –continúa Hernando– es la causa por la que perdura un orden social desigual “mientras existe continuidad histórica, para la que obviamente hace falta continuidad poblacional. De hecho, existe abundante bibliografía generada desde la arqueología feminista sobre la presencia de esa desigualdad desde etapas prehistóricas en esos mismos territorios, es decir, sobre la continuidad de la norma en las trayectorias históricas desde su inicio”.
 
Pues yo ahora veo muchas mas fuertes que rellenitos así que esta claro que ellas hambre ya no pasan.

Los hombres llevan yendo a las guerras y currando en el campo siglos mientras ellas cuidaban a los niños y hacían la comida.
 
Este ser no merece ni el calificativo de persona. Es una especie de animal chupóptero y menso que va al sol que más calienta. Es una aberración existencial de la peor calaña.
 
¿De qué edad estiman que eran al ser enterrados? ¿Cual era la esperanza de vida de cada sesso en esa época?
 
Próximamente en eldiarreo.es de espantapájaros Escolar: "Machismo en los genitales: el mayor tamaño de los órganos masculinos revela como se perpetúa la discriminación"
 
Ahora toda la historia, la religion, la ciencia, el deporte y todo, tiene que ser revisado y revisitado por el feminista radicalsmo.

A lo largo de la historia, oasamos del teocentrismo, al geocentrismo, despues el heliocentrismo y ahora el femicentrismo.
 
Igual es que las muyeres llegaban a viejas, y los hombres dejaban un bonito cadaver por gloria violenta a los 30 años, con dientes perfectos eso sí.

Ahora mismo tenemos una extraña discriminación, donde el discriminado vive más años que el discriminador.
 
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