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Geert Wilders, el líder populista de la extrema derecha holandesa, estaba listo para asaltar el poder en las elecciones municipales celebradas este miércoles en el país, pero los ecologistas de Groen Links han arrasado en las grandes ciudades. Tienen mayoría en Ámsterdam, Utrecht, Delft, Haarlem, Nimega y Arnhem, entre otras. Si bien los partidos locales han ganado en 164 de los 335 Ayuntamientos a renovar, Denk, un grupo nacional fundado por exdiputados socialdemócratas, de origen turco, ha entrado en 13 de ellos. La participación ha sido del 55%, en una jornada donde también se celebró el último referéndum consultivo, recién suprimidos por el Congreso. Era sobre la ley que ampliará el radio de acción de las escuchas policiales y de los servicios secretos, y cerca del 53% de los holandeses depositó aquí su papeleta. El resultado fue muy apretado: 48,9% en contra y 47,2 % a favor. El Gobierno revisará la norma dentro de dos años.
Wilders presentaba candidatos en 30 Ayuntamientos, y aunque ha logrado meterse en todos ellos, lo hace sin brillo. Su mejor marca han sido cinco asientos en Spijkenisse, una población de 72.000 habitantes, al oeste del país. Si bien algunas agrupaciones locales no descartan aliarse con él para gobernar, lo más cerca que ha estado del triunfo ha sido en La Haya. Ha ganado allí Group de Mos (Grupo de Mos), encabezado por Richard de Mos, que fue diputado en el Partido de la Libertad, del propio Wilders. Hasta la fecha, y a pesar de que el jefe populista representa a la segunda fuerza más votada del país (tiene 20 escaños en un Parlamento de 150), está apartado de la labor de gobierno de la nación. Nadie pacta con él. Thierry Baudet, el otro líder que le disputa la extrema derecha, aspiraba a entrar en Ámsterdam. Su partido, Foro para la democracia, solo ha conseguido allí dos escaños.
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Mark Rutte, el equilibrista holandés
Las municipales suelen pasar casi desapercibidas, porque los alcaldes son elegidos por los concejales, y no directamente por el ciudadano, pero esta campaña ha sido áspera. Desde la suspensión de una encuesta para nombrar al mejor concejal, a las disputas sobre los elevados precios de la vivienda en Ámsterdam. En el primer caso, Geen Stijl, un portal informativo digital, y euroescéptico, pidió que no se escogiera a uno de los finalistas, Nourdin el Ouali, de origen jovenlandés y de Róterdam. La votación fue paralizada, y al final ganó Johnas van Lammerer, de Ámsterdam y apellido autóctono.
En la propia ciudad portuaria de La Haya, un nuevo partido, Nida, de inspiración fiel a la religión del amora, fue criticado por haber publicado un tuit donde comparaba a Israel con el Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés). El mensaje es de 2014, pero resurgió antes de los comicios. A pesar de las críticas, el grupo se reafirmó en lo dicho “en nombre de la libertad de expresión”. En Ámsterdam, por otra parte, la atención se ha centrado en la falta de viviendas asequibles, agravada, según el propio Ayuntamiento, por su atractivo turístico y el auge de servicios de alquiler como Airbnb.
La extrema derecha del holandés Geert Wilders pincha en su asalto al poder local | Internacional | EL PAÍS
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En la propia ciudad portuaria de La Haya, un nuevo partido, Nida, de inspiración fiel a la religión del amora, fue criticado por haber publicado un tuit donde comparaba a Israel con el Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés). El mensaje es de 2014, pero resurgió antes de los comicios. A pesar de las críticas, el grupo se reafirmó en lo dicho “en nombre de la libertad de expresión”. En Ámsterdam, por otra parte, la atención se ha centrado en la falta de viviendas asequibles, agravada, según el propio Ayuntamiento, por su atractivo turístico y el auge de servicios de alquiler como Airbnb.
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