Montero ridiculiza a los hombres como unos vagos que no ayudan a cocinar el pavo en Navidad

La última campaña de Irene Montero, con motivo de las fechas navideñas, presenta una vez más a los hombres como unos vagos que no colaboran en las tareas domésticas, como la preparación de la tradicional cena de Nochebuena.
«Por unas fiestas, además de felices, corresponsables», es el lema que acompaña el spot, con el que el Ministerio de Igualdad, pretende promover unas «Navidades corresponsables».

Abundando en los tópicos, la campaña Charo, que así se llama, anima a celebrar unas fiestas de Navidad en las que no sean las madres y abuelas las que se encarguen de todos los preparativos, según el departamento de Montero.
«Estas Navidades, no se lo dejemos todo a las mismas. Que aparte de felices, también sean corresponsables. Felices fiestas», cierra el spot.
La campaña se enmarca dentro del Plan Corresponsables, una nueva política pública que está impulsando el Ministerio de Igualdad con las comunidades autónomas y las ciudades autónomas.

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, ha compartido el vídeo junto al siguiente mensaje: «Charo está un poquito hasta el shishi de hacerlo todo en la cena de Nochebuena. Por unas fiestas felices y también corresponsables», ha subrayado, insistiendo en los tópicos.

En la grabación se ve a la protagonista poniendo todo a punto para la cena de Nochebuena mientras su marido y su hijo disfrutan viendo la televisión. A ellos se suman otros dos miembros de la familia, entre ellos una niña, que tampoco colaboran con las tareas.

Montero acostumbra a difundir una visión estereotipada en sus campañas, a cargo del erario público, presentando al hombre como vago, machista y acosador.

En una reciente acusaba por ejemplo al «97%»de los jóvenes de tolerar situaciones machistas. «Las obesas son las mejores, que se dejan hacer de todo», «me la llevé a casa y me la ***é como quise, es una juca impresionante», eran algunos de los comentarios compartidos por un grupo de chavales.

Yo ya no proyecto mi ardor de estomago hacia estos ***, sino hacia sus votantes, por los cuales profeso una da repelúsncia que roza lo enfermizo.