Prometheo
Madmaxista
- Desde
- 10 Sep 2012
- Mensajes
- 4.711
- Reputación
- 8.156
La mujer que logró vengar la fin del Che Guevara
Tras la fin del Che Guevara en 1967, el coronel Roberto Quintanilla Pérez se convirtió en la persona más odiada y perseguida por toda la izquierda revolucionaría del planeta. Quintanilla fue uno de los instigadores del asesinato del famoso guerrillero y quien mandó amputarle las manos al cadáver, algo que ofendió y enfureció todavía más a sus detractores, quienes prometieron vengar la fin del Che.
Esto llevó al gobierno de Bolivia a enviar al militar a un destino en el que creían que estaría seguro de cualquier tipo de ataque, siendo nombrado cónsul de la ciudad alemana de Hamburgo.
Cuatro años después, el 1 de abril de 1971, Quintanilla recibió en su despacho del consulado la visita de una atractiva mujer que decía ser australiana y que se personaba hasta allí con el propósito de arreglar uno documentos del visado.
En realidad se trataba de Monika Ertl, alemana de nacimiento de 34 años de edad y que había pasado los últimos 25 años de su vida viviendo en Bolivia, convirtiéndose en una miembro activa del ELN, el Ejército de Liberación Nacional boliviano creado por el Che unos años antes de su fin.
Monika Ertl llevaba puesta una peluca, iba elegantemente vestida y en el bolso escondía un revolver Colt Cobra 38 Special; el mismo con el que acabó con la vida del cónsul Quintanilla, vengando así el asesinato y posterior humillación del cadáver del Che.
Desde aquel mismo instante, Monika se convirtió en una de las activistas más buscadas por las autoridades bolivianas e internacionales acusándola de ser una peligrosa terrorista, al mismo tiempo que era venerada por numerosísimas personas que, a través de su acto, se sentían satisfechas con el asesinato del odiado coronel Roberto Quintanilla.
Buena parte de esa buena imagen que se proyectaba del führer y el nacionalsocialismo era gracias a Hans Ertl, hombre afín al régimen y padre de Monika, que se encargó de filmar y fotografiar las excelencias del líder alemán para después exhibirlas al planeta entero. También fue uno de los responsables de la película Olympia, el documental sobre los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936.
Tras finalizar la IIGM, y debido a la persecución a la que se sometió a los nazis, Hans decidió emigrar a principios de la década de los años 50 hasta Bolivia, lugar donde se instaló junto a su familia y en el que fue muy bien acogido por las autoridades del país gracias a su pasado en el Tercer Reich.
Pero Mónika, que por aquel entonces era una adolescente, vivió la llegada al nuevo país de acogida de un modo diferente a la de su padre. Comenzó a conocer jóvenes de ideología izquierdista que se reunían y manifestaban por una Bolivia libre con el fin de que acabase la represión militar a la que estaba sometida la nación.
A lo largo de los siguientes años se mezcló con grupos insurgentes y fue radicalizando su modo político de pensar.
En los años 60, la llegada al país del carismático Che Guevara la dejó prendada por completo, considerándolo mucho más que un guía o líder revolucionario. Para Monika el Che era comparable con Dios, al menos para ella él era su Dios.
Sus potentes convicciones políticas y la idolatría que sentía por Ernesto Guevara la llevaron a ingresar sin pensárselo dos veces en el ELN, donde realizó algunos actos revolucionarios contra los intereses políticos de la nación.
Pero algo cambió en la vida de Monika Ertl aquel 9 de octubre de 1967, fecha en la que fue asesinado Ernesto Che Guevara. A partir de entonces decidió que dedicaría el resto de su vida a dar caza al malo del líder guerrillero y así vengar su fin.
Y no cejó en su empeño hasta que lo consiguió en Hamburgo en 1971, tal y como os indicaba al inicio del post. Una travesía muy larga, llena de problemas que pudo ir solventando hasta llegar a estar frente a su objetivo.
Una vez allí lo mató fríamente, sin remordimientos ni temores. Después de casi cuatro años su venganza, y la de millones de seguidores del Che, había sido realizada y el cuerpo de Roberto Quintanilla yacía muerto en el suelo del consulado de Bolivia en Hamburgo.
Durante los siguientes dos años, anduvo en la clandestinidad escondiéndose de la policía que quería dar con ella ‘viva o muerta’. El 12 de mayo de 1973 moría trágicamente tras ser detenida, torturada brutalmente y ejecutada por miembros de las fuerzas de seguridad boliviana, tras haber caído en una emboscada en la que ayudó a dar con ella Klaus Barbie, famoso y destacado miembro de la Gestapo y de las SS que se encontraba escondido en Bolivia y al que Monika consideraba como un tío, debido a la estrecha relación que unía a su familia con él desde tiempos del nazismo.
https://es.noticias.yahoo.com/blogs...r-logro-vengar-fin-che-guevara-162038568.html
Tras la fin del Che Guevara en 1967, el coronel Roberto Quintanilla Pérez se convirtió en la persona más odiada y perseguida por toda la izquierda revolucionaría del planeta. Quintanilla fue uno de los instigadores del asesinato del famoso guerrillero y quien mandó amputarle las manos al cadáver, algo que ofendió y enfureció todavía más a sus detractores, quienes prometieron vengar la fin del Che.
Esto llevó al gobierno de Bolivia a enviar al militar a un destino en el que creían que estaría seguro de cualquier tipo de ataque, siendo nombrado cónsul de la ciudad alemana de Hamburgo.
Cuatro años después, el 1 de abril de 1971, Quintanilla recibió en su despacho del consulado la visita de una atractiva mujer que decía ser australiana y que se personaba hasta allí con el propósito de arreglar uno documentos del visado.
En realidad se trataba de Monika Ertl, alemana de nacimiento de 34 años de edad y que había pasado los últimos 25 años de su vida viviendo en Bolivia, convirtiéndose en una miembro activa del ELN, el Ejército de Liberación Nacional boliviano creado por el Che unos años antes de su fin.
Monika Ertl llevaba puesta una peluca, iba elegantemente vestida y en el bolso escondía un revolver Colt Cobra 38 Special; el mismo con el que acabó con la vida del cónsul Quintanilla, vengando así el asesinato y posterior humillación del cadáver del Che.
Desde aquel mismo instante, Monika se convirtió en una de las activistas más buscadas por las autoridades bolivianas e internacionales acusándola de ser una peligrosa terrorista, al mismo tiempo que era venerada por numerosísimas personas que, a través de su acto, se sentían satisfechas con el asesinato del odiado coronel Roberto Quintanilla.
Buena parte de esa buena imagen que se proyectaba del führer y el nacionalsocialismo era gracias a Hans Ertl, hombre afín al régimen y padre de Monika, que se encargó de filmar y fotografiar las excelencias del líder alemán para después exhibirlas al planeta entero. También fue uno de los responsables de la película Olympia, el documental sobre los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936.
Tras finalizar la IIGM, y debido a la persecución a la que se sometió a los nazis, Hans decidió emigrar a principios de la década de los años 50 hasta Bolivia, lugar donde se instaló junto a su familia y en el que fue muy bien acogido por las autoridades del país gracias a su pasado en el Tercer Reich.
Pero Mónika, que por aquel entonces era una adolescente, vivió la llegada al nuevo país de acogida de un modo diferente a la de su padre. Comenzó a conocer jóvenes de ideología izquierdista que se reunían y manifestaban por una Bolivia libre con el fin de que acabase la represión militar a la que estaba sometida la nación.
A lo largo de los siguientes años se mezcló con grupos insurgentes y fue radicalizando su modo político de pensar.
En los años 60, la llegada al país del carismático Che Guevara la dejó prendada por completo, considerándolo mucho más que un guía o líder revolucionario. Para Monika el Che era comparable con Dios, al menos para ella él era su Dios.
Sus potentes convicciones políticas y la idolatría que sentía por Ernesto Guevara la llevaron a ingresar sin pensárselo dos veces en el ELN, donde realizó algunos actos revolucionarios contra los intereses políticos de la nación.
Pero algo cambió en la vida de Monika Ertl aquel 9 de octubre de 1967, fecha en la que fue asesinado Ernesto Che Guevara. A partir de entonces decidió que dedicaría el resto de su vida a dar caza al malo del líder guerrillero y así vengar su fin.
Y no cejó en su empeño hasta que lo consiguió en Hamburgo en 1971, tal y como os indicaba al inicio del post. Una travesía muy larga, llena de problemas que pudo ir solventando hasta llegar a estar frente a su objetivo.
Una vez allí lo mató fríamente, sin remordimientos ni temores. Después de casi cuatro años su venganza, y la de millones de seguidores del Che, había sido realizada y el cuerpo de Roberto Quintanilla yacía muerto en el suelo del consulado de Bolivia en Hamburgo.
Durante los siguientes dos años, anduvo en la clandestinidad escondiéndose de la policía que quería dar con ella ‘viva o muerta’. El 12 de mayo de 1973 moría trágicamente tras ser detenida, torturada brutalmente y ejecutada por miembros de las fuerzas de seguridad boliviana, tras haber caído en una emboscada en la que ayudó a dar con ella Klaus Barbie, famoso y destacado miembro de la Gestapo y de las SS que se encontraba escondido en Bolivia y al que Monika consideraba como un tío, debido a la estrecha relación que unía a su familia con él desde tiempos del nazismo.
https://es.noticias.yahoo.com/blogs...r-logro-vengar-fin-che-guevara-162038568.html