Monedero contra Monedero

Eric Finch

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Monedero contra Monedero

Monedero contra Monedero

24 febrero, 2015 3:47 pm·

Antes de su monacal desaparición, Monedero pasó por sus cadenas de acogida habituales, La Sexta y Cuatro, para dar explicaciones sobre sus ingresos. Estuvo en ‘Más vale tarde’ el 20 de enero y en ‘Las Mañanas’ dos días después, antes de encerrarse en una cueva durante semanas, demostrando que ni él ni su partido estaban especialmente tranquilos con su inicial versión de los hechos. Ambas apariciones televisivas, para explicar los 425.150 euros recibidos por sus estudios sobre la creación de una moneda continental sudamericana, tienen muchas coincidencias y repeticiones (apenas hay dos días de diferencia) aunque en su segunda entrevista tiene la lección mejor aprendida. He preferido unirlas por temas, así será más sencillo sacar conclusiones. Es largo, pero es que los embustes son numerosos.

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Monedero tardó dos días en aparecer después de que El Plural publicara los ingresos de su empresa: 425.150 euros en dos meses. Y cuando lo hizo, cuando apareció, tenía muy claro en qué aspectos tenía que insistir. Uno de ellos era el pago del IVA. En La Sexta la presentadora le preguntó por este asunto a pesar de que todo el país sabía ya a esa hora que no se paga ese impuesto por actividades realizadas fuera de la UE. Pero era el argumento fuerza que llevaba Monedero bajo el brazo: “me acusan de no pagar el IVA cuando no tengo que pagarlo porque son trabajos para América Latina”. El Plural, el medio que sacó la noticia, dejaba en el aire la posibilidad de que Monedero tuviera que pagar IVA, porque el periódico digital no había podido comprobar todavía de dónde provenía ese ingreso, si de dentro o de fuera de la Unión Europea. Ellos solamente habían comprobado el registro de la empresa de Monedero donde se podía ver que había facturado 425.150 euros en dos meses. Insisto y subrayo: El Plural (con cuya línea editorial no coincido ni de lejos) había dejado claramente en el aire el tema del IVA. Pero es igual, La Sexta abre la entrevista con un vídeo sobre el asunto. Cuando acaba el vídeo Monedero recurre a su mantra:

“Cuando tú facturas fuera de España, no hay que facturar con IVA. Me ha parecido muy deshonesto que la gente diga “uy cuidado, que igual ha defraudado a Hacienda”, cuando lo honesto hubiera sido decir, es que si facturas fuera de la Unión Europea, no va con IVA”.

Es una buena estrategia la de negar lo que nadie ha dicho y desviar la atención sobre lo importante: el origen del dinero, que es donde Monedero miente realmente. Esta estrategia es muy típica de los líderes de Podemos, que tiene su máxima expresión final en el comodín embustero del que ya hablamos por aquí en una ocasión.

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El tema del IVA vuelve a aparecer diez minutos después, a mitad de la entrevista, como si la presentadora no hubiera estado presente hasta el momento:

“Volvamos a los contratos. ¿Has pagado el IVA?”

Y Monedero vuelve a repetir (aunque se equivoca):

“¿Cómo voy a pagar el IVA si no hay que pagarlo en España? En cambio, fíjate, en esa empresa facturo otras cosas como las doce ediciones del último libro que he escrito. Eso sí que va con IVA. Creo que hace una semana mis gestores presentaron la declaración trimestral que hay que presentar del IVA. Pero esta factura en concreto no va con IVA”.

El asunto del IVA lo repite media docena de veces en La Sexta y lo volverá a repetir en su entrevista en Cuatro, incluso cuando nadie le pregunta por el asunto. Lo usa como argumento para demostrar que otros (en general) están mintiendo sobre él.

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A Monedero se le pidió que fuera concreto sobre el contenido de sus estudios para la creación de una moneda continental y en ningún caso lo fue. En La Sexta lo explicó así:

“Tiene que ver con la armonización financiera en América Latina y con la creación de una moneda común. Eso puede tener muchas diferentes interpretaciones: puede tener evaluación política de la posibilidad, cómo diferentes países estarían dispuestos a asumir…”.

No se sabe ni de qué habla. En otro momento añadió:

“Y una cosa que he venido desarrollando en los últimos dos años es una consultoría con muchos ámbitos diferentes de prospecciones, eh, eh, evaluaciones, comparaciones… Sobre algo que es muy, muy relevante para América Latina, como es la construcción de una moneda única. Algo parecido a lo que hicimos en Europa cuando pusimos en marcha el euro”.

¿Se puede ser menos concreto sobre un trabajo, suponemos, enorme, que te ha llevado dos años? Cuando uno ha estado dos años de su vida realizando un trabajo podría estar hablando horas sobre el asunto detalladamente y sin necesidad de recurrir a vaguedades del tipo de evaluaciones, comparaciones, prospecciones, estudios, consultas, estadísticas, observaciones, recopilaciones, listas, índices, enunciados, preguntas, respuestas… Pero claro, cuando tienes que hablar de un trabajo que jamás has hecho, la cosa se pone más cuesta arriba.

La presentadora de La Sexta le insiste en que sea un poco más concreto. Y él sigue sin serlo:

“Pues fíjate. Yo le invito a la gente a que piense en todos los estudios previos que hicimos en Europa para poner en marcha el euro. Todos… Armonizaciones fiscales, armonizaciones legales, estudios de opinión para ver qué piensa la ciudadanía al respecto de una nueva moneda, grupos de discusión para ver si realmente la gente está dispuesta o no a compartir moneda con otros países, limitaciones internacionales, eh…, posibles ataques de un país como Estados Unidos que va a hacer todo lo posible para que no haya una moneda única en América Latina, al igual que hizo todo lo posible para que no hubiera una moneda única en toda Europa. Son muchos, muchos elementos y lo que queda, porque es un trabajo…”.

Le piden un ejemplo concreto sobre sus trabajos y él, de nuevo, recurre a “todos los estudios previos” sobre el euro. Eso es ser concreto, claro que sí. El segundo “todos” que pronuncia, que llega tras un silencio y carece de sentido, es meramente para darse tiempo para la ocurrencia siguiente. Y luego llega una lenta lista de elementos desordenados, vacíos, absurdos y totalmente al azar. Es incapaz de dar títulos claros de partes de ese estudio, de encuestas concretas que haya realizado, de esos grupos de discusión de los que habla y recurre a respuestas que cualquiera podría dar sin haber hecho ningún trabajo sobre ninguna moneda (¡oh, espera!). No puede ser que una persona que lleva dos años trabajando en un estudio se quede en meros términos genéricos, combinaciones de palabras y ocurrencias sobre la marcha, extraídas de lo que recuerda que fueron los informes previos a la salida del euro. Es difícil mentir más, aunque sí se puede mentir mejor.

Curiosamente introduce un argumento antiamericano (que repetirá en Cuatro dos días después), totalmente bolivariano, que contradice a su crítica del euro de minutos antes, cuando presumía de haber advertido al Banco Central Europeo de los perjuicios de la implantación del euro.

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La respuesta a esta pregunta hoy sabemos que es bien sencilla: el Banco del Alba. Así aparece reflejado en la factura que Monedero presentó en su rueda de prensa. Sin embargo cuando fue preguntado por el asunto un mes antes, parece que no lo tenía tan claro. Y a todos nos llamaba la atención que varios países se pusieran de acuerdo para pagar al mismo tiempo. Así lo explicaba Monedero:

“Se mancomunan entre ellos. Claro, está… Está Nicaragua, está Bolivia, está Venezuela, están islas del Caribe… También, no participando directamente con estos mismos países puede estar, o podemos incorporar a Ecuador, que tiene la economía dolarizada”.

¿Puede estar Ecuador? ¿No sabe ni para quién trabaja? Llama la atención que para citar tres países sobradamente conocidos para él, use los dedos de su mano izquierda para contar, sobreactuando totalmente. Monedero tiene más que decir:

“Y todos ellos se ponen de acuerdo para girar la partida al mismo tiempo. Porque a través de instituciones de ellos lo giran, claro. Cualquier persona que trabaje con los gobiernos sabe cómo funcionan estas cosas: te pagan cuando pueden, sabe que van sin IVA, sabe que estos procesos tienen muchas ramificaciones, que no es una cosa concreta, porque por ejemplo tú tienes que evaluar en qué medida un país como Brasil puede asumir o no una moneda propia, tienes que asumir si políticamente o no la población de un lugar está preparada. Son muchos ámbitos”.

La explicación, si nos creemos su famosa factura, era mucho más sencilla. Me paga el Banco del Alba, que depende de esos países. Digamos que si a mí me contratara el Banco Central Europeo para hacer un trabajo yo no diría que los países de la zona euro se mancomunan para pagarme, porque ya están mancomunados en el propio banco. Lo mismo pasa con el Banco del Alba.

Monedero no nombró a la citada entidad bancaria en ninguna de sus dos intervenciones a pesar de que lo normal es que lo hubiera hecho. ¿Podía olvidar qué entidad le hizo un ingreso de 425.000 euros, la primera factura de su empresa, ingreso que venía, encima, rubricado por el mismo presidente del Directorio Ejecutivo del banco? ¿Tantas facturas ha recibido Monedero en el último año y medio de ese volumen como para no recordar concretamente el cliente que aparece en ella?

Curiosamente, entre las vaguedades que Monedero ofrece en sus explicaciones, de repente habla de Brasil por primera vez, que ni es miembro del Banco del Alba. Hace un minuto no ha citado Brasil entre los países para los que trabaja pero ahora sí lo hace. Supongo que es un país pequeño y por lo tanto fácil de olvidar. Eso sí, no creo que nadie dude de la capacidad de Monedero, con sus amplios conocimientos económicos, mucho mejores que los de cualquier economista brasileño, para valorar si aquel país sudamericano puede integrarse en una unión monetaria. ¿Verdad?

Monedero habla también de la preparación política de la población de un país para asumir una moneda compartida, algo que ni tiene sentido y que se acaba de inventar. Y ya ha repetido los dos mantras principales que trae de casa: va sin IVA y te pagan cuando pueden. Los dos son importantes: uno para justificar que no ha defraudado y que arrojan mentiras sobre él y el segundo para justificar los cobros de unos trabajos realizados hace tiempo.

Cuando Monedero llevaba un rato mareando la perdiz en Cuatro, el periodista Fernando Garea, intentando obtener una respuesta concreta, preguntó al podemita sobre este mismo asunto:

“¿Nos puede detallar esos cuatrocientos y pico mil euros, quién fue la entidad pagadora de cada uno de esos euros y en concepto de qué?”

Y Monedero volvió a repetir su argumento, que ya había ensayado dos días antes:

“Mancomunadamente los países que están vinculados al ALBA que tienen la voluntad de estudiar cuestiones de integración regional. Y me dicen “¿cuáles son los elementos? Lo repito, recordemos cuando nosotros pusimos en marcha el euro en España. Fíjese en todos los estudios previos que hubo que hacer, de diferente tipo”.

De nuevo, para explicar su extenso trabajo, recurre al ejemplo del euro y a los estudios “de diferente tipo”. Es como si escribes una novela y para explicarla solamente sabes decir que se parece a una que escribió Kafka en su día. Total concreción y precisión. Un ejemplo de exactitud milimétrica. Y nuevamente Monedero no nombra en ningún caso al pagador (el Banco del Alba), a pesar de que se lo preguntan con suma concreción. La idea de relacionar los trabajos de Monedero con los estudios previos al euro está tan ensayada que la repetirá exactamente en la rueda de prensa un mes después.

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Monedero presume de ser un consultor internacional de prestigio y de haber trabajado para muchos países e instituciones de todo el mundo:

“Yo he trabajado, fíjate, de consultor para el gobierno de Alemania, para Naciones Unidas, para el PNUD, e igualmente he trabajado de consultor para América Latina, donde tengo muchas relaciones, claro. He trabajado en México, en Colombia, en Venezuela, por supuesto, en Bolivia, en Nicaragua…para hacer todo tipo de consultorías, ¿no?”.

La consultoría es, como dijimos aquí, un gran pozo de intercambio de favores y de chanchullos sin prácticamente ningún control real y ahí es donde el profesor se atrinchera. Monedero vende su relación con México o Alemania como equivalente a su relación con Venezuela. No es lo mismo haber pasado por allí que haber estado casi una década al amparo de un régimen que te ha pagado con una desproporcionada generosidad y donde has tenido un despacho en el palacio presidencial. Llama la atención, eso sí, que Monedero, que dice que ha asesorado a tantos países y entidades, no había necesitado crear su empresa para cobrar por esos trabajos de asesoría hasta semanas antes de crear Podemos. Curioso que, de repente, tuviera tanta necesidad.

Para justificar su contratación como asesor para crear una moneda continental, Monedero insistió en recordar, tanto en Cuatro como en La Sexta, que en el pasado trabajó para el Banco Central Europeo:

“Yo he hecho muchas labores de consultoría, pero no porque sí, sino porque yo trabajé para el Banco Central Europeo evaluando el impacto del euro. Por cierto, dijimos que el impacto iba a ser muy negativo para la economía española. Pero cuando tú evalúas no significa que te vayan a hacer caso”.

Basándonos en su propio currículo, el único informe concretamente sobre asuntos económicos que ha hecho Juan Carlos Monedero a lo largo de su carrera es un pequeño estudio de unas ochenta páginas sobre el euro, basado prácticamente en su totalidad en sus propias apreciaciones personales y de un nivel de estudiante universitario. El informe lo hace Monedero para el European University Institute de Florencia. Estos trabajos estaban subvencionados por el Banco Nacional de Bélgica, la Fundación Alemana de Investigación (o Deutsche Fortschungsgemeinschaft, intenten leerlo con cuidado) y el Banco Central Europeo. Esto no quiere decir que Monedero trabajara para el BCE (por mucho que lo repita), como ya comprobaron varios medios de comunicación, obteniendo respuesta negativa. Entre esos medios estaba El Mundo, al que Monedero aseguró en Cuatro el 22 de enero que iba a demandar. Seguimos esperando.

Recibir una subvención o un patrocinio de una entidad no es trabajar para esa entidad. Lo sabe cualquiera, Monedero incluido, al que le encanta vender un prestigio que no tiene. Y, desde luego, ni de coña el BCE tuvo en cuenta las banales apreciaciones de Monedero en su trabajo, carente de cualquier aportación técnica de cierto valor. Para colmo, el estudio es posterior a la llegada del euro a España y es absolutamente falso que en ese estudio se advierta a nadie de los peligros de la implantación del euro en nuestro país (por suerte). Es más, es una soberana merluzez creer que el euro ha sido malo para la economía española. Cuando los medios acusan a Monedero de hinchar su currículum, a veces lo hacen con razón. Por cierto, ¿alguien cree que un economista con cierta trayectoria profesional y prestigio tendría que recurrir a un estudio de ochenta páginas que hizo hace una década para justificar su contratación en otro asunto?

Pero, lejos de venirse abajo, Monedero se sigue echando flores. Cuando en La Sexta le preguntan cómo encaja que los líderes de Podemos ganen esas grandes cantidades de dinero pagadas por países “donde existen enormes desigualdades” Monedero contesta lo siguiente:

“No pensemos que la gente en América Latina es sencilla, ¿eh? Que de repente dices “oye, que me regales el dinero” y van y te lo regalan. Es decir que, evalúan si vales realmente lo que cobras, si no no te van a pagar. Si no habría mucha gente reclamando cosas y mucha gente allí no tiene ningún éxito porque no ofrece nada que resulte rentable para los pueblos de América Latina. Fíjate que nosotros somos muy exigentes con el dinero público. No queremos que nadie vaya a tener un cargo público para enriquecerse. Estamos en contra de eso. Y por eso hemos limitado los salarios públicos. En lo privado no podemos, de momento, hacer nada al respecto. Pero repito que hay una cosa muy muy relevante: para nosotros lo importante es ganar dinero para los proyectos políticos”.

¿Pero de qué habla? Le preguntan por ganar un pastizal de dinero de países donde la gente no tiene papel higiénico y acaba hablando de que no pueden limitar los salarios privados. Es como si Monedero recibiera el dinero por castigo, sin haberlo podido evitar. Ellos no pudieron hacer nada, el dinero llegó porque el destino así lo quiso. Eso sí, Monedero no tiene abuela para considerar que sus trabajos valen lo que pagan por ellos, a pesar de no tener ninguna trayectoria conocida en la especialidad. Monedero es tan increíble que presume hasta de los trabajos que nunca hizo. Y Monedero cobra dinero público, aunque él, como receptor de la pasta, lo considera un negocio ligado a una actividad privada. Es curioso que cuando es dinero público de otro país nos importe más bien un bledo lo que ocurre con él. Ya he oído a varios periodistas afines a la neocasta el argumento de que los negocios de Monedero son un asunto privado. Pero la única diferencia sustancial entre los trabajos fantasma de Urdangarin y los trabajos fantasma de Monedero es que los del podemita están pagados con dinero público bolivariano y no con dinero público español.

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Sobre cuánto tiempo lleva Monedero con sus trabajos le preguntan tanto en Cuatro como en La Sexta. En ambos casos no está del todo seguro:

“No menos de dos años, no menos de dos años. Pero fíjate que, claro, son cantidades que, si pensamos en pagar el alquiler o pagar los gastos cotidianos, es un disparate, pero apenas da para financiar un año La Tuerka”.

¿No menos de dos años? ¿No menos? ¿No lo recuerda? ¿No sabe mentir? Vamos a suponer, por el momento, que fueran entre dos y tres. Resulta absurdo que recurra al tema de La Tuerka. Es un dinero con el que también te puedes comprar un par de Ferrari. ¿Y? A Monedero no le dan su dinero para que financie La Tuerka (en teoría), sino por haber hecho unos valiosísimos e importantísimos trabajos de consultoría. Para valorar si un trabajo está exageradamente bien pagado no se tiene en cuenta en qué demonios va a gastarse el dinero que reciba. 425.000 euros es el dinero que gana mucha gente a lo largo de su vida laboral y él lo gana por unos trabajos de “no menos de dos años”. Que ese dinero decide enterrarlo en La Tuerka nos importa más bien poco.

¿Se imaginan que Urdangarin justificara sus ingresos diciendo que el palacete de Pedralbes es muy caro y apenas llegaba a fin de mes para poder mantenerlo? Es justamente lo que hace Monedero.

Más allá de las falacias de Monedero, sí nos preocupa más que esos trabajos inicialmente los había realizado en 2010, según sus propias palabras. La segunda versión, la que contó dos veces en televisión, era que llevaba realizándolos “no menos de dos años”. En la rueda de prensa, a pesar de ser muy larga, siguen las imprecisiones. Monedero asegura que “llevo treinta años trabajando en temas de integración regional” y que el suyo es “un trabajo de años”. La imprecisión es tal que un periodista le pregunta de nuevo en la rueda de prensa por el tema de las fechas. Monedero asegura que “hay un informe general muy voluminoso, pero también hay a lo largo de 2014 consultorías”. Milimétrico otra vez. Esta división en dos partes hace un mes no la mencionó en televisión aunque le preguntaron en varias ocasiones sobre fecha, estructura y contenido. Es llamativo que Monedero hiciera en 2014 esas consultorías, seguramente desde España, mientras creaba un partido, presentaba un programa de televisión, participaba en otros tantos y daba clases en la universidad. Sus días tienen muchas horas.

El remate final lo trae Pablo Iglesias, que unos días después aseguraba en una entrevista en Telecinco: “[Monedero] Llevaba trabajando en cuestiones que tienen que ver con la aplicación de una nueva moneda más de veinticinco años y así lo explicó”. Dos, años, cuatro años, veinticinco, treinta… Hay muchas versiones. Elijan la que más les guste. La ventaja de los inventos es que cabe todo.

Aquí surge una pregunta obvia. ¿De qué sirve un informe con datos de hace treinta años, que Monedero inicia con 22 años (¿?), sin la carrera terminada, y que refleja la situación de países que nada tienen que ver con los actuales? Y ya no es de qué sirve, sino si vale 425.000 euros.

Casi al final de la rueda de prensa de hace unos días, Iván Gil, periodista de El Confidencial (y seguramente un tipo inteligente) le hace una pregunta a Monedero de la que es imposible salir airoso: ¿Firmó usted el contrato a nombre de Juan Carlos Monedero o bien a nombre de su empresa?

Hay dos posibles respuestas y las dos dejan a Monedero como un mentiroso:

1: Si firmó los contratos a título personal, entonces habría cometido delito fiscal inicialmente al no pagar por IRPF a la primera, como debió hacer.

2: Si firmó el contrato como empresa, entonces no pudo firmarlo antes de crearla, por lo que no podría llevar haciendo esos trabajos más de un año y cuatro meses, como mucho.

Monedero se da cuenta de que está en un callejón sin salida. Incluso mira mal al periodista antes de empezar a contestar. Luego duda, baja la vista, frunce el ceño, se lo piensa… Lo primero que dice es que “el contrato es confidencial, ya lo hemos planteado”. Parece que no se va a mojar más, pero reacciona y elige la segunda opción e insiste en que el contrato lo firma con Caja de Resistencia Motiva 2, creada a final de 2013. Es decir, Monedero comienza a trabajar por su cuenta (hace más de dos años, decía) sin haber firmado ningún contrato, pues hace dos años no existía la empresa y él ya estaba trabajando. Vean qué entrega y qué bondad desinteresada. De risa. Tampoco tiene sentido de que en sus intervenciones en televisión insistiera (varias veces) en que “te pagan cuando quieren o cuando pueden” cuando a él, precisamente, el pagaron a los pocos días de firmar el contrato. Él crea la empresa el 23 de octubre, firma el contrato a partir de esa fecha y la factura aparece fechada a 31 de octubre (han pasado ocho días). El dinero lo tiene ingresado antes de que acabe el año. ¿Te ingresan cuando pueden?

Es curioso al mismo tiempo que, si nos creemos que Monedero firmó el contrato a nombre de su empresa, Monedero hiciera su complementaria de 200.000 euros, totalmente innecesaria si pudiera enseñar un contrato y unas facturas (de las de verdad) a Hacienda en las que demostrara que todo lo hizo como empresa, como ahora asegura. Estamos hablando de una diferencia en la tributación de varias decenas de miles de euros y habría que estar loco para, teniendo un contrato a nombre de tu empresa, tragarse un espectacular palo fiscal por respetar ante Hacienda la supuesta confidencialidad sobre el supuesto contrato. ¿Se han perdido ustedes? Monedero también.

Hay otra idea fuerza que Monedero repite en sus intervenciones en televisión y en la rueda de prensa de un mes después: “yo creé mi empresa antes de crear Podemos”. Nunca, nunca dice que fue dos meses y medio antes. Y no es casual que no lo diga. En la rueda de prensa dice que cuando cobró los 425.150 euros, Podemos “no estaba en sus cabezas y ni mucho menos existía como formación política”. Que el 31 de octubre no estuviera en sus cabezas la formación de un partido que un mes después, el 5 de diciembre, ya registra el dominio Podemos.info no se lo cree nadie. Porque, aunque fuera solamente el nombre, tuvieron que discutirlo antes. Realmente la idea de formar un partido la tenían en su cabeza desde hacía mucho tiempo. Monedero vuelve a mentir.

Por otra parte, para defender la cantidad cobrada, Monedero dice que es asunto del pagador y que son precios de mercado y que “te pagan cuando pueden, si te pagan”. Es decir, al mismo tiempo que estos chavistas son manirrotos, generosos hasta el absurdo, te pagan cuando pueden, si es que te pagan. Muy lógico. E insisto, el argumento no tiene sentido, a él le pagaron muy rápido.

Por cierto, con ese mismo razonamiento de “es asunto del pagador”, Iñaki Urdangarin podría librarse de buena parte de sus presuntos delitos. “El precio que me pagaron era el que me parecía satisfactorio para el esfuerzo que yo hacía”, concluye Monedero. Es curioso que aquí nos venda una supuesta negociación hasta alcanzar una cantidad satisfactoria, pero que él comenzara a trabajar antes de que le firmaran contrato alguno. El jeroglífico en este tema, como pueden ver, es interesante y está el asunto tan enredado que ni el propio Monedero es capaz de deshacer el nudo.

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En la entrevista en La Sexta no fueron especialmente incisivos en este asunto, pero en Cuatro sí que insistieron en que enseñara facturas, contratos y trabajos. Primero fue el periodista Fernando Garea el que le preguntó sobre la existencia de esas facturas. Monedero respondió casi ofendido:

“¿Cómo no va a haber facturas si el dinero se ingresa en una cuenta en España que fiscaliza el Banco de España y fiscaliza la Hacienda. Fernando, ¿cómo no va a haber facturas?”.

Entonces le preguntaron, casi a coro: “¿nos puede enseñar las facturas?”

Y Monedero contesta lo que no le han preguntado:

“Os repito que si el dinero entra en cuentas fiscalizadas por el Banco de España, ahí están las cuentas. Yo no tengo ningún tipo de problema, tendría que preguntar… Es que, fíjate, tú le preguntas a un médico que ha atendido a un paciente y le dices “enséñeme…””.

Monedero comete el error de hablar todo el rato de “facturas”, en plural. En aquel momento, a 22 de enero, no suponía ningún problema. La contradicción llega cuando en la rueda de prensa de febrero muestra una única factura con un único único concepto y un único pago (que ni siquiera coincide con la cifra que aparece en el Registro Mercantil). ¿Cómo puede Monedero confundir una factura de varias facturas? Entendería que confundiera cinco y ocho, seis y diez, pero no una de varias.

El ejemplo que Monedero ha puesto del médico y el paciente es tan falaz que Garea se lo reprocha:

“Usted no es médico, usted es político. Lo que le pregunto es si nos puede documentar esas explicaciones que está aceptando dar.”

Garea se da cuenta del juego de Monedero de aceptar dar explicaciones, porque “ellos son tras*parentes” y al mismo tiempo quejarse de que les exigen esas explicaciones. Es una actitud cínica habitual en Podemos, que explota esa dualidad de “somos tras*parentes y estamos encantados de dar explicaciones”/”nos acosan, nos piden explicaciones y no tenemos porqué darlas, además otros no las dan”.

Monedero contesta de nuevo:

“Fernando, no se da usted cuenta de que si no se pudieran documentar, habría un agujero ahí. Claro que se puede documentar.”

Y Garea sigue preguntando:

“¿Cuándo lo puede documentar?”

Y Monedero lo ve sencillo:

“En cuanto las personas que han hecho la gestión digan “oye, no tengo ningún tipo de problema”.

Miguel Ángel Revilla, que está en plató y parece poco entusiasmado con las explicaciones del profesor, así que anima a Monedero a enseñar la factura y los trabajos para zanjar la polémica. Monedero, parece convencido por los consejos de Revilla y dice:

“Vamos a hacerlo, vamos a hacerlo. Pero ya verás… A ver si es cierto que se acaba la polémica. Oye, vamos a demostrarlo… Y sabes qué pasa, que no se va a acabar la polémica, se van a inventar otra. Tengo que pedir permiso a las personas que te contratan. No vamos a discutirlo. Vamos a ver que no va a haber ningún tipo de problema con eso. Pero insisto en que va a dar lo mismo. Me comprometo a presentarlo en cuanto me autoricen. Si me autorizan esta tarde, lo presentaré, pero hay una cuestión de confidencialidad. Son entidades públicas. Seguramente no va a haber ningún problema”.

El típico y tramposo “yo voy, pero ir ‘pa’ nada es tontería” de toda la vida. Lejos de publicarlo aquella tarde, hubo que esperar otras 28 tardes más para que Monedero acabara presentando una única factura incompleta y hecha por él mismo.

En la rueda de prensa del 20 de febrero Monedero es mucho más concreto con respecto a la confidencialidad. Asegura que todos los informes del Banco del Alba tienen una cláusula de confidencialidad y sería delito publicarlos. Directo, claro, conciso, contundente. Los propios estatutos, según Monedero, confieren confidencialidad a sus trabajos. Monedero aseguraba en la rueda de prensa que el trabajo era “sensible, que afecta a la lógica de todo un continente” (¿?). Es curioso que un mes antes la confidencialidad fuera algo que se podría sortear y no “iba a haber ningún problema”, pero había que preguntar antes. ¿No eran entonces sus trabajos sobre un asunto sensible y confidenciales según los estatutos del banco? Lo cierto es que en enero tampoco mencionó ni estatutos, ni Banco de Alba, ni nada, sino que habló de “entidades públicas”, de nuevo en plural. Monedero vuelve a recordar en la rueda de prensa de febrero que nos imaginemos que cuando se creó el euro se hubieran hecho públicos esos trabajos que afectaban “a países y personas” (¿?). “Este tipo de trabajos siempre tienen cláusulas de confidencialidad” añade. Sin embargo, el “prestigioso” y “decisivo” trabajo que el propio Monedero hizo para el BCE en el año 2000 (según su propia versión y del que presume como loco) sí que es público. Pequeña nueva contradicción.

Esa misma excusa lamentable de la confidencialidad la repite Pablo Iglesias en su entrevista con Pedro Piqueras en Telecinco en respuesta perfectamente memorizada. Y el tono está alejado del “no habrá ningún problema” para subrayar la idea de que publicar un informe de tal envergadura como una auténtica locura y un delito. La versión ha cambiado bastante en un mes.

Por cierto, con la excusa de la confidencialidad el juez nunca podría haber valorado que los informes de Urdangarin no valían el dinero que se había pagado por ellos. Iñaki, qué orate fuiste…

Volvamos a Cuatro. Sobre el motivo por el que Monedero creó la empresa, el profesor contestó:

“La empresa la constituyo cuando un asesor fiscal me dice: “como tienes libros que estás publicando, conferencias que estás dando, tienes investigaciones, quieres montar La Tuerka, debieras montar la empresa, y por eso monto la empresa. Después, cuando tengo la empresa montada me entran los pagos de las diferentes cuestiones”.

Es curioso que hasta entonces no había necesitado la empresa para sus actividades y que su primer y único cobro en al menos los primeros dos meses y medio de existencia de la empresa fueran los 425.150 euros del chavismo. Ni libros, ni investigaciones, ni conferencias… Nada.

A Monedero también le preguntaron por la fecha de las facturas y el profesor aseguró que “deben de tener fecha de diciembre de 2013”. Al final la fecha de la factura que presentó en la rueda de prensa era el 31 de octubre del mismo año.

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En Cuatro el periodista Jaime González le preguntó a Monedero si creó la empresa para pagar menos impuestos y le advirtió de que Hacienda le iba a reclamar. Monedero contestó:

“No me estoy beneficiando porque la empresa tiene mucha más tarea, tiene muchos más pagadores, tiene muchas más entradas… Si solamente tuviera un pagador, diría, pues a lo mejor sí. Si Hacienda me reclama, me reclama”.

No entro a valorar con detalle el razonamiento, que ni tiene sentido, ni Monedero se lo cree. Después, tras asegurar el podemita que tiene todos sus pagos al día con Hacienda (algo que también había asegurado en La Sexta) Revilla se lleva el protagonismo y ahí termina la entrevista a Monedero y el programa aborda otro asunto. Pero el periodista Jaime González comete una pequeña imprudencia cuando, dando por hecho que su micrófono está totalmente cerrado, le dice a Monedero en voz baja:

“Juan Carlos, te va a amar Hacienda, porque a mí me han amado”.

Vaya. Siguen hablando, incluso parece que hablan de cifras, pero los gritos de Revilla por desgracia no permiten entender casi nada más que palabras sueltas. González debería tener cuidado con lo que cuenta cuando cree que no se le oye.

Es decir, González advierte a Monedero el día 22 de enero de que debe tener cuidado con Hacienda, porque le van a crujir por haber declarado como empresa trabajos hechos personalmente antes de que la empresa existiera.

Es curioso que esa misma mañana, tal vez mientras Monedero está en televisión, el dueño de Canal 33, Enrique Riobóo, pone una denuncia en la Agencia Tributaria contra Monedero y su declaración de impuestos.

Montoro, hasta el día 27 no hace una referencia al asunto Monedero. El podemita ya desaparece de los medios y va de incógnito por Madrid, tal vez porque teme que Hacienda le encuentre (o porque le gusta ir absurdamente tapado hasta las orejas). El caso es que, a buen seguro, cuando Montoro habla sobre los chanchullos del profesor, Monedero ya ha iniciado las gestiones necesarias para ponerse al día con Hacienda. El 29 de enero Monedero hace su complementaria y horas después reta a Montoro a gritos en un mitin de Podemos.

Algunos dijimos que seguramente Montoro había dado miles de votos a Podemos con sus no muy discretas declaraciones. Pero realmente fue Jaime González el primero que advirtió a Monedero, a pesar de los repetidos desprecios que el profesor le dedica al periodista. Si Jaime nos lee, un saludo para él y más colmillo retorcido para la próxima. Y que lo de Hacienda haya sido poco…

Monedero sabe moverse bien en el terreno de las medias verdades e incluso en el de las mentiras. Decide rápido y no suele flaquear, sobre todo ante personas que no dominan el tema. Ha sabido defender con cierta solvencia la existencia de unos trabajos que nadie ha visto y nadie verá jamás, salvo que Hacienda o un juez se los soliciten. La cúpula de Podemos oculta su pasado con uñas y dientes e intenta quitarse de encima los pocos lastres que arrastran en su camino hacia la Moncloa. Son buenos, pero no son dioses y cuando rascas un poco en la superficie, cuando confrontas declaraciones, datos, propuestas y escritos, cuando enfrentas su pasado con su presente, aparecen incoherencias, embustes y serias contradicciones, como algunas de las aquí expuestas. Sin duda habrá más.

Antes de que lleguen las críticas y los insultos de los fans del partido, es bueno que los podemitas recuerden que el que les miente en la cara es este señor, al que luego aplauden. No es el PP, no es el PSOE, no es UPyD, no es El País ni el Banco Santander. Es Juan Carlos Monedero con las palabras que salen de su boca de embaucador y de las que solamente él y su partido son responsables. Así que dejen de insultar a los que retratamos a sus nuevos ídolos cuando lo que deberían hacer es pedir limpieza al partido al que admiran. Y es que el nivel de exigencia y autocrítica de los fans de esa mal llamada “nueva política regeneradora” ha caído tan abajo que aunque Monedero hubiera explicado sus chanchullos con un eructo, sus fieles seguidores habrían dado igualmente el tema por zanjado.

Juan Manuel Del Álamo Periodista de carrera y rara vez de profesión. Tuvo un breve paso por el diario As y por la Cadena COPE. Luego se cansó. Es aficionado a los deportes de sofá, a los videojuegos, la música y Twitter. En sus ratos libres se dedica a trabajar. Habla de sí mismo en tercera persona como si fuera petulante. Síguele (sígueme) en @jmdelalamo
 
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