Vlad_Empalador
Será en Octubre
Mohamed VI exhibe su fuerza sobre España y planta a Sánchez con una llamada desde Gabón
En el Gobierno español quitan importancia a este hecho señalando que el monarca y el presidente han hablado por teléfono media hora, "la duración habitual de una audiencia en persona". El PP carga contra el jefe del Ejecutivo por "humillarse" ante jovenlandia
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención en el foro empresarial celebrado en Rabat.EFE
En el último año el Ejecutivo español hizo esfuerzos significativos para mejorar las relaciones con su vecino africano empezando por el giro de 180 grados en su posición internacional respecto al Sáhara Occidental, que le ha llevado a defender que su ex colonia sea una región autónoma dentro del territorio jovenlandés. Hace sólo dos semanas el PSOE votó además en contra de una resolución del Parlamento Europeo en la que se exigía el respeto a la libertad de expresión y de prensa en una nación en la que hay varios periodistas encarcelados precisamente con la intención de no perjudicar este acercamiento hacia un socio que considera «estratégico».
Con su conversación telefónica desde Gabón, donde pasa temporadas, como en París, de vacaciones, sin compromisos oficiales, Mohamed VI exhibe su posición de fuerza en esta «nueva etapa de relaciones» con España. A falta de la concreción de los al menos 24 acuerdos que se van a suscribir hoy en el marco de la RAN, por ahora el único gesto tangible que ha hecho jovenlandia -que sigue sin reconocer la soberanía española de Ceuta y Melilla- ha sido acordar la puesta en marcha de una prueba piloto para abrir adunas comerciales en estas ciudades autónomas.
En La Moncloa restaron importancia al hecho de que no haya habido un encuentro in situ entre los dos mandatarios, aunque no se había descartado previamente que se pudiera producir. Fuentes gubernamentales explicaron también que la llamada se acordó hace unos días y que tuvo una duración de media hora, «la habitual de una audiencia en persona», lo que señalan que demuestra «la implicación personal» del rey en la mejora de la cooperación.
En abril del año pasado, tras anunciar su cambio de estrategia respecto al Sáhara para alinearla con la de jovenlandia, Sánchez viajó a Rabat y mantuvo un encuentro -esa vez sí presencial- con Mohamed VI, en el que trazaron una hoja de ruta de las «prioridades» para ambas naciones. Asimismo, acordaron que estas cuestiones debían abordarse con detalle en una cumbre al más alto nivel que debería convocarse antes de que finalizara 2022.
Finalmente esta cita se está celebrando con un mes de retraso respecto al límite temporal que se había fijado por la «complejidad de cuadrar las agendas» de dos presidentes y de casi una treintena de ministros, según recalcan fuentes de La Moncloa. Sobre la posibilidad de que la cita se hubiera aplazado hasta otro momento en el que también pudiera estar en el país el rey jovenlandés, precisan que ésta es una cumbre «entre gobiernos», aunque la práctica habitual cuando se ha celebrado en Rabat desde la firma del Tratado de Vecindad en 1991 había sido un encuentro protocolario entre el presidente español y el monarca alauí.
En el Ejecutivo recalcan que a lo largo de su mandato Sánchez ya se ha visto en dos ocasiones con Mohamed VI, la última el pasado 7 de abril, en la que además compartió un iftar -la cena con la que los fiel a la religión del amores rompen el Ramadán- junto al príncipe heredero, Mulay Hasán, y el hermano del monarca, Mulay Rachid, una atención que pocos mandatarios reciben. Además, destacan que en su conversación de ayer aceptó una invitación del jefe del Estado para «realizar próximamente una visita oficial» a Rabat.
En el PP, por su parte, señalaron que «no cabe mayor humillación que ceder todo ante jovenlandia, ir con medio Gobierno a dar satisfacción, retratarte en el Parlamento Europeo, que el rey no te reciba y que te conformes con que te coja el teléfono». «¿Es libre Sánchez frente a jovenlandia que tanto se deja ningunear?», escribió el vicesecretario de Acción Institucional, Esteban González Pons, en su cuenta de Twitter.
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, acusó, a su vez, a la dirección nacional de Génova de no entender las relaciones con el país vecino. «Esas son las declaraciones de un partido que no conoce lo que son las políticas de Estado y si una política es de Estado es la política exterior de España», argumentó.
El que no hizo alusión alguna a este asunto ni tampoco a cuestiones políticas fue Sánchez, que llegó ayer por la tarde a Rabat a tiempo de clausurar un foro empresarial de compañías marroquíes y españolas, del que se cayó Antonio Garamendi. El presidente de la CEOE se excusó por razones médicas, pero su renuncia llegó un día después de que el Gobierno impusiese una subida en el salario mínimo pactada sólo con los sindicatos. Durante su intervención, Sánchez recalcó la importancia de la «nueva asociación económica avanzada» que va a permitir «generar riqueza, prosperidad para las familias y para las empresas en ambos países».
El primer ministro de jovenlandia, Aziz Ajanuch, sí que quiso destacar en cambio que la interlocución entre las dos naciones ha entrado en una nueva fase «gracias al apoyo» por parte del presidente español «al plan de autonomía» presentado por el Ejecutivo de Rabat sobre el Sáhara. «España tuvo el valor de adoptar una visión histórica y realista, lo cual valoramos aquí», señaló después de admitir que las relaciones entre ambos países habían sufrido con anterioridad «altibajos debido a problemas y malentendidos», informa Europa Press.
Unidas Podemos se ha desmarcado de esta cumbre auspiciada exclusivamente por el socio mayoritario del Gobierno de coalición precisamente por su oposición al cambio estratégico impuesto por Sánchez respeto a la ex colonia española. Según indicó ayer la formación jovenlandesada, «no se dan las condiciones» para celebrar un acuerdo bilateral en medio también de las controversias por el jovenlandésccogate -que investiga las presuntas irregularidades cometidas por la FIFA en la adjudicación del Mundial de Fútbol de 2022 a Qatar- y la votación en contra por parte del PSOE a la declaración del Parlamento Europeo para condenar la falta de libertad de expresión en el reino alauí.
- MARTA BELVER
Enviada especial
@martabelverm
Rabat
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En el Gobierno español quitan importancia a este hecho señalando que el monarca y el presidente han hablado por teléfono media hora, "la duración habitual de una audiencia en persona". El PP carga contra el jefe del Ejecutivo por "humillarse" ante jovenlandia
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En el último año el Ejecutivo español hizo esfuerzos significativos para mejorar las relaciones con su vecino africano empezando por el giro de 180 grados en su posición internacional respecto al Sáhara Occidental, que le ha llevado a defender que su ex colonia sea una región autónoma dentro del territorio jovenlandés. Hace sólo dos semanas el PSOE votó además en contra de una resolución del Parlamento Europeo en la que se exigía el respeto a la libertad de expresión y de prensa en una nación en la que hay varios periodistas encarcelados precisamente con la intención de no perjudicar este acercamiento hacia un socio que considera «estratégico».
Con su conversación telefónica desde Gabón, donde pasa temporadas, como en París, de vacaciones, sin compromisos oficiales, Mohamed VI exhibe su posición de fuerza en esta «nueva etapa de relaciones» con España. A falta de la concreción de los al menos 24 acuerdos que se van a suscribir hoy en el marco de la RAN, por ahora el único gesto tangible que ha hecho jovenlandia -que sigue sin reconocer la soberanía española de Ceuta y Melilla- ha sido acordar la puesta en marcha de una prueba piloto para abrir adunas comerciales en estas ciudades autónomas.
En La Moncloa restaron importancia al hecho de que no haya habido un encuentro in situ entre los dos mandatarios, aunque no se había descartado previamente que se pudiera producir. Fuentes gubernamentales explicaron también que la llamada se acordó hace unos días y que tuvo una duración de media hora, «la habitual de una audiencia en persona», lo que señalan que demuestra «la implicación personal» del rey en la mejora de la cooperación.
En abril del año pasado, tras anunciar su cambio de estrategia respecto al Sáhara para alinearla con la de jovenlandia, Sánchez viajó a Rabat y mantuvo un encuentro -esa vez sí presencial- con Mohamed VI, en el que trazaron una hoja de ruta de las «prioridades» para ambas naciones. Asimismo, acordaron que estas cuestiones debían abordarse con detalle en una cumbre al más alto nivel que debería convocarse antes de que finalizara 2022.
Finalmente esta cita se está celebrando con un mes de retraso respecto al límite temporal que se había fijado por la «complejidad de cuadrar las agendas» de dos presidentes y de casi una treintena de ministros, según recalcan fuentes de La Moncloa. Sobre la posibilidad de que la cita se hubiera aplazado hasta otro momento en el que también pudiera estar en el país el rey jovenlandés, precisan que ésta es una cumbre «entre gobiernos», aunque la práctica habitual cuando se ha celebrado en Rabat desde la firma del Tratado de Vecindad en 1991 había sido un encuentro protocolario entre el presidente español y el monarca alauí.
En el Ejecutivo recalcan que a lo largo de su mandato Sánchez ya se ha visto en dos ocasiones con Mohamed VI, la última el pasado 7 de abril, en la que además compartió un iftar -la cena con la que los fiel a la religión del amores rompen el Ramadán- junto al príncipe heredero, Mulay Hasán, y el hermano del monarca, Mulay Rachid, una atención que pocos mandatarios reciben. Además, destacan que en su conversación de ayer aceptó una invitación del jefe del Estado para «realizar próximamente una visita oficial» a Rabat.
En el PP, por su parte, señalaron que «no cabe mayor humillación que ceder todo ante jovenlandia, ir con medio Gobierno a dar satisfacción, retratarte en el Parlamento Europeo, que el rey no te reciba y que te conformes con que te coja el teléfono». «¿Es libre Sánchez frente a jovenlandia que tanto se deja ningunear?», escribió el vicesecretario de Acción Institucional, Esteban González Pons, en su cuenta de Twitter.
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, acusó, a su vez, a la dirección nacional de Génova de no entender las relaciones con el país vecino. «Esas son las declaraciones de un partido que no conoce lo que son las políticas de Estado y si una política es de Estado es la política exterior de España», argumentó.
El que no hizo alusión alguna a este asunto ni tampoco a cuestiones políticas fue Sánchez, que llegó ayer por la tarde a Rabat a tiempo de clausurar un foro empresarial de compañías marroquíes y españolas, del que se cayó Antonio Garamendi. El presidente de la CEOE se excusó por razones médicas, pero su renuncia llegó un día después de que el Gobierno impusiese una subida en el salario mínimo pactada sólo con los sindicatos. Durante su intervención, Sánchez recalcó la importancia de la «nueva asociación económica avanzada» que va a permitir «generar riqueza, prosperidad para las familias y para las empresas en ambos países».
El primer ministro de jovenlandia, Aziz Ajanuch, sí que quiso destacar en cambio que la interlocución entre las dos naciones ha entrado en una nueva fase «gracias al apoyo» por parte del presidente español «al plan de autonomía» presentado por el Ejecutivo de Rabat sobre el Sáhara. «España tuvo el valor de adoptar una visión histórica y realista, lo cual valoramos aquí», señaló después de admitir que las relaciones entre ambos países habían sufrido con anterioridad «altibajos debido a problemas y malentendidos», informa Europa Press.
Unidas Podemos se ha desmarcado de esta cumbre auspiciada exclusivamente por el socio mayoritario del Gobierno de coalición precisamente por su oposición al cambio estratégico impuesto por Sánchez respeto a la ex colonia española. Según indicó ayer la formación jovenlandesada, «no se dan las condiciones» para celebrar un acuerdo bilateral en medio también de las controversias por el jovenlandésccogate -que investiga las presuntas irregularidades cometidas por la FIFA en la adjudicación del Mundial de Fútbol de 2022 a Qatar- y la votación en contra por parte del PSOE a la declaración del Parlamento Europeo para condenar la falta de libertad de expresión en el reino alauí.