Van A. Rumpuy Tolojette
Madmaxista
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Pues sí amigos, nuestra rubia cañón cumplió este sábado los 50, y vaya cómo los cumplió.
De su entrevista me ha llamado la atención una declaración que ella (Elle) misma hizo a una periodista en 1996, cuando estaba si cabe más cañón todavía:
Esto sí que es importante. Realmente, lo del palo y la zanahoria funciona también en el ámbito sensual, y por supuesto en lo profesional. Seguramente Elle MacPherson llegó tan lejos, además de por sus cualidades físicas, también por saber jugar un papel sensual de "enseñar la zanahoria, pero nunca dejar que nadie la toque. JAMÁS". Lo fácil, lo rápido (y también a la larga lo menos efectivo) hubiera sido acostarse con el primero o el segundo que le hubiera gustado o que le hubiera proporcionado su acceso a ser modelo, pero no, no fue así (al menos, la inmensa mayoría de la veces, desconozco las intimidades de esta señora).
Es más que evidente que pretendientes no le faltaban... aunque sean sólo proposiciones de aventuras de una noche. Pero no, confió en ella misma, y triunfó. Dejó el sesso a un lado, para que no alterara su carrera .
Esto dicho tan alegremente no es nada fácil, sobre todo siendo una veinteañera en el top de las top models. ¿Cuántos de aquí hubiéramos tenido la fuerza de voluntad para hacer lo mismo que Elle hizo?
Chapeau Elle :Aplauso:
Elle MacPherson, 50 años tremendos
De su entrevista me ha llamado la atención una declaración que ella (Elle) misma hizo a una periodista en 1996, cuando estaba si cabe más cañón todavía:
"Me falta actividad sensual y resulta muy frustrante", desveló en 1996. Con los años alcanzó sus metas
Esto sí que es importante. Realmente, lo del palo y la zanahoria funciona también en el ámbito sensual, y por supuesto en lo profesional. Seguramente Elle MacPherson llegó tan lejos, además de por sus cualidades físicas, también por saber jugar un papel sensual de "enseñar la zanahoria, pero nunca dejar que nadie la toque. JAMÁS". Lo fácil, lo rápido (y también a la larga lo menos efectivo) hubiera sido acostarse con el primero o el segundo que le hubiera gustado o que le hubiera proporcionado su acceso a ser modelo, pero no, no fue así (al menos, la inmensa mayoría de la veces, desconozco las intimidades de esta señora).
Es más que evidente que pretendientes no le faltaban... aunque sean sólo proposiciones de aventuras de una noche. Pero no, confió en ella misma, y triunfó. Dejó el sesso a un lado, para que no alterara su carrera .
Esto dicho tan alegremente no es nada fácil, sobre todo siendo una veinteañera en el top de las top models. ¿Cuántos de aquí hubiéramos tenido la fuerza de voluntad para hacer lo mismo que Elle hizo?
Chapeau Elle :Aplauso:
Elle MacPherson, 50 años tremendos
Elle MacPherson, 50 años tremendos
La icónica 'top model' sopla el sábado las velas del medio siglo
Elle MacPherson.
IOSU DE LA TORRE / Barcelona
JUEVES, 27 DE MARZO DEL 2014 - 14.00 H
Descubrir en el calendario que este sábado Elle MacPherson ingresará en el club de los cincuentones se convierte en máxima existencial para todos aquellos que no se creen que, después de haber exprimido los 20, los 30 y los 40 años, lo bueno de verdad comienza cuando se dejan atrás los 49. Resistir o rendirse. Sentirse aún joven o ceder a las sensaciones de que se está lejos del tiempo del esplendor. MacPherson es un exceso de mujer que combate el reloj biológico –"soy una esclava de mi forma física"– para perpetuar mientras pueda el esplendor que le otorgó la genética escocesa y el estilo de vida australiano.
La fotografía que ilumina esta doble página puede ocupar el primer piso del podio de los pósteres de un taller mecánico, pero también serviría para presidir el oratorio de esa legión de ilusos que sueñan con la vida eterna, sin grietas, como si la arruga no pudiera ser bella. Contemplamos, tumbada en el parquet de una sala de spinning, a Eleanor Mac Pherson, Elle para el mundo mundial porque, aseguran las biografía oficiales, en el hogar familiar aceptaron con simpatía que la niñera la llamase Elle porque era incapaz de pronunciar bien el nombre de la elegida. Como la revista para mujeres, ¿MacPherson dio nombre a la publicación como el Barça a la ciudad de Barcelona, que diría Josep Lluís Núñez? La confusión o el chiste nació, en los primeros 80, porque la edición norteamericana de Elle llevó tantos meses en portada a la australiana que tras*mitía la sensación de ser el book mensual de la modelo y no una revista para working girls.
La vida de una mega-top-model está maquillada por felicidad postiza. Una máscara a lo Aldous Huxley. Las entrevistas que ha concedido responden a un discurso bien trazado. Todo es tan maravilloso que puede hacerte sentir petulante. "No fumo, no bebo, cuido la dieta, voy en bici, monto a caballo, practico tenis, ningún vicio", repetía con envidiable sonrisa rubia. Hasta que un día reconoció que tuvo que ingresar en una clínica para rehabilitarse de su afición al trago largo. Salió adelante. Lo certifica la foto del taller. La hemeroteca conserva también decenas de miles de fotografías de MacPherson. Imágenes de tres décadas y en las ciudades más fashion del planeta, donde se le ve hiperactiva, complaciente: de empresaria solidaria con pobres y enfermos crónicos, directora de la imagen de la marca con la que vende perfumería y ropa interior, progenitora feliz y exesposa conformista, bellezón que da brillo a una entrega de premios cinematográficos, cartel del lujo para millonarios (relojes, joyas, ropa, bolsos, automóviles de gama alta). Esquiando en Colorado, EEUU. Haciendo surf en las olas de Hawái.
"No fumo, no bebo, cuido la dieta, monto a caballo, voy en bici", recitaba antes de dejar su afición al trago largo
Las escenas sobre la pasarela son escasas. "Antes que modelo soy empresaria", advirtió hace tiempo. Es cierto. Elle es más de portadas (Harper’s Bazaar, Sports Ilustrated, Vogue, siempre Elle) y algunos pinitos cinematográficos, los justos para sumar pantallas en el currículo (Alice, de Woody Allen, o Sirenas, de John Dulgan).
Cuando este periódico llegó a los quioscos, Elle MacPherson era una quinceañera desarrollada hasta los 183 centímetros de altura y pechos pequeños. A la muchacha que abandonó la carrera de Derecho para que un novio fotógrafo pigmalión la convirtiera en supermodelo, en esposa y divorciada exprés le faltaba poco para florecer (90-63-90 eran los dígitos del carnet perímetral de la excelencia). En los 35 años de historia de este diario, algunos periodistas tuvieron la oportunidad de tropezarse con El Cuerpo de cerebro sobresaliente.
Ascendiendo el Kilimanjaro
"Me falta actividad sensual y eso resulta muy frustrante", le confesó a Núria Navarro en 1996, en una visita de obras al Fashion Café, la aventura barcelonesa que acabó en fracaso. Hubo cientos de voluntarios a remediar la sequía amatoria, pero la que sin duda ligó en el paseo de Gràcia fue su socia Naomi Campbell (con el bailarín Joaquín Cortés). "Nunca he tenido vergüenza de desnudarme", explicó para que se entendiera la legendaria portada del Play Boy con un interesante cruce de piernas que ni Sharon Stone.
"Me falta actividad sensual y resulta muy frustrante", desveló en 1996. Con los años alcanzó sus metas
En el encuentro con EL PERIÓDICO, la archimillonaria tuvo el momento dalái lama al contar cómo tonificó los músculos del alma ascendiendo al Kilimanjaro, se conmocionó al revelar que soñaba con crear una familia y que algún día sería una mujer de negocios al 100%. Con los años, logró lo de tener descendencia aunque sin un hombre estable al lado y sobre todo alcanzó las cotas del business. No hay top o extop que le supere en fortuna.
Este sábado, llegan los 50 para Elle MacPherson, reina de toda una generación de reinas de la belleza. Está muy viva, en continua plena danza del vientre, en lo más alto rodeada, acompañada por Claudia Schiffer, Naomi Campbell, Cindy Crawford, Christy Turlingston y Linda Evangelista. Soplará las velas de la tarta con sus dos hijos y rodeada por una corte de familiares y amigos. Se descarta la presencia de cualquiera de los hombres que irrumpieron en su vida: Gilles Bosmon, Ayrton Senna, Mick Jagger, Kevin Costner, Tim Jeffries o Arpad Busson.
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