Millonarios sin techo.

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Millonarios sin techo
Gracias al tremendo potencial económico que posee la mejor liga de baloncesto, no solamente de América, sino de todo el mundo, se pueden ver sumas estratosféricas en concepto de ficha en favor de algunos jugadores, cantidades que el resto de personas no aciertan a ganar en toda una vida, algunos baloncestistas reciben durante un único año. Pero, ¿son estas cantidades suficientes para que una persona tenga casa? Aunque parece una pregunta dantesca, la respuesta no siempre lo es de igual modo.

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Gracias al tremendo potencial económico que posee la mejor liga de baloncesto, no solamente de América, sino de todo el mundo, se pueden ver sumas estratosféricas en concepto de ficha en favor de algunos jugadores, cantidades que el resto de personas no aciertan a ganar en toda una vida, algunos baloncestistas reciben durante un único año. Pero, ¿son estas cantidades suficientes para que una persona tenga casa? Aunque parece una pregunta dantesca, la respuesta no siempre lo es de igual modo.
Manuel Vergara
Manuel Vergara
24/12/2012 - 13:00 - Sígueme en VAVEL
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Millonarios sin techo
Kobe Bryant en un billete de dólar (Foto: Vavel)

6 de cada 10. ¿Qué estadística es esta? ¿Qué es lo que significa? Sencillo. No es una fracción cualquiera, no es un dato que haya que tomarse a la ligera, sino más bien, un punto de partida para comprender y poner soluciones a qué se está haciendo mal, no solamente en la liga, en la, sino a nivel social y educativo. Lo "único" que esto quiere decirnos es que de cada diez jugadores que alcanzan la profesionalidad y disputan encuentros en la NBA, una vez finalizada su carrera profesional, terminan por declararse en la bancarrota hasta seis de ellos, habiendo perdido casi todo lo conseguido durante sus carreras.

Es un dato estremecedor, por la magnitud del dato. Lo peor de esto, si es que puede haber algo bueno, es que esa dilapidación sin sentido de sus emolumentos en algunos casos llega a ser sangrante. Las sumas no siempre son comedidas, sino más bien todo lo contrario. Contando con que el salario medio de la liga, aproximadamente, en 2011 era de 5 millones de dólares por temporada, solo es cuestión de hacer números. Y aunque no todos los 6 de cada 10 que entran en quiebra una vez terminadas sus carreras deportivas terminan siendo noticia, si lo son, desgraciadamente, los casos más destacados, que siempre quiere decir, los que mayor fortuna tiraron.

Antoine Walker, del anillo a la quiebra

"¿Qué se siente al ganar gracias a tu trabajo casi 100 millones de dólares..." Aunque es una pregunta que muchos querríamos contestar, la segunda parte de esta cuestión inacabada es aún más escabrosa: "... y terminar arruinado y compartiendo piso con un compañero?".
Esta pregunta podría contestarla uno de los jugadores más destacados de nuestra famosa fracción. Antoine Walker, ala-pivot de los Boston Celtics, Miami Heat, Minnesota Timberwolves entre otros. Campeón en 1996 con su Universidad, Kentucky, llamó la atención de los de Massachusetts, que se hicieron con sus servicios en 6º posición del draft de ese mismo año, y dándole, gracias a los méritos del alero, la titularidad. Tras unos años de brillante carrera en Boston, cambió el verde por el plateado de los Mavericks, aunque solamente jugó para el conjunto de Dallas durante una temporada antes de ser traspasado de nuevo, esta vez con destino Atlanta. En los Hawks tuvo un paso temporal, puesto que su bajo rendimiento le haría salir del equipo para volver a los Celtics a mitad de año.

El momento más importante de la carrera de Walker llegó esa misma temporada, cuando se vió envuelto en uno de los traspasos más importantes de la historia de la NBA, debido a la gran cantidad de jugadores y equipos que participaron, y que le hizo aparcar sus enseres en Florida, para jugar con los Miami Heat. Fue allí donde recuperó parte de la cuota de importancia que había perdido en los últimos años, y junto al también llegado procedente del fracasado proyecto de los de Lakers, Gary Payton, ayudaron a Wade, O´Neal y compañia para alzarse por primera vez con el anillo de campeones de la NBA en 2006. Desde ahí, todo fue cuesta abajo, pasando por Minnesota T-Wolves y Memphis Grizzlies, antes de finalizar su último gran contrato, que lo dejó sin equipo. Dos años más tarde se enroló en las filas de un conjunto puertorriqueño, los Mets de Guanyabo, del que fue despedido por su bajo estado de forma.
Pero no fue entonces cuando todo se vino abajo. Ya el año anterior (2009) había pasado por la guandoca tras emitir cheques sin fondo en Las Vegas para terminar adeudando casi 1 millón de dólares. Aunque salió de la prisión tras pagar su fianza, los terribles peajes que tenía que pasar eran demasiado. La construcción de una mansión en Chicago con todo tipo de lujos, los dinerales "invertidos" en las cenas con amigos, la colección de coches que poseía el alero, junto a las malas inversiones, le llevaron a necesitar el sustento de 70 personas, entre familiares y amigos, para poder vivir.

Desde hace un par de años, cuando volvió a jugar en Puerto Rico, declaró su intención de volver a jugar al baloncesto a nivel profesional. Aunque estuvo a prueba en varias franquicias, ninguna se decidió a darle un contrato profesional, y tuvo que mirar un peldaño más abajo, a la NBDL, la liga asociada a la NBA, para encontrar acomodo, a cambio de 19.000 dólares al año, en los Idaho Stampede. A todo esto le suma la noticia en diciembre de 2011 de su condena a 5 años de libertad vigilada por la cantidad adeudada en su momento en Las Vegas. Estas "pellas" le obligaron a vender este mismo año su anillo de campeón con los Heat para poder aliviarlas.

Scottie Pippen, el escudero sin blanca

La historia del 'Soldado Universal' no es ni mucho menos la única. Otro de los ejemplos más destacados de jugadores que dilapidan grandes fortunas, es el de Scottie Pippen, uno de los 50 mejores jugadores de la historia de la NBA. Aunque en su caso hay que hablar de 'supuestamente', puesto que amenazó con querellarse contra cualquiera que insinuara que su estado financiero era el de bancarrota.

"Jordan-Pippen: 6 anillos y una dinastía"

Además de estar incluido en la lista de mejores jugadores históricos, puede presumir de haber conseguido ser 2 veces campeón olímpico, 6 veces campeón de la NBA y siete veces 'All-Star'. Elegido en 5º posición por los Supersonics en el draft de 1987, protagonizó uno de esos grandes traspasos, de forma irónica, en la noche de su elección, al cambiar Seattle por Chicago, a cambio de Olden Polynice. Durante el primer año en los Bulls, Scottie salía desde el banquillo, y gracias a su intensidad
defensiva se ganó un hueco en la rotación. Su unión con Michael Jordan y la dirección de Phil Jackson desde el banquillo, además de los acordes de Toni Kukoc, Denis Rodman, John Paxson, Ron Harper o Steve Kerr, llevaron a los Bulls a lograr 6 anillos en 8 años, con el consabido formato 3-3 parando únicamente por la retirada temporal de Jordan entremedias de los títulos, formando una de las grandes dinastías de la historia de la liga.

Tras la que parecía retirada definitiva de Jordan en 1998, Pippen es traspasado a Houston debido al desmembramiento que tuvo lugar en los Bulls por las malas relaciones de los jugadores con el manager del equipo, y allí dura únicamente un año, para acabar siendo de nuevo traspasado, para jugar con unos Blazers que se antojaban candidatos a todo. Su eliminación ante Lakers en las finales del 2004 hizo que su estancia en Portland se acabase tras 5 años, para terminar fichando de nuevo por "sus" Bulls, como parte de un proyecto de reconstrucción. Pudo ver como su camiseta, una vez retirado en 2005, era elevada hasta el techo del actual United Center, junto a las de Jerry Sloan o Michael Jordan, para que nadie volviera a llevar el 33 con la zamarra de los Bulls.

Su condición de escudero de Jordan no le permitió nunca destacar por grandes números, pero si se le ha reconocido siempre como uno de los mejores jugadores de la historia en su posición, siendo clave su participación en todos y cada uno de los títulos logrados por los de Illinois. A pesar de ello, gracias a su inestimable calidad, fue capaz de sumar 120 millones de dólares, únicamente contando con emolumentos fruto de su actividad, sin contar publicidad, en sus casi 20 temporadas en la liga. No solamente cuando estaba ya retirado, sino también mientras jugaba, habría dilapidado toda esa cantidad. Todo lo que tenía de buen jugador, le faltaba como inversor, y una serie de desacertadas inversiones le hicieron llegar a replantearse incluso el hecho de volver a jugar al baloncesto para pagar las deudas contraídas, llegando en 2008 a disputar la liga finlandesa. Nefastos negocios relacionados con la construcción, el fracaso del lanzamiento de unas aerolíneas privadas, negocios de catering poco recomendables o agentes de grupos inversores de confianza que desaparecen con millones son solo algunos de los motivos de dicho estado de su cuenta personal.

"The Answer", el 'MVP' venido a menos

El caso más llamativo, por ser el que mayor cantidad de dinero perdió, es el de Allen Iverson, que creció en Hampton, una pequeña ciudad del estado de Virginia, en la Costa Este de Estados Unidos, y que sin duda, es de los tres el que más impacto mediático tiene. Su llegada a la liga en el draft de 1996 desde la prestigiosa Universidad de Georgetown, ocupando el primer puesto de la lista, le llevó hasta Philadelphia, para formar parte de los Sixers.

En su etapa universitaria, Iverson practicó tanto el baloncesto como el fútbol americano, actividad en la que sobresalía desde la posición de quarterback, que le sería de gran utilidad para desarrollar su condición de base en el baloncesto profesional. Los problemas familiares precipitaron su salto al ámbito profesional. Desde el primer momento su impacto fue enorme, debido a la gran ausencia de figuras destacadas, por las retiradas de Larry Bird, Isiah Thomas, Michael Jordan (de manera temporal) o 'Magic' Johnson. Su personalidad y su estilo de juego causaron furor en Philadelphia, donde rápidamente se hizo con un destacado lugar en el corazón de los aficionados.

Junto a Larry Brown y Mutombo, llevó a unos férreos Sixers, que basaban su juego en la excepcional capacidad anotadora del base y la física defensa, a disputar en el 2001 las finales de la NBA ante los Lakers de O´Neal y Bryant, dando la sorpresa en el primer partido con una soberbia actuación de Iverson que se fue hasta los 48 puntos en el Staples Center de Los Ángeles, para luego perder de forma consecutiva los siguientes partidos y caer derrotados. Esa misma temporada, la mejor en lo personal y colectivo de "The Answer", fue nombrado el MVP de la temporada regular. También logró el MVP del 'All-Star' y su segundo título, hasta ese momento, de máximo anotador de la NBA. Lang Whitaker, afamado periodista y editor de la prestigiosa revista Slam Magazine le definió como "the most dominant little man in the history of the NBA" y no podía estar más acertado, puesto que hasta la fecha sigue ostentando el honor de ser el jugador de menor estatura (1.83) que había logrado ser el más valorado en una temporada.

Después de eso, tanto los Sixers como Iverson no volverían a cosechar un éxito igual ni llegar a una cota parecida. A pesar de sumar dos títulos más de máximo anotador en los siguientes años, no pudo llevar a su equipo más allá de las semifinales de conferencia en 'play-off', y acabó pidiendo el traspaso en 2006, que le llevó hasta Denver, en la otra punta del país, para jugar con Carmelo Anthony. Aunque su unión parecía darle a los Nuggets la posibilidad de luchar por el título, la realidad no pudo ser más lejana y tras un par de temporadas allí, hizo la maleta rumbo Detroit, donde jugaría con los Pistons durante un año, sin mayor relevancia, antes de fichar por los Memphis Grizzlies, en los que duraría únicamente tres partidos, ya que tuvo que abandonar la franquicia por motivos personales. Estos problemas de índole personal los causó la enfermedad de su hija pequeña, que no quiso revelar el base-escolta, y le llevaron a retirarse a finales de noviembre de 2009, para firmar a los 10 días por su primer equipo, los Sixers, donde apenas podría disputar 3 meses de competición debido a los problemas médicos, nuevamente, de su hija.

Los problemas económicos de Iverson venían de lejos. Además de sus espectaculares contratos de patrocinio durante toda su carrera y del dinero que ingresara por ellos, el jugador se embolsó durante toda su vida deportiva cerca de 160 millones de dólares. ¿Cómo puedes gastar tanto dinero en unos años? La respuesta, desgraciadamente, es sencilla. Joyas, coches, mansiones, estilistas personales y una multitud de 'amigos' que desaparecen cuando se corta el grifo son solo algunas de los motivos.

"Se libró de la guandoca por su excepcional talento para el deporte"

Presa de una adolescencia problemática, la cabeza de Iverson nunca estuvo del todo amueblada. Detenido por posesión de drojas y falsificación de documentos, la guinda del pastel la pone su condena a 15 años de guandoca cuando tenía 17 años, por destrozarle una silla en la espalda en una bolera a una chica durante una pelea. El de Virginia se libró de la prisión por el brutal impacto que tuvo su condena entre la población de color de allí y a las presiones que fue sometido el gobernador, que ejecutó su absolución por "su excepcional talento para el deporte". Deudas contraídas con un joyero por valor de casi 1 millón de euros le valieron su última denuncia antes de la que presentó su mujer, en la primavera de 2010, para divorciarse de la estrella. Problemas de alcoholismo y una separación complicada le llevaron incluso a atreverse, ese mismo año, a cruzar el charco para disputar durante 3 meses, sus últimos partidos en las filas del Besiktas turco

El cúmulo de despropósitos, fruto de la dilapidación de su fortuna, se culmina con la subasta de su mansión en Atlanta, valorada en 4.5 millones de dólares, que servirá para paliar las deudas del jugador por impagos de la hipoteca. En los últimos años, además, ha proclamado su intención de volver a jugar en la NBA, sin que ninguna franquicia confiase en que el imparable anotador fuera a darles garantía de éxito.

El gigante sudanés y su bancarrota

Multitud de nombres conocidos podrían ocuparnos multitud de lineas. Algunos de los más destacados, por su trayectoria y elevada cifra de emolumentos tirados podrían ser Latrell Sprewell, Ray Williams, Shawn Kemp, Derrick Coleman, Kenny Anderson o Vin Baker.

Pero no todos los nombres de esta lista de jugadores arruinados están asociados a motivos desagradables. O al menos no todos los motivos de la lista lo son. A mediados de los 80, un fino pero alargadísimo jugador sudanés se hizo noticia en todo Estados Unidos por su extraordinario físico. Pesando apenas 90 kilos, se elevaba hasta los 2.31 metros, poseyendo así una de las fisionomías más curiosas de la historia del baloncesto. Excelente taponador, Manute Bol fue el techo de la NBA durante años. Un chico tímido, pero que al ser preguntado por sus posibles problemas a la hora de enfrentarse, debido a su físico, a los grandes pívots de la liga, respondía tranquilo, sereno y directo con un "no me asusta nada. Recuerdo que cuando era joven, tuve que apiolar a un león con mis propias manos". Esta espectacular historia acrecentó su leyenda, aunque años más tardes suavizaría aduciendo que la bestia estaba dormida y él portaba una lanza. Se hizo famoso en toda América, mientras jugaba a nivel universitario, gracias a una fotografía (izquierda) en la cual se le ve de pie, en la pista, y con los brazos en alto que casi tocan el aro.

Manute Bol llegó a Estados Unidos sin conocer más que su pequeño poblado en Sudán, Turiale. Su tribu eran los Dinka, conocidos por su elevada altura y fue uno de sus muchos primos el que le convenció para viajar hasta el continente americano para probar en un desconocido, para él, deporte llamado 'baloncesto'. En su primer entrenamiento, nada más coger un balón, un técnico le pidió hacer un mate. Manute se partió los dientes contra el aro.

San Diego Clippers escogió en la posición número 97 en el draft de 1983 a este jugador, pero no sería hasta dos años más tarde, en 1995, después de que la NBA anunciara como nula la elección aduciendo que el espigado jugador no tenía 21 años ni se había declarado elegible en tiempo, cuando los Washington Bullets se hicieron con sus servicios desde la pequeña Universidad de Bridgeport.

Desde el principio su influencia defensiva fue tremenda. Llegando incluso a taponar con el codo, ostenta algunos de los records de taponación, aún vigentes, de la liga, apareciendo además en la mayor parte de rankings estadísticos de esta categoría. Tras su estancia en Washington, tuvo un paso exitoso por los Golden State Warriors, que junto sus años en la capital conforman sus mejores temporadas, aunque los problemas físicos que arrastraban le hicieron pasar, posteriormente y con menor éxito, por Philadelphia Sixers y Miami Heat antes de retirase definitivamente en 1995 de la competición americana.

A pesar de sus orígenes humildes, los extraordinarios contratos millonarios que firmó tanto con sus equipos como con las diferentes marcas que lo patrocinaban, le hicieron empezar a derrochar el dinero en fiestas, multitud de ropa, su nefasta visión para los negocios, la compra de diferentes propiedades tanto en Estados Unidos como en su país, Sudán y gran cantidad de coches caros, adaptados a su estatura. Este modo de vida le hizo bajar su rendimiento en la pista, alimentado además por graves problemas de artritis que no podía tratar por los problemas económicos que tenía, y le hicieron volver a su continente, a Uganda, para jugar una temporada con un equipo local y posteriormente a su aldea, para dirigir a su tribu. Antes de su retorno a su aldea de origen, su mujer le abandonó junto a sus hijos en común.

Pero no hay que confundir la historia de Manute con la de los anteriormente mencionados. Durante toda su etapa en América, jamás olvidó a su gente, a la que veía sufrir a través de la televisión. Jamás dejó de ayudar a los integrantes de su tribu y en general, a todo su país, mediando entre sus disputas, haciendo algún evento benéfico para recaudar fondos y empeñando el poco dinero que le restaba en ayudar a aliviar la pobreza, la tasa de enfermos, el hambre y las guerras de su maltrecho país, colaborando con el movimiento rebelde "Armado de Liberación" del que gran parte de familia eran integrantes. Hizo multitud de campañas para conseguir familiarizar a la gente con lo que sufrían los sudaneses, además de otras tantas para conseguir alimentos o medicinas. Colaboró activamente en la reconstrucción de su aldea tras el paso de la guerra por allí, edificando también un hospital. Miles de personas salvaron la vida gracias a las acciones que llevó a cabo en su país. Gravemente enfermo e ingresado en un hospital de Virginia del Norte, debido a una extraña dolencia degenerativa de la piel conocida como el Síndrome de Stevens-Johnson, el gigante africano falleció a causa de una enfermedad renal a la temprana edad de 47 años.

Si le preguntas a un sudanés, como el actual jugador de la NBA y de los Chicago Bulls, Luol Deng, por Manute Bol, la respuesta es clara y concreta: "Al hablar de Manute, en Sudán, pensamos inmediatamente en todo lo que hizo por ayudar a la gente, sólo después pensamos en sus éxitos deportivos. Hizo cosas que no necesitaba hacer, pero no iba a ser feliz si no ayudaba a su gente. Si Manute no se hubiera entregado tanto amor a su gente y no hubiese ayudado a los demás, quizá hoy yo no estaría aquí".

Fuentes: Wikipedia, El Universal, Qué, ABC.

Historias del deporte

ACB.COM - Iverson: Pequeo gran hombre
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Si es genetica juega en su favor ya que ellos despilfarran 6 de 10 y en España 8 de 10. Parece que en todas partes cuecen habas (en este caso hay cabezas huecas).
 
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