Los solteros cr0nicos son, sin duda, la peor especie que a salido a la luz en España. No solo se esconden detrás de sus pantallas, incapaces de enfrentar la vida real, sino que también tienen un miedo aterrador a las mujeres. Pasan tanto tiempo en sus cómodos sillones que se olvidan de como interactuar con el mundo exterior. En lugar de cultivar una mínima confianza para acercarse a una mujer, prefieren encerrarse en su mundo de excusas y fantasías, mientras miran por la ventana, temerosos de lo que podría pasar si se atrevesen a salir.
Pero no solo eso: hay un claro indicio de que muchos de ellos son unos auténticos bujarrones, celosos y resentidos. Se quejan de que las mujeres ya no se fijan en ellos, sin entender que su actitud patética es lo que los aleja. En un giro irónico de los acontecimientos, están viendo como pagapensiones, con más agallas y menos miedo, se llevan a las mujeres que ellos ni se atreven a mirar. ¿Y qué hacen ellos? Lloran en sus redes sociales mientras ven cómo su realidad se desmorona, incapaces de aceptar que su fin sera penoso, rodeados de sus propias miserias y soledad.
Estos soltros crónicos, que se creen el centro del universo, son un chiste en sí mismos. Se han convertido en la burla de una sociedad que avanza, mientras ellos se quedan atrás, aferrándose a la idea de que las mujeres deberían estar interesadas en ellos por su "magnífica" personalidad. Pero la verdad es que se están quedando solos, con miedo a lo que puedan pensar de ellos, incapaces de cambiar, y atrapados en una vida de resentimiento y frustración.
Hemos creado una generación de hombres que se autodenominan “hombres” y que no son más que sombras de lo que deberían ser.
Pero no solo eso: hay un claro indicio de que muchos de ellos son unos auténticos bujarrones, celosos y resentidos. Se quejan de que las mujeres ya no se fijan en ellos, sin entender que su actitud patética es lo que los aleja. En un giro irónico de los acontecimientos, están viendo como pagapensiones, con más agallas y menos miedo, se llevan a las mujeres que ellos ni se atreven a mirar. ¿Y qué hacen ellos? Lloran en sus redes sociales mientras ven cómo su realidad se desmorona, incapaces de aceptar que su fin sera penoso, rodeados de sus propias miserias y soledad.
Estos soltros crónicos, que se creen el centro del universo, son un chiste en sí mismos. Se han convertido en la burla de una sociedad que avanza, mientras ellos se quedan atrás, aferrándose a la idea de que las mujeres deberían estar interesadas en ellos por su "magnífica" personalidad. Pero la verdad es que se están quedando solos, con miedo a lo que puedan pensar de ellos, incapaces de cambiar, y atrapados en una vida de resentimiento y frustración.
Hemos creado una generación de hombres que se autodenominan “hombres” y que no son más que sombras de lo que deberían ser.