Maledicencia
Madmaxista
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La loi de la pudeur (La ley del pudor) es el título con el que se conoce una entrevista radial en la que intervino Foucault junto a Jean Danet y Guy Hocquenghem en 1978. Opera una llamativa censura sobre esta entrevista. Pero el ocultamiento tiene una razón: aun pasados treinta años, la defensa de la abolición de las leyes francesas de edad de consentimiento resulta urticante incluso para especialistas que se autodenominan foucaultianos.
He aquí los únicos fragmento que valen verdaderamente la pena de la tras*cripción del debate radial de "La ley del Pudor", fuera del asunto de los gustos sensuales retorcidos de este individuo, él era extremadamente inteligente y acertó con creces en la observación que realizó sobre el panorama que se venía con la nueva jovenlandesalidad sensual debidamente judicializada.
Foucault, cancelado recientemente y todo, sigue siendo el ideólogo de izquierda más importante del post modernismo; así que él conocía perfectamente a los de su calaña y lo que preparaban para el futuro.
Una sociedad de peligros
Foucault ve la irrupción de un '''nuevo sistema penal''', con el interés que pasa de ''actos criminales'' a la definición de ''individuos peligrosos''. El predijo, que vendría una '''sociedad de peligros''':
“Vamos a tener una sociedad de peligros, con aquellos que están en peligro en una parte, y los que son peligrosos en la otra. (…) La sexualidad va a ser una amenaza en todas las relaciones sociales, en todas las relaciones entre miembros de diferentes grupos de edad, en todas las relaciones entre personas. Y la sexualidad ya no va a ser el tipo de comportamiento cercado con prohibiciones precisas, sino una especia de '''peligro errante''', una clase de '''fantasma omnipresente''', un fantasma que va jugado entre hombres y mujeres, niños y adultos, y posiblemente entre los mismos adultos".
El identificó el temor a la sexualidad del otro como la razón de este cambio:
"El legislador no va a justificar las medidas que va a proponer diciendo: hay que defender la decencia universal de la humanidad. Lo que dirá, será: ''hay personas para las cuales la sexualidad de los demás puede llegar a ser un peligro permanente''".
Foucault vislumbró un ''nuevo régimen para la supervisión de la sexualidad'', con la intervención de instituciones legales y el apoyo de instituciones médicas. El concluyó: “Diría que el peligro está latente”.
He aquí los únicos fragmento que valen verdaderamente la pena de la tras*cripción del debate radial de "La ley del Pudor", fuera del asunto de los gustos sensuales retorcidos de este individuo, él era extremadamente inteligente y acertó con creces en la observación que realizó sobre el panorama que se venía con la nueva jovenlandesalidad sensual debidamente judicializada.
Foucault, cancelado recientemente y todo, sigue siendo el ideólogo de izquierda más importante del post modernismo; así que él conocía perfectamente a los de su calaña y lo que preparaban para el futuro.
Una sociedad de peligros
Foucault ve la irrupción de un '''nuevo sistema penal''', con el interés que pasa de ''actos criminales'' a la definición de ''individuos peligrosos''. El predijo, que vendría una '''sociedad de peligros''':
“Vamos a tener una sociedad de peligros, con aquellos que están en peligro en una parte, y los que son peligrosos en la otra. (…) La sexualidad va a ser una amenaza en todas las relaciones sociales, en todas las relaciones entre miembros de diferentes grupos de edad, en todas las relaciones entre personas. Y la sexualidad ya no va a ser el tipo de comportamiento cercado con prohibiciones precisas, sino una especia de '''peligro errante''', una clase de '''fantasma omnipresente''', un fantasma que va jugado entre hombres y mujeres, niños y adultos, y posiblemente entre los mismos adultos".
El identificó el temor a la sexualidad del otro como la razón de este cambio:
"El legislador no va a justificar las medidas que va a proponer diciendo: hay que defender la decencia universal de la humanidad. Lo que dirá, será: ''hay personas para las cuales la sexualidad de los demás puede llegar a ser un peligro permanente''".
Foucault vislumbró un ''nuevo régimen para la supervisión de la sexualidad'', con la intervención de instituciones legales y el apoyo de instituciones médicas. El concluyó: “Diría que el peligro está latente”.
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