Meloni aprueba unos presupuestos casi idénticos a los de Draghi

La complicada situación financiera italiana no deja mucho margen para grandes tumbos económicos. Es lo que les ha dicho la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, a su equipo de ministros, al aprobar los primeros presupuestos del Ejecutivo derechista italiano: un paquete en el que el cambio de ruta respecto al gobierno de Mario Draghi es mínimo y, aunque hay retoques simbólicos para contentar el electorado –especialmente la progresiva abolición del subsidio a los parados ideado por el Movimiento 5 Estrellas (M5E)– no tienen el impacto que muchos esperaban.

Si en las cuestiones sociales a Meloni no le ha temblado el pulso para mostrar sus ideas ultraderechistas, desde al endurecer el castigo a las fiestas rave al pulso a las oenegés que salvan vidas en el Mediterráneo, en las cuestiones monetarias la líder de Hermanos de Italia ha apostado por un “enfoque prudente y realista” con un gasto de 35.000 millones de euros que dejan poco espacio a cumplir las promesas electorales y que mayormente (21.000 de ellos) estarán destinados a ayudar a las familias y las empresas ante la subida del precio de la energía. Todo ello hará que el déficit del año que viene se eleve al 4,5% del PIB, una subida respecto al 3,4% previsto en septiembre en un país que ya tiene una deuda pública elevadísima, cercana al 150% del PIB.

La cuestión que levantará más ampollas en Italia es la progresiva eliminación de la renta de ciudadanía, el subsidio que representa gran caballo de batalla de los grillini que Meloni quería erradicar completamente para los que son capaces de trabajar, pero que tras escuchar de su ministra de Trabajo los posibles efectos sociales que comportaría para el mercado laboral ha optado por una vía intermedia. Desde enero, los 660.000 beneficiarios que pueden trabajar recibirán el subsidio durante un máximo de 8 meses (en lugar de los 18 meses renovables actuales) y en 2024 se eliminará completamente para ellos. También estarán obligados a participar en cursos de formación laboral durante seis meses y si no aceptan una primera oferta laboral, perderán la prestación. Giuseppe Conte, líder del M5E, está furioso y ya ha dicho que organizarán manifestaciones en las calles para protestar.

También se había anunciado una reducción del IVA sobre el pan y la pasta, pero finalmente no lo han hecho porque el ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, ha considerado que los beneficios para las familias serían mínimos frente al gasto que supondría. Sí se ha realizado para los productos de higiene menstrual y productos para la infancia. Como estaba previsto, sí se llevará a cabo una amnistía fiscal para las deudas de hasta 1.000 euros contraídas hasta el 2015 y también que el tope para pagar en efectivo pase de 2.000 a 5.000 euros, una medida polémica mirada a reanimar el consumo pero que según sus detractores favorecerá la evasión fiscal, una enfermedad crónica italiana.

Lo de pasar de los pagos en efectivo de 2000 a 5000 es buena medida, pese a la falacia que dicen sus detractores de que incentivan la evasión fiscal sucede todo lo contrario;
Países como Austria o Alemania que NO tienen límite de pagos en efectivo constan como países con muy poca economía sumergida.

Pero que sabrán la izquierda progre de economía, si supieran economía no serían de izquierdas.