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Será en Octubre
Mélani Olivares: "Las mujeres también amamos con 50 años"
La actriz, que acaba de cumplir 50 años, ha publicado su primer libro, 'Momento Re', donde muestra un retrato íntimo de su vida
MARINA TADEO ALTOLAGUIRRE
21/06/23 - 00: 06
Mélani Olivares
La que fue Paz en Aída durante años hizo sus primeros pinitos en la televisión hace treinta años, en el programa musical Leña al mono que es de goma, en 1993. Le siguieron Más que amigos, Me da igual y muchas más series y películas. Pero fue precisamente Aída la serie que la catapultó a la fama. Desde que era joven se acostumbró a estar expuesta, y aunque reconoce que le da igual lo que piensen los demás, Mélani Olivares asegura que ha sido un proceso de aprendizaje que ha ido aprendiendo a lo largo de los años.
La actriz, que acaba de cumplir 50 años, nunca ha tenido pelos en la lengua. Acaba de publicar su primer libro, Momento Re, donde muestra un retrato aún más íntimo de su vida. Habla sin tapujos. Reconoce que lo establecido y lo tradicional no le funciona, que abortó mientras estaba en un proceso de adopción y que cuando más relaciones sensuales mantiene es en agosto.
En una conversación con El Independiente nos cuenta que con la publicación de su libro y la grabación de Beguinas, una serie de Antena 3, está «disfrutando de la vida como no la he disfrutado nunca». Que le gustaría tener más hijos, pero que los tres que ya tiene no le dejan. Y que las mujeres de 50 años «también aman» y no son «señoras que no tienen ilusión» como muchos quieren creer.
Pregunta.- Desde joven has vivido expuesta a la opinión pública. ¿Nunca te ha preocupado lo que dijeran de ti?
Pregunta.- Ahora no, pero no ha sido siempre así. Forma parte de un aprendizaje, que evidentemente vas mejorando con el tiempo y vas viendo lo que te tiene que importar.
P.- Ahora publicas tu primer libro, Momento Re, donde hablas de tu realidad, tus reflexiones y las decisiones que has tomado a lo largo de tu vida. ¿Qué significa el momento «re»?
R.- Es un renacer, revivir, reinventar, reubicarse. Yo creo que es algo que me coloca en el aquí y ahora y me hace poder seguir adelante, sin juicios, sin filtros. Es de lo que habla el libro, el intentar no juzgar.
P.- ¿Qué esperas conseguir con el libro?
R.- Simplemente doy una mirada distinta a ciertas actitudes o ciertas circunstancias que te llevan a tomar decisiones. No es un libro de autoayuda, es un libro donde yo me dejo ver y me retrato con la máxima sinceridad posible.
R.- No lo sé. Las mujeres se han partido la cara para que nosotras tengamos nuestros derechos, y es que no le voy a dar más bola a algo que no lo tiene. Como si fuera la primera. Estoy ejerciendo mi derecho, bueno ya no, lo ejercí. Pero me parece que la planificación familiar y el aborto es un derecho que tenemos las mujeres, que cada una lo aplica como quiere porque está en libertad de poder hacerlo.
P.- Tienes tres hijos. Dices que son tus pilares… ¿Quieres tener más?
R.- Me encantaría, pero mis hijos no me dejan. No quieren porque dicen que no tengo mucho tiempo.
P.- ¿Terminar una relación es un fracaso? Nos han enseñado que una vez conoces a alguien tienes que vivir el «felices para siempre».
R.- Un fracaso es estar en una relación en la que no quieres estar. Me parece que el éxito está en hacer en cada momento lo que uno quiere hacer y estar con quien quieres estar. Estar con alguien porque socialmente las cosas tienen que durar… No lo comparto para nada, pero cada uno es muy libre de hacer lo que le da la gana y aguantar. De todas formas, el hecho de «aguantar» a alguien durante toda la vida… Ya me parece suficiente trabajo el hacer algo que uno no quiere.
P.- ¿Qué hay de malo en la monotonía?
R.- Me aburre soberanamente. El saber qué tengo que hacer en cada momento me pone muy nerviosa. También tengo un trabajo que no me permite eso. Y tengo hijos que tampoco me lo permiten porque tienen edades diferentes y por tanto necesidades diferentes. No me gustan las rutinas, los «para siempre» me angustian. En cuanto veo algo que para mí es rutinario lo cambio.
R.- No hay ni un filtro porque el tema es ese, el no juzgarse y aceptarse. Si yo me pongo filtro en las fotos estaría hablando de una cosa y haciendo otra. Y es una de las cosas que más rechazo me puede causar. Me parece que uno conoce al otro por los actos que hace, no por lo que dice.
P.- En un momento en el que nos hemos acostumbrado a tener filtros, casi hasta sorprende que hayas publicado estas fotografías y sean tan naturales.
R.- ¿Sorprende? Sorprende la vida. A mí no me sorprende. Yo no tengo un filtro en la retina, yo veo las cosas cuando están a mi alrededor como son. Y sobre todo retratarse de manera verdadera, no desde un sitio que está todo filtrado. El libro es todo lo contrario a eso.
P.- ¿Crees que las personas te pueden ver como alguien…?
R.- ¿Libre?
P.- Iba a decir como alguien políticamente incorrecta.
R.- Probablemente. Depende de la política que cada uno lleve en su interior. Pero intento ser lo más libre y lo más coherente conmigo misma, que no tiene que ser lo que haga el otro.
P.- Hablas de temas que a veces no están tan normalizados o que la gente rehúsa hablarlos, como la menopausia.
R.- Sabemos muchísimo más de próstata que de menopausia. Eso es lo que no me parece normal. ¿La normalidad qué es? ¿Quién sienta cátedra de qué es normal? Lo normal para unos para otros igual es anormalidad. Es tan subjetivo que ya entrar en si es normal o no, si es bueno o malo, me parece que es simplificarse a unos niveles que no me interesan. El ser humano es tan complejo. Me nutre muchísimo más descubrir qué piensan los demás.
P.- En el libro también hablas de sesso. Aseguras que siempre te has acostado con quien has querido. ¿Seguimos teniendo pudor para hablar de estas cosas? Sobre todo cuando lo hace una mujer.
P.- También cuentas en el libro que tú eres «más de amar en agosto». ¿Por qué?
R.- Porque tienes más tiempo (ríe). Tampoco es que el sesso sea una cosa que ahora mismo tenga en la cabeza, ni mucho menos. Tengo millones de cosas. Estoy disfrutando de la vida como no la he disfrutado nunca.
La actriz, que acaba de cumplir 50 años, ha publicado su primer libro, 'Momento Re', donde muestra un retrato íntimo de su vida
MARINA TADEO ALTOLAGUIRRE
21/06/23 - 00: 06
Mélani Olivares
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La que fue Paz en Aída durante años hizo sus primeros pinitos en la televisión hace treinta años, en el programa musical Leña al mono que es de goma, en 1993. Le siguieron Más que amigos, Me da igual y muchas más series y películas. Pero fue precisamente Aída la serie que la catapultó a la fama. Desde que era joven se acostumbró a estar expuesta, y aunque reconoce que le da igual lo que piensen los demás, Mélani Olivares asegura que ha sido un proceso de aprendizaje que ha ido aprendiendo a lo largo de los años.
La actriz, que acaba de cumplir 50 años, nunca ha tenido pelos en la lengua. Acaba de publicar su primer libro, Momento Re, donde muestra un retrato aún más íntimo de su vida. Habla sin tapujos. Reconoce que lo establecido y lo tradicional no le funciona, que abortó mientras estaba en un proceso de adopción y que cuando más relaciones sensuales mantiene es en agosto.
En una conversación con El Independiente nos cuenta que con la publicación de su libro y la grabación de Beguinas, una serie de Antena 3, está «disfrutando de la vida como no la he disfrutado nunca». Que le gustaría tener más hijos, pero que los tres que ya tiene no le dejan. Y que las mujeres de 50 años «también aman» y no son «señoras que no tienen ilusión» como muchos quieren creer.
Pregunta.- Desde joven has vivido expuesta a la opinión pública. ¿Nunca te ha preocupado lo que dijeran de ti?
Pregunta.- Ahora no, pero no ha sido siempre así. Forma parte de un aprendizaje, que evidentemente vas mejorando con el tiempo y vas viendo lo que te tiene que importar.
P.- Ahora publicas tu primer libro, Momento Re, donde hablas de tu realidad, tus reflexiones y las decisiones que has tomado a lo largo de tu vida. ¿Qué significa el momento «re»?
R.- Es un renacer, revivir, reinventar, reubicarse. Yo creo que es algo que me coloca en el aquí y ahora y me hace poder seguir adelante, sin juicios, sin filtros. Es de lo que habla el libro, el intentar no juzgar.
P.- ¿Qué esperas conseguir con el libro?
R.- Simplemente doy una mirada distinta a ciertas actitudes o ciertas circunstancias que te llevan a tomar decisiones. No es un libro de autoayuda, es un libro donde yo me dejo ver y me retrato con la máxima sinceridad posible.
P.- Uno de los episodios que revelas en el libro ha dado que hablar. Y es que cuando estabas en el proceso de adopción te quedaste embarazada de alguien «que no sabías quién era» y decidiste abortar. Has sido muy criticada. ¿Por qué la sociedad se sigue echando las manos a la cabeza cuando escucha este tipo de historias?
R.- No lo sé. Las mujeres se han partido la cara para que nosotras tengamos nuestros derechos, y es que no le voy a dar más bola a algo que no lo tiene. Como si fuera la primera. Estoy ejerciendo mi derecho, bueno ya no, lo ejercí. Pero me parece que la planificación familiar y el aborto es un derecho que tenemos las mujeres, que cada una lo aplica como quiere porque está en libertad de poder hacerlo.
P.- Tienes tres hijos. Dices que son tus pilares… ¿Quieres tener más?
R.- Me encantaría, pero mis hijos no me dejan. No quieren porque dicen que no tengo mucho tiempo.
P.- ¿Terminar una relación es un fracaso? Nos han enseñado que una vez conoces a alguien tienes que vivir el «felices para siempre».
R.- Un fracaso es estar en una relación en la que no quieres estar. Me parece que el éxito está en hacer en cada momento lo que uno quiere hacer y estar con quien quieres estar. Estar con alguien porque socialmente las cosas tienen que durar… No lo comparto para nada, pero cada uno es muy libre de hacer lo que le da la gana y aguantar. De todas formas, el hecho de «aguantar» a alguien durante toda la vida… Ya me parece suficiente trabajo el hacer algo que uno no quiere.
P.- ¿Qué hay de malo en la monotonía?
R.- Me aburre soberanamente. El saber qué tengo que hacer en cada momento me pone muy nerviosa. También tengo un trabajo que no me permite eso. Y tengo hijos que tampoco me lo permiten porque tienen edades diferentes y por tanto necesidades diferentes. No me gustan las rutinas, los «para siempre» me angustian. En cuanto veo algo que para mí es rutinario lo cambio.
P.- El libro además de tu testimonio tiene muchas fotografías, algunas más íntimas que otras. Sales sin filtros y de manera natural.
R.- No hay ni un filtro porque el tema es ese, el no juzgarse y aceptarse. Si yo me pongo filtro en las fotos estaría hablando de una cosa y haciendo otra. Y es una de las cosas que más rechazo me puede causar. Me parece que uno conoce al otro por los actos que hace, no por lo que dice.
P.- En un momento en el que nos hemos acostumbrado a tener filtros, casi hasta sorprende que hayas publicado estas fotografías y sean tan naturales.
R.- ¿Sorprende? Sorprende la vida. A mí no me sorprende. Yo no tengo un filtro en la retina, yo veo las cosas cuando están a mi alrededor como son. Y sobre todo retratarse de manera verdadera, no desde un sitio que está todo filtrado. El libro es todo lo contrario a eso.
P.- ¿Crees que las personas te pueden ver como alguien…?
R.- ¿Libre?
P.- Iba a decir como alguien políticamente incorrecta.
R.- Probablemente. Depende de la política que cada uno lleve en su interior. Pero intento ser lo más libre y lo más coherente conmigo misma, que no tiene que ser lo que haga el otro.
P.- Hablas de temas que a veces no están tan normalizados o que la gente rehúsa hablarlos, como la menopausia.
R.- Sabemos muchísimo más de próstata que de menopausia. Eso es lo que no me parece normal. ¿La normalidad qué es? ¿Quién sienta cátedra de qué es normal? Lo normal para unos para otros igual es anormalidad. Es tan subjetivo que ya entrar en si es normal o no, si es bueno o malo, me parece que es simplificarse a unos niveles que no me interesan. El ser humano es tan complejo. Me nutre muchísimo más descubrir qué piensan los demás.
P.- En el libro también hablas de sesso. Aseguras que siempre te has acostado con quien has querido. ¿Seguimos teniendo pudor para hablar de estas cosas? Sobre todo cuando lo hace una mujer.
R.- Cuando lo hace una mujer y además tiene 50 años parece que tiene que estar en las catatumbas y estar condenada ya a la sumisión, a ser una señora que no tiene ilusión. Pues no. No es mi caso ni el de muchísimas mujeres que reivindican el sesso a la edad que sea, al disfrute y la vida. El sesso forma parte de las personas de 50 años, de los hombres y de las mujeres también. Las mujeres también hacemos lo que nos da la gana y vivimos como queremos, pero muchas veces estamos coartadas por tener una edad o ser madres. ¿Qué pasa? ¿Si eres progenitora ya no eres mujer? ¿Quién ha dicho eso?
P.- También cuentas en el libro que tú eres «más de amar en agosto». ¿Por qué?
R.- Porque tienes más tiempo (ríe). Tampoco es que el sesso sea una cosa que ahora mismo tenga en la cabeza, ni mucho menos. Tengo millones de cosas. Estoy disfrutando de la vida como no la he disfrutado nunca.
