Medicina. Las flechas de Cavadas, el cirujano que caza con arco: "Es épica. Es belleza atroz"

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Las flechas de Cavadas, el cirujano que caza con arco
La defensa del cirujano de los hitos médicos de una modalidad cinegética en auge: "Es super adictiva y me permite descansar del estrés del trabajo...". Y esa pasión unió al valenciano y a su actual esposa
Las flechas de Cavadas, el cirujano que caza con arco


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  • JAIME LÁZARO
Actualizado Jueves, 22 diciembre 2022 - 17:02
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«No te crees que hayas sido capaz de colocarte tan cerca de una animal completamente salvaje. Espectacular. Mucho más listo que tú, el respeto es enorme. Trazas la estrategia, le costaría dos saltos escapar. Estás tan próximo que cualquier ruido que hagas lo va a oír. Compruebas de dónde viene el viento para que no pueda olerte. Sigues aproximándote. ¡Se tienen que alinear los astros! Has estado horas de observación y cualquier mínimo fallo podría delatarte. Lo ideal para cazar con arco es tener la pieza a menos de 50 metros, a partir de ahí empieza a complicarse. Lo tienes en el punto de mira y en la posición correcta, de lado, y aguantas los nervios hasta que llega el momento preciso. Sueltas la flecha y en una fracción de segundo ves cómo vuela. Es perfecto, no hay ruido. El animal corre unos metros al notar el impacto y muere sin sufrimiento. Es pura poesía ancestral. Lo más parecido al paraíso que hay».
El arquero que revive el lance con tanta vehemencia es el doctor Pedro Cavadas (Valencia, 1965). Para el eminente cirujano la caza con arco es más que una afición es «pasión en estado puro. Es admirar la naturaleza, los animales, independientemente de si consigues cazarlos o no. Es aprendizaje continuo, reencontrarte con tu lado primitivo y ancestral, como parte del medio ambiente, como depredador sin ventaja frente a animales. Es épica. Es belleza atroz, desgarrada e intemporal del juego de depredador y presa. Por un momento vuelves a ser lo que fueron tus antepasados remotos».
Aunque a Cavadas siempre le gustó disfrutar de la naturaleza y conoció la caza desde pequeño, practicó muy poco el arte venatorio con armas de fuego, «nunca me convenció», recuerda. No fue hasta años después, cuando le regalaron un arco compuesto, y que «sin tener ni idea de arquería, aprendí a tirar con arco, empecé a cazar y conocí a Naima, mi mujer, gracias a ello. Desde de entonces es mi gran pasión», confiesa.

Y es que Naima El Alaouia (Rabat, jovenlandia, 1977), no sólo es su mujer desde hace algo más de un año, es también su compañera de caza, «llevo practicando con arco olímpico desde hace 10 años y hace dos años decidí compartir con mi marido la afición por la caza con arco, desde entonces soy una apasionada». ¿Qué le aporta la caza con arco? «Disfrutar de la naturaleza, compartir una afición con Pedro y aprender continuamente. La caza con arco te recuerda que los animales son mucho más listos que tú cuando están en su medio. La mayoría de las ocasiones el animal te vence y tú disfrutas admirando su victoria. Sólo a veces eres tú quien gana», reconoce la arquera.
MODALIDAD EN AUGE
Explica el doctor Cavadas que cada vez más son más los aficionados a la cazaron arco, «envenena en el mejor de los sentidos. Es súper adictiva y me permite descansar del stress del trabajo. Es mi recarga de pilas». Real Federación Española de Caza (RFEC) es, por detrás del fútbol, la segunda federación con más integrantes. En 2021, según el Consejo Superior de Deportes contaba con 337.326 federados, pero para practicar el deporte vejatorio no es necesario ser miembro, con lo que el número de cazadores es sensiblemente mayor. «Desde la RFEC se expide un carnet de Cazador Arquero Cualificado, en los tres últimos años hemos entregado 1.300, pero estimamos que la cifra de practicantes de esta modalidad está en torno a los 3.000», explica Daniel González, delegado de Arco de la RFEC.
El perfil del arquero señala el delegado es el de «un cazador muy experimentado en la actividad cinegética al que ya no le llama la atención abatir un animal con arma de fuego y se pasan a este tipo de caza donde te tienes que acercar a unos 30 metros y desarrollar las habilidades para acercarte al animal». En cuanto a la participación femenina en estos lances, se ha incrementado notablemente su presencia: «A nivel de competición el papel de la mujer es muy importante. Si dentro de la categoría veteranos el 23% son cazadoras, en la categoría senior suponen un 19% de participantes, pero si nos fijamos en las categoría junior y cadetes esta cifra se dispara hasta el 42%. En nada se equipararán con los hombres», asegura Daniel, que achaca esta incorporación de las féminas a que se trata de «una actividad que se hace en familia, donde participan todos los miembros, creando afición sin distinción de sexos». En cuanto a su distribución por comunidades autónomas, el 33% de los federados está en Andalucía, a la que siguen Madrid, Cataluña, Valencia y Extremadura..
ALTA POTENCIA
La pareja de arqueros practica diferentes disciplinas, desde el aguardo, apostarse en un sitio de paso del animal; blind, utilizando un puesto de caza camuflado; el tree stand que consiste en cazar desde una plataforma situada en un árbol o rececho, cuando se trata de localizar y seguir a la pieza en campo abierto. Esta última modalidad es mucho más complicada, «hay multitud de factores que pueden hacer que el intento acabe con un animal corriendo y tú mirándolo con una mezcla de admiración y frustración. La caza es eso -reconoce Cavadas-, pero cuando todo se alinea y tienes el animal perfecto a la distancia perfecta, con el viento correcto y la flecha vuela bien, no hay nada comparable a ese instante».
Hay diferentes tipos de arcos, dependiendo del tamaño y tipo de pieza que se quiera cobrar «yo uso arco de poleas (arco compuesto), es más fácil y requiere menos práctica que el tradicional, llamado recurvo o long bow, pero es mucho más preciso y potente. Para caza española utilizo un arco de 70 libras con flechas pesadas de 600 grains y para África suelo usar uno más grande, de 80 libras y 1.000 grains de flecha», explica el cirujano.
Naima creó en 2011 Arco y Luna, un servicio técnico personalizado y de excelencia en todas las modalidades de arquería, tanto de tiro olímpico, recreativo o 3D, como de caza con arco. «Era algo nuevo que me apasionaba. Me di cuenta de que en Valencia había un enorme vacío. Y así surgió un espacio que integra tanto la parte técnica del material, como asesoramiento a arqueros, galería de tiro, servicio técnico de taller, cursos de tiro y de caza, etc. Yo suelo utilizar el arco compuesto, mucho más potente y preciso que el arco tradicional, en concreto un arco de 52 libras de potencia, nada mal para una chica -presume-, con flechas de carbono y puntas fijas de tres hojas. La combinación de flecha relativamente pesada y arco de 52 libras permite abatir toda caza mayor española y cualquier antílope africano».
CAZA INTERNACIONAL
Aunque principalmente caza en España, en Valencia, la afición del doctor Cavadas por esta modalidad venatoria le ha llevado a recorrer muchos países en busca del lance perfecto. Desde Estados Unidos o Canadá hasta África. Continente donde la Fundación Pedro Cavadas, nacida en 2003, desarrolla campañas humanitarias de cirugía reconstructiva en Kenia y, desde 2013 en Tanzania, a donde se tuvieron que trasladarse por motivos de seguridad. Algunos de esos casos, los más complicados, muchas veces son tratados en España. Quién no recuerda aquel caso del niño de 10 años con un tumor craneofacial -el mayor operado nunca- y con un tamaño superior a la cabeza del chico que no le permitía hablar ni ver.
El doctor Pedro Cavadas y su esposa en acción cinegética.

El doctor Pedro Cavadas y su esposa en acción cinegética.
Namibia, Sudáfrica, Zimbabue, Zambia Mozambique... son solo algunos de los destinos en los que ha cazado el médico, «aunque retos en caza con arco me quedan todos. Esta modalidad no te la acabas jamás; aunque me plateara cazar todas las especies, hay tal cantidad de posibilidades, de modalidades y de sitios que imposible alcanzar un tope». ¿Algún lance que recuerde especialmente? Hay cientos, pero recuerdo algunos excepcionales, y no necesariamente triunfos. Me vienen a la cabeza algunos grandes éxitos, como algún jabalí por la noche, con muy poca luz, donde pierdes las referencias de tamaños. Le tiras, y crees que has apiolado un cochino como un ternero de grande y cuando te acercas, con el corazón acelerado de emoción, te das cuenta de que las piedras que creías que eran enormes no miden más de 10 cm y que el monstruo al que creías haber cazado es un jabalí que no pesa ni 10Kg. Los lances memorables no siempre acaban con trofeos espectaculares, que también».
Al preguntarle a Naima, prefiere tirar de sentido del humor y cierto orgullo: «hay muchas experiencias, pero una en concreto fue especial. Fue en Namibia. Habíamos estado buscando un duiker. Mi marido, el experto cazador, había fallado dos de estos animales seguidos, poniendo excusas de todo tipo, los días anteriores y no estaba precisamente feliz. Me tocaba tirar a mí y entró uno precioso, viejo, con un cuerno roto, un trofeo perfecto. Vi a mi marido morderse las uñas, pero me tocaba a mí. Mientras el guía me decía que apuntara no sé cuántas pulgadas abajo y mi marido no sé cuántas a no sé adónde, abrí el arco, apunté donde me pareció bien, solté la flecha y quedó fulminado en el sitio. Los dos estuvieron callados el resto del día. No volvió a entrar ningún duiker más en todo el viaje. Nunca les dije dónde apunté. Simplemente no les hice caso a ninguno de los dos. Habría fallado seguro», bromea la empresaria.
CONSERVACIONISMO FRENTE A ANIMALISMO
La práctica cinegética muchas veces es incomprendida por parte de la sociedad y de los políticos, «la caza es necesaria por propia ecología, si no hay predadores que acaben con los grandes herbívoros se produce una sobre población que deriva en problemas infinitos con los cultivos, el trafico, enfermedades epizoóticas... que acaban siendo perjudiciales y destruyendo los que querías conservar. No hay que pedir perdón ni permiso».
Y muestra de la preocupación del cirujano por el conservacionista es la finca de caza que gestiona en Requena (Valencia): «una finca de caza es un ecosistema al que se dedica mucho esfuerzo en conservación. Es cuidar su biodiversidad del medioambiente. El cazador de arco es el depredador necesario del ecosistema. Ya no hay lobos ni osos y los herbívoros necesitan un depredador para mantener poblaciones. Es conservación de naturaleza, mezclado con pasión y realismo», asegura.
Cavadas, poco dado a tibiezas, habla claro sobre la postura intransigente de ciertos sectores animalistas y el perjuicio que causan al medioambiente, «la caza es un instinto humano, que se puede tener o no. Intentar explicar a alguien que no ha visto un animal de verdad en su vida o que no sabe cómo funciona la cadena alimenticia y los ecosistemas, es como explicarle algo a una gallina, por mucho que se lo repitas y por muy alto que se lo digas, no te va a entender. La única defensa objetiva de la caza es vincularla con la conservación; si no fuera por la caza ética no quedarían lugares salvajes en el mundo. Quien diga lo contrario es que no ha salido de su pueblo, cosa enternecedora, pero no está habilitado para ni capacitado para dar opinión sobre temas que no conoce. He visitado bastantes zonas del planeta y he visto lo que ocurre cuando se prohibe la caza reglamentada en los sitios, quedan arrasados por la caza furtiva para vender la carne o los trofeos, sin preocuparse de que pasado el tiempo ese sitio permanezca igual o mejor, que es de lo que se ocupan los gestores cinegéticos».
 
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