Medaigualtodo
Ilustrísimo Bro
A los 16 ya tenía barba cerrada que parecía cērdas (lo pongo así sino el bot censor del cālvo **** lo sustituye por "lechonas" JOJOJOJOJOJOJO) de macareno viejo. Llevaba el pelito de un centímetro de longitud aprox, peinadito hacia atrás (no gomina) y complementaba mi luq con unas patillacas anchas y espesas de este estilo:
Me tiré más de década y media luciendo orgulloso mis patillacas, incluso en aquella época en que los maricās pusieron de moda las "patillas pico" y todos los gilipōllas, gilipollos y gilipolles me tocaban los cojônes sin parar diciéndome "así ya no se llevan"; "¿y a mí qué shishi me importa?" JOJOJOJOJOJOJO
La presión de la gente gregaria llegó a tal punto que un día un xoxete con el que andaba liado intentó atentar con una cuchilla (por encima desechable) contra mis patillacas para dejármelas "molonas". "Si me tocas las patillas de la patá que te meto nel xixi yo sí que te hago una permanente molona en los pelos" JAJAJAJAJAJAJAJA Un día fui a mi barbero de confianza (ya jubilado) y me preguntó "¿Cortar y afeitar?". Cuando iba a responder rutinariamente "sí, como siempre", me quedé mirando mi reflejo en el espejo y le dije "bah, métele la máquina al uno todo parejo". El biego apoyó la mano en el reposacabezas, acercó su jeta arrugada a la mía y me dijo "¿qué?". Yo le repetí "al uno todo parejo". Nos quedamos mirándonos unos pocos segundos, se echó hacia atrás y concluyó "el cliente manda". Cortó y afeitó, dejándome las patillas de la longitud y espesor que estaban. Me miré al espejo y sonreí satisfecho. Austero, cómodo y viril. Pero las pobladas patillacas resaltaban como si fuesen postizas. "Métele la de pulso". El biego no volvió a poner objeción alguna y sin ni siquiera pasarles la brocha hizo ras ras y fuera. Le di 20 pavos y me fui muy ufano luciendo cuero cabelludo y carita rasurada, sintiendo el frío de febrero acariciando toda mi cabecita JOJOJOJOJOJOJO Pero ahora que han pasado los años, miro mis fotos antiguas y me invade la nostalgia y melancolía. No sólo porque éramos más jóvenes y éramos felices sin darnos cuenta. No sólo porque vivíamos en un país mejorable pero mucho mejor que el actual. Nostalgia y melancolía porque sabemos que aún seremos más viejos y nuestra país aún será peor. Extraño mucho mi pelito castaño cortito y peinadito hacia atrás, pero sobre todo extraño mis patillacas enmarañadas. Creo que voy a esperar un mes más antes de volver al barbero para que tenga material con el que trabajar. Y cuando me pregunte "¿cómo lo quiere el caballero?", le enseñaré una de mis viejas fotos y le diré "así".
Me tiré más de década y media luciendo orgulloso mis patillacas, incluso en aquella época en que los maricās pusieron de moda las "patillas pico" y todos los gilipōllas, gilipollos y gilipolles me tocaban los cojônes sin parar diciéndome "así ya no se llevan"; "¿y a mí qué shishi me importa?" JOJOJOJOJOJOJO
La presión de la gente gregaria llegó a tal punto que un día un xoxete con el que andaba liado intentó atentar con una cuchilla (por encima desechable) contra mis patillacas para dejármelas "molonas". "Si me tocas las patillas de la patá que te meto nel xixi yo sí que te hago una permanente molona en los pelos" JAJAJAJAJAJAJAJA Un día fui a mi barbero de confianza (ya jubilado) y me preguntó "¿Cortar y afeitar?". Cuando iba a responder rutinariamente "sí, como siempre", me quedé mirando mi reflejo en el espejo y le dije "bah, métele la máquina al uno todo parejo". El biego apoyó la mano en el reposacabezas, acercó su jeta arrugada a la mía y me dijo "¿qué?". Yo le repetí "al uno todo parejo". Nos quedamos mirándonos unos pocos segundos, se echó hacia atrás y concluyó "el cliente manda". Cortó y afeitó, dejándome las patillas de la longitud y espesor que estaban. Me miré al espejo y sonreí satisfecho. Austero, cómodo y viril. Pero las pobladas patillacas resaltaban como si fuesen postizas. "Métele la de pulso". El biego no volvió a poner objeción alguna y sin ni siquiera pasarles la brocha hizo ras ras y fuera. Le di 20 pavos y me fui muy ufano luciendo cuero cabelludo y carita rasurada, sintiendo el frío de febrero acariciando toda mi cabecita JOJOJOJOJOJOJO Pero ahora que han pasado los años, miro mis fotos antiguas y me invade la nostalgia y melancolía. No sólo porque éramos más jóvenes y éramos felices sin darnos cuenta. No sólo porque vivíamos en un país mejorable pero mucho mejor que el actual. Nostalgia y melancolía porque sabemos que aún seremos más viejos y nuestra país aún será peor. Extraño mucho mi pelito castaño cortito y peinadito hacia atrás, pero sobre todo extraño mis patillacas enmarañadas. Creo que voy a esperar un mes más antes de volver al barbero para que tenga material con el que trabajar. Y cuando me pregunte "¿cómo lo quiere el caballero?", le enseñaré una de mis viejas fotos y le diré "así".
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