Me parto de risa de la admiración de la izquierda española por los países nórdicos

Mephistos

Zurdos me gusta la fruta, viva la libertad carajo!!!!
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Me parto cada vez que oigo a los gente de izquierdas patrios decir que "deberíamos parecernos más a los países nórdicos, que son muy progresistas." Según ellos, en esas tierras lejanas todo el mundo vive en un paraíso de igualdad, solidaridad y paz, una especie de Disneylandia de la izquierda. Pero ¿qué pasa cuando rascamos un poco en la superficie? ¿Qué ocurre cuando, en lugar de mirar con ojitos de enamorado, te sientas a ver cómo viven realmente los daneses?

Vamos a ver, pijiprogres, perroflautas, comunistas trasnochados y demás ralea: Dinamarca es de derechas™. Si estos iluminados supieran cómo es Dinamarca de verdad, saldrían escopetados de vuelta a su paguitera Ejpaña a que les echen otro subsidio. Porque los daneses, al parecer, tienen una “nación avanzada” en la que el sentido común y el respeto a las tradiciones van por encima de cualquier moda política. Aquí os desgloso, con todo detalle, por qué Dinamarca es de derechas™:

1. Bandera:

La bandera danesa está por todas partes. Literalmente. La ves en casas, en avenidas, en plazas, en negocios, en barcos, y hasta en los malditos pasteles. Pero es que, además, tienen un respeto BRVTAL hacia ella. Es costumbre ponerla en tu jardín o en tu casa en cada cumpleaños, navidad, o festividad importante. Y ojo, que esto no es sólo “ornamental”; resulta que es un deshonor total dejar la bandera izada al anochecer. Porque los daneses no ven su bandera como un trozo de tela cualquiera, sino como un símbolo vivo de su nación y sus valores. A ver si os imagináis esa actitud en España, con la peña poniéndose la bandera en la casa como si nada y arriándola religiosamente cada noche. Un escándalo para más de uno, ¿verdad?

2. Monarquía:

Otro shock para los progres que idolatran al norte. He hablado con un montón de daneses y, lo juro, no he conocido a uno solo que sea republicano. De hecho, recuerdo a un vejete al que le pregunté sobre este tema y me dijo que: “En mis muchos años de vida, no he conocido a nadie que hable mal de la reina, o al menos, no se han atrevido a hacerlo en mi presencia”. La monarquía danesa no solo es querida, es sagrada. Allí no andan con complejos ni debates eternos sobre la necesidad de la monarquía en el siglo XXI. Simplemente, respetan a sus reyes y ven a la monarquía como parte de su identidad. ¿Qué dirían los progres españoles si tuvieran que lidiar con un país donde hablar mal de la reina es como blasfemar?

3. Impuesto de sociedades:

¡Vaya, vaya, sorpresa! Dinamarca, el país de los unicornios progres, tiene un impuesto de sociedades más bajo que España. Así es, mientras en España vemos subir los impuestos para, supuestamente, “redistribuir la riqueza”, en Dinamarca están perfectamente cómodos con darle a las empresas condiciones favorables. Aquí no hay ese mantra de “vamos a desangrar a los ricos para darle a los pobres”. En Dinamarca, les masajean las carteras a los jrandes empresaurios con un impuesto más bajo. ¿Contradice esto la narrativa de los países nórdicos igualitarios? Pues claro, pero no verás a ningún progre quejándose de esta realidad.

4. IVA:

Más alto que el de España. Pa qué veáis, la Dinamarca comeniños cebándose con los productos básicos de los más necesitados, sniff, sniff.

5. Salario mínimo:

Este es buenísimo: no existe salario mínimo en Dinamarca. Cada gremio establece sus propias tarifas, y todo el sistema laboral confía en que los trabajadores y empresarios puedan llegar a acuerdos sin intervención paternalista. Mientras tanto, en España, cada dos por tres estamos escuchando los clamores por subir el salario mínimo a cifras de ciencia ficción. “Necesitamos un salario mínimo over 9000 ñiñiñi…” Pues en Dinamarca, país que supuestamente debemos imitar, no necesitan tal regulación. A ver si en la próxima manifestación alguien se anima a pedir la misma medida en España, ¡sería un espectáculo!

6. Despido libre:

Como tiene que ser. En Dinamarca, el despido es libre y, sorprendentemente, la gente lo asume con naturalidad. Si trabajas, trabajas bien, y si no, la empresa tiene todo el derecho a prescindir de ti sin dejarse un ojo de la cara. Mientras tanto, en Hezpain, intenta despedir al vago de turno o al problemático, que verás, te llevas la empresa a pique de la indemnización. En Dinamarca, se prioriza la eficiencia y el derecho de la empresa a operar sin cargas innecesarias.

Así que, en resumen, mientras muchos en España alaban el “sueño nórdico” como si fuera una utopía commie, la realidad es que Dinamarca es más de derechas™ de lo que muchos se atreven a reconocer.
 
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