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de Complutum
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En el momento en que usted ha comenzado a leer este artículo, a Loredana Istodor, de 23 años, le quedan apenas unas horas para entrar en prisión. Tendrá que cumplir dos años y nueve meses de guandoca, asegura, por defenderse de su exnovio, al que llama «maltratador». Se cierran así, si alguien no lo evita (es difícil no traer a la mente al Ministerio de Igualdad, que dirige Irene Montero), cuatro años de infierno para ella. Pese a al menos dos palizas que asegura que ha sufrido por parte de su ex y una condena de este de once meses de guandoca por amenazarlas a ella y a una amiga de fin, con su orden de alejamiento de 500 metros
, será Loredana quien mañana acabe entre rejas. No tiene antecedentes previos policiales ni judiciales.
La muchacha empezó a salir con Nouman E. H., de 25 años, en marzo de 2017, puesto que ambos estudiaban en colegios del centro de Madrid y tenían amigos en común. Él la obligó a que le diera sus contraseñas de Facebook e Instagram, que el varón tenía también en su móvil. El 2 de septiembre de ese año, se presentó en casa de Loredana, en Alcorcón, y le propinó una paliza. «Vio que había desbloqueado en Facebook a un exnovio mío. Se puso como un loco y empezó a pegarme abrazos en la cara, en toda la parte izquierda del cuerpo. Yo le pedía: ‘Para, vete de mi casa’, pero él seguía. Mi progenitora escuchó los golpes y entró en la habitación. Le dije que me había pegado y él se excusó: ‘Iuliana, es que ha desbloqueado a su exnovio’, explica que dijo como si fuera una razón que pudiera explicarlo todo. Ella le decía que le iba a denunciar y él la golpeaba al grito de «Toma, para que me denuncies con motivos». Le tiró el móvil y la ropa por la ventana.
Seis días después, Loredana, que trabajaba como camarera en el centro, quedó para tomar algo con unas amigas y decidió quedarse a dormir en casa de otra, en Puerta de Toledo, para no tener que ir y volver de Alcorcón a trabajar al día siguiente. Cuando caminaba sola por la calle de Toledo a las tres de la madrugada, se encontrara con Nouman, acompañado de un amigo, que regresaban de una discoteca: «Me dijo que quería hablar conmigo. Nos sentamos en un portal. Me pidió perdón y yo ya me lo estaba creyendo, cuando le llamó una chica. Me levanté y le dije que me marcaba porque no quería que me engañara más». En un callejón, se lio a patadas con ella, asegura, y la tiró al suelo. Loredana afirma que cogió un cristal roto de un retrovisor, para que acabara la paliza. «Me daba por todos lados y, cuando se acercó, le rajé un poco la cara. Su amigo me lo quitó de encima. Acudimos a la Policía y nos detuvieron a los dos, al ver que él sangraba», rememora. Se cruzaron las denuncias y llegó el juicio rápido por la presunta paliza en su casa. Loredana creía que habían llegado a un acuerdo para no declarar el uno contra la otra, y viceversa, y retiró la denuncia: «Pensé que con ello no lo vería más».
Llegó la vista por lo de la calle de Toledo. El juez de lo Penal número 2 de Móstoles, José Pedro Vázquez Rodríguez, no la creyó (presentó un parte de lesiones, que obra en poder de ABC) y la condenó a tres años y nueve meses de guandoca por lesiones. Dijo que ella fue la que le pegó, y él no. Y que el acusado desconocía que tenía una orden de alejamiento. En un recurso posterior, se le detrajo un año de la pena.
El letrado de Loredana, Jacobo Teijeilo, manifiesta: «Tanto en la sentencia como en los antecedentes jurisprudenciales del decisor se puede objetivar un sesgo machista indudable, cuantificable y verificable, que ha tenido indudable trascendencia en el sentido condenatorio como en la determinación de la pena y la responsabilidad civil».
El parte de lesiones del Samur sobre la agresión a Lorendana - ABC«Te voy a apiolar»
En noviembre, él seguía escribiéndole «para quedar». «Tuvimos una discusión y me amenazó: ‘Te voy a apiolar a ti y a tu amiga Lucía’». Fue condenado por ello a once meses de guandoca y una orden de alejamiento. Loredana, hace 15 días, recibió la notificación de su entrada inminente en prisión. Lo hará mañana, de manera voluntaria, y así al menos poder elegir el penal.
La muchacha está destrozada, nos explica envuelta en lágrimas: «Se me hunde la vida porque no puedo seguir trabajando ni estudiando ni haciendo una vida normal. Yo soy la víctima y no sé por qué lo ven así. Porque él ha pegado a otra chica de 18 años y se ha declarado culpable. Si me encuentro con mi maltratador a las 3 de la madrugada en un callejón lo normal es que me defienda».
Ha pedido el indulto
La semana pasada pidió el indulto, su «última esperanza»: «No quiero que les pase a otras mujeres. Porque estos cuatro años solo han servido para que la gente me diga que cambie de vida, que deje de ir al centro a estudiar, porque él trabaja y vive en Chueca, de camarero. ¿Por qué tengo que cambiar mi vida? ¿Porque un hombre que me ha maltratado viva en el centro de Madrid? Hagan ustedes que sea él quien cambie de vida», le dijo a una juez. «Me meten presa por defenderme de mi maltratador», y pide perdón por echarse de nuevo a llorar.
Ana Isabel Gutiérrez es psicóloga forense y trabaja con la asociación Clara Campoamor, la prestigiosa entidad en defensa de las mujeres, que está apoyando a Loredana en este proceso. La doctora le ha diagnosticado «un cuadro de trastorno adaptativo ansiosodepresivo, pero que no es atribuible a estar en una relación de violencia de género», sino al proceso posterior vivido. Y recuerda lo que dice el Convenio de Estambul: «Es fundamental evitar la revictimización de las víctimas de violencia de genero si no queremos ser tan culpables como los propios agresores».
Loredana lleva ya dos años con su actual pareja. Reconoce: «A la hora de discutir con un chico, siento que no tengo que alzar la voz. Pero yo soy una persona que tengo voz». En su discurso se nota que se siente culpable, aunque debería ser al revés. Porque antes de aquel 2 de septiembre le pegó una vez: «En ese momento, pensé que era algo que le salió por impulso. Le dejé y a las dos horas estábamos juntos de nuevo; se lo tomó como que podía hacer conmigo lo que le diera la gana. Con 19 años, pero ni tampoco con 50, piensas que un hombre te va a poner la mano encima. Pensaba que eso era de gente marginal. Y que él era normal. Pero se juntaba con amigos machistas y su repruebo hacia las mujeres fue mayor. No quiere que seamos libres».
Teléfono de atención a la mujer maltratada: 016
, será Loredana quien mañana acabe entre rejas. No tiene antecedentes previos policiales ni judiciales.
La muchacha empezó a salir con Nouman E. H., de 25 años, en marzo de 2017, puesto que ambos estudiaban en colegios del centro de Madrid y tenían amigos en común. Él la obligó a que le diera sus contraseñas de Facebook e Instagram, que el varón tenía también en su móvil. El 2 de septiembre de ese año, se presentó en casa de Loredana, en Alcorcón, y le propinó una paliza. «Vio que había desbloqueado en Facebook a un exnovio mío. Se puso como un loco y empezó a pegarme abrazos en la cara, en toda la parte izquierda del cuerpo. Yo le pedía: ‘Para, vete de mi casa’, pero él seguía. Mi progenitora escuchó los golpes y entró en la habitación. Le dije que me había pegado y él se excusó: ‘Iuliana, es que ha desbloqueado a su exnovio’, explica que dijo como si fuera una razón que pudiera explicarlo todo. Ella le decía que le iba a denunciar y él la golpeaba al grito de «Toma, para que me denuncies con motivos». Le tiró el móvil y la ropa por la ventana.
Seis días después, Loredana, que trabajaba como camarera en el centro, quedó para tomar algo con unas amigas y decidió quedarse a dormir en casa de otra, en Puerta de Toledo, para no tener que ir y volver de Alcorcón a trabajar al día siguiente. Cuando caminaba sola por la calle de Toledo a las tres de la madrugada, se encontrara con Nouman, acompañado de un amigo, que regresaban de una discoteca: «Me dijo que quería hablar conmigo. Nos sentamos en un portal. Me pidió perdón y yo ya me lo estaba creyendo, cuando le llamó una chica. Me levanté y le dije que me marcaba porque no quería que me engañara más». En un callejón, se lio a patadas con ella, asegura, y la tiró al suelo. Loredana afirma que cogió un cristal roto de un retrovisor, para que acabara la paliza. «Me daba por todos lados y, cuando se acercó, le rajé un poco la cara. Su amigo me lo quitó de encima. Acudimos a la Policía y nos detuvieron a los dos, al ver que él sangraba», rememora. Se cruzaron las denuncias y llegó el juicio rápido por la presunta paliza en su casa. Loredana creía que habían llegado a un acuerdo para no declarar el uno contra la otra, y viceversa, y retiró la denuncia: «Pensé que con ello no lo vería más».
Llegó la vista por lo de la calle de Toledo. El juez de lo Penal número 2 de Móstoles, José Pedro Vázquez Rodríguez, no la creyó (presentó un parte de lesiones, que obra en poder de ABC) y la condenó a tres años y nueve meses de guandoca por lesiones. Dijo que ella fue la que le pegó, y él no. Y que el acusado desconocía que tenía una orden de alejamiento. En un recurso posterior, se le detrajo un año de la pena.
El letrado de Loredana, Jacobo Teijeilo, manifiesta: «Tanto en la sentencia como en los antecedentes jurisprudenciales del decisor se puede objetivar un sesgo machista indudable, cuantificable y verificable, que ha tenido indudable trascendencia en el sentido condenatorio como en la determinación de la pena y la responsabilidad civil».
El parte de lesiones del Samur sobre la agresión a Lorendana - ABC«Te voy a apiolar»
En noviembre, él seguía escribiéndole «para quedar». «Tuvimos una discusión y me amenazó: ‘Te voy a apiolar a ti y a tu amiga Lucía’». Fue condenado por ello a once meses de guandoca y una orden de alejamiento. Loredana, hace 15 días, recibió la notificación de su entrada inminente en prisión. Lo hará mañana, de manera voluntaria, y así al menos poder elegir el penal.
La muchacha está destrozada, nos explica envuelta en lágrimas: «Se me hunde la vida porque no puedo seguir trabajando ni estudiando ni haciendo una vida normal. Yo soy la víctima y no sé por qué lo ven así. Porque él ha pegado a otra chica de 18 años y se ha declarado culpable. Si me encuentro con mi maltratador a las 3 de la madrugada en un callejón lo normal es que me defienda».
Ha pedido el indulto
La semana pasada pidió el indulto, su «última esperanza»: «No quiero que les pase a otras mujeres. Porque estos cuatro años solo han servido para que la gente me diga que cambie de vida, que deje de ir al centro a estudiar, porque él trabaja y vive en Chueca, de camarero. ¿Por qué tengo que cambiar mi vida? ¿Porque un hombre que me ha maltratado viva en el centro de Madrid? Hagan ustedes que sea él quien cambie de vida», le dijo a una juez. «Me meten presa por defenderme de mi maltratador», y pide perdón por echarse de nuevo a llorar.
Ana Isabel Gutiérrez es psicóloga forense y trabaja con la asociación Clara Campoamor, la prestigiosa entidad en defensa de las mujeres, que está apoyando a Loredana en este proceso. La doctora le ha diagnosticado «un cuadro de trastorno adaptativo ansiosodepresivo, pero que no es atribuible a estar en una relación de violencia de género», sino al proceso posterior vivido. Y recuerda lo que dice el Convenio de Estambul: «Es fundamental evitar la revictimización de las víctimas de violencia de genero si no queremos ser tan culpables como los propios agresores».
Loredana lleva ya dos años con su actual pareja. Reconoce: «A la hora de discutir con un chico, siento que no tengo que alzar la voz. Pero yo soy una persona que tengo voz». En su discurso se nota que se siente culpable, aunque debería ser al revés. Porque antes de aquel 2 de septiembre le pegó una vez: «En ese momento, pensé que era algo que le salió por impulso. Le dejé y a las dos horas estábamos juntos de nuevo; se lo tomó como que podía hacer conmigo lo que le diera la gana. Con 19 años, pero ni tampoco con 50, piensas que un hombre te va a poner la mano encima. Pensaba que eso era de gente marginal. Y que él era normal. Pero se juntaba con amigos machistas y su repruebo hacia las mujeres fue mayor. No quiere que seamos libres».
Teléfono de atención a la mujer maltratada: 016
«Me meten en la cárcel por defenderme de mi maltratador»
Una joven que asegura que su novio le dio palizas con 19 años entra mañana presa acusada de lesiones
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