Creo que el avance tecnológico, eso que hemos llamado progreso, se está convirtiendo en un arma de doble filo, algo que al principio parecía propio del desarrollo que nos haría la vida más fácil, pero también llevaba aspectos negativos. Si situamos en una balanza en un lado todo lo que el desarrollo tecnológico nos ha aportado y en otro todo lo que nos ha perjudicado, creo que esa balanza acabaría cayendo sobre el lado negativo. La tecnología y la integración de la misma en nuestro día a día ha causado más daño que beneficio, lo que sucede es que el daño no lo tenemos, imagino que interesadamente, tan bien identificado como el beneficio.
Psicológicamente afecta. Déficit, de atención, baja memoria, incapacidad para concentrarse, es un elemento que favorece la depresión, la ansiedad, el estrés, etc....
Desde el punto de vista de la información se nos vendió que sería una herramienta más democrática, con acceso a mayor información real, de esa que no se encontraba en los mass medias dominados por los intereses de sus propietarios, al final, nada más lejos, es una herramienta que sirve para inocular toneladas de cosa por minuto, propaganda en vena, la gente tiene un cacao mental acojonante, algo fundamental para lograr la ansiada polarización social del divide et impera.
Me gustaría volver a los tiempos en que iba a la biblioteca a alquilar un libro, al videoclub a alquilar una película de VHS y comprarme unos paquetes grandes de pipas, no estar dos horas eligiendo películas para que todas sean una cosa y poder ver, con 100% de atención, un capitulo de Twin Peaks, de Expediente X o de Doctor en Alaska, en el canal de televisón de turno, dejarme de Spotify que cada dos por tres irrumpe con publicidad reguetonera y que, próximamente, que será mi cumpleaños, mi progenitora venga y me regale el disco que le pedí, comenzar ese ritual de abrirlo, mirarlo, leerlo, ponerlo en el tocadiscos y tumbarme a escuchar, echo más en falta eso que una lista de cincuenta canciones de Spotify.
En definitiva, me he vuelto ludita porque creo que nos han arrebatado los momentos de felicidad a cambio de tecnología y medicamentos psicotrópicos.
Psicológicamente afecta. Déficit, de atención, baja memoria, incapacidad para concentrarse, es un elemento que favorece la depresión, la ansiedad, el estrés, etc....
Desde el punto de vista de la información se nos vendió que sería una herramienta más democrática, con acceso a mayor información real, de esa que no se encontraba en los mass medias dominados por los intereses de sus propietarios, al final, nada más lejos, es una herramienta que sirve para inocular toneladas de cosa por minuto, propaganda en vena, la gente tiene un cacao mental acojonante, algo fundamental para lograr la ansiada polarización social del divide et impera.
Me gustaría volver a los tiempos en que iba a la biblioteca a alquilar un libro, al videoclub a alquilar una película de VHS y comprarme unos paquetes grandes de pipas, no estar dos horas eligiendo películas para que todas sean una cosa y poder ver, con 100% de atención, un capitulo de Twin Peaks, de Expediente X o de Doctor en Alaska, en el canal de televisón de turno, dejarme de Spotify que cada dos por tres irrumpe con publicidad reguetonera y que, próximamente, que será mi cumpleaños, mi progenitora venga y me regale el disco que le pedí, comenzar ese ritual de abrirlo, mirarlo, leerlo, ponerlo en el tocadiscos y tumbarme a escuchar, echo más en falta eso que una lista de cincuenta canciones de Spotify.
En definitiva, me he vuelto ludita porque creo que nos han arrebatado los momentos de felicidad a cambio de tecnología y medicamentos psicotrópicos.
Última edición:
