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Madmaxista
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Seres de luz.
amp.elmundo.es
Kouri Richins se presentó ante el mundo como una progenitora devota rota por el dolor tras la pérdida de su marido, un año antes. Escribió un libro infantil sobre cómo lidiar con el duelo como bálsamo para sus tres hijos y lo promocionó en radios y televisiones en la zona de Utah donde vivía, a unos 80 kilómetros al este de Salt Lake City.
Se antojaba como el camuflaje idílico para un crimen perfecto que al final no terminó de cuajar. La astuta autora está hoy entre rejas esperando juicio, acusada de homicidio tras envenenar a su marido con una dosis letal de fentanilo, en un relato que hubiera firmado el mismísimo Alfred Hitchcock para una de sus veladas televisivas de suspense.
Para saber más
La envenenadora de Valencia. El garrote vil de Pilar Prades, la matamujeres con matahormigas
Logro científico. Carola y la cuádruple 'asesina' inocente
El golpe lo fue tramando durante mucho tiempo la joven de 33 años. Richins compró en secreto cuatro pólizas de seguro de vida a nombre de su marido entre 2015 y 2017 por un valor total de casi dos millones de dólares, de acuerdo a los documentos del caso. Antes, se había encargado de pedir un crédito contra la hipoteca de la casa familiar por 250.000 dólares y retiró otros 100.000 de las cuenta bancarias de la pareja. Robó además unos 134.000 dólares del negocio de su marido que estaban destinados para el pago de impuestos.
SU CAMELLO, EL DELATOR
Su idea era deshacerse de él y quedarse con el dinero, un caso clásico. Estaba preparando incluso un segundo libro infantil para engordar aún más su coartada, pero la delató el individuo que le vendió la droja que hoy circula como la pólvora por todo Estados Unidos.
Richins, una agente inmobiliaria, le dijo a su camello que la hidrocodona era para un cliente que padecía dolores de espalda. En realidad, el fármaco acabó camuflado en el sándwich que se comió Eric Richins durante la cena de enamorados del 14 de febrero de 2021. Acabó vomitando y poniéndose súbitamente enfermo. Le salvó la epinefrin y un Benadryl (difenhidramina). Tras sobrevivir, su mujer le pidió a su proveedor algo más fuerte, específicamente "algo de lo de Michael Jackson", presuntamente en relación al anestésico propofol, que acabó con la vida del cantante en junio de 2009, hace ya 14 años.
La víctima, parte de una familia numerosa con raíces en la región durante décadas, hacía tiempo que sospechaba de las intenciones de su mujer, que intentó envenenarle durante unas vacaciones en Grecia y después en San Valentín. Kouri se gastó 900 dólares en fentanilo para esa cena e invirtió otro 900 para intentarlo de nuevo la noche del 4 de marzo de 2022. Esta vez le dio resultado. Dentro del cóctel con vodka que le preparó -un Moscow Mule- le puso suficiente fentanilo como para tumbar a un caballo. Eric no volvió a despertar.
ERIC QUERÍA A SUS HIJOS Y MANTENER SU FAMILIA
Pese a las sospechas, Eric decidió no abandonar a su mujer. "Parece que Eric se mantuvo en una relación que no era buena porque quería a sus hijos y quería mantener unida a la familia", dijo el abogado Greg Skordas a la cadena CBS. "Quizá tenía la esperanza de que las cosas cambiaran, pero su principal preocupación eran los niños". Aún así, miembros de su familia declararon después de su fin que Eric quería ya el divorcio.
'Are you with me?' (¿estás conmigo?), el cuento que Kouri Richins escribió para lidiar con el duelo.
De fondo, la disputa entre ambos por una mansión que ella quería adquirir y a la que él se negaba, una vivienda que se quedó sin construir en Midway, Utah, y que Kouri aspiraba a vender una vez terminada para hacer negocio.
Son muchas las preguntas por resolver que presuntamente podrían encontrar respuesta en un futuro juicio, como el testamento de Richins y el hecho de que nombró a su hermana, Katie Richins-Benson, como albacea, desplazando a su propia mujer, que ambicionaba quedarse con todo para ella y sus tres hijos.
LA CUÑADA FUERA DEL TESTAMENTO Y UNA DEMANDA DE 3,6 MILLONES
De acuerdo a los documentos, ambas protagonizaron una pelea en el hogar familiar el día de la fin de Eric. Después, la ya viuda presentó una demanda reclamando 3,6 millones de dólares y solicitando que eliminaran a su cuñada del testamento. Alegó que el contrato prenupcial le daba a ella la potestad sobre todos los bienes de su marido.
Además del cargo de homicidio, Richins se enfrenta a otros tres cargos por posesión de drojas e intento de distribución, un delito de segundo grado. También está peleando por mantener la custodia de sus hijos, una batalla perdida si finalmente es condenada por el asesinato. Podría pasar el resto de su vida entre rejas o ser ejecutada de ser hallada culpable.
Richins no parece haber mostrado arrepentimiento alguno sobre el asunto. Lejos de mantener un perfil bajo, ha estado en contacto con al menos uno de los cuatro directores que pretenden hacer un documental sobre su historia.
Así lo confirmó la fiscal que lleva su caso, Patricia Cassell, por las llamadas que ha estado haciendo desde la guandoca. "Ha habido contactos directos y a través de una amiga", indicaron desde su oficina. De ahí que hayan solicitado una "orden mordaza" para que no se discuta el caso en público ni haya más intromisiones de la prensa. En las últimas semanas el acoso de los medios en el pueblo ha sido constante, un crimen plagado de morbo que ha despertado interés a nivel nacional.
Meses antes de su arresto, Richins declaró que escribió Are you with me? (¿estás conmigo?) tras la fin súbita e inesperada de su marido como una forma de consolar a sus hijos y ante la falta de publicaciones similares. "Sólo quería una historia que leerles por las noches y no podía encontrar nada". Como si a ella y a los críos les fuese a servir de terapia.
Los cuentos infantiles de la escritora que envenenó a su marido con fentanilo
Kouri Richins se presentó ante el mundo como una progenitora devota rota por el dolor tras la pérdida de su marido, un año antes. Escribió un libro infantil sobre cómo lidiar con el duel
amp.elmundo.es
Kouri Richins se presentó ante el mundo como una progenitora devota rota por el dolor tras la pérdida de su marido, un año antes. Escribió un libro infantil sobre cómo lidiar con el duelo como bálsamo para sus tres hijos y lo promocionó en radios y televisiones en la zona de Utah donde vivía, a unos 80 kilómetros al este de Salt Lake City.
Se antojaba como el camuflaje idílico para un crimen perfecto que al final no terminó de cuajar. La astuta autora está hoy entre rejas esperando juicio, acusada de homicidio tras envenenar a su marido con una dosis letal de fentanilo, en un relato que hubiera firmado el mismísimo Alfred Hitchcock para una de sus veladas televisivas de suspense.
Para saber más
La envenenadora de Valencia. El garrote vil de Pilar Prades, la matamujeres con matahormigas
- Redacción: ALICIA VALLINA
Logro científico. Carola y la cuádruple 'asesina' inocente
- Redacción: ÁNGELES ESCRIVÁ
El golpe lo fue tramando durante mucho tiempo la joven de 33 años. Richins compró en secreto cuatro pólizas de seguro de vida a nombre de su marido entre 2015 y 2017 por un valor total de casi dos millones de dólares, de acuerdo a los documentos del caso. Antes, se había encargado de pedir un crédito contra la hipoteca de la casa familiar por 250.000 dólares y retiró otros 100.000 de las cuenta bancarias de la pareja. Robó además unos 134.000 dólares del negocio de su marido que estaban destinados para el pago de impuestos.
SU CAMELLO, EL DELATOR
Su idea era deshacerse de él y quedarse con el dinero, un caso clásico. Estaba preparando incluso un segundo libro infantil para engordar aún más su coartada, pero la delató el individuo que le vendió la droja que hoy circula como la pólvora por todo Estados Unidos.
Richins, una agente inmobiliaria, le dijo a su camello que la hidrocodona era para un cliente que padecía dolores de espalda. En realidad, el fármaco acabó camuflado en el sándwich que se comió Eric Richins durante la cena de enamorados del 14 de febrero de 2021. Acabó vomitando y poniéndose súbitamente enfermo. Le salvó la epinefrin y un Benadryl (difenhidramina). Tras sobrevivir, su mujer le pidió a su proveedor algo más fuerte, específicamente "algo de lo de Michael Jackson", presuntamente en relación al anestésico propofol, que acabó con la vida del cantante en junio de 2009, hace ya 14 años.
La víctima, parte de una familia numerosa con raíces en la región durante décadas, hacía tiempo que sospechaba de las intenciones de su mujer, que intentó envenenarle durante unas vacaciones en Grecia y después en San Valentín. Kouri se gastó 900 dólares en fentanilo para esa cena e invirtió otro 900 para intentarlo de nuevo la noche del 4 de marzo de 2022. Esta vez le dio resultado. Dentro del cóctel con vodka que le preparó -un Moscow Mule- le puso suficiente fentanilo como para tumbar a un caballo. Eric no volvió a despertar.
ERIC QUERÍA A SUS HIJOS Y MANTENER SU FAMILIA
Pese a las sospechas, Eric decidió no abandonar a su mujer. "Parece que Eric se mantuvo en una relación que no era buena porque quería a sus hijos y quería mantener unida a la familia", dijo el abogado Greg Skordas a la cadena CBS. "Quizá tenía la esperanza de que las cosas cambiaran, pero su principal preocupación eran los niños". Aún así, miembros de su familia declararon después de su fin que Eric quería ya el divorcio.
De fondo, la disputa entre ambos por una mansión que ella quería adquirir y a la que él se negaba, una vivienda que se quedó sin construir en Midway, Utah, y que Kouri aspiraba a vender una vez terminada para hacer negocio.
Son muchas las preguntas por resolver que presuntamente podrían encontrar respuesta en un futuro juicio, como el testamento de Richins y el hecho de que nombró a su hermana, Katie Richins-Benson, como albacea, desplazando a su propia mujer, que ambicionaba quedarse con todo para ella y sus tres hijos.
LA CUÑADA FUERA DEL TESTAMENTO Y UNA DEMANDA DE 3,6 MILLONES
De acuerdo a los documentos, ambas protagonizaron una pelea en el hogar familiar el día de la fin de Eric. Después, la ya viuda presentó una demanda reclamando 3,6 millones de dólares y solicitando que eliminaran a su cuñada del testamento. Alegó que el contrato prenupcial le daba a ella la potestad sobre todos los bienes de su marido.
Además del cargo de homicidio, Richins se enfrenta a otros tres cargos por posesión de drojas e intento de distribución, un delito de segundo grado. También está peleando por mantener la custodia de sus hijos, una batalla perdida si finalmente es condenada por el asesinato. Podría pasar el resto de su vida entre rejas o ser ejecutada de ser hallada culpable.
Richins no parece haber mostrado arrepentimiento alguno sobre el asunto. Lejos de mantener un perfil bajo, ha estado en contacto con al menos uno de los cuatro directores que pretenden hacer un documental sobre su historia.
Así lo confirmó la fiscal que lleva su caso, Patricia Cassell, por las llamadas que ha estado haciendo desde la guandoca. "Ha habido contactos directos y a través de una amiga", indicaron desde su oficina. De ahí que hayan solicitado una "orden mordaza" para que no se discuta el caso en público ni haya más intromisiones de la prensa. En las últimas semanas el acoso de los medios en el pueblo ha sido constante, un crimen plagado de morbo que ha despertado interés a nivel nacional.
Meses antes de su arresto, Richins declaró que escribió Are you with me? (¿estás conmigo?) tras la fin súbita e inesperada de su marido como una forma de consolar a sus hijos y ante la falta de publicaciones similares. "Sólo quería una historia que leerles por las noches y no podía encontrar nada". Como si a ella y a los críos les fuese a servir de terapia.
