Relator01
Lonchafinista
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Buenas Burbujeros, soy nuevo en el foro y lo único que quiero es que la cuarentena nos sea mas amena y por ello me he decidido ha subir una serie de relatos erótico pronográficos que espero sean de vuestro agrado. Bien Empezamos.
Masaje de un amigo antes de la cuarentena
Tras una lesión en las espaldas por una caída le pedí a mi amigo si el me podría dar un masaje para aliviar el dolor que me causaba aun la lesión. Yo sabia que el daba hace tiempo masajes relajantes, pero ahora estaba casado con una buena amiga mía y no sabia como se lo tomaría ella pues estaba claro que debía estar desnuda sobre la cama mientras el me masajeaba la espaldas.
Presta les llame por teléfono y me sorprendió que ambos estuviesen de acuerdo, mi amiga me comento que confiaba plenamente en ambos y los amigos están para cuando se necesitan y ella sabia que yo haría lo mismo por ella. Así fue como mi amigo llegó a mi casa y ambos nos dispusimos para el masaje después de tomar un café y hablar un poco de lo que íbamos a hacer.
El me dijo como seria el masaje para que no resultase violento, juntos pasamos a la habitación donde me pidió que me desnudase y una vez estuviese preparada él entraría, me pidió que me acostara boca abajo y me tapase con una toalla si quería. La verdad es que si debíamos confiar y me iba a hacer un masaje, pensé que no seria necesaria la toalla, total yo estaría tumbada bocabajo en la cama y solo me vería el trastero, algo que ya me había visto mil veces en la playa cuando me ponía mi bikini bombacha.
Él al entrar se sorprendió un poco al verme completamente desnuda sobre la cama, pero movido por la confianza y sabiendo que era algo que él ya había hecho otras veces no tenia mayor problema. Entonces se puso encima de mí a horcajadas y comenzó su masaje en mi espalda, aunque parezca mentira no notaba su peso comenzó a mover sus manos por mi espalda con sapienza, subía y bajaba una y otra vez, hacia movimientos con los pulgares y como unos golpecitos, fue bajando hasta llegar a mi cintura y me pidió permiso para pasar sus manos por mis nalgas, yo no opuse resistencia, que podría ocurrir, era lo mas normal en un masaje, él las acariciaba y las masajeaba a la par que de vez en cuando hacia algo que a mi me pareció una especie de amasado, yo sentía como las acariciaba sentía sus dedos en cada punto de mi piel me sentía tan relajada, sentía que mi amiga era una privilegiada con tener un hombre así en casa, en su alcoba, acariciándola, no pude evitar que mi mente divagara y tuviera pensamientos lujuriosos, me pareció fascinante su masaje y no podía sino sentir envidia de mi amiga sabiendo lo que mi amigo le podría hacer en su intimidad, no se como ocurrió pero me puse muy cachonda de repente y me mojé como nunca lo había hecho, lo que me hacia era realmente delicioso, tampoco me preocupé en exceso pues estaba bocabajo y él no tenia manera de notarlo.
Pero entonces ocurrió lo que yo no esperaba, después de estar un larguísimo tiempo así, y con una mejoría notable en mi espada, me pidió que me girase para, si yo quería acabar mi masaje y hacerlo completo relajando también los músculos delanteros, fue todo un caballero y me dijo que se saldría para que me tapase y luego entraría, pero antes de que acabase de decirlo yo ya me había girado dejándome ver en todo mi esplendor, ya teníamos nuestros años pero considero que aun me conservo bastante bien, tengo unos voluminosos pechos y mi shishi tiene una buena mata de pelo rubio y rizado. No se si fue por que estaba cachondisima o por que, en otro momento no lo hubiese hecho pero mi corazón latía tan rápido y mi mente estaba tan obnubilada que no lo pensé, simplemente lo hice.
Él estaba acostumbrado a ver mujeres desnudas pensé, antes hacia esto muchas veces, que mas da que me vea desnuda, es solo un masaje y me hará mucho bien, ademas yo tenia los ojos cerrados y eso lo hacia mas impersonal.
Él se movía con una sapienza tremenda movía sus manos por mi cuerpo sabiamente, pero no pude evitar que un pequeño suspiro se me escapase cuando comenzó a masajearme los pechos, tenia la esperanza que al ser tan pequeño no lo hubiese oído, pero en el fondo sabia que era inevitable el hecho de que se hubiese dado cuenta... Seguramente se habría dado cuenta de que estaba mojada y cachondisima, pero era todo un profesional.
En ese momento bajo por mi vientre y yo no pude evitar abrir levemente las piernas, no se lo que me estaba ocurriendo, no podía hacer eso, no podía dejar que se notase que estaba cachonda, era el marido de mi amiga, pero mi cuerpo ya no me respondía, me ardía el shishi y estaba completamente mojada, en cierto modo deseaba que me hiciese el amor salvajemente y dejase el masaje, pero tenia que contenerme y dejar que acabase.
Entonces empezó a masajearme las piernas, sus manos eran sabias y sabían donde tocar, no podía evitarlo, cada vez que subía por mis muslos y se acercaba a mi shishi yo me ponía mas cachonda, el tuvo que darse cuenta hace ya un rato y de repente me colocó las piernas separadas como cuando las embarazadas van a dar a luz, en ese momento yo ya no era dueña de mi cuerpo, estaba dispuesta a dejarle hacer todo lo que quisiese hacerme, sabia que no debía dejarle, pero no podía negarme el placer me había poseído y solo quería que diera el siguiente paso y por fin lo hizo, puso su mano en mi raja era inevitable que tocase mis jugos y viese que era suya completamente... Bajaba y subía su mano dándome el masaje que yo estaba esperando desde hacia ya un rato, su mano hizo lo mismo varias veces, yo me rendí a la evidencia y bambolee mi cuerpo ofreciéndole mi shishi para que hiciese con el lo que quisiese... De repente poso su dedo y comenzó a acariciar en forma circular mi clítoris, que rico pensé y en ese momento me cerciore de lo suertuda que era mi amiga, yo estaba que estallaba de placer, él seguía masajeandola con su dedo mas y mas sin parar, mi shishi palpitaba mas y mas deseaba que me amara como un salvaje, que me introdujera su platano y me hiciera suya, entonces él metió el dedo y no pude evitar que dos gemidos saliesen de mi garganta hmmmm ahhhhhh...
Entonces de repente acerco su cara a mi shishi y ohhhhhh por dios que sensación tan rica, comenzó a sacar brillo y sacar brillo, movía su lengua arriba y abajo, en círculos, la introducía en mi raja, me daba tantas lamidas en mi raja como en mi clitoris, finalmente se centró en este botoncito de placer y empezó a succionarlo, a lamerlo y le daba chupaditas hmmmmmmm ahhhh yo solo gemía de placer y pensaba que me correría como nunca lo había hecho y entonces paró.
Se colocó delante de mi, me arrastro suavemente de las piernas hasta dejarme al borde de la cama con las piernas bien abiertas, se movía como si me estuviera amando, mientras me acariciaba daba empujones cada vez más fuerte, yo sabia que él también estaba cachondo, que también se había rendido a los placeres carnales, podía sentir creciendo su miembro y el se movía más y más y más lo apretaba como si me estuviera amando... hmmmmm siiiiii, yo sentía tanto placer, estaba súper mojada, quería correrme y él no me dejaba, sentía como me palpitaba como nunca antes lo había hecho él se movía una y otra vez sin parar, me encantaba lo que me estaba haciendo que placer tan rico.
Paró de nuevo, yo me mantenía con los ojos cerrados y de repente comenzó a pasar su miembro en mi clitoris, estaba caliente y suave, luego lo pasó por mi raja, juro que pensé que me la metería porque lo veía tan excitado como yo me encontraba, pero no, decidió alargarme mas este inmenso placer que me estaba dando mientras restregaba su duro y rellenito miembro por mi raja, comenzó a pasear su miembro viril suavemente de arriba abajo, el movía su pubis y luego dejaba de hacerlo para darme golpecitos en mi clitoris, lo movía en zig-zag o como una culebra y eso aun me excitaba mas, mi shishi no dejaba de palpitar y estaba a punto de correrme, entonces le pedí mas y mas... Que me la metiera y me hiciese llegar, yo no paraba de gemir el no paraba de jadear estábamos demasiado excitados para parar a estas alturas, una de sus manos la poso en mi raja y la movió sabiamente, introdujo un dedo mientras la acariciaba suavemente.
Entonces me cogió las piernas y se quedo quieto, puso su miembro en medio de mi raja que estaba completamente mojada y abierta, pero decidió no meterlo aun, se quedo así.... Y me pregunto -¿Estas segura, si lo hacemos no habrá marcha atrás, no podremos parar? ¿Si, métemela, hazme tuya, quiero sentirte dentro de mi?- Le respondí abriendo los ojos en ese momento y mirándole fijamente a los suyos.
Su miembro era normal pero muy rellenito, no creo que midiese mas de 20cm pero ese grosor daba miedo, pensé que eso no me entraría por mi agujerito, nunca había visto uno de esas dimensiones, estaba como una piedra de duro y estaba palpitando mucho y muy caliente.... Volvió a abrir mi shishi con dos dedos. Lo tenía encharcado. Eleve la pelvis para que fuese mas fácil recibir semejante platano y que el contacto fuese mas fuerte, Abrí aún más las piernas para hacer sitio a esa fuerza de la naturaleza, entonces me la metió suavemente y entonces exclamé soltando todas las vergüenzas que me quedaran juntas, rindiendome completamente a este lechetal -¡¡Ayyyyyyyy diooooosssssssss, queeeee gooordaaa, queeeee riiiiiicoooo poor diiioooos!! ¡¡Métemela toda, hazme sentir llena!!- Él cambio de repente y me la clavó de una estocada, me empotró y comenzó a ametrallarme el shishi, no sé el tiempo que estuvimos así, él paró las embestidas y comenzó a acariciarme el clitoris a la vez que me la metía, yo no sabia ya donde estaba el tiempo para mi no tenia sentido en ese momento... Solo quería que me amara sintiendo esa enorme platano dentro de mi, que no parase yo movía mi ojo ciego al compas buscando correrme. Comenzaron a temblarme las piernas, y exclame -¡¡Meee cooorroooo!!- de mi garganta salio un grito de puro placer ¡¡¡Aaaaaaaaaah siiiiii!!! y entonces él se corrió jadeando, estremeciéndose y moviendo la pelvis de abajo a arriba y de arriba a abajo. La corrida fue grandiosa y me llenó de leche.
Después de corrernos él se echó boca arriba sobe la cama y mientras yo bajaba los pies dejándolos colgar por el borde de la cama, le dije: -Eres un macho cabríoazo encantador-.
Él se quedó en silencio y yo me subí hasta echarme a su lado. Tenía la platano a media asta. Entonces decidí que ahora era mi turno, que ahora era yo la que le enseñaria de lo que soy capaz, me subí encima suyo, él no pareció sorprenderse y se dejo hacer, puse mi shishi sobre su platano... Luego comencé a frotarme con su platano desde las pelotas al glande y del glande hasta las pelotas. Nos besamos por vez primera, sus labios eran dulces y su lengua traviesa. Con el primer beso se le puso la platano dura de nuevo. Comenzó a latir entre mis labios vaginales... Yo levantaba mi duro ojo ciego y dejaba que la platano se pusiera mirando al techo para aplastarla con mi shishi de nuevo y volver a moverlo de las pelotas al glande y del glande a las pelotas.
De repente cogí su subida de peso platano, la puse en la entrada de mi ojo ciego, metí solo la punta, el glande era muy subida de peso y tenia que acostumbrarme. El empujó, pero mi mano cerrada hacía tope y no la dejaba entrar, ahora mandaba yo... Sabia que lo estaba poniendo perro, emberracando y eso era lo que buscaba, quería hacerle algo salvaje como el me había hecho antes... Al final, cuando la humedad brillaba en el interior de mis muslos, le besó, y le dije: -¿Preparado para correrte?- Quite la mano, él empujó y entró hasta el fondo, con su platano clavada a tope, mi ojo ciego se movió despacito, de atrás hacia delante y de delante hacia atrás con mi clítoris rozando su pelvis. Mis labios rozaban los suyos, más no los besaban. Le miraba a los ojos y ambos gemíamos en bajito. Estuvimos un rato así y cuando me besó supe que se iba a correr. Así era, casi susurrando y sin dejar de mirarme a los ojos, me dijo: -Me cooorroo, no pares por diiiooos-.
Echó la cabeza hacia atrás, me volvió a mirar, y con la cara llena de gozo, envuelto en un suspiro, me dijo: Me estoy corriendo en tu ojo ciego.
Mi ojo ciego apretaba su platano, cuando sentí cómo su leche me llenaba me derrumbé sobre él. Su boca se juntó con la mía y nos fundimos en un beso de placer.
Al rato se fue. Pensé que no iba a saber más de él por lo ocurrido, pero al día siguiente me llamó y me dijo: Esto tiene que ser nuestro secreto, cuando necesites otro masaje llámame. Y así fue como supe que ese hombre me haría gozar muchas mas veces, aunque tuviera que compartirlo en secreto.
Espero que lo disfrutéis tanto como yo escribiendo... Si gusta iré subiendo mas.
Masaje de un amigo antes de la cuarentena
Tras una lesión en las espaldas por una caída le pedí a mi amigo si el me podría dar un masaje para aliviar el dolor que me causaba aun la lesión. Yo sabia que el daba hace tiempo masajes relajantes, pero ahora estaba casado con una buena amiga mía y no sabia como se lo tomaría ella pues estaba claro que debía estar desnuda sobre la cama mientras el me masajeaba la espaldas.
Presta les llame por teléfono y me sorprendió que ambos estuviesen de acuerdo, mi amiga me comento que confiaba plenamente en ambos y los amigos están para cuando se necesitan y ella sabia que yo haría lo mismo por ella. Así fue como mi amigo llegó a mi casa y ambos nos dispusimos para el masaje después de tomar un café y hablar un poco de lo que íbamos a hacer.
El me dijo como seria el masaje para que no resultase violento, juntos pasamos a la habitación donde me pidió que me desnudase y una vez estuviese preparada él entraría, me pidió que me acostara boca abajo y me tapase con una toalla si quería. La verdad es que si debíamos confiar y me iba a hacer un masaje, pensé que no seria necesaria la toalla, total yo estaría tumbada bocabajo en la cama y solo me vería el trastero, algo que ya me había visto mil veces en la playa cuando me ponía mi bikini bombacha.
Él al entrar se sorprendió un poco al verme completamente desnuda sobre la cama, pero movido por la confianza y sabiendo que era algo que él ya había hecho otras veces no tenia mayor problema. Entonces se puso encima de mí a horcajadas y comenzó su masaje en mi espalda, aunque parezca mentira no notaba su peso comenzó a mover sus manos por mi espalda con sapienza, subía y bajaba una y otra vez, hacia movimientos con los pulgares y como unos golpecitos, fue bajando hasta llegar a mi cintura y me pidió permiso para pasar sus manos por mis nalgas, yo no opuse resistencia, que podría ocurrir, era lo mas normal en un masaje, él las acariciaba y las masajeaba a la par que de vez en cuando hacia algo que a mi me pareció una especie de amasado, yo sentía como las acariciaba sentía sus dedos en cada punto de mi piel me sentía tan relajada, sentía que mi amiga era una privilegiada con tener un hombre así en casa, en su alcoba, acariciándola, no pude evitar que mi mente divagara y tuviera pensamientos lujuriosos, me pareció fascinante su masaje y no podía sino sentir envidia de mi amiga sabiendo lo que mi amigo le podría hacer en su intimidad, no se como ocurrió pero me puse muy cachonda de repente y me mojé como nunca lo había hecho, lo que me hacia era realmente delicioso, tampoco me preocupé en exceso pues estaba bocabajo y él no tenia manera de notarlo.
Pero entonces ocurrió lo que yo no esperaba, después de estar un larguísimo tiempo así, y con una mejoría notable en mi espada, me pidió que me girase para, si yo quería acabar mi masaje y hacerlo completo relajando también los músculos delanteros, fue todo un caballero y me dijo que se saldría para que me tapase y luego entraría, pero antes de que acabase de decirlo yo ya me había girado dejándome ver en todo mi esplendor, ya teníamos nuestros años pero considero que aun me conservo bastante bien, tengo unos voluminosos pechos y mi shishi tiene una buena mata de pelo rubio y rizado. No se si fue por que estaba cachondisima o por que, en otro momento no lo hubiese hecho pero mi corazón latía tan rápido y mi mente estaba tan obnubilada que no lo pensé, simplemente lo hice.
Él estaba acostumbrado a ver mujeres desnudas pensé, antes hacia esto muchas veces, que mas da que me vea desnuda, es solo un masaje y me hará mucho bien, ademas yo tenia los ojos cerrados y eso lo hacia mas impersonal.
Él se movía con una sapienza tremenda movía sus manos por mi cuerpo sabiamente, pero no pude evitar que un pequeño suspiro se me escapase cuando comenzó a masajearme los pechos, tenia la esperanza que al ser tan pequeño no lo hubiese oído, pero en el fondo sabia que era inevitable el hecho de que se hubiese dado cuenta... Seguramente se habría dado cuenta de que estaba mojada y cachondisima, pero era todo un profesional.
En ese momento bajo por mi vientre y yo no pude evitar abrir levemente las piernas, no se lo que me estaba ocurriendo, no podía hacer eso, no podía dejar que se notase que estaba cachonda, era el marido de mi amiga, pero mi cuerpo ya no me respondía, me ardía el shishi y estaba completamente mojada, en cierto modo deseaba que me hiciese el amor salvajemente y dejase el masaje, pero tenia que contenerme y dejar que acabase.
Entonces empezó a masajearme las piernas, sus manos eran sabias y sabían donde tocar, no podía evitarlo, cada vez que subía por mis muslos y se acercaba a mi shishi yo me ponía mas cachonda, el tuvo que darse cuenta hace ya un rato y de repente me colocó las piernas separadas como cuando las embarazadas van a dar a luz, en ese momento yo ya no era dueña de mi cuerpo, estaba dispuesta a dejarle hacer todo lo que quisiese hacerme, sabia que no debía dejarle, pero no podía negarme el placer me había poseído y solo quería que diera el siguiente paso y por fin lo hizo, puso su mano en mi raja era inevitable que tocase mis jugos y viese que era suya completamente... Bajaba y subía su mano dándome el masaje que yo estaba esperando desde hacia ya un rato, su mano hizo lo mismo varias veces, yo me rendí a la evidencia y bambolee mi cuerpo ofreciéndole mi shishi para que hiciese con el lo que quisiese... De repente poso su dedo y comenzó a acariciar en forma circular mi clítoris, que rico pensé y en ese momento me cerciore de lo suertuda que era mi amiga, yo estaba que estallaba de placer, él seguía masajeandola con su dedo mas y mas sin parar, mi shishi palpitaba mas y mas deseaba que me amara como un salvaje, que me introdujera su platano y me hiciera suya, entonces él metió el dedo y no pude evitar que dos gemidos saliesen de mi garganta hmmmm ahhhhhh...
Entonces de repente acerco su cara a mi shishi y ohhhhhh por dios que sensación tan rica, comenzó a sacar brillo y sacar brillo, movía su lengua arriba y abajo, en círculos, la introducía en mi raja, me daba tantas lamidas en mi raja como en mi clitoris, finalmente se centró en este botoncito de placer y empezó a succionarlo, a lamerlo y le daba chupaditas hmmmmmmm ahhhh yo solo gemía de placer y pensaba que me correría como nunca lo había hecho y entonces paró.
Se colocó delante de mi, me arrastro suavemente de las piernas hasta dejarme al borde de la cama con las piernas bien abiertas, se movía como si me estuviera amando, mientras me acariciaba daba empujones cada vez más fuerte, yo sabia que él también estaba cachondo, que también se había rendido a los placeres carnales, podía sentir creciendo su miembro y el se movía más y más y más lo apretaba como si me estuviera amando... hmmmmm siiiiii, yo sentía tanto placer, estaba súper mojada, quería correrme y él no me dejaba, sentía como me palpitaba como nunca antes lo había hecho él se movía una y otra vez sin parar, me encantaba lo que me estaba haciendo que placer tan rico.
Paró de nuevo, yo me mantenía con los ojos cerrados y de repente comenzó a pasar su miembro en mi clitoris, estaba caliente y suave, luego lo pasó por mi raja, juro que pensé que me la metería porque lo veía tan excitado como yo me encontraba, pero no, decidió alargarme mas este inmenso placer que me estaba dando mientras restregaba su duro y rellenito miembro por mi raja, comenzó a pasear su miembro viril suavemente de arriba abajo, el movía su pubis y luego dejaba de hacerlo para darme golpecitos en mi clitoris, lo movía en zig-zag o como una culebra y eso aun me excitaba mas, mi shishi no dejaba de palpitar y estaba a punto de correrme, entonces le pedí mas y mas... Que me la metiera y me hiciese llegar, yo no paraba de gemir el no paraba de jadear estábamos demasiado excitados para parar a estas alturas, una de sus manos la poso en mi raja y la movió sabiamente, introdujo un dedo mientras la acariciaba suavemente.
Entonces me cogió las piernas y se quedo quieto, puso su miembro en medio de mi raja que estaba completamente mojada y abierta, pero decidió no meterlo aun, se quedo así.... Y me pregunto -¿Estas segura, si lo hacemos no habrá marcha atrás, no podremos parar? ¿Si, métemela, hazme tuya, quiero sentirte dentro de mi?- Le respondí abriendo los ojos en ese momento y mirándole fijamente a los suyos.
Su miembro era normal pero muy rellenito, no creo que midiese mas de 20cm pero ese grosor daba miedo, pensé que eso no me entraría por mi agujerito, nunca había visto uno de esas dimensiones, estaba como una piedra de duro y estaba palpitando mucho y muy caliente.... Volvió a abrir mi shishi con dos dedos. Lo tenía encharcado. Eleve la pelvis para que fuese mas fácil recibir semejante platano y que el contacto fuese mas fuerte, Abrí aún más las piernas para hacer sitio a esa fuerza de la naturaleza, entonces me la metió suavemente y entonces exclamé soltando todas las vergüenzas que me quedaran juntas, rindiendome completamente a este lechetal -¡¡Ayyyyyyyy diooooosssssssss, queeeee gooordaaa, queeeee riiiiiicoooo poor diiioooos!! ¡¡Métemela toda, hazme sentir llena!!- Él cambio de repente y me la clavó de una estocada, me empotró y comenzó a ametrallarme el shishi, no sé el tiempo que estuvimos así, él paró las embestidas y comenzó a acariciarme el clitoris a la vez que me la metía, yo no sabia ya donde estaba el tiempo para mi no tenia sentido en ese momento... Solo quería que me amara sintiendo esa enorme platano dentro de mi, que no parase yo movía mi ojo ciego al compas buscando correrme. Comenzaron a temblarme las piernas, y exclame -¡¡Meee cooorroooo!!- de mi garganta salio un grito de puro placer ¡¡¡Aaaaaaaaaah siiiiii!!! y entonces él se corrió jadeando, estremeciéndose y moviendo la pelvis de abajo a arriba y de arriba a abajo. La corrida fue grandiosa y me llenó de leche.
Después de corrernos él se echó boca arriba sobe la cama y mientras yo bajaba los pies dejándolos colgar por el borde de la cama, le dije: -Eres un macho cabríoazo encantador-.
Él se quedó en silencio y yo me subí hasta echarme a su lado. Tenía la platano a media asta. Entonces decidí que ahora era mi turno, que ahora era yo la que le enseñaria de lo que soy capaz, me subí encima suyo, él no pareció sorprenderse y se dejo hacer, puse mi shishi sobre su platano... Luego comencé a frotarme con su platano desde las pelotas al glande y del glande hasta las pelotas. Nos besamos por vez primera, sus labios eran dulces y su lengua traviesa. Con el primer beso se le puso la platano dura de nuevo. Comenzó a latir entre mis labios vaginales... Yo levantaba mi duro ojo ciego y dejaba que la platano se pusiera mirando al techo para aplastarla con mi shishi de nuevo y volver a moverlo de las pelotas al glande y del glande a las pelotas.
De repente cogí su subida de peso platano, la puse en la entrada de mi ojo ciego, metí solo la punta, el glande era muy subida de peso y tenia que acostumbrarme. El empujó, pero mi mano cerrada hacía tope y no la dejaba entrar, ahora mandaba yo... Sabia que lo estaba poniendo perro, emberracando y eso era lo que buscaba, quería hacerle algo salvaje como el me había hecho antes... Al final, cuando la humedad brillaba en el interior de mis muslos, le besó, y le dije: -¿Preparado para correrte?- Quite la mano, él empujó y entró hasta el fondo, con su platano clavada a tope, mi ojo ciego se movió despacito, de atrás hacia delante y de delante hacia atrás con mi clítoris rozando su pelvis. Mis labios rozaban los suyos, más no los besaban. Le miraba a los ojos y ambos gemíamos en bajito. Estuvimos un rato así y cuando me besó supe que se iba a correr. Así era, casi susurrando y sin dejar de mirarme a los ojos, me dijo: -Me cooorroo, no pares por diiiooos-.
Echó la cabeza hacia atrás, me volvió a mirar, y con la cara llena de gozo, envuelto en un suspiro, me dijo: Me estoy corriendo en tu ojo ciego.
Mi ojo ciego apretaba su platano, cuando sentí cómo su leche me llenaba me derrumbé sobre él. Su boca se juntó con la mía y nos fundimos en un beso de placer.
Al rato se fue. Pensé que no iba a saber más de él por lo ocurrido, pero al día siguiente me llamó y me dijo: Esto tiene que ser nuestro secreto, cuando necesites otro masaje llámame. Y así fue como supe que ese hombre me haría gozar muchas mas veces, aunque tuviera que compartirlo en secreto.
Espero que lo disfrutéis tanto como yo escribiendo... Si gusta iré subiendo mas.
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