El mago de Oz
Madmaxista
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A la izquierda, una pasajera vetada por llevar un crop top. A la derecha, una pasajera a la que le fue prohibido viajar por llevar balcón. Foto: TW: emroseoconnor / Harriet Osborne
Hace escasos días, la decisión tomada por la compañía aérea Vueling de dejar en tierra a una pasajera provocó una ola de indignación en redes sociales y ha despertado una vieja polémica en cuanto a qué atuendo es apropiado a la hora de tomar un avión fuera de ellas. Tal y como informaba El País, la pasajera Laura C., una joven granadina de 24 años, ha denunciado a Vueling después de quedarse en tierra el pasado domingo. La compañía consideró que la pasajera llevaba una vestimenta inadecuada para viajar. El “inadecuado” look consistía, según la pasajera, en un body neցro, una falda de color y unas zapatillas de deporte. Para la compañía se trataba de un bañador. Aunque en un principio dos azafatas de tierra le permitieron cruzar hasta la puerta de embarque, después le prohibieron la entrada al avión.
La compañía alega que el motivo para no permitirle poner un pie en el avión fue el trato abusivo por parte de la pasajera hacia las azafatas. La pasajera niega en todo momento comportarse de manera maleducada o abusiva con los empleados y, según sus propias declaraciones a El País, incluso intentó colaborar en un primer momento cuando las azafatas le hicieron un comentario sobre su vestuario: “Cuando estaba haciendo cola vi miradas entre una azafata y la otra que estaban en los mostradores. Al llegar mi turno, la trabajadora que me atendía me dijo que así no volaba y que fuera y me comprara algo. Yo le dije que tenía el fular para taparme y me dijo que ni con el fular”. En el vídeo publicado por la hermana de la pasajera en Twitter no se percibe un trato abusivo hacia los empleados, sino la queja e indignación que podría mostrar cualquier pasajero cuando le niegan la entrada al avión por una cuestión tan trivial como el atuendo.
La asociación Facua-Consumidores en Acción parece darle la razón a la pasajera y ha presentado una denuncia contra Vueling ante la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). FACUA ha recordado, a través de un comunicado, que denegar el embarque a un pasajero solo debe darse por “razones de salud o de seguridad o la presentación de documentos de viaje inadecuados, motivos que no se dan en este caso”, también apuntan a una “discriminación de carácter machista”.
¿Cuestión de seguridad o de recato?
Las diferencias entre una pieza de vestir como un body o una de baño como un bañador son prácticamente imperceptibles. En los últimos años, y precisamente debido a la vuelta del body a nuestros armarios, el bañador se ha convertido en una prenda versátil que suele llevarse con vaqueros, falda o shorts y ya no con la única intención de meterse en el agua. El hecho de que las azafatas de tierra sugiriesen a la pasajera cubrirse con un fular o con otro tipo de prenda parece tener más que ver con los límites subjetivos del recato que con la propia seguridad del vuelo.
El 28 de junio de este mismo año, una mujer de 31 años tampoco pudo volar con EasyJet por llevar una blusa “demasiado escotada” que resultaba “irrespetuosa para los niños a bordo”. La pasajera, que tuvo que dormir aquella noche en el aeropuerto de Málaga para volar al día siguiente, explicó lo sucedido al diario británico The Sun a su regreso: “El personal de cabina fue horrible y me hicieron sentir fatal. Una azafata vino hacia mí delante de todo el avión y me dijo que no podía viajar con ese top e intentó que me cubriera con mis propias manos. Me dijo ‘no vas a viajar en mi avión así, te tienes que poner un top encima’. Y luego intentó echarme del avión, así que obviamente me puse un top. Cuando intenté volver a subir se giró hacia su personal y dijo ‘esta no sube en mi avión’. Me escoltaron fuera. Estaba en shock. Fue un trato muy sexista”.
El 13 de marzo, el motivo por el que la compañía Thomas Cook denegó la entrada al avión a otra pasajera fue un crop top. En este caso la pasajera, que tomaba un vuelo desde Birmingham a Tenerife, fue parada en la puerta de embarque donde le dijeron que debía cubrirse el crop top que llevaba o no podría tomar el vuelo. Según comentó la pasajera a través de Twitter, más de cuatro trabajadores de la compañía la rodearon para llevar fuera su equipaje después de decirle que su look resultaba ofensivo. La pasajera terminó pidiendo prestada una chaqueta.
La compañía United también fue protagonista de polémica en 2017 cuando obligó a una niña de 10 años vestida con leggins grises a ponerse algo “más apropiado”. Y en 2016, una pasajera de JetBlue tuvo que ponerse algo encima por llevar unos pantalones “demasiado cortos”. Con toda probabilidad existen casos de veto anteriores por parte de compañías aéreas, pero no teníamos el mismo acceso a redes sociales ni la misma posibilidad de que las indignaciones personales se tornasen virales al momento de volcarse en la red.
En el artículo 11 de las condiciones para el tras*porte de viajeros de Vueling se establece el derecho a denegar el tras*porte a los pasajeros “por motivos de seguridad pública”, “en razón de la conducta, estado, edad o condición mental o física del pasajero”, “para evitar daño, incomodidad o molestias graves a otros pasajeros o a la tripulación”, entre otros. Body o bañador, crop top o balcón: ninguna de estas prendas suponen un peligro para la seguridad pública. Según el vídeo publicado por la hermana de la pasajera que quedó en tierra, el resto de pasajeros se mostraban solidarios con la joven y no apoyaban la tripulación. La única incomodidad que se aprecia vino de la mano de la decisión por parte de Vueling. Y la decisión de dejar a esta y a otras mujeres en tierra parece tratarse más una decisión subjetiva generada por los propios estándares del personal de las aerolíneas en cuando a decoro, recato o buen gusto que por normativa. Las preguntas que surgen en torno a esta polémica es qué se considera inapropiado, quién lo considera inapropiado y por qué razones. Cuál es es límite del recato o del buen gusto: si tiene que ver con el corto o el largo de una prenda, con la anchura de un balcón o, más bien, con el tamaño de los pechos de la mujer que lleva ese balcón. La pregunta es por qué las personas que se quedan en tierra por “indecorosas” u “ofensivas” son, siempre, las mujeres.