MonteKarmelo
Madmaxista
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Desde que Alberto Saiz llegó a la dirección del Centro Nacional de Inteligencia, en abril de 2004, ha destituido a más de una treintena de jefes y directivos, la mayor parte relacionada con la lucha antiterrorista. Sin embargo, ha contratado, según las denuncias internas, a un grupo de personas con las que le unen lazos familiares o de amistad. Entre éstos se encuentran tres de sus sobrinos, dos hijos de amigos y la hija de uno de los dos magistrados del Tribunal Supremo que en la actualidad se encargan del control judicial de las actuaciones que pueden afectar a los derechos fundamentales.
La mayoría de ellos fueron contratados por el Centro Nacional de Inteligencia en el año 2006. M. J. R. P, sobrina política de Alberto Saiz, llegó a Madrid procedente de La Coruña en el segundo semestre de 2006 y empezó a prestar servicios con la categoría de directiva y con un contrato temporal modelo C de seis meses de duración que ha ido renovando periódicamente hasta la actualidad.
Tras el primer contrato con el CNI, M. J. R. P. accedió a un curso selectivo dentro del Centro con una duración de cinco meses y, después, fue destinada a una división de los servicios secretos. Los contratados por la inteligencia española no adquieren la categoría de «miembros permanentes» hasta que han tras*currido seis años de contrato y pasan una prueba de idoneidad.
Los otros sobrinos de Alberto Saiz que en la actualidad trabajan en el CNI son F. V. S. y su hermana M. V. S. Los altos cargos que acusan al director de los servicios secretos de «beneficiarse del Centro» y de «favorecer a su familia» aseguran que estos sobrinos carnales trabajan en Cataluña y los sitúan dentro de un grado y categoría interna inferior a la que tiene M. J. R. P.
Para entrar como contratado temporal en el CNI, los aspirantes deben pasar, primero, unas pruebas psicotécnicas y, más tarde, otra de capacidad intelectual. Y, junto a esos controles, también deben superar un test o estudio de seguridad para certificar que no son «elementos vulnerables» o que puedan ser chantajeados por el enemigo por sus «debilidades».
Junto a los familiares de Alberto Saiz, han accedido al CNI otras personas del entorno personal del director. Una de ellas es B. G., hija de un ex delegado del Gobierno en Castilla y León que en la actualidad tiene un cargo de responsabilidad en una entidad financiera de esa misma comunidad autónoma.
El acceso al CNI por la vía amistosa también se ha dado con la hija de otro amigo de Alberto Saiz. Esa nueva contratada del Centro se llama R. P. y su padre tiene una empresa de instalaciones eléctricas en un pueblo de la Comunidad de Madrid. La contratación vía relación personal ha funcionado asimismo en los últimos años en los servicios secretos. En el primer semestre de 2006, Alberto Saiz dio el visto bueno para que fuera contratada la hija de un magistrado del Supremo. Ese miembro del Alto Tribunal, según denuncian los directivos del Centro, es uno de los dos responsables del control judicial previo de las actuaciones de la Inteligencia española que pueden afectar a los derechos fundamentales.
M. A. T., según indica la normativa interna del CNI, debió pasar las pruebas psicotécnicas correspondientes y después fue contratada como auxiliar de protocolo dentro del Gabinete del director del Centro Nacional de Inteligencia. M. A. T. pertenece al grupo o categoría D y su primer contrato fue de seis meses de duración.
Mercedes Pérez, jefa de Gabinete de Alberto Saiz, también entró en el Centro Nacional de Inteligencia con el mismo sistema que los anteriores. Pérez, de profesión periodista, trabajaba con Saiz en Castilla-La Mancha y ahora intenta quedarse definitivamente en los servicios secretos como «miembro permanente» del Centro
El Mundo vía e-pesimo
La mayoría de ellos fueron contratados por el Centro Nacional de Inteligencia en el año 2006. M. J. R. P, sobrina política de Alberto Saiz, llegó a Madrid procedente de La Coruña en el segundo semestre de 2006 y empezó a prestar servicios con la categoría de directiva y con un contrato temporal modelo C de seis meses de duración que ha ido renovando periódicamente hasta la actualidad.
Tras el primer contrato con el CNI, M. J. R. P. accedió a un curso selectivo dentro del Centro con una duración de cinco meses y, después, fue destinada a una división de los servicios secretos. Los contratados por la inteligencia española no adquieren la categoría de «miembros permanentes» hasta que han tras*currido seis años de contrato y pasan una prueba de idoneidad.
Los otros sobrinos de Alberto Saiz que en la actualidad trabajan en el CNI son F. V. S. y su hermana M. V. S. Los altos cargos que acusan al director de los servicios secretos de «beneficiarse del Centro» y de «favorecer a su familia» aseguran que estos sobrinos carnales trabajan en Cataluña y los sitúan dentro de un grado y categoría interna inferior a la que tiene M. J. R. P.
Para entrar como contratado temporal en el CNI, los aspirantes deben pasar, primero, unas pruebas psicotécnicas y, más tarde, otra de capacidad intelectual. Y, junto a esos controles, también deben superar un test o estudio de seguridad para certificar que no son «elementos vulnerables» o que puedan ser chantajeados por el enemigo por sus «debilidades».
Junto a los familiares de Alberto Saiz, han accedido al CNI otras personas del entorno personal del director. Una de ellas es B. G., hija de un ex delegado del Gobierno en Castilla y León que en la actualidad tiene un cargo de responsabilidad en una entidad financiera de esa misma comunidad autónoma.
El acceso al CNI por la vía amistosa también se ha dado con la hija de otro amigo de Alberto Saiz. Esa nueva contratada del Centro se llama R. P. y su padre tiene una empresa de instalaciones eléctricas en un pueblo de la Comunidad de Madrid. La contratación vía relación personal ha funcionado asimismo en los últimos años en los servicios secretos. En el primer semestre de 2006, Alberto Saiz dio el visto bueno para que fuera contratada la hija de un magistrado del Supremo. Ese miembro del Alto Tribunal, según denuncian los directivos del Centro, es uno de los dos responsables del control judicial previo de las actuaciones de la Inteligencia española que pueden afectar a los derechos fundamentales.
M. A. T., según indica la normativa interna del CNI, debió pasar las pruebas psicotécnicas correspondientes y después fue contratada como auxiliar de protocolo dentro del Gabinete del director del Centro Nacional de Inteligencia. M. A. T. pertenece al grupo o categoría D y su primer contrato fue de seis meses de duración.
Mercedes Pérez, jefa de Gabinete de Alberto Saiz, también entró en el Centro Nacional de Inteligencia con el mismo sistema que los anteriores. Pérez, de profesión periodista, trabajaba con Saiz en Castilla-La Mancha y ahora intenta quedarse definitivamente en los servicios secretos como «miembro permanente» del Centro
El Mundo vía e-pesimo
