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¿Es el agua potable perjudicial para la salud? Estudios epidemiológicos sugieren una respuesta afirmativa a esta pregunta pero hasta ahora ningún estudio científico había «puesto cifras» a la posible relación entre el consumo del agua del grifo y el riesgo de sufrir cáncer.
Una investigación del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por La Caixa, en la que se ha analizado el agua potable de 26 países de la UE, relaciona hasta un total de 6.500 casos de cáncer de vejiga –el 5 por ciento del total registrados cada año– con la exposición a los químicos que contiene el agua del grifo, ya sea por ingesta, inhalación o exposición dérmica.
El estudio, publicado en la revista Environmental Health Perspectives, ha analizado por primera vez la presencia de trihalometanos (THM), compuestos volátiles que se generan después de desinfectar el agua con productos químicos, en el agua doméstica de esos países y su impacto en la salud. Las conclusiones evidencian la relación entre la incidencia de la enfermedad y la exposición a estos tóxicos y sitúa a España entre los países con el promedio más elevado de casos de cáncer de vejiga atribuibles a esta exposición. Con un 11 por ciento de casos relacionados, es el cuarto de Europa con mayor afectación, por detrás de Chipre (23%), Malta (17%) e Irlanda (17%), según explica a ABC Cristina Villanueva, investigadora del ISGlobal, coordinadora del estudio.
Reducir en un 44% los casos
A su entender, los datos del trabajo son suficientemente concluyentes como para que los gobiernos e instituciones de los diferentes países tomen conciencia del problema y busquen soluciones, entre ellas mejorar el tratamiento de las aguas. «La solución no está en dejar de consumir agua del grifo, no es una solución individual», subraya la experta. En este sentido, recuerda que las conclusiones de la investigación sugieren que si los 13 países que tienen el promedio más elevado de casos de cáncer de vejiga relacionados con la exposición a este tóxico redujeran los niveles a la media de la UE, el número estimado de casos atribuibles disminuiría un 44 por ciento, con 2.868 casos menos por año.
El equipo científico envió un cuestionario a las organizaciones encargadas de la calidad del agua municipal para recoger información sobre la concentración de trihalometanos totales e individuales (cloroformo, bromodiclorometano, dibromoclorometano y bromoformo) en el agua del grifo, red de distribución o planta de tratamiento. Esta información se complementó con otras fuentes de información disponibles –datos abiertos, informes, literatura científica, etc.–. Finalmente, se consiguió obtener los datos de trihalometanos de 2005 al 2018 de 26 países de la Unión Europea –todos menos Bulgaria y Rumanía donde la información era menos extensa–, cubriendo el 75 por ciento de la población. «Es la primera vez que se analiza esta cuestión en una muestra poblacional tan extensa», sostiene Villanueva.
Nueve países europeos
Los resultados indicaron grandes diferencias entre países. El nivel medio de trihalometanos en el agua potable en la mayoría de los países analizado estaba por debajo del límite reglamentario europeo –la media fue de 11,7 mg/l, cuando el límite permitido es de 100 mg/l–. No obstante, nueve países (Chipre, España, Estonia, Hungría, Irlanda, Italia, Polonia, Portugal, Reino Unido) sobrepasaron estos límites. A juicio de Iro Evlampidou, primera autora del artículo, esta investigación «es de especial interés para los países que registran altos niveles medios de concentraciones de trihalometanos en el agua del grifo».
Sin embargo, según Cristina Villanueva, el indicador más significativo es el que asocia esa mayor presencia de THM en los diferentes países con la incidencia del cáncer de vejiga. En total, se estimaron 6.561 casos de cáncer de vejiga por año atribuibles a la exposición a trihalometanos en la Unión Europea. En número de casos absolutos, los resultados mostraron grandes diferencias entre países. España (1.482 casos) y Reino Unido (1.356 casos) representaron el mayor número estimado de casos atribuibles, en parte, debido a la alta incidencia de cáncer de vejiga o la elevada población de estos países.
En cuanto al porcentaje de casos atribuibles de cáncer de vejiga por la exposición a trihalometanos, Chipre (23%), Malta (17%) , Irlanda (17%), España (11%) y Grecia (10%) fueron los países que mostraron los porcentajes más elevados. En el extremo opuesto, se encontraban Dinamarca (0%), Países Bajos (0,1%), Alemania (0,2%), Austria (0,4%) y Lituania (0,4%).
«En los últimos 20 años, se han realizado esfuerzos importantes para reducir los niveles de trihalometanos en diversos países de la UE, incluyendo España. Sin embargo, los niveles actuales en ciertos países aún podrían conducir a una carga considerable de cáncer de vejiga que podría evitarse mediante la optimización del tratamiento del agua, desinfección y prácticas de distribución, entre otras posibles medidas», valora Manolis Kogevinas, investigador de ISGlobal.
Más de 6.500 casos de cáncer de vejiga en Europa se asocian al consumo de agua del grifo
Una investigación del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por La Caixa, en la que se ha analizado el agua potable de 26 países de la UE, relaciona hasta un total de 6.500 casos de cáncer de vejiga –el 5 por ciento del total registrados cada año– con la exposición a los químicos que contiene el agua del grifo, ya sea por ingesta, inhalación o exposición dérmica.
El estudio, publicado en la revista Environmental Health Perspectives, ha analizado por primera vez la presencia de trihalometanos (THM), compuestos volátiles que se generan después de desinfectar el agua con productos químicos, en el agua doméstica de esos países y su impacto en la salud. Las conclusiones evidencian la relación entre la incidencia de la enfermedad y la exposición a estos tóxicos y sitúa a España entre los países con el promedio más elevado de casos de cáncer de vejiga atribuibles a esta exposición. Con un 11 por ciento de casos relacionados, es el cuarto de Europa con mayor afectación, por detrás de Chipre (23%), Malta (17%) e Irlanda (17%), según explica a ABC Cristina Villanueva, investigadora del ISGlobal, coordinadora del estudio.
Reducir en un 44% los casos
A su entender, los datos del trabajo son suficientemente concluyentes como para que los gobiernos e instituciones de los diferentes países tomen conciencia del problema y busquen soluciones, entre ellas mejorar el tratamiento de las aguas. «La solución no está en dejar de consumir agua del grifo, no es una solución individual», subraya la experta. En este sentido, recuerda que las conclusiones de la investigación sugieren que si los 13 países que tienen el promedio más elevado de casos de cáncer de vejiga relacionados con la exposición a este tóxico redujeran los niveles a la media de la UE, el número estimado de casos atribuibles disminuiría un 44 por ciento, con 2.868 casos menos por año.
El equipo científico envió un cuestionario a las organizaciones encargadas de la calidad del agua municipal para recoger información sobre la concentración de trihalometanos totales e individuales (cloroformo, bromodiclorometano, dibromoclorometano y bromoformo) en el agua del grifo, red de distribución o planta de tratamiento. Esta información se complementó con otras fuentes de información disponibles –datos abiertos, informes, literatura científica, etc.–. Finalmente, se consiguió obtener los datos de trihalometanos de 2005 al 2018 de 26 países de la Unión Europea –todos menos Bulgaria y Rumanía donde la información era menos extensa–, cubriendo el 75 por ciento de la población. «Es la primera vez que se analiza esta cuestión en una muestra poblacional tan extensa», sostiene Villanueva.
Nueve países europeos
Los resultados indicaron grandes diferencias entre países. El nivel medio de trihalometanos en el agua potable en la mayoría de los países analizado estaba por debajo del límite reglamentario europeo –la media fue de 11,7 mg/l, cuando el límite permitido es de 100 mg/l–. No obstante, nueve países (Chipre, España, Estonia, Hungría, Irlanda, Italia, Polonia, Portugal, Reino Unido) sobrepasaron estos límites. A juicio de Iro Evlampidou, primera autora del artículo, esta investigación «es de especial interés para los países que registran altos niveles medios de concentraciones de trihalometanos en el agua del grifo».
Sin embargo, según Cristina Villanueva, el indicador más significativo es el que asocia esa mayor presencia de THM en los diferentes países con la incidencia del cáncer de vejiga. En total, se estimaron 6.561 casos de cáncer de vejiga por año atribuibles a la exposición a trihalometanos en la Unión Europea. En número de casos absolutos, los resultados mostraron grandes diferencias entre países. España (1.482 casos) y Reino Unido (1.356 casos) representaron el mayor número estimado de casos atribuibles, en parte, debido a la alta incidencia de cáncer de vejiga o la elevada población de estos países.
En cuanto al porcentaje de casos atribuibles de cáncer de vejiga por la exposición a trihalometanos, Chipre (23%), Malta (17%) , Irlanda (17%), España (11%) y Grecia (10%) fueron los países que mostraron los porcentajes más elevados. En el extremo opuesto, se encontraban Dinamarca (0%), Países Bajos (0,1%), Alemania (0,2%), Austria (0,4%) y Lituania (0,4%).
«En los últimos 20 años, se han realizado esfuerzos importantes para reducir los niveles de trihalometanos en diversos países de la UE, incluyendo España. Sin embargo, los niveles actuales en ciertos países aún podrían conducir a una carga considerable de cáncer de vejiga que podría evitarse mediante la optimización del tratamiento del agua, desinfección y prácticas de distribución, entre otras posibles medidas», valora Manolis Kogevinas, investigador de ISGlobal.
Más de 6.500 casos de cáncer de vejiga en Europa se asocian al consumo de agua del grifo