Mucho mejor con Franco. Bastaba con no imprimir octavillas y no hablar de política y ya vivías tranquilo. Ahora vivimos en un estado de terror continuo y en permanente evolución a peor. Hay que medir las palabras, salvo que estés hablando cara a cara con fulanito. Ojo con las notas de audio. Muchísimo ojo con Twitter y demás. Muchísimo ojo con lo que dices en el whatsapp del cole. Mucho cuidado con mirar más de 1 segundo a cualquier hembra, lgtb, lesbiana, marrón, etc., porque la lista sigue engordando. Mucho cuidado con lo que le dices a tus hijos porque puede llegar a oídos de los maestros y tú acabar en la guandoca o sin guarda y custodia. Y un largísimo, largísimo listado de represión activa y muy eficaz ejercida por el Estado de partidos. Les queda meter el negacionismo del cambio climático junto al negacionismo del nazismo y la verdad es que ya muy poco más. Es todo represión ideológica castigada con guandoca y represión fiscal.