Danito10
Madmaxista
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Pese a que "oficialmente no hay un estándar para decir que una sustancia ilegal como esta es apta o no para el consumo humano", un estudio ha medido el contenido de tóxicos que se fijan para el consumo de frutas y verduras
"Tres cuartas partes de la marihuana que se vende y se consume en Madrid está muy contaminada por hongos y, por tanto, no es apta para el consumo humano". Esta es una de las principales conclusiones a la que ha llegado un estudio dirigido por el investigador de la Universidad Complutense, Manuel Pérez Moreno.
Con el objetivo de analizar cómo es la marihuana que se vende habitualmente de forma ilegal en la capital, este doctor en Farmacia recogió 40 muestras de esta droja de abuso en calles, parques, locales y pisos de 18 distritos de Madrid a lo largo de 2020. Posteriormente, estas muestras se sometieron a análisis microbiológicos y físico-químicos, con el objetivo de conocer su composición y posibles contaminantes. El equipo contó para ello con la colaboración de profesionales de la Universidad Complutense, la Universidad de Extremadura y la Universidad Alfonso X el sabio. La investigación se ha realizado también con el apoyo de la Fundación CANNA.
Los resultados del análisis mostraron que la contaminación fúngica era muy elevada, hasta el punto que el 65,2% se consideró no apta para el consumo humano, con un valor medio en las muestras contaminadas de 25.000 unidades formadoras de colonia por gramo de muestra (ufc/g).
"Oficialmente no hay un estándar, un umbral para decir que una sustancia ilegal como esta es apta o no para el consumo humano. Utilizamos por tanto los límites que se fijan en el consumo de tés y derivados o frutas y verduras frescas destinadas al consumo directo, que no pueden superar los 10.000 ufc/g", explica Pérez Moreno
Este es también el umbral que se utiliza en el Estado de Colorado (EEUU), donde para los mayores de 21 años es legal comprar, consumir y cultivar marihuana para uso recreativo, añade el investigador.
"Además de un fraude, el consumo de esta marihuana puede convertirse en un problema de salud pública tanto en personas sanas como en personas con patologías previas y sobre todo en personas inmunodeprimidas", advierte Pérez Moreno.
Los hongos predominantes en las muestras contaminadas eran del género Penicillium (presentes en el 35% de las muestras con un valor medio de 28.000 ufc/g), aunque había hongos del género Mucor en el 32,5% de las muestras y del género Aspergillus en un 20%. En muchos casos, la contaminación fúngica era múltiple.
Con exposiciones prolongadas, hongos como Penicillium y Mucor pueden desencadenar reacciones de hipersensibilidad y otros trastornos, aunque la contaminación más preocupante para el científico es la del género Aspergillus, catalogado como toxicogénico. Algunas cepas producen micotoxinas que pueden ser peligrosas. Pero además, estos hongos pueden producir aspergilosis, una infección que afecta al aparato respiratorio, puede ser grave y es complicada de tratar.
"Algunas personas pueden pensar que, al quemar la marihuana para fumarla, esta contaminación se elimina, pero la realidad es que al aspirar el humo se aspiran las esporas de los hongos que están en la parte que aún no se ha incinerado. Ningún filtro protege de esta aspiración", recuerda Pérez Moreno.
Aunque no han podido determinar el origen de estos altos niveles de contaminación por hongos, los investigadores creen que se debe a las condiciones en las que se produce, se seca y se almacena la marihuana antes de ser vendida. "Todos hemos visto imágenes cuando entra la policía en un local donde se producía marihuana de forma ilegal. Suelen ser sótanos, naves cerradas en los que la humedad y la temperatura no son las adecuadas y sí favorecen el crecimiento de los hongos", explica el investigador.
La investigación también analizó la presencia y concentración de cannabinoides. En ese sentido, los análisis mostraron que la marihuana adquirida en Madrid capital tiene baja o nula concentración de cannabidiol (CBD) y presenta una concentración de tetrahidrocannabinol (THC) superior al 15%.
"El THC es el que produce la risa fácil, lo que denominaríamos el colocón, mientras que el CBD es el que aporta efectos sedantes, relajantes, inhibe el sistema nervioso central y es la sustancia a la que se le reconocen más efectos beneficiosos para el tratamiento de algunos síntomas", señala el investigador.
La concentración de THC detectada es demasiado elevada, y no se ve contrarrestada por el efecto balance que puede ejercer el CBD, lo que puede suponer un importante riesgo, sobre todo para el cerebro aún en desarrollo de los más jóvenes, apunta. "La mitad de las urgencias de psiquiatría de los jóvenes se deben al consumo de cannabis, y los datos siguen creciendo".
Esta concentración de cannabinoides también impide el uso de la marihuana callejera con fines terapéuticos, añade.
"La marihuana adquirida en las calles de Madrid no debe emplearse como fitoterápico en ningún casos", concluye. "Su elevada contaminación, la baja concentración en CBD y la elevada concentración en THC son tres razones de peso que lo desaconsejan".
Marihuana contaminada en Madrid: "El 62% no es apta para el consumo"
"Tres cuartas partes de la marihuana que se vende y se consume en Madrid está muy contaminada por hongos y, por tanto, no es apta para el consumo humano". Esta es una de las principales conclusiones a la que ha llegado un estudio dirigido por el investigador de la Universidad Complutense, Manuel Pérez Moreno.
Con el objetivo de analizar cómo es la marihuana que se vende habitualmente de forma ilegal en la capital, este doctor en Farmacia recogió 40 muestras de esta droja de abuso en calles, parques, locales y pisos de 18 distritos de Madrid a lo largo de 2020. Posteriormente, estas muestras se sometieron a análisis microbiológicos y físico-químicos, con el objetivo de conocer su composición y posibles contaminantes. El equipo contó para ello con la colaboración de profesionales de la Universidad Complutense, la Universidad de Extremadura y la Universidad Alfonso X el sabio. La investigación se ha realizado también con el apoyo de la Fundación CANNA.
Los resultados del análisis mostraron que la contaminación fúngica era muy elevada, hasta el punto que el 65,2% se consideró no apta para el consumo humano, con un valor medio en las muestras contaminadas de 25.000 unidades formadoras de colonia por gramo de muestra (ufc/g).
"Oficialmente no hay un estándar, un umbral para decir que una sustancia ilegal como esta es apta o no para el consumo humano. Utilizamos por tanto los límites que se fijan en el consumo de tés y derivados o frutas y verduras frescas destinadas al consumo directo, que no pueden superar los 10.000 ufc/g", explica Pérez Moreno
Este es también el umbral que se utiliza en el Estado de Colorado (EEUU), donde para los mayores de 21 años es legal comprar, consumir y cultivar marihuana para uso recreativo, añade el investigador.
"Además de un fraude, el consumo de esta marihuana puede convertirse en un problema de salud pública tanto en personas sanas como en personas con patologías previas y sobre todo en personas inmunodeprimidas", advierte Pérez Moreno.
Los hongos predominantes en las muestras contaminadas eran del género Penicillium (presentes en el 35% de las muestras con un valor medio de 28.000 ufc/g), aunque había hongos del género Mucor en el 32,5% de las muestras y del género Aspergillus en un 20%. En muchos casos, la contaminación fúngica era múltiple.
Con exposiciones prolongadas, hongos como Penicillium y Mucor pueden desencadenar reacciones de hipersensibilidad y otros trastornos, aunque la contaminación más preocupante para el científico es la del género Aspergillus, catalogado como toxicogénico. Algunas cepas producen micotoxinas que pueden ser peligrosas. Pero además, estos hongos pueden producir aspergilosis, una infección que afecta al aparato respiratorio, puede ser grave y es complicada de tratar.
"Algunas personas pueden pensar que, al quemar la marihuana para fumarla, esta contaminación se elimina, pero la realidad es que al aspirar el humo se aspiran las esporas de los hongos que están en la parte que aún no se ha incinerado. Ningún filtro protege de esta aspiración", recuerda Pérez Moreno.
Aunque no han podido determinar el origen de estos altos niveles de contaminación por hongos, los investigadores creen que se debe a las condiciones en las que se produce, se seca y se almacena la marihuana antes de ser vendida. "Todos hemos visto imágenes cuando entra la policía en un local donde se producía marihuana de forma ilegal. Suelen ser sótanos, naves cerradas en los que la humedad y la temperatura no son las adecuadas y sí favorecen el crecimiento de los hongos", explica el investigador.
La investigación también analizó la presencia y concentración de cannabinoides. En ese sentido, los análisis mostraron que la marihuana adquirida en Madrid capital tiene baja o nula concentración de cannabidiol (CBD) y presenta una concentración de tetrahidrocannabinol (THC) superior al 15%.
"El THC es el que produce la risa fácil, lo que denominaríamos el colocón, mientras que el CBD es el que aporta efectos sedantes, relajantes, inhibe el sistema nervioso central y es la sustancia a la que se le reconocen más efectos beneficiosos para el tratamiento de algunos síntomas", señala el investigador.
La concentración de THC detectada es demasiado elevada, y no se ve contrarrestada por el efecto balance que puede ejercer el CBD, lo que puede suponer un importante riesgo, sobre todo para el cerebro aún en desarrollo de los más jóvenes, apunta. "La mitad de las urgencias de psiquiatría de los jóvenes se deben al consumo de cannabis, y los datos siguen creciendo".
Esta concentración de cannabinoides también impide el uso de la marihuana callejera con fines terapéuticos, añade.
"La marihuana adquirida en las calles de Madrid no debe emplearse como fitoterápico en ningún casos", concluye. "Su elevada contaminación, la baja concentración en CBD y la elevada concentración en THC son tres razones de peso que lo desaconsejan".
Marihuana contaminada en Madrid: "El 62% no es apta para el consumo"