Agustín de Iturbide fue uno de los miembros de la Junta que se forma en Nueva España para montar un gobierno independiente. Antes de eso se le ofrece la corona a Fernando VII y, cuando es evidente que FVII no va a tragar con el Plan de Iguala, aprovecha su posición y se corona emperador. Desde luego no fue trigo limpio y cuando tuvo la oportunidad la aprovechó para hacerse con el poder, eso es innegable. También es cierto que, si bien la rebelión había sido derrotada, quedaban ciertos focos de resistencia, que se reactivaron por la inestabilidad en las filas y mandos realistas.
Tampoco vamos a exonerar a Fernando VII de todas sus acciones, ni mucho menos. FVII tuvo un comportamiento execrable no pocos casos, y desde luego precipitó muchos acontecimientos negativos. Ahora bien, tampoco podemos negar que la constitución de 1812 fue un golpe de estado, puesto que se aprovecha la ausencia del monarca para subvertir el orden legal. En eso podemos señalar que en realidad está frenando un golpe constitucionalista, y ahí estaría obrando con razón, más aún cuando las Cortes, que habían seguido principios revolucionarios abandonando su carácter original, habían impuesto un nuevo orden legal, condicionando a FVII de paso.
No obstante, el gran problema en la América española era exógeno: Estados Unidos. El ejemplo de los useños implicaba ideas muy peligrosas que desgraciadamente se materializaron. ¿Habría frenado la constitución las independencias? Mira a quienes acaudillaron los movimientos independentistas. Cuando la guason*ería, unida con la llama revolucionaria, y el ejemplo de USA se propagaron, dieron pie a un monstruo que fueron los movimientos de independencia americana.
El problema fue que en los tres bandos (liberales, realistas y separatistas) no hubo personajes a la altura de las circunstancias. Tampoco podrás negarme que tanto la guason*ería como Gran Bretaña jugaron un papel fundamental en dichos procesos. Teniendo en cuenta todo ello, es siempre preferible dirigir unas "independencias" en manos de personas cercanas (infantes de la casa real), con el cometido de preservar los intereses e integridad de las posesiones hispánicas en América, que sean capaces de hacer frente a los usueños, británicos y portugueses-brasilenos. Si los británicos hubiesen aplastado el levantamiento de las Trece colonias, pues el panorama sería completamente distinto. Y por supuesto, a toro pasado, todos somos Manolete.
Bueno, no se puede llamar a la Constitución de 1812 "golpe de Estado", porque no existía Estado desde el momento en que tanto el Rey legítimo (Carlos IV) como su heredero estaban presos de los francess y habían sido obligados a abdicar a punta de bayoneta. En América los virreyes aun podían alegar que seguían gobernando en nombre del Rey, pero ¿en España? ¿quién debió asumir el mando, en ausencia del Monarca? El ciposto venía de antes, porque Fernando VII ya había apoyado dos golpes contra su padre (la Conjura del guanol en 1807 y el Motín de Aranjuez en 1808), y acababa de provocar la caída de Godoy, que terminó siendo llevado por los franceses a Bayona para que hiciera compañía a los borbones.
Después de las abdicaciones de Bayona, el Consejo de Castilla vaciló en un principio, pero luego aceptó la autoridad de la Junta Suprema Central, confiriendo cierta legitimidad a todo el asunto.
Cuando Napoleón dejó a Fernando VII en libertad, en realidad el monarca legítimo era su padre. Si Fernando era el Rey es porque lo habían proclamado como tal las juntas y las Cortes de Cádiz. Y Fernando VII inmediatamente traicionó a quienes habían luchado por él. Quizá la legalidad establecida por la Constitución de 1812 no era el mejor mecanismo, pero Fernando VII podría haber convocado unas Cortes legítimas en tiempo y forma, cosa que prometió y nunca hizo.
Lo realmente grave es que Fernando VII, en vez de intentar entenderse con sus súbditos, esperaba poder gobernar de forma autocrática con el apoyo de la Santa Alianza, y también contaba con ella para restablecer su autoridad en América. Y con ese plan se presentó en el Congreso de Viena, pero "los mayores" pasaron de él, porque obviamente se centraron en sus propios intereses, no en los de Fernando VII.
Que la guason*ería tuvo un papel director en la independencia de la América Española está fuera de dudas. Pero antes la había tenido en la independencia de EEUU, y ahí los borbones españoles habían apoyado a los guason*es contra Gran Bretaña. Los borbones franceses lo pagaron con la revolución francesa y nosotros con la pérdida del Imperio.
Gran Bretaña jugó un papel menor del que se le atribuye en la secesión de la América Española. Por una parte, España era su aliado y no podía actuar públicamente en apoyo de los rebeldes. Por otra, su interés era que aquello se independizara para poder por fin controlar el comercio con América. Pero recordemos que esos mismos rebeldes eran los que habían rechazado a palos a los británicos en 1807, es decir que los británicos sabían que no podían convertir aquello en colonias suyas, como habían hecho con ciertas colonias holandesas. Gran Bretaña se limitó a permitir el contrabando de armas a los rebeldes y a influir en resto de potencias europeas para que se quedaran al margen, lo cual no les costó mucho porque el resto de potencias europeas tenían cero ganas en meterse en berenjenales ajenos. (También hay que decir que Gran Bretaña siempre tuvo una cortedad de miras respecto a España, que ya pagó en 1783 y volvería a pagar en 1945, pero eso es otro debate).
Si, es fácil ver las cosas a toro pasado. Pero es que todo esto lo sabían en la época. Por muy zascandil que fuera Fernando VII, no es posible que no supiera cómo funcionaban los guason*es, cuales eran los intereses de Gran Bretaña, y cuánta era la falta de interés del resto de potencias europeas en hacerle los deberes a él. Y si tenía alguna duda, se la resolvieron en el Congreso de Viena. Era suicida pretender gobernar como autócrata cuando lo tienes todo en contra en todos los ámbitos: En lo económico estás sin un duro, en lo interno tienes a tus dominios llenos de junteros y guerrilleros, y en lo externo estás aislado diplomáticamente y con la principal potencia deseando que implosiones. Pero Narizotas se empeñó en que sus cojines valían mas que la realidad.
Era momento de hacer control de daños, no de ir a saco con un programa de máximos.
Fernando VII en 1814 contaba con bazas a favor: Tenía el apoyo de los liberales españoles, que le habían apoyado contra Godoy, contra Carlos IV, y contra Napoleón. Tenía también el prestigio internacional que nos habíamos ganado los españoles con nuestra heróica lucha popular contra el ogro de Córcega. Y contaba con una alianza formal con los británicos que éstos no podían romper abiertamente, aunque quisieran.
Si Fernando VII hubiera seguido la senda constitucional, entonces habría tenido a los peninsulares a su favor en vez de haber tenido que gastar recursos en reprimir pronunciamientos. Habría tenido argumentos para contrarrestar la propaganda masónica. Y habría tenido argumentos para llegar a un entendimiento con Gran Bretaña para que cortaran la venta de armas a los traidores a cambio de un tratado comercial. Quizá Fernando VII habría disgustado a los monarcas absolutos de centroeuropa, pero esos monarcas no pensaban hacer nada de todos modos.
A largo plazo, América se habría independizado igualmente, pero al menos se habría podido hacer a buenas, manteniendo una influencia, y sin cortar las relaciones comerciales.