Me ha parecido interesante, en particular algunas de las frases pronunciadas en el acto.
El expresidente de Endesa afirma que la economía española «lo tiene mal» con sus cifras actuales durante la inauguración del VI Congreso Nacional de Derecho de Sociedades
Un Manuel Pizarro en plena forma pronunció la conferencia inaugural del VI Congreso Nacional de Derecho de Sociedades este jueves en la Universidad de Málaga. El presidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España, más conocido por el gran público por haber sido presidente de Endesa y por haber concurrido a las elecciones por el Partido Popular como número 2 por Madrid, profirió un discurso que tuvo como eje central la construcción europea. Pero, antes de nada, tuvo palabras para Málaga: «Se ha hecho un esfuerzo tremendo durante muchos años en la buena dirección. Soy amigo del alcalde, de mi época política, y creo que lo está haciendo muy bien». Y añadió, con ironía: «No digo a quién se está comiendo, pero se está comiendo a todos. La gran capital del Mediterráneo es Málaga. Lo va a seguir siendo».
También, en el prefacio de su discurso, se detuvo con mordacidad en alguno de los episodios de la historia económica reciente. En primer lugar, en la desaparición de las cajas de ahorros, que atribuyó a la ruptura de su objeto social: «Las cajas eran fundaciones y una fundación es un capital dotado de personalidad jurídica y adscrito al servicio del fin que tiene el fundador. Y eso es lo que hay que mantener. Cuando eso se desdibuja, cuando la causa del negocio que es una fundación se desdibuja y se introduce la política como lema de lo que pasa, hace que desaparezcan las 45 cajas que había porque se ha cambiado el objeto social». Pizarro recordó que las cajas tuvieron como origen la lucha contra los usureros, que definió como aquellos que lo que quieren es que no se cumpla el contrato para quedarse con el bien, que no se pague la hipoteca para quedarse con la casa.
Pizarro se refirió también a la larga opa (oferta pública de adquisición) sobre Endesa, la empresa que presidía a principios de los años 2000, que calificó como su «tema favorito»: «Ahí pasó de todo», aseguró, para continuar: «Lo más fácil en una opa es darle algo al presidente de la compañía para que la venda a mitad de precio», lanzó. Subyacía en su mensaje que de la oferta inicial de Gas Natural -que Pizarro combatió con ferocidad- al precio que finalmente pagaron Acciona y Enel se prácticamente duplicó el valor de la compañía que presidía. E ironizó sobre E.On, que también quiso hacerse con Endesa: «Cuando las sociedades anónimas se separan de su objeto social acaban mal: caso E.On. Cuando alguien se dedica a hacer lo que no sabe o lo que no debe o lo que no quiere, acaba siempre mal».
Mañana, el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores por aquel entonces, Manuel Conthe, será el encargado de dar la conferencia de clausura del Congreso. Este jueves también se ha hecho ver en los pasillos de la Universidad y en las charlas que tuvieron lugar después de la intervención de Pizarro.
Críticas a la situación económica de España.
En términos más contemporáneos y domésticos, el expresidente de Endesa criticó que las Administraciones Públicas y la superposición de los diferentes niveles local, autonómico y estatal son «una fuente de inflación», algo que atribuyó además a una «justicia lenta», porque eleva los costes.
También tuvo palabras sobre el sistema público de pensiones: «Antes, con las cuotas de la Seguridad Social se pagaba el subsidio de desempleo, la sanidad y las pensiones. Hoy no se paga el subsidio de desempleo, no se paga la sanidad y no se pagan las pensiones». «Se nos dice que el sistema está en equilibrio, pero un sistema que necesita 48.000 millones de los Presupuestos no está en equilibrio», recriminó. Y criticó que las pensiones no contributivas suban un 15%: «No lo entiendo, salvo que haya que pagar pensión a gente que no cotizó en su vida porque estaba en otro menester… en la guandoca». «No es un sistema sostenible», zanjó.
«Se dice que un país está mal porque tiene mucha deuda, pero no, tiene mucha deuda porque está mal», aseguró. E hizo el paralelismo de la situación económica de España con la de una empresa que fuera a pedir un crédito a un banco: «Debo el volumen de negocio de un año, un PIB y 120, además, todos los años pierdo el 5%, que es el déficit público, y el mercado me valora al 6% -los tipos de interés exigidos-», «pues entonces usted lo tiene mal», diagnosticó.
Una Europa en la que primero va lo mercantil.
De todas formas, el corazón de su intervención fue Europa, «la Unión Europea como contrato y como entidad», y cómo la «causa del negocio» de la construcción europea fue evitar los conflictos del siglo XX, para lo que se fijaron una serie de contratos sobre la base de la libertad y del Estado de Derecho. Pero, incidió, fue a partir de la caída del Muro de Berlín (1989) cuando se aceleró su construcción, con el hito fundamental que constituyó el Tratado de Maastricht que alumbró las reglas fundamentales de funcionamiento de la moneda única: «La causa del negocio es crear una sociedad política en la que haya valores democráticos y Estado de derecho y la forma de acelerarlo es que lo mercantil vaya por delante, lo monetario vaya por delante, poniendo el tejado antes que la casa y al final vaya ajustándose todo». Así describió la secuencia.
Y, en el momento en que se están renegociando en Europa las reglas fiscales, Pizarro defendió las actuales: «Los principios de Maastricht no son aleatorios». El 2% de inflación, el 3% de déficit y el 60% de deuda sobre el PIB «no son una carga pesada que se les mete a los países», aseguró, «son principios de urbanidad». «Si no hay convergencia económica, el euro salta por los aires», insistió. Y repasó algunos de los criterios. En cuanto a la inflación, afirmó que sin precios ajustados es «imposible» la convergencia económica. En este sentido, respaldó las subidas de los tipos de interés que están acometiendo en estos momentos los bancos centrales, tras criticar que en el pasado llegaran a situar el precio del dinero en el 0% y las inyecciones de liquidez que efectuaron durante las sucesivas crisis de las dos últimas décadas; en estas actuaciones ve las causas de la inflación actual: el lanzamiento de dinero sin que haya aumento de valor de los bienes produce un encarecimiento de éstos, argumentó. Ahora, por tanto, justificó, «la única manera» de luchar contra la inflación, es «retirar alcohol para que la gente vaya más sobria».
En relación con la inflación y el componente energético que también ha engordado los precios como consecuencia de la oleada turística de Ucrania, Pizarro criticó la política europea que, representando menos del 10% de las emisiones, se empeñe en «salvar el mundo» eliminando el carbón y abogando por las fuentes de energía renovables.
El expresidente de Endesa afirma que la economía española «lo tiene mal» con sus cifras actuales durante la inauguración del VI Congreso Nacional de Derecho de Sociedades
Un Manuel Pizarro en plena forma pronunció la conferencia inaugural del VI Congreso Nacional de Derecho de Sociedades este jueves en la Universidad de Málaga. El presidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España, más conocido por el gran público por haber sido presidente de Endesa y por haber concurrido a las elecciones por el Partido Popular como número 2 por Madrid, profirió un discurso que tuvo como eje central la construcción europea. Pero, antes de nada, tuvo palabras para Málaga: «Se ha hecho un esfuerzo tremendo durante muchos años en la buena dirección. Soy amigo del alcalde, de mi época política, y creo que lo está haciendo muy bien». Y añadió, con ironía: «No digo a quién se está comiendo, pero se está comiendo a todos. La gran capital del Mediterráneo es Málaga. Lo va a seguir siendo».
También, en el prefacio de su discurso, se detuvo con mordacidad en alguno de los episodios de la historia económica reciente. En primer lugar, en la desaparición de las cajas de ahorros, que atribuyó a la ruptura de su objeto social: «Las cajas eran fundaciones y una fundación es un capital dotado de personalidad jurídica y adscrito al servicio del fin que tiene el fundador. Y eso es lo que hay que mantener. Cuando eso se desdibuja, cuando la causa del negocio que es una fundación se desdibuja y se introduce la política como lema de lo que pasa, hace que desaparezcan las 45 cajas que había porque se ha cambiado el objeto social». Pizarro recordó que las cajas tuvieron como origen la lucha contra los usureros, que definió como aquellos que lo que quieren es que no se cumpla el contrato para quedarse con el bien, que no se pague la hipoteca para quedarse con la casa.
Pizarro se refirió también a la larga opa (oferta pública de adquisición) sobre Endesa, la empresa que presidía a principios de los años 2000, que calificó como su «tema favorito»: «Ahí pasó de todo», aseguró, para continuar: «Lo más fácil en una opa es darle algo al presidente de la compañía para que la venda a mitad de precio», lanzó. Subyacía en su mensaje que de la oferta inicial de Gas Natural -que Pizarro combatió con ferocidad- al precio que finalmente pagaron Acciona y Enel se prácticamente duplicó el valor de la compañía que presidía. E ironizó sobre E.On, que también quiso hacerse con Endesa: «Cuando las sociedades anónimas se separan de su objeto social acaban mal: caso E.On. Cuando alguien se dedica a hacer lo que no sabe o lo que no debe o lo que no quiere, acaba siempre mal».
Mañana, el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores por aquel entonces, Manuel Conthe, será el encargado de dar la conferencia de clausura del Congreso. Este jueves también se ha hecho ver en los pasillos de la Universidad y en las charlas que tuvieron lugar después de la intervención de Pizarro.
Críticas a la situación económica de España.
En términos más contemporáneos y domésticos, el expresidente de Endesa criticó que las Administraciones Públicas y la superposición de los diferentes niveles local, autonómico y estatal son «una fuente de inflación», algo que atribuyó además a una «justicia lenta», porque eleva los costes.
También tuvo palabras sobre el sistema público de pensiones: «Antes, con las cuotas de la Seguridad Social se pagaba el subsidio de desempleo, la sanidad y las pensiones. Hoy no se paga el subsidio de desempleo, no se paga la sanidad y no se pagan las pensiones». «Se nos dice que el sistema está en equilibrio, pero un sistema que necesita 48.000 millones de los Presupuestos no está en equilibrio», recriminó. Y criticó que las pensiones no contributivas suban un 15%: «No lo entiendo, salvo que haya que pagar pensión a gente que no cotizó en su vida porque estaba en otro menester… en la guandoca». «No es un sistema sostenible», zanjó.
«Se dice que un país está mal porque tiene mucha deuda, pero no, tiene mucha deuda porque está mal», aseguró. E hizo el paralelismo de la situación económica de España con la de una empresa que fuera a pedir un crédito a un banco: «Debo el volumen de negocio de un año, un PIB y 120, además, todos los años pierdo el 5%, que es el déficit público, y el mercado me valora al 6% -los tipos de interés exigidos-», «pues entonces usted lo tiene mal», diagnosticó.
Una Europa en la que primero va lo mercantil.
De todas formas, el corazón de su intervención fue Europa, «la Unión Europea como contrato y como entidad», y cómo la «causa del negocio» de la construcción europea fue evitar los conflictos del siglo XX, para lo que se fijaron una serie de contratos sobre la base de la libertad y del Estado de Derecho. Pero, incidió, fue a partir de la caída del Muro de Berlín (1989) cuando se aceleró su construcción, con el hito fundamental que constituyó el Tratado de Maastricht que alumbró las reglas fundamentales de funcionamiento de la moneda única: «La causa del negocio es crear una sociedad política en la que haya valores democráticos y Estado de derecho y la forma de acelerarlo es que lo mercantil vaya por delante, lo monetario vaya por delante, poniendo el tejado antes que la casa y al final vaya ajustándose todo». Así describió la secuencia.
Y, en el momento en que se están renegociando en Europa las reglas fiscales, Pizarro defendió las actuales: «Los principios de Maastricht no son aleatorios». El 2% de inflación, el 3% de déficit y el 60% de deuda sobre el PIB «no son una carga pesada que se les mete a los países», aseguró, «son principios de urbanidad». «Si no hay convergencia económica, el euro salta por los aires», insistió. Y repasó algunos de los criterios. En cuanto a la inflación, afirmó que sin precios ajustados es «imposible» la convergencia económica. En este sentido, respaldó las subidas de los tipos de interés que están acometiendo en estos momentos los bancos centrales, tras criticar que en el pasado llegaran a situar el precio del dinero en el 0% y las inyecciones de liquidez que efectuaron durante las sucesivas crisis de las dos últimas décadas; en estas actuaciones ve las causas de la inflación actual: el lanzamiento de dinero sin que haya aumento de valor de los bienes produce un encarecimiento de éstos, argumentó. Ahora, por tanto, justificó, «la única manera» de luchar contra la inflación, es «retirar alcohol para que la gente vaya más sobria».
En relación con la inflación y el componente energético que también ha engordado los precios como consecuencia de la oleada turística de Ucrania, Pizarro criticó la política europea que, representando menos del 10% de las emisiones, se empeñe en «salvar el mundo» eliminando el carbón y abogando por las fuentes de energía renovables.
Manuel Pizarro: «No digo a quién se está comiendo, pero se está comiendo a todos: la gran capital del Mediterráneo es Málaga» | Diario Sur
El expresidente de Endesa afirma que la economía española «lo tiene mal» con sus cifras actuales durante la inauguración del VI Congreso Nacional de Derecho de Sociedade
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