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'Mansplaining': significado, origen y cómo usarlo
✍ ¿Qué es el 'mansplaining' (o 'machoexplicación') exactamente? ¿Cuándo podemos usar esta palabra? ¿Podemos encontrar ejemplos de 'mansplaining' en el día a día? Aquí el origen, el significado y las críticas al término de Rebecca Solnit
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A pesar de estar invitada, Rebecca no quería ir a la fiesta. Y acabó yendo, por la insistencia del señor Muy Importante. Acabó sentada al lado del anfitrión y empezó a hablar de su libro, el que ella había escrito. Pero rápidamente se calló. El señor Muy Importante tenía algo importantísimo que decir, sobre su libro y sobre otros libros todavía más importantes.
No fue hasta pasado un rato cuando la amiga de Rebecca consiguió interrumpir al señor Muy Importante para advertirle de que aquellos textos de los que estaba dando lecciones a Rebecca, eran de Rebecca. El señor Muy Importante ni siquiera se había dado cuenta y en realidad ni siquiera había leído el libro, sino una reseña en The New York Times.
Rebecca resultó ser la autora Rebecca Solnit y relató su experiencia en el ensayo Los hombres me explican cosas. Y así es cómo de una fiesta y una velada eterna en una casa de campo en Aspen (EE.UU.) nació el texto Los hombres me explican cosas y el término mansplaining.
¿Qué es el mansplaining exactamente? ¿Cuándo podemos usar esta palabra? ¿Podemos encontrar ejemplos de mansplaining en el día a día?
Qué es el mansplaining y cuándo podemos usarlo
El término mansplaining conjuga las palabras inglesas man (hombre) y explain (explicar). A partir de aquí, el Cambridge Dictionary define mansplaining como el acto de explicar algo a alguien en un modo que sugiere que la otra persona es estulta; usado especialmente cuando un hombre explica a una mujer algo que ella en realidad ya entiende.
En palabras de Solnit, el término sirve para superar “la pendiente resbaladiza de los silenciamientos” por la que las mujeres se deslizan. Sirve, especialmente, en los caso en que “con mucha naturalidad los hombres dan explicaciones técnicas, científicas y que comporten un campo de conocimiento privilegiado”, del cual las mujeres han sido históricamente relegadas, explica a Newtral.es Estrella Montolío, catedrática de lingüística hispánica de la Universitat de Barcelona.
En España, la RAE acepta este neologismo anglófono para la “explicación dada por un varón a una mujer en tono condescendiente, presuponiendo de forma injustificada desconocimiento de la cuestión por parte de esta”.
Sin embargo, desde la academia prefieren la traducción al castellano. ‘Machoexplicación’ es la alternativa recomendada por FUNDÉU, o incluso, como alternativa formal, recomiendan el uso de la expresión ‘condescendencia’ machista o masculina.
Pero estas expresiones, en el español de España, no han triunfado. Su uso no se ha extendido, mientras que sí lo ha hecho la palabra original mansplaining. Montolío, experta en lengua española y discurso de género, reconoce que “cuando un término en inglés ya ha encontrado su nicho, es muy difícil volver atrás y sustituirlo por un neologismo nuevo nacional.”
Una de las claves del éxito de estos términos ingleses, reconocen los expertos, es que debido al prestigio de la cultura anglosajona y a su lengua, muchos términos nacen en inglés, incluso en países no necesariamente anglosajones, ya que su alcance y difusión es mucho mayor.
No obstante, cabe tener en cuenta que la generación mayor en España tendrá dificultades a la hora de comprender la palabra y, por supuesto, usarla, advierte Montolío: “Puede que la denominación les resulte un poco opaca, es decir, que necesiten que alguien les explique el fenómeno debajo de la etiqueta. Por defecto diría que es mejor contar con denominaciones en español para que las entienda todo el mundo, al margen del grado de alfabetización, dominio de lenguas extranjeras… Ahora, eso no resulta fácil de implementar.”
Del dicho al hecho: cómo nace el mansplaining
Los hombres me explican cosas fue el título que Rebecca Solnit eligió para explicar un fenómeno que aún, en 2008, no tenía nombre. Aunque ella no acuña la palabra, su ensayo, posteriormente recogido junto con otros textos de la autora en un libro homónimo en 2016, pone encima de la mesa la expresión mansplaining.
“El éxito del término tiene que ver con el hecho de que designa una realidad hasta entonces innominada pero que las mujeres conocíamos muy bien”, dice Montolío. “Tocó la fibra sensible y puso de los nervios”, reconoce la propia Solnit. Rápidamente el texto tuvo tantos detractores como defensoras.
Surgió la web llamada Los hombres académicos me explican cosas, donde mujeres universitarias compartían situaciones en las que colegas hombres habían sido condescendientes con ellas. Llevaban mucho tiempo sintiéndose infravaloradas. A estas alturas la palabra mansplaining empezó a correr libremente y como la pólvora. Y también las críticas.
No, no todos los hombres son mansplainers
“Nunca he estafado personal o profesionalmente a una mujer” y “tienes que salir con chicos más normales” son algunas de las quejas y recomendaciones que le llegaron a la historiadora, editora y activista, Solnit, tras escribir su ensayo. Es la principal crítica que recibe el término, que puede llevar a la generalización.
Para ello, Solnit ya se encargó de ofrecer sus disculpas en el libro ‘Los hombres me explican cosas’: “Tengo dudas acerca del uso de esta palabra y yo misma no la utilizo demasiado; me parece que va demasiado en la idea de que los hombres son así inherentemente, más que la idea de que algunos hombres explican cosas que no deberían y no escuchan cosas que debiesen.”
“Es verdad que decir man es generalizar y es cierto que no todos los hombres se comportan de manera condescendiente”, reconoce la lingüista experta en género, Montolío, “lo que sí podemos aceptar es que este fenómeno era una actuación, admisible socialmente, un fenómeno por el cual hemos aceptado, hasta ahora, con mucha naturalidad, que los hombres den explicaciones técnicas, científicas, que comporten campo de conocimiento privilegiado.”
Aún con todas sus controversias a cuestas, para Montolío, “disponer de un término que denomina una realidad que las mujeres, las personas, han experimentado, resulta liberador, porque entienden que la culpa no es individual.”
“Es difícil, a veces imposible, valorar lo que no se puede nombrar o describir, por eso la tarea de nombrar y describir es esencial en cualquier revuelta contra el status quo”, escribe Solnit. La palabra mansplaining ya forma parte de nuestro diccionario.
No fue hasta pasado un rato cuando la amiga de Rebecca consiguió interrumpir al señor Muy Importante para advertirle de que aquellos textos de los que estaba dando lecciones a Rebecca, eran de Rebecca. El señor Muy Importante ni siquiera se había dado cuenta y en realidad ni siquiera había leído el libro, sino una reseña en The New York Times.
Rebecca resultó ser la autora Rebecca Solnit y relató su experiencia en el ensayo Los hombres me explican cosas. Y así es cómo de una fiesta y una velada eterna en una casa de campo en Aspen (EE.UU.) nació el texto Los hombres me explican cosas y el término mansplaining.
¿Qué es el mansplaining exactamente? ¿Cuándo podemos usar esta palabra? ¿Podemos encontrar ejemplos de mansplaining en el día a día?
Qué es el mansplaining y cuándo podemos usarlo
El término mansplaining conjuga las palabras inglesas man (hombre) y explain (explicar). A partir de aquí, el Cambridge Dictionary define mansplaining como el acto de explicar algo a alguien en un modo que sugiere que la otra persona es estulta; usado especialmente cuando un hombre explica a una mujer algo que ella en realidad ya entiende.
En palabras de Solnit, el término sirve para superar “la pendiente resbaladiza de los silenciamientos” por la que las mujeres se deslizan. Sirve, especialmente, en los caso en que “con mucha naturalidad los hombres dan explicaciones técnicas, científicas y que comporten un campo de conocimiento privilegiado”, del cual las mujeres han sido históricamente relegadas, explica a Newtral.es Estrella Montolío, catedrática de lingüística hispánica de la Universitat de Barcelona.
En España, la RAE acepta este neologismo anglófono para la “explicación dada por un varón a una mujer en tono condescendiente, presuponiendo de forma injustificada desconocimiento de la cuestión por parte de esta”.
Sin embargo, desde la academia prefieren la traducción al castellano. ‘Machoexplicación’ es la alternativa recomendada por FUNDÉU, o incluso, como alternativa formal, recomiendan el uso de la expresión ‘condescendencia’ machista o masculina.
Pero estas expresiones, en el español de España, no han triunfado. Su uso no se ha extendido, mientras que sí lo ha hecho la palabra original mansplaining. Montolío, experta en lengua española y discurso de género, reconoce que “cuando un término en inglés ya ha encontrado su nicho, es muy difícil volver atrás y sustituirlo por un neologismo nuevo nacional.”
Una de las claves del éxito de estos términos ingleses, reconocen los expertos, es que debido al prestigio de la cultura anglosajona y a su lengua, muchos términos nacen en inglés, incluso en países no necesariamente anglosajones, ya que su alcance y difusión es mucho mayor.
No obstante, cabe tener en cuenta que la generación mayor en España tendrá dificultades a la hora de comprender la palabra y, por supuesto, usarla, advierte Montolío: “Puede que la denominación les resulte un poco opaca, es decir, que necesiten que alguien les explique el fenómeno debajo de la etiqueta. Por defecto diría que es mejor contar con denominaciones en español para que las entienda todo el mundo, al margen del grado de alfabetización, dominio de lenguas extranjeras… Ahora, eso no resulta fácil de implementar.”
Del dicho al hecho: cómo nace el mansplaining
Los hombres me explican cosas fue el título que Rebecca Solnit eligió para explicar un fenómeno que aún, en 2008, no tenía nombre. Aunque ella no acuña la palabra, su ensayo, posteriormente recogido junto con otros textos de la autora en un libro homónimo en 2016, pone encima de la mesa la expresión mansplaining.
“El éxito del término tiene que ver con el hecho de que designa una realidad hasta entonces innominada pero que las mujeres conocíamos muy bien”, dice Montolío. “Tocó la fibra sensible y puso de los nervios”, reconoce la propia Solnit. Rápidamente el texto tuvo tantos detractores como defensoras.
Surgió la web llamada Los hombres académicos me explican cosas, donde mujeres universitarias compartían situaciones en las que colegas hombres habían sido condescendientes con ellas. Llevaban mucho tiempo sintiéndose infravaloradas. A estas alturas la palabra mansplaining empezó a correr libremente y como la pólvora. Y también las críticas.
No, no todos los hombres son mansplainers
“Nunca he estafado personal o profesionalmente a una mujer” y “tienes que salir con chicos más normales” son algunas de las quejas y recomendaciones que le llegaron a la historiadora, editora y activista, Solnit, tras escribir su ensayo. Es la principal crítica que recibe el término, que puede llevar a la generalización.
Para ello, Solnit ya se encargó de ofrecer sus disculpas en el libro ‘Los hombres me explican cosas’: “Tengo dudas acerca del uso de esta palabra y yo misma no la utilizo demasiado; me parece que va demasiado en la idea de que los hombres son así inherentemente, más que la idea de que algunos hombres explican cosas que no deberían y no escuchan cosas que debiesen.”
“Es verdad que decir man es generalizar y es cierto que no todos los hombres se comportan de manera condescendiente”, reconoce la lingüista experta en género, Montolío, “lo que sí podemos aceptar es que este fenómeno era una actuación, admisible socialmente, un fenómeno por el cual hemos aceptado, hasta ahora, con mucha naturalidad, que los hombres den explicaciones técnicas, científicas, que comporten campo de conocimiento privilegiado.”
Aún con todas sus controversias a cuestas, para Montolío, “disponer de un término que denomina una realidad que las mujeres, las personas, han experimentado, resulta liberador, porque entienden que la culpa no es individual.”
“Es difícil, a veces imposible, valorar lo que no se puede nombrar o describir, por eso la tarea de nombrar y describir es esencial en cualquier revuelta contra el status quo”, escribe Solnit. La palabra mansplaining ya forma parte de nuestro diccionario.
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