Siento la impertinencia, pero no puedo resistirme:
Por si te quieres reír un rato, te dejo un fragmento de un "poema" traducido (es bastante fiel al original). Luego, si te apatece, puedes comentarlo, pero desde luego creo que es la enésima confirmación de que la poesía actual es un nido de gente de izquierdas y vagos mediocres:
El ángel se quita la mano de los ojos y me abre la puerta
Y veo a la gente sonrojarse y patalear bajo la mesa
Me siento con la espalda tensa, hablando de la estructura semibarroca y procomunista
de los edificios de la calle Covaci 7;
Una fugaz referencia a las infinitas petunias de agua en una botella con un agujero en el corcho,
bellos fragmentos para desarrollar
carácter de los protagonistas
(nosotros) construimos hasta detenernos en la estación de la avenida reina elisabeta:
en el cișmigiu, nos besamos tímidamente
hemos tardado demasiado en disimular y ninguno de los dos
ya no quiere volver a casa.
La familiaridad me golpea en la superficie lisa de esta noche
como una enfermedad que no conozco y busco en google
después de darme cuenta de cómo una migraña ruge en mis sienes.
Si es incurable
lo menos que puedo hacer
que sepa contarlo mejor que yo.
Hasta entonces, por fin, los dos
lo habremos olvidado,
el beso y los nudillos en la cuneta
seguirán siendo pequeños bichito imperceptibles en nuestros cuerpos.
El ángel-ángel, con sus manos vacías y sin milagros,
aún no puede detenerme;
me tira de los hombros,
hago soplar el viento,
escucho como me confiesa un viejo gesto de deserción,
sus manos temblando en el micrófono frente al público,
cómo nunca deseó ser un casete defectuoso con la película apagada
en una vívida secuencia de grandes risas falsas.
Estaba bromeando sobre algo que podría haber sido serio
como una fin que lloras y sabes que la chica
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